Partida Rol por web

La psiquiatra forense entra y observa al trío identificando a las científicas y al detective. Nicholas y tú no sabéis quién es pero tu compañera la presenta -Ella es Amanda Davidson. Llegó mientras estábais dentro.- Amanda D. saluda cortésmente con una leve inclinación de la cabeza -Psiquiatra forense, encantada.- Traga saliva y os cuenta lo que ha descubierto de las víctimas de arriba -El agresor entró en la vivienda por la ventana, cortaron con gran precisión las gargantas de la pareja que dormía allí. Ni se enteraron. Luego hizo el agujero en la pared que daba justo a la habitación de abajo.- Es factible el trabajo en equipo de la pareja. Mientras uno cortaba las gargantas el otro había el agujero. Salvo el cura, todos los demás murieron a manos de filos sujetos por una mano diestra, probablemente de un médico o alguien con buena instrucción.

Nicholas vuelve a ponerse unos guantes nuevos. Va a seguir trabajando. -Chicas, vosotras os podéis ir. Cole y yo iremos a veros en cuanto descubramos algo y halláis analizado los cadáveres. Ahora la prioridad son los desaparecidos... ¿Dónde está el detective Roberts?- 

Tu compañera, Amanda W, se encoge de hombros -Vino el policía que vomitó, le dijo algo y salió- la recién conocida Amanda D añade -Está en la puerta, ya le he informado. Entrará en breve.-

El detective sale apresuradamente -Maldita sea Jackie- susurra -¿Qué haces aquí? Oh, es evidente. ¿Cómo te has enterado tan deprisa?- Cole está impaciente, nervioso y muy tenso. -No sabes lo que hay ahí dentro no...- suspira, intenta tranquilizarse.

De pronto ves a tu hermana bajar del piso de arriba. -Buenos días Jackie. Cole, la pareja de arriba murió en el acto. Les cortaron la garganta mientras dormían con gran precisión y, diría que a la vez. Voy a ver qué han encontrado las demás forenses para intentar construir el perfil psicológico- Amanda te lanza una mirada de complicidad a la par que, darle la información en tu presencia es un acto que recrimina ver a Cole hablando contigo y no haciendo su trabajo. Mete a Cole en un aprieto al mismo tiempo que ayuda levemente a su hermana. Amanda va dentro. -Sí, Amanda trabajará en este caso junto con Patrick, yo y media docena de agentes de cada comisaría- Comenta Cole cuando se marcha tu hermana a lo que añade -¿Podemos hablar en otro momento?-

Patrick, vuelve a entrar al salón ya con el estómago mejor después de haber echado el desayuno como consecuencia del espectáculo del pasillo, el baño y los dormitorios. Poco a poco el color vuelve a su rostro. Amanda Davidson lo presenta al resto -Este agente es mi hermano, Patrick Davidson.- El muchacho asiente -Habría preferido conocerles en otras circunstancias.- Nicholas asiente -Bien. ¿Estás mejor? Vamos a volver ahí dentro y a tomar todas las muestras que podamos. Quiero que vayas piso por piso interrogando a todos los vecinos a ver qué puedes decirnos a Cole y a mí dentro de una hora.- Patrick se sorprende -¿dentro de una hora, señor?- comenta -Sí- a Amanda -Tienes un hermano muy guapo, seguro que las chicas se lo llevan de calle- Patrick se sonroja y sale de la habitación.

El joven te observa enarcando una ceja y casi sonríe -A. J.- sentencia -Angus Johnsson- vuelve a repetir incrédulo -Mientes de pena- una amplia sonrisa cruza su rostro -Si buscaras a alguien habrías llamado al porterillo, preguntado al portero o mirado en los buzones en busca de algún nombre. No. Aquí no vive ningún Angus Johnsson y dudo que en el edificio viva alguien con ese nombre- comenta divertido y a punto de soltar una carcajada -Me has alegrado el día- comenta ahora más para sí, bajando la voz, aun con la sonrisa y algo ruborizado. Pero el momento alegre no dura mucho. Vuelve su semblante serio aunque con mucha menos tensión en el ambiente que antes -¿Qué quieres?-

