Partida Rol por web

Con una risa satisfecha, y haciendo con su espada el clásico saludo de los caballeros, Sir Héctor se lanza contra el tambaleante que está a su derecha e intenta darle un tajo antes de que pueda reaccionar...

 Sir Hector mueve su espada hacia la cabeza del tambaleante, pero este adivina su  intención y se aparta justo a tiempo. Por unos centímetros, el ataque del paladín falla en su intento de decapitar al no-muerto.

Damarcus, se levanta de un salto, aturdido por los graznidos de su loro y con la oreja enrojecida debido a los picotazos.
BRRAAAP! DESPIERTA HARAGÁN!Le chilla el pajarraco.
Extrañamente, el loro le grita advertencias, como si fuera mucho más que un simple ave que lo repite todo.
El capitán ha dado la alarma! Nos atacan muertos viviente Damarcus! Arrrrrrriba!

El pescador, toma la red en la mano izquierda, cuidando de no desarmarla, y corre cubierta arriba con el tridente en la diestra.
Al ver a uno de los cadaveres chorreando agua, se le arroja encima dejando la red a su espaldas, y lo atravieza de lado a lado con el tridente.

 El tridente de Damarcus atraviesa limpiamente el pecho de uno de los tambaleantes, más este sigue en pie.

PUTOS NO MUERTOS DE LOS COJONES JODIENDO POR LA NOCHE!! Eberk desata la fúria de su interior y se lanza a por el no muerto mas próximo con sus hachas en moviendose al compas de su ira.

- Atrás bestias!

Bratza, con el amuleto colgando de su muñeca, tensa con fuerza su arco, mueve unos pasos y una flecha sale precisa y letal hacia el Tambaleante herido por Damarcus

 Eberk se abalanza sobre uno de los tambaleantes, logrando con dos certeros golpes acabar con él. Por otro lado, la flecha de Bratza se incrusta en la cabeza del otro tambaleante, acabando también con su vida.

Varios de los no-muertos mas alejados caminan hacia vuestra zona. Mientras los que se encuentran cerca de vosotros observan el talismán de Bratza: uno de ellos lo ignora, pero a los otros les afecta de inmediato. En un abrir y cerrar de ojos se alejan de la batidora lo  más rápido que pueden, huyendo del combate.

El tambaleante que ha ignorado el talismán se acerca hacia su enemigo más próximo y le lanza un certero golpe en su pecho desprotegido, haciéndole una ligera herida en el mismo.

 Avanzando primero con paso inseguro, pero con más firmeza a media que ve a los lamentables y tristes seres, la joven sacerdotisa toma el omnipresente símbulo divino en forma de ank que cuelga de su cuello para dirigirlo hacia las criaturas restantes. Con determinación pronuncia.

 - Descansad, tomad el reposo que se os prohibió y descansad, reuniros con vuestros ancestros.

  Una oleada de energía positiva se desprende en todas direcciónes de la menuda sacerdotisa, los seres se ven inundados por esa divina sensación...

 Los dos últimos tambaleantes se desploman ante las palabras de Iris.

Y para esto me he despertado? No me ha dado tiempo ni a calentar. Iris, eres muy poderosa, los revientas sin tocarlos.

En fin, me vuelvo a dormir. Buenas noches.

Guarda las hachas y se vuelve a la cama para dormir, dejando las hachas debajo de su colchón.

Carajo, capi! Exclama el pescador clavando una pierna de uno de los tambaleantes en su tridente, y arrojandolo por la borda.
Esta carroña no sirve ni pa' carnaza!...

Damarcus, se acerca a la joven cleriga, y señalando a Bratza dice.
Ustedes dos, pue'n arrear cadaver'e como si juera ganado eh!??
Buen trabajo!
Pa' la próxima vez, se ponen una en popa y una en proa y me limpian toda la cubierta!

 Desde luego, con vosotros en el barco la cosa es mucho mas segura- os dice Bizco al ver vuestra rapidez en acabar con los tambaleantes- gracias.

Hace un gesto a sus hombres,  los cuales se acercan a los cadáveres y los recogen para lanzarlos al mar.

