Partida Rol por web

La Tumba del Rey Lich

3. El consejo de los tres martillos.

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25/03/2014, 09:37
Daganza Winderth

— Puedes llamarme Daga— te respondió y ofreció la enana con cierto sentido ritual—. Por ahora. Si cambio de opinión, te enterarás— rechinó sus dientes, desplazando los instrumentos de ganzúa para apuntar directamente hacia ti, ligeramente inclinados—. Me alegra que tu muñeca podrá seguir empuñando su martillo dentro de unas horas— nuevamente, compuso una sonrisa divertida—. Por ahora. Si cambio de opinión, te enterarás.

+1 de Amistad con Daganza Winderth.

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25/03/2014, 09:43
Consejo de los Tres Martillos

El Consejo de Martillos volvió a abrir sus puertas para ti. Cuando entraste era palpable que los tres enanos se estaban acomodando de nuevo en sus tronos, tras haber estado de pie. Casi podías escuchar el eco de los gritos, aspavientos y golpes de martillo sobre la pared.

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25/03/2014, 09:45
Moira Thaurissan

Moira se aclaró la garganta.

— En primer lugar, hemos decidido desestimar tu advertencia sobre los portales— acusó con unos modales visiblemente forzados. Muradin tosió ligeramente, y la mujer en respuesta pestañeó de forma molesta antes de añadir—, aunque la tendremos presente. Nuestros conocimientos sobre estructuras que conectan dos puntos del espacio o del tiempo son muy limitados— aunque, a juzgar por sus palabras, ya sabían algo más que tú, aunque fuese sólo por asuntos de política y gestión de recursos—. Hablaremos con nuestros expertos, aunque consideramos que, de haber portales en Rasganorte, no conducen a ninguno que conozcamos ni controlemos. Lo sabríamos.

Y en eso tenía razón, aunque no sabías exactamente cómo funcionaban los portales ni cómo se conectaban entre si. Si tenían una conexión lineal e individual, el problema lo tendrían exclusivamente los hombres-oso.

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25/03/2014, 09:51
Falstad Wildhammer

— Desconectar nuestros portales es imposible, Hagrim— aclaró Falstad en sentido figurado—. Paralizaría rutas diplomáticas, militares y comerciales. Obligaría a reabrir caminos. Imposible— se repitió. Claramente, ellos le habían dado más importancia que tú al asunto—. Por las mismas, ahora no podemos movilizar a nuestros soldados, zapadores, ni jinetes de grifo ni ninguna otra fuerza militar. No sin una amenaza clara y tangible. No a ciegas. No sin saber si el peligro es real confiando en la palabra de un solo hombre.

Pese a todo, Falstad habló con solemnidad, simplemente explicando el porqué de su negativa. Infló el pecho y, entonces, añadió de forma resolutiva.

— Pero lo tendremos en consideración— se repitió como hizo Moira. Dirían eso siempre, pero aquí parecía haber algo más de verdad que antes—. Nos pondremos en contacto con cierta Incantatrix de los humanos y con su nuevo Paladín.

Entiéndase Paladín como su nuevo Primer Paladín o figura icónica entre el sector.

Incantatrix, por su parte, sonaba a hechicera de alto rango.

— Mientras tanto, si quieres encargarte personalmente, la tarea es tuya. Sino, asignaremos a alguien— informó, aún sin explicarla—. Alguien irá a Darnassus mediante nuestros portales y solicitará formalmente ante los Elfos Nocturnos un pasaje a Quel'Thanas, tierra de los Altos Elfos. Seguimos pensando que ellos serían los primeros afectados por esa supuesta ofensiva de los no-muertos— y su mirada grave apuntaba a que se creían o sabían con la razón al respecto—. Si te encargas tú, Hagrim, tendré que pedirte un favor personal.