Cathi acepta el té de buena gana. Se sumerge en su aroma y su sabor. Se tranquiliza. -Creo que he dado con algún tipo de sociedad secreta antiquísima, buscadores de tesoros o algo así. Primero fueron las llamadas anónimas. No decían nada cuando descolgaba pero había alguien ahí. Luego fueron las persecuciones, sentía que me seguían. Sabotearon mi investigación en dos ocasiones pero no encontraron culpables. Cuando lo encontré todo se acentuó.- Da otro sorbo -Sólo seguí las pistas, unas pistas que alguien escondió en libros hace más de cincuenta años con un código de hace más de doscientos. Desconozco quién fue pero eso me llevó a una reliquia del pasado. "Lluvia, vapor y velocidad. El gran ferrocarril del Oeste" de Joseph Mallord William Turner.- sonríe -Evidentemente la Natinal Gallery de Londres no me iba a dejar inspeccionar el cuadro sólo por una investigación más basada en hipótesis y teorías de conspiración que en hechos irrefutables, pero no lo necesitaba. La pintura fue exhibida en la  Royal Academy en 1844... resumiendo, lo que quería era el marco de este lienzo de 91 centímetros de alto por 121,8 centímetros de ancho y que estaba guardado en el almacén del museo de Londres.- Da otro sorbo al te y la amplia sonrisa de su rostro denuncia que tuvo éxito en sus investigaciones -encontré la página de un libro que consideraba un mito. Imagínate como me sentí cuando sostenía en mis manos la página de una leyenda, un cuento, una mentira.- apoya la taza en su muslo -Desde entonces no he podido hacer nada con esa página. Ni traducirla, ni analizarla... mi mundo se convirtió en impedimentos casuales y la sospecha dio paso al miedo. Todo parecía tan fortuito. Hasta que entraron a robar en mi casa. Lo revolvieron todo y no se llevaron nada. Entonces fue cuando te llamé y cogí el avión.- Cathi hizo una pausa para ver cómo asimilaba su interlocutor todo lo que le estaba contando.

El hombre deja ver la preocupación en su rostro tras negar con la cabeza -¿Otra vez Pizza? Roux... son las una del medio día. Imponte un poquito de disciplina, acuéstate y cuando estés descansado piensa en ponerte un horario.- Al descolgar al otro lado de la línea y comenzar a pedir la pizza Donovan vuelve a sus asuntos -Tú verás lo que haces.- Sigue ordenando libros, entre los exámenes, los trabajos fin de estudios y las entregas de tesis y doctorados estos meses son la mejor época del año para la librería y el anciano siempre intenta ayudar a los estudiantes, investigadores y profesores ofreciéndoles los mejores libros y poniendo a la vista otros de temas interesantes.

Le ayudas con su tarea haciendo caja en el descanso del almuerzo mientras llega la pizza. En tu ausencia Dónovan ha tenido una buena mañana, la tarde será más floja y, como otras tardes, mientras tu jefe se dedica a la contabilidad de la empresa (pedidos, albaranes, contactar con proveedores de piezas extrañas, libros descatalogados, etc) espera que atiendas a los pocos clientes que lleguen, que es lo normal -Creo que esta tarde será tranquila y podrás leer lo que te quitara el sueño anoche y descansar cuando termine el día- Comenta mientras el repartidor llama a la puerta y obtenéis el pedido. -Aquí está tu pizza Roux. Se te va a poner la cara redonda.- Dice medio en serio, medio en broma. -Elizabeth, la vecina de arriba, es muy gentil desde que se quedó sola por la muerte de su esposo y, desde entonces, se pasa mucho por aquí. Se ha aficionado al teatro del romanticismo, le dejo algunas obras y me lo agradece con comida. Hoy me ha traído un plato de pasta con albóndigas que... ¿qué haces?¿a dónde vas con la pizza?¿Te vas a encerrar ahí abajo a comer solo? No, ven, comamos juntos en el mostrador y hablemos, ya tendrás tiempo de dormir después.- Donovan saca un taper de plástico y quita la tapa, aun está templado y el vaho se alza por la tienda acompañado del olor de las albóndigas y el tomate casero, saca unos cubiertos de un cajón, arrima dos banquetas al mostrador y se queda mirándote.