Podéis iros a acostaros, no creo que tengamos mas problemas. O eso espero- mira hacia Bratza- ¿te importaría prestarme el amuleto? siempre pensaba que eso era un timo y que solo servía para engañar a la gente, pero veo que me equivocaba. Te lo devolveré mañana a primera hora.

- "Yo también pensaba que no era más que un cambalache" - comenta Sir Héctor al acercarse - "Está claro que lo pensé demasiado rápido. En fin, puede ser útil" - guarda la espada en la vaina, y sólo entonces se da cuenta de que está sin armadura, y con una apariencia no muy apropiada para andar pululando por ahí a altas horas de la noche - "Bueno. Solventado este problema, creo que yo también volveré a mi camarote. Buenas noches a todos... y enhorabuena por tu efectividad, sacerdotisa".

Bratza...quieres hacer negocio? Te pago el doble de lo que pagaste por la chuchería esa...zas!
El loro, le da un picotazo en la cabeza y grazna.
PRRRAAAP! ESTAFADOR! NO TRATES DE ESTAFARLA...BRRAAAA!

Chuu chuu...fuera bicho! grita Damarcus, espantando al traicionero loro

- mm.. si al final parece útil, verdad? aunque el aspecto no es el mejor, jejeje. Utilizarlo con sabiduria señor, mañana ya nos lo devolvereis, la seguridad esta noche es lo primero. -Bratza le presta el amuleto al capitán.-

Luego se dirije a Damarcus:

- No os preocupéis Damarcus, mientras compartamos camino este amuleto es tan mio como vuestro, -mientras guiña un ojo al "pajarito" - vayamos a dormir, ahora; mañana
nos esperará un día movidito.

 Iris se mantiene en silencio durnate un tiempo mirentras su mirada pasa por encima de los cuerpos caídos de los reanimados. Se acerca a ellos para contemplarlos en silencio. Diferentes emociones pugnan para adueñarse de su rostro. Por un lado un profundo pesar y lástima. Por otro, curiosidad.

 Finalmente cuando hablan del amuleto asiente.

 Ante las palabras de Bizco, Eberk y Damarcus tan solo mustia un humilde.- No hay para tanto.

 - Ya os dije que tenía su valor. No debeis menostener el poder del conocimiento, compañeros. Esperemos que continúe funcionando como hasta ahora.- Evidentemente haciendo referencia al amuleto.

 Volvéis a vuestros camarotes para descansar, mientras Bizco última los últimos preparativos para el viaje de mañana (y vigila que no haya mayores contratiempos). Afortunadamente, podéis descansar el resto de la noche sin mayores sobresaltos.

El día siguiente comienza algo movido: tras entregar el amuleto a Bratza, Bizco ordena continuar el viaje. Mientras el barco comienza a moverse vosotros desayunáis una ligera pero completa comida. Tras esto, echáis una mano a Bizco, en la medida de vuestras posibilidades.

Según os adentráis en el pantano, el afluente comienza a estrecharse. Al cabo de unos minutos, ha quedado reducido a poco más de 40 pies de ancho y Bizco se ve obligado a reducir la velocidad.

Aqui hay muy poca profundidad, capitán- dice Killian mientras sondea con la pértiga desde la proa- no tenemos mas de un pie de margen- los retorcidos árboles negros de ambos márgenes son mas tupidos, su manto de musgo se extiende sobre vuestras cabezas. El sol queda reducido a una débil esfera brillante y todo el lugar acaba en penumbra.

Repentinamente, al frente surge una forma oscura de entre la niebla-¡Alto!- grita Anouar desde lo alto de su puesto encima de la timonera. Bizco maldice y baja la palanca de velocidad a marcha atrás. El Fortuna reduce su velocidad, sus ruedas hidráulicas baten el agua verdosa, pero continúa moviéndose hacia delante. La forma comienza a volverse clara cuando os acercáis, parece como si un árbol hubiera caído en medio del curso del agua. Con un fuerte golpe el Fortuna colisiona contra el tronco y se detiene.

 ¡Killian! Baja la presión. Anouar, ve abajo y comprueba el caso- gruñe Bizco- y vosotros- os mira- si queréis seguir adelante será mejor que encontréis una manera de quitar ese tronco.