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25/03/2014, 10:04
Muradin Barbabronce

— Y por último— intervino Muradin—, comprendemos que ser Paladín conlleva sus responsabilidades. Habló del voto de silencio, las promesas, y la confidencialidad— explicó, aunque sus conocimientos sobre el tema parecían algo toscos—. Pero necesitaremos saber algo más de las fuentes de esta información. Yo no vi ningún portal en Rasganorte, ni me pareció al volver que hubiese ningún peligro inminente. Sólo que habíamos dejado a muchos hombres atrás, que ahora...

... que ahora forman parte del ejército de no-muertos.

Pero no lo dijo, por respeto. Simplemente, cerró la boca bajo su barba.

— Simplemente, digamos que tus acusaciones son demasiado graves.

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25/03/2014, 11:04
Hagrim Magna

Entiendo las palabras del Consejo. Las esperaba pero no por ello en parte dejo de sentir cierto desencanto. Ojalá hubiera podido hacer más. Pero hice una promesa a Wu y pienso cumplirla.

- Hice una promesa y no puedo revelar mi fuente de información pues deseaba permanecer en el anonimato. Pero sí puedo daros detalles que quizá os sirvan para creer más en mis palabras. - lo digo con total convicción. - Son de un pueblo al sur de aquí, muy lejos de Rasganorte. Pero tenían un portal. Lo usaban para viajar a Rasganorte para recolectar ciertos minerales. Pero ahora los muertos han intentado cruzar su portal así que lo han cerrado. Un amigo personal al que confiaría mi vida me lo ha contado. No es una invención. -

Trago saliva antes de continuar. - Por supuesto que temen por su seguridad si los muertos consiguen abrir el portal. Son demasiados para ellos... incluso puede que para nosotros. Pero creían que era su deber informarnos de la amenaza. Ya que si los muertos no abren el portal su primer objetivo serán los elfos como habéis dicho... y después nosotros. Creían que si su emisario hablaba con vosotros directamente no le escucharíais, por ello decidieron pedirme a mí que intercediera por ellos. -

Dejo que valoren mis palabras unos segundos. - Bien, les he escuchado, - hablo de mis fuentes claro, - lo que dicen tiene lógica y creo en sus palabras por ello os las transmito. Pero sé que no podéis hacer nada basandoos en las creencias de un sólo enano. Iré a Darnassus. - digo firmemente aceptando la tarea que ha mencionado Falstad. - Conseguiré pruebas de que los muertos están organizados y de que hay una mente pensante tras ellos. Luego me encargaré de que esas pruebas lleguen aquí para que podamos prepararnos en caso de ser necesario. -

Agacho la cabeza a modo de respeto y espero nuevas indicaciones. Si Falstad quiere pedirme un favor personal haré lo que sea.

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25/03/2014, 16:52
Consejo de los Tres Martillos

El Consejo de los Tres Martillos al completo se sumió en un silencio que pareció durar eternidad. El pasmo del trío era visible en sus rostros, ahora más cercanos al color de la piedra que al bronceado de la lava. Hasta parecían más sólidos, como si estuviesen recreando el día a día de Magni Barbabronce, el viejo rey.

Estaban en shock.

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25/03/2014, 16:56
Muradin Barbabronce

— Yo... esto...— balbuceó Muradin rompiendo el silencio—. Haber empezado por ahí.

Aferró su martillo, lo levantó sobre la cabeza, y golpeó con toda su fuerza sobre el trono.

El eco metálico inundó la estancia de forma rotunda.

— Te pido personalmente algo de máxima prioridad— descargó recuperando el semblante de líder—. Habla con el emisario de esas tierras neutrales y dile que los líderes de los enanos quieren hablar con él.

Golpeó tres veces, con el martillo, sobre el lateral del trono. Uno de los guardias se acercó al mismo. Muradin susurró algo, el guardia asintió, y se retiró.

— He mandado coger tinta, papel y el sello de lacre del Consejo de los Tres Martillos— explicó—. Redactaré un informe confidencial que quiero entregues en mano a ese amigo tuyo. Cuando mis compañeros terminen de hablar, dime en qué idiomas y términos debo dirigirme a él.

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25/03/2014, 17:05
Falstad Wildhammer

— Darnassus y mi petición tendrán que esperar— sentenció Falstad.