Tu mirada va de Donovan al desván mientras tu mente es un torbellino. Te acercas y dejas la pizza junto al plato de pasta al tiempo que piensas qué decir o hacer pero un grito [¡¡¡Papaaaa!!!] te interrumpe. -¿Qué ha sido eso?- pregunta Donovan sobresaltado. Juliet ha tenido una pesadilla y no ha podido evitar despertar con un grito.

Crucé la calle hacia la entrada del edificio donde me esperaba mi hermano, tenía una pinta horrible y su saludo me lo dejó muy claro. Me sorprendía que hubiera vomitado, mientras los demás niños se dormían con cuentos de hadas, nosotros lo hacíamos con historias de criminales, algo que sacaba de sus casillas a nuestra madre. Estábamos casi curados de espanto, así que aquello debía de ser horrible.

-¿Tan malo es? ¿Qué tenemos? Nos han pedido ayuda y apoyo desde la prensa, necesitamos saber a qué nos enfrentamos, ya sabes cómo llevo estas cosas.- Su descripción de la escena me dejó impactada, parecía una carnicería.

Al llegar a la puerta encontré a Cole esperando, estaba muy nervioso tampoco le había visto nunca en ese estado, lo que provocaba que tuviera aún más ganas de entrar.

-Nos han avisado de la central, el mismo comisario en persona, quieren la colaboración de los medios. Pero ya sabes, para eso necesito que me des algo coherente que publicar, recuerda que siempre soy responsable con los detalles.-

La aparición de Amanda me hizo sonreír ligeramente, no podía presentarse mejor para mí, la familia que trabaja unida permanece unida.  Cinco cuerpos degollados o estacados, de una familia importante, sin señales de que forzaran la puerta y sin signos de lucha, era muy raro.

-Hola Mandy, ¿cómo te encuentras, Patrick no lo ha llevado demasiado bien?- Mientras hablaba con ellos observaba el escenario desde fuera, me parecía raro que estuviera todo tan cerrado, debía haber sucedido en medio de la noche.- ¿Has comprobado la temperatura del hígado? ¿Hay alguna estimación de hora de la muerte? Solo mirando desde fuera me surgen algunas dudas. La puerta no está forzada y todo está muy cerrado, eso me dice que todos dormían pero, en ese caso alguien tuvo que abrir o el asesino tenía una llave. Además, no hay signos de lucha, hacer semejante carnicería lleva tiempo, alguno debería haber despertado o limpiaron después. A no ser que estuvieran inconscientes.

Cole intentó darme puerta, debería conocerme mejor como para saber que no sería fácil.- Me iré cuando tenga algo con lo que empezar. Hay cinco muertos y dos desaparecidos, ¿qué prefieres que publique, conjeturas o hechos? ¿Cuál es el informe preliminar?¿Alguna pista de los desaparecidos, han pedido rescate o algo?

         Durante el rato de mañana que aún falta, Roux esta más pensativo y callado de lo normal, cosa que se hace más obvia cuando hay clientes que cuando tan solo están él y Donovan en la librería.

          - Esa mujer... Sí, muy gentil. - Roux guiña un ojo de forma cómplice, sabiendo que es algo que no se le ha pasado por la cabeza. Después, se queda algo confundido cuando Donovan piensa que va a comer al sótano, pues lo único que pretendía era ver como estaba Juliet, aunque al mirar sus manos se da cuenta de que aun no ha soltado la pizza, sería eso lo que había creado la confusión. Lo cierto es que aún no tiene hambre, y menos aún ganas de comer, aunque masticar le serviría de excusa para su silencio.

