Partida Rol por web

 La joven mira con incredulidad las palabras de Bizco, seguramente no se refería a ella, mucho más habituada al estudio y a leer que no el ejercicio físico.

 En cualquier caso se acercó al extremo del barco que daba al árbol para dar un vistazo al tronco y a los alrededores.

 El árbol ha caído desde la ribera del afluente, y cubre todo el cauce de agua en un ángulo de unos treinta grados. La copa del árbol está enganchada en las ramas de otros árboles de la orilla opuesta, por lo que no esta flotando. Tiene unos 30 pies de altura y pesará  unas 800 libras. 

La proa del Fortuna está sólo a unas pocas pulgadas del tronco del árbol. A la izquierda, el tronco desciende hasta la orilla. A la derecha, está enganchado entre las ramas de los árboles de la orilla opuesta.

Eberk con su pijama aun puesto y con sus hachas en la espalda baja del barco y se dirige hacia el árbol. Una vez sobre él corta del todo con sus hachas la base del árbol y ata el ese extremo. Acto seguido pasa al otro lado de la orilla y y tira de la base del árbol primero hacia el agua y luego hasta la misma orilla que donde esta la copa, dejando el árbol colocado en vertical.

Damarcus se para en la proa, sosteniendo su tridente y la red bien doblada sobre el hombro izquierdo.
Todo bien por ahi Eberk? Le pregunta mientras vigila los alrededores en busca del algun gobo acechando...

Bratza mira atónita al enano bajar y empezar a talar el árbol sin ninguna precaución.. - por todos los el.. yo no bajaría ahí sin más..

La chica sube a algún lugar algo más alto con arco en mano y observa en busca de ojos acechantes..

 Eberk comienza a moverse por el tronco para ir hacia la orilla, pero cae del mismo al agua. No tiene problemas en llegar a la orilla, más ahora esta calado hasta los huesos.

Sin mediar palabra comienza a cortar el tronco en varias partes para poder moverlo, aunque será un trabajo largo y tedioso.

 Mientras Eberk continua trabajando, una espesa niebla aparece de la nada y comienza a expandirse por la zona provocando que vuestra visibilidad comience a disminuir...

- Eberk! vuelve al barco ya! preparaos! no es la primera vez que lo- veo! atentos..

Bratza ha recorrido muchos bosques espesos y la niebla repentina en estas circunstancias no suele ser simplemente obra de la naturaleza.. Luego la chica retrocede e intenta subir a algun lugar donde la niebla no interrumpa del todo su visión.

Dame un momento, en nada ya estoy! Empieza a darse prisa dando hachazos, de vez en cuando va con cuidado de no oir nada extraño cerca suyo.

A pesar de la niebla, logras ver varias figuras que comienzan a avanzar con rapidez hacia el barco...

 A pesar de la niebla, logras escuchar a varias figuras que comienzan a avanzar tanto hacia ti como hacia el barco...

Aunque el paladín no hace ningún intento por bajar a mover el árbol, observa con interés el terreno que rodea al barco. Sospecha, y evidentemente no es el único del grupo, que esto puede ser una encerrona...

... y entonces comienza a surgir esa extraña niebla. El consejo de Bratza, la batidora, le parece más que sensato, pero Eberk sigue a lo suyo. "Tozudo como un enano, claro" - murmura.

Sir Héctor desenvaina la espada y se sitúa justo junto a la proa, preparado para saltar junto al enano si fuera necesario. Y le grita - "Puede que no lo logres antes de que te alcance la niebla... ¡Regresa!"

 Tras un grito de angustia, Iris insta a Eberk a subir al barco.

 - ¡Eberk sube rápido al barco, se acercan rápido!

 Dice antes de, que aferrando el símbulo sagrado en forma de ank, pronuncia una bendición para insuflar energía y valor en los corazones de sus compañeros.

 - Preparaos para hacer frente a la adversidad por que nuestro camino es necesario y no lo podemos abandonar. Sed fuertes ante vuestras convicciones.

Malditos sean! Sube todo lo rápido que puede al barco.

El pescador, red en el hombro y el tridente en la diestra, se mantiene alerta con un pie sobre la borda, en proa, mirando a todas partes...
Niebla revuelta...festin de pescadores, verdad? murmura al sentir la bendicion estremeciendole la piel.