Vlvió a despegar los labios para decir algo, pero optó por guardar silencio.

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25/03/2014, 17:08
Moira Thaurissan

Moira golpeó tres veces el lateral de su trono y susurró algo al guardia que se acercó.

— Necesito un vaso de agua— se limitó a decir.

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26/03/2014, 00:24
Hagrim Magna

- Sea. Se hará como decís. - respondo a Muradin. Me pregunto si sabrán de la existencia de estos hombres-oso y el por qué de su cambio de actitud tan repentino.

Agacho la cabeza en señal de respeto. - Podéis referiros en el informe en términos humanos. Entiende su lengua, aunque la habla con un extraño acento. - Por un instante dudo si revelar el nombre y apodo de Wu, pero no. Si quiero preservar su identidad debe ser así.

Volveré al almacén de Belm a buscar a Wu. Le daré las buenas noticias e imagino que vendrá a hablar con el Consejo.

- Creo que estará encantando de que queráis recibirle. Haré lo posible por traerle cuanto antes a vuestra presencia pero habéis de saber que en las calles llamará la atención. - indico seriamente. Ya pensaré en algo para ocultar medianamente sus rasgos.

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26/03/2014, 09:33
Moira Thaurissan

— ¿Eso significa que está en la ciudad?— preguntó Moira entre alarmada y sorprendida.

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26/03/2014, 09:34
Falstad Wildhammer

— Al menos cerca. En cualquier caso, quizá pronto nos lo diga él mismo— contestó Falstad.

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26/03/2014, 09:34
Muradin Barbabronce

— Hagrim— te llamó la atención Muradin, asumiendo que sus dos compañeros estaban dispersándola—. Te haré llegar dos escritos. El primero, para el emisario. El segundo, para él, tú o ambos. Un documento oficial para La Guardia, dictando que dejen pasar al portador y su acompañante, si lo hay, con máxima prioridad.

Tras ello, brevemente, agravó el semblante y recrudeció tus palabras

— Sobra decirte que lo cuides y vigiles como si fuese la dote de tu boda— avisó.

Volvió a relajarse. Cuidar de quien tenía acceso a tal documento era, por desgracia, un imperativo.

— Si el horario de atención al ciudadano del Consejo ha pasado, dirígete a los aposentos reales- te indicó—. Me da igual qué hora sea o qué estemos haciendo.

Tras ello, golpeó con el martillo en el trono.

— Se levanta la sesión— concluyó sin más celebraciones—. Espera a la salida. Redactaré los escritos.

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26/03/2014, 09:43
Daganza Winderth

— ¿Ya?— preguntó Daga por segunda vez tras el cierre de las puertas, de vuelta a la antesala del trono.

Los guardias parecían un tanto más inquietos que antes. Quizás por el segundo cierre de puertas sin hacer pasar al siguiente enano que tuviese que hablar con el Consejo. No debía ser la tónica habitual.

— Se acerca la hora de comer, y no es bueno saltarse comidas— se excusó bromeando—. Si me haces esperar, te haré gritar con sólo un suave roce— declaró, endulzando progresivamente sus palabras para, a continuación, cambiar de registro—. El roce de mi cuchilla clavándose en tu ojo.

Y sus instrumentos de ganzúa volvieron a mirarte como lenguas de una serpiente.

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26/03/2014, 10:47
Hagrim Magna

Escucho atentamente las palabras de los tres miembros del Consejo. Parecen saber más que yo acerca del pueblo de Wu, y parece interesarles mucho. Asiento ante todo, por supuesto que guardaré el manuscrito con mi vida si es necesario, y finalmente salgo de la sala dispuesto a esperar a que tengan listos los documentos. Debo recordar preguntarle a Wu más cosas acerca de su pueblo, y por qué los líderes de los clanes enanos pueden estar tan interesados en ellos.

Cuando me topo con Daga muestro un rostro impertérrito y estoico ante su bienvenida. Enarco una ceja y a punto estoy de echarme a reír.