         - Claro, comamos, solo iba... - Señala sobre su hombro la puerta que lleva al sótano. - No importa. - En su rostro se marca el cansancio y la preocupación de quien no sabe como empezar una mala conversación. Antes de que Donovan pueda preguntar, un grito les interrumpe. Roux reacciona de forma inconsciente asegurando la puerta que da a la calle y después, yendo directo hacia las escaleras, dirige su mirada a Donovan tratando de sonar tranquilizador. - Es una amiga, y puede que esté en problemas. - Sus ultimas palabras no dejan claro si hablan de ella, o del propio Roux.

        Enseguida su juventud y el saber lo que ocurre le da cierta distancia de ventaja mientras baja al sótano, donde se va directo hacia donde dormía Juliet, aunque algo preocupado se esfuerza en encontrarla con una sonrisa en sus labios y mostrando la palmas de sus manos para hacer ver que es un amigo. - Tranquila, estoy aquí. - La distancia de ventaja se acaba. Donovan llega por las escaleras y observa confundido la escena sin terminar de descender. Roux observa su reacción, esperando que ahora pueda entender, en parte, su actitud durante la mañana. - Esta es Juliet. Y él es Donovan. - Aún sin saber como reaccionar, Donovan es un hombre que sabe cual es el momento de las preguntas y curiosear, por lo que a pesar de su sorpresa inicial, confía en que habrá una explicación y se acerca amistoso a la joven.

Sigo a Nicholas por el pasillo, totalmente concentrada en el trabajo, tomando notas mentalmente de cada detalle. En algunos momentos tomo algunas muestras de tejidos o piel en pequeñas bolsitas, para analizarlas en el laboratorio. Y continúo fotografiando cada rincón de la vivienda. Podría pasar algo importante de largo ahora, pero quedar registrado en la memoria de la cámara. Mientras vamos analizando la matanza no puedo evitar pensar que debe ser el caso más sangriento que he presenciado. Los flashes de la cámara se van sucediendo uno tras otro hasta que volvemos de nuevo hacia el salón. Ya no hay nada que me falte por analizar en el resto del apartamento.

Asiento con la cabeza a Amanda escuchando sus resultados mientras me quito los guantes y no puedo evitar hacer una mueca al escuchar la parte sobre la niña. Probablemente secuestrada por el tipo que usa una espada. Tenemos prisa pues, cualquier cosa que podamos descubrir puede ayudar a que la encuentren cuanto antes. - El tipo se ensañó con ganas con el sacerdote. - Comento, señalando con la cabeza hacia el pasillo en un leve gesto. - Creo que tenemos suficiente para empezar a trabajar en el laboratorio. - Asiento a sus palabras. Yo también creo que es momento de irnos. 

Al ver entrar a la mujer le tiendo la mano como saludo. - Isabella Becker, médico forense. Un placer. - Escucho la información del piso superior y mis ojos se van por inercia hacia las marcas de las paredes. - Entraron por el único lugar sin esas marcas. - Señalo, frunciendo el ceño. - El sacerdote... Las marcas... Creo que esta gente sabía que vendrían a por ellos y trataban de protegerse de una forma... mística. - Mi forma de pronunciar la última palabra deja claro que no creo en esas cosas. Nunca he sido muy espiritual y no puedo negar que todos esos asuntos religiosos me parecen paparruchas... Y peligrosos. ¿Quién dejaría su seguridad en manos de unos dibujos en las puertas en lugar de llamar a la policía? - Y sin embargo -continúo pensando en voz alta-, es curioso, los asaltantes también debían creer en ello... O no se habrían esforzado tanto por entrar sin traspasar los sitios con marcas.

Sacudo la cabeza al ver entrar al muchacho y no puedo evitar que la tensión de mi rostro se relaje al escuchar el cumplido indirecto que le hace Nick. Ruedo los ojos al ver al pobre muchacho sonrojarse. Parece muy joven. Casi tierno. - Encantada, Agente Davidson. Soy Isabella Becker, forense. - Saludo también al joven dedicándole una pequeña sonrisa.

Cuando sale miro a mi alrededor y me acerco a las marcas de la puerta para hacer algunas fotos también de ellas, después guardo la cámara en mi maletín y me giro hacia Amanda D. - Ha sido un placer conocerla. Espero que podamos vernos en alguna otra ocasión más agradable. - Miro a Nick entonces. - Nos vamos al laboratorio, te avisaremos en cuanto tengamos los análisis. Mucha suerte. 

Finalmente me giro hacia Amanda W. - ¿Vamos? ¿Has traído coche? - Pregunto, dispuesta para salir en cuanto ella esté lista. Si ella no tiene seguramente algún coche patrulla podrá acercarnos a la comisaría, así que tampoco me preocupa demasiado el tema del transporte. 

Dejé escapar una sonrisa tímida al ver que me había descubierto.

-Ay, me has pillado.- Comento retrocediendo un paso tratando de no perder la sonrisa. No podría imaginarme que me hubieran cazado tan pronto. Gordon dijo que no debería haber contacto pero... A estas alturas ya no había otro remedio. Estiré la mano y le tendí el trozo de papel que en su momento me dio Gordon, ya seria.

<El chico es muy mono...>

<Por amor de Dios, ¿Eso es lo que se te pasa por la cabeza? ¿En este mismo instante?>

<No te veo disentir>

<... zorra>

Ladee la cabeza apartándome el pelo de la cara esperando a ver cual sería la reacción del chico a la nota. Con algo de suerte se reiría y se iría diciendo que no sabe nada de eso.

La puerta de la casa de los Engen sigue abierta. Las tres forenses salen mientras en el exterior el detective Robert habla con una mujer joven. Entre ellos los separa el cordón policial. Se genera un silencio tenso cuando el detective intercambia la mirada con las doctoras que salen de la escena del crimen.

Tu hermana es una de las forenses. Cole se acerca a ellas -¿Ya habéis terminado aquí?- comenta en general. Amanda intercambia una sonrisa de complicidad contigo en referencia a Robert que pronto se ve truncada por un semblante sombrío producto del recuerdo de lo que ha visto ahí dentro. Sus dos colegas en este caso son una mujer pelirroja de ojos rasgados barbilla aguda y pómulos prominentes y la otra es muy guapa, morena, de pelo liso y bastante serena. La pelirroja, más vivaz, le contesta -Sí, a diferencia de otros, nosotras ya hemos hecho nuestro trabajo- El semblante en sus palabras es serio y desafiante hacia el detective Roberts, la chica morena no se sorprende, conocedora sin duda del semblante de su compañera y tu hermana permanece impasible. Cole se acerca a la pelirroja -¿Sabéis la hora de la muerte?- El trío asiente. Tu hermana Amanda contesta -Casi las cinco de la mañana cuando mataron a la pareja de la vivienda superior.- La pelirroja continúa diciendo -El resto vino de seguido. Oye ¿quién es tu amiga?- Cole se gira  con un movimiento torpe -Ella es Jackeline Davidson. Periodista- antes de que la pelirroja dijera cualquier comentario Amanda se adelanta -Es mi hermana- y las dos forenses asienten aceptando la información y relajando el ambiente. Cole retoma la palabra -Patrick también es su hermano. Este caso queda en familia y la señorita Jackeline está aquí para tener información de primera mano. Es la periodista más responsable que conozco y teniendo a la mitad de su familia aquí trabajando no creo que se vaya de la lengua... nunca lo ha hecho.-

La puerta de la casa de los Engen sigue abierta. Las tres forenses salen mientras en el exterior el detective Robert habla con una mujer joven. Entre ellos los separa el cordón policial. Se genera un silencio tenso cuando el detective intercambia la mirada con las doctoras que salen de la escena del crimen.