Me gusta su sentido del humor. Tiene carácter y parece que sabe manejarse bien en casi cualquier situación aunque tendría que comprobarlo en persona.

Sonrío. - Por mi parte sí. - Ahora me encojo de hombros, realmente no depende de mí. - Pero no sé cuánto tardarán ellos - me refiero al Consejo - ya sabes que con la edad se vuelven más lentos para todo. - he intentado una especie de chiste pero hasta yo mismo reconozco que quizá no ha tenido la suficiente gracia.

- Debo esperar aquí y también me muero de hambre pero si quieres te traigo algo de comer cuando me dejen libre... Así cuando salgas de ahí dentro no tendrás que ir corriendo a buscar comida. - no menciono la cerveza. Espero que sepa que eso es algo por descontado. No se puede comer sin cerveza.

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26/03/2014, 18:26
Daganza Winderth

— Confío en que mi denuncia no será tan pestiño como la tuya— dijo sin cortarse un pelo—. Aunque ahí dentro— señaló vagamente la Sala del Trono— tienen que estar muy entretenidos. Dicen que una vez, tras un receso para discutir el veredicto, Muradin salió con un bulto de martillazo en la cabeza.

Negó con la cabeza, componiendo una sonrisa sana.

— Las demás razas tendrían que aprender de nosotros— apuntó con aire soñador—. Mejor darse de golpes y luego darse la mano que no hacerlo al revés. En fin. Espérame si quieres en El Devorador de Tuercas.

¿Eso era el nombre de un local dedicado a la hostelería?

— Lo regentan gnomos, pero quizá por eso me gusta tanto— concluyó ensanchando su sonrisa.

Los gnomos y las tuercas se solían llevar bien. Sí. Era un cliché.

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26/03/2014, 23:55
Hagrim Magna

- De acuerdo. - digo a modo de simple pero eficiente respuesta. Ya sólo me queda esperar la resolución del consejo y que me entreguen ese pergamino y el salvoconducto. En cuanto tenga todo en mi posesión me iré a buscar a Wu.

Bueno, quizá pierda algo de tiempo comiendo con Daga, la verdad es que la chica es simpática. Me imagino cómo pelearía ella contra un troll y se me ocurren varias cosas graciosas, nada bueno para el troll.

Sacudo la cabeza y alejo pensamientos raros de mí mientras miro a uno de los guardias.

Hum... Devorador de Tuercas... espero que tengan comida decente o mi estómago hará papilla a varios de los habitantes de Forjaz.

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27/03/2014, 02:12
Guardia Enano

Las puertas de la Sala del Trono volvieron a abrirse. Del interior salió un enano al paso, uniformado como uno de los guardias. Portaba un par de papeles enrollados, asidos por su puño. Al alcanzarte, sin prisa, habló.

— ¿Hagrim Magna?— te preguntó. Tras tu respuesta, te tendió la mano en que portaba los textos—. Los papeles— dijo sin más, esperando a que cogieses los documentos oficiales.

Tras entregártelos, simplemente se inclinó ligeramente como despedida, se dio la vuelta y volvió a andar hacia la Sala del Trono. Por supuesto, al despedirse pronunció unas últimas palabras.

— Que tenga un buen día.

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27/03/2014, 02:17
Daganza Winderth

— ¡Uh!— exclamó Daga dando un pequeño saltito entusiasta en el sitio—. Documentos reales. DOS documentos reales— matizó con visible sorpresa—. Interesante— se limitó a decir, sin revelar nada más—. En fin— se repitió—, mi turno... al fin.

Puso los ojos en blanco y echó a andar, pasando por tu lado.

— Nos vemos— se despidió—. O algo— apuntilló divertida.

Conforme se alejaba, al fijarte en ella, terminaste por reparar en una cosa que hasta el momento te había pasado inadvertida. Uno de los objetos que asomaban de su mochila entreabierta era un pañuelo rojo.

Indícame en tu post si tu próximo destino es el Almacén de Cebatruenos o El Devorador de Tuercas.

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