Cole y la mujer joven dejan la conversación cuando os ven aparecer. Cole se acerca, puedes ver a la mujer joven, atractiva, de pelo castaño y cierto parecido a la psicóloga forense Amanda D. El detective se dirige a vosotras  -¿Ya habéis terminado aquí?- comenta en general. La desconocida, al otro lado del cordón policial, intercambia una mirada de complicidad con Amanda D. Tu compañera, Amanda W., se adelanta a contestar a Cole con una de sus salidas que, si bien son algo bruscas, dicen las cosas como son -Sí, a diferencia de otros, nosotras ya hemos hecho nuestro trabajo- El semblante en sus palabras es serio y desafiante hacia el detective Roberts, ni tú ni el detective os sorprendéis por el comentario, conocedores del semblante de Amanda W. Cole se acerca a ella -¿Sabéis la hora de la muerte?- Las tres asentís. Pudiste examinar la hora del cadáver cuando llegaste al torso: las 5:30. Amanda D, la psiquiatra forense contesta en primer lugar -Casi las cinco de la mañana cuando mataron a la pareja de la vivienda superior.- tu compañera continúa -El resto vino de seguido. Oye ¿quién es tu amiga?- Cole se gira  con un movimiento torpe -Ella es Jackeline Davidson. Periodista- antes de que Amanda W pudiera decir otro comentario, la forense A. Davidson se adelanta -Es mi hermana- entendiendo así el parecido. Tras ello el ambiente parece relajarse un poco entre Cole y tu compañera y el detective retoma la palabra -Patrick también es su hermano. Este caso queda en familia y la señorita Jackeline está aquí para tener información de primera mano. Es la periodista más responsable que conozco y teniendo a la mitad de su familia aquí trabajando no creo que se vaya de la lengua... nunca lo ha hecho.-

La forense pelirroja se acerca al cordón policial. -Eso lo cambia todo. Yo soy Amanda Wickham y ella es mi compañera Isabella Becker. Disculpa que haya sido tan brusca con el detective Robert, si hubieras visto lo que hay ahí dentro me comprenderías. Para colmo el padre y la hija están en paradero desconocido.- La doctora Wickham parece más tranquila y mucho más cordial e incluso amplía la información -Fueron dos los asaltantes. Tu hermana ha analizado las dos víctimas de arriba, Isabella al cura que... uff... y yo a la señora Engen y a un desconocido que murieron pasadas las cinco de la madrugada con pocos minutos de diferencia. Primero el desconocido y luego la desdichada mujer.- Cole muestra su perplejidad por la información dada y Amanda W le sostiene la mirada y le replica -Cualquier ayuda para encontrar a la pequeña y a su padre viene bien y creo que es importante que sepa que los agresores eran dos, muy peligrosos, que mataron a cinco personas en muy poco tiempo sin escrúpulo ninguno y a uno de ellos lo torturaron y desmembraron repartiendo sus restos por la casa.-Las lágrimas afloraron a los ojos de la forense que giró la cabeza, inspiró hondo y volvió a mantener su compostura habitual.

El agente Davidson, hermano de Amanda D y Jackeline que ha escuchado la información desde su puesto se acerca ofreciendo un pañuelo a la forense pelirroja con una sonrisa. -Tranquila. Yo vomité al verlo, peor que eso...- Amanda W se seca las lágrimas al tiempo que se le entrecorta una carcajada lastimera por el comentario del policía y ambos intercambian una sonrisa -Lo que no entiendo es... si venían a llevarse al marido y la niña ¿por qué entraron por la habitación de arriba matando a los que allí dormían?- comenta Patrick mirando hacia su hermana Amanda y el detective Roberts

Con una sonrisa aunque con el asombro de la sorpresa aun en los ojos, Donovan se acerca y se sienta en la cama. Intercambia la mirada de Juliet a ti un par de veces antes de hablar, tiempo que sirve para distraer a Juliet de la pesadilla que le hizo gritar y hacer que su atención se centre en el anciano -vaya, perdone mi asombro señorita.- comenta ahora con una fingida perplejidad exagerada -No sabía que tenía la visita de una niña tan guapa.- Juliet se sonroja y agacha la cabeza -Arriba hay pizza, pasta y un montón de libros. ¿Tienes hambre?- La pequeña asiente ilusionada y en ese momento la sonrisa del anciano es tan cordial que da la impresión de poder arreglar cualquier problema. Donovan se levanta y extiende la mano hacia Juliet, la niña la agarra y te mira con su habitual sonrisa -Deberías avisarme de que vas a traer a amigas a casa Roux, me habría puesto guapo- Juliet suelta una carcajada ajena al verdadero mensaje de las palabras de Donovan que, obviando su boca risueña, sus ojos muestran una creciente preocupación cuando no miran directamente a la pequeña.

Los tres subís arriba y Donovan acerca una silla más -Ven, siéntate aquí. Puedes coger algo de pizza mientras Roux y yo vamos a buscar algún libro que te guste.- El anciano se dirige hacia la otra punta de la tienda, cuando ya no está a la vista de la pequeña se queda inmóvil con los brazos cruzados sobre el pecho y en silencio, con la duda y la incertidumbre en su rostro, esperando una explicación.

El muchacho coge la nota, la mira con fingido interés pero nada más empezar a leer sus ojos se abren como platos. Te mira, vuelve a mirar la nota y corre al interior dejando la puerta completamente abierta. Desde tu perspectiva puedes ver que al otro lado del recibidor está el salón. Él permanece de pie en medio de tu campo de visión, mirando hacia un punto en el que debe estar la televisión pues la ha encendido y cambia de canal escuchando atentamente hasta dar con las noticias.

...dre e hija desaparecidos hoy en Nueva York en lo que parece un crimen macabro ocurrido esta pasada noche. La menor se llama Juliet Engen...

El muchacho apaga la televisión, coge su chaqueta y vuelve a la entrada. Cierra la puerta tras de sí, ambos quedáis muy cerca el uno del otro pero él no parece darse cuenta hasta que te mira. -Emh... la niña. Tengo que... que encontrarla antes que ellos. A eso se refería Gordon. Han intentado llevársela pero han fallado: "primer intento fallido", ella... es... especial- Graham da un paso al lado para salir de tu espacio vital y recuperar el suyo. Se va a marchar pero se detiene, se gira hacia ti -Gracias- comenta alzando la mano con la nota aun sujeta -Por cierto, me llamo Graham aunque todos me llaman Gram- sonríe y vuelve a girarse. En sus ojos has podido leer la urgencia y el estar completamente perdido. Vuelve a detenerse en el vértice de la "T" que forman los pasillos ensimismado, pensando el paso más óptimo a seguir. Vuelve a mirarte -¿Por dónde empezarías tú a buscar a una niña que han intentado secuestrar y ha huido de su casa? ¡Su casa! Gracias de nuevo- comenta con la mente resuelta atribuyéndote el mérito -y... ¿vienes?- concluye extendiendo su mano derecha hacia ti.

Contemplo el intercambio entre el detective Roberts y Amanda con algo de impaciencia y sin sorprenderme por las formas de mi compañera. Cuanto antes nos pongamos manos a la obra en el laboratorio antes podremos aportar información que sea de ayuda para encontrar a la niña. Sin embargo al escuchar que la joven que acompañaba a Cole es periodista mi ceño se frunce, recordando las palabras del comisario. - No quiero que trascienda a los medios. 

No puedo evitar dedicar una mirada suspicaz a la muchacha. ¿Cómo se ha enterado tan rápido? Pero mi expresión se suaviza al escuchar las explicaciones de Amanda D. y el detective Roberts y asiento levemente con la cabeza. Si tiene que haber un informador oficial en los medios no hay mejor opción que una familiar del cuerpo. Y por partida doble por lo que parece.

- Todo queda en familia por lo que parece. - Comento esbozando hacia la joven una pequeña sonrisa un poco tensa por las imágenes que he contemplado en el interior del apartamento. - Encantada, señorita Davidson. Soy Isabella Becker, forense. 

Después me giro hacia el detective al que Nick le echó el ojo y ladeo la cabeza mirándolo. - ¿No se supone que debería estar interrogando a los vecinos? - No puedo evitar pensar que si Nick se enterase de que está remoloneando fuera de su puesto le encantaría castigar su pequeña falta con sus propias manos. Contengo una sonrisa y asiento con la cabeza antes de responder a su pregunta. - Por las marcas de las puertas y las ventanas. 

Me vuelvo hacia Jackeline, incluyéndola en mis siguientes palabras. - El apartamento está lleno de unas extrañas marcas místicas, en las puertas y ventanas. Los asaltantes entraron por el único sitio donde no había esas marcas: el conducto de ventilación y luego atravesaron la pared. - Me encojo de hombros. - Pienso que la gente que estaba en el apartamento ya sabía que vendrían a por ellos. Y en lugar de avisar a la policía como la gente normal, llamaron a un sacerdote e hicieron algún tipo de ritual de protección de vaya-usted-a-saber-qué. - Hago una pequeña pausa antes de seguir hablando, frunciendo el ceño. - Y sin embargo, los asaltantes debían también creer en ese lo-que-sea porque evitaron las puertas y las ventanas. Pero sólo para entrar. Al salir, lo hicieron por la puerta de entrada, al menos uno de ellos, probablemente llevándose al señor Engen y a su hija, o a uno de los dos. Quizá pensaban que la magia de las marcas sólo funcionaba de forma unidireccional. - Remarco la palabra "funcionaba" de forma que queda bastante claro que no creo en absoluto que algo así pudiera funcionar realmente. Al menos más allá de lo que pueden funcionar por ejemplo las cámaras disuasorias en el metro, para intimidar a los posibles asaltantes. Y eso al parecer sí que lo hicieron bien las marcas. La gente puede llegar a creerse auténticas tonterías. - O quizá no creían tanto en ello como para trepar con los rehenes por el tubo del conducto de ventilación.

Me encojo de hombros de nuevo y ladeo la cabeza mirando a mi compañera. - Amanda, no deberíamos tardar en ir al laboratorio. Hay una niña desaparecida, es una carrera contrarreloj... - No puedo olvidarme de la niña y mentalmente me anoto llamar a Allison en cuanto tenga un minuto de tranquilidad. Racionalmente sé que debe estar bien, pero el temor por la pequeña Engen se empeña en pegarse a mi piel deslizándose sinuosamente y extendiéndose hacia mi niña de esa forma instintiva y en ocasiones sobreprotectora que sólo una madre puede comprender.

         Cierto alivio recorre el cuerpo de Roux, aunque aún no se relaja del todo, y al acompañar a Juliet y Donovan a la librería baja los estores de la cristalera, quedando así protegidos de miradas indiscretas. - A ver que libro encontramos para la señorita. -

          Roux llega hasta Donovan, y buscando las palabras adecuadas comienza a buscar realmente un libro para Juliet. - Veras... - El cansancio, la confusión, y la paranoia se adueñan un poquito de su consciencia. - Sé que es raro, pero esa niña tiene algo... - Su cara trata de representar algo entre raro y brillante. - Necesita mi ayuda, quizás más de lo que llego a entender. ¿Tú la has visto alguna vez? La encontré cuando se dirigía hacia aquí. - Roux parece confuso y preocupado, pero sin embargo sus palabras tienen un peso que pocas veces han tenido. - No quiero meterte en ningún problema, buscaré algo donde quedarnos unos días mientras averiguo algo más. -

          Roux mira desde su posición a la joven, mientras repasa mentalmente la información que tiene. Una adaptación moderna de 'El Sueño de una Noche de Verano', esa es la elección que finalmente toma en sus manos. - Es Juliet Engen. Y ha debido pasar por algo muy duro, pero ha confiado en mi, y no puedo llevarla inmediatamente para que la interroguen durante horas y la obliguen a revivirlo una y otra vez. - El nerviosismo y la inquietud han desaparecido, en su lugar, su rostro muestra la determinación que tiene de aclarar la situación.

Las palabras de Caith me golpeaban como si me lanzara piedras. Queria creer todo lo que me contaba pero parecia sacado de una pelicula. Intente poner las ideas en su sitio y seguir con la conversacion para llegar un poco mas lejor.

Una sociedad secreta como los illuminati? O algo asi? Estas segura, que mas puedes contarme? Tienes la pagina aqui? Dios perdona por el interrogatorio pero estoy muy confuso ahora mismo. Todo suena tan increible y a la vez en estas pocas horas que llevamos juntos a sido todo tan real que de verdad me siento abrumado. Pero si esta enmis manos te ayudare en todo lo posible. Caith cuentame mas...