Partida Rol por web

​- Yo, por mi parte, no voy armado, tengo los permisos necesarios, por trabajar en el puerto, pero no tengo armas de mi propiedad y tan sólo las he usado en campos de tiro. - Miro a todos antes de continuar. - Como ya dije antes, yo preferiría ir de forma legal, oficial y acompañado por la policía, pero si vamos a ir ya, desde luego pasaré antes a ver a ese cliente suyo, señor Barton.

Sr Marlon, si usted quiere hacer esto por los cauces normales, estaremos empatados 3 a 3 en opiniones. Pero si quiere pasar ya mismo por la armería y tentar la suerte en la tienda de N’Kwane, estaremos 4 a 2 a favor de esta última opción. Decídase porqué su opinión es la decisoria.

-Vamos señores, -dice Will- que no nos amilanen las adversidades. Somos caballeros y hemos sido testigos de un crimen que en manos equivocadas puede conducir a la impunidad de sus responsables. Somos especialistas en diversos campos y conocemos el grado de la amenaza a la que nos enfrentamos. Fueron nuestras pesquisas las que condujeron a esa tienda, fuimos nosotros los que vimos a los criminales.

Will se enardece con facilidad en la oratoria y eleva el tono, como transportado por un bien mayor.

-Es nuestro deber investigar ese lugar. No iremos alocadamente. Otearemos desde la distancia y aprovecharemos la oportunidad que surja y, en todo caso, trataremos de garantizar con nuestras armas la protección de aquellos no entrenados. No se apure señor Davies, en todo momento estarán protegidos. No le quepa duda.

Me quedo pensativo unos instantes, golpeando la libreta de notas con la parte de atrás del lápiz, antes de decir:

- Entiendo su postura, caballeros, les aseguro que la entiendo, pero díganme. - Me giro intentando verlos a todos a la vez. - ¿Cuándo piensan hacer su incursión en la tienda? ¿Ahora?, es decir, ¿A plena luz del día? ¿O prefieren esperar a que oscurezca cuando todos los gatos son pardos? Si vamos de noche al menos tendré la oportunidad de poder comprobar la viabilidad de conseguir una orden o un papel en la oficina que me permita entrar legalmente.

-En la noche es mas difícil ver a los negros. -Dijo simplemente golpeándose con el indice dos veces la frente con suavidad.

-Está bien, esperaremos a esta noche, salvo que se consiga una orden judicial a lo largo del día.
 

Tras despedirse de Jonah se dirigieron a la primer comisaria que encontraron cerca. Al entrar veían que la policía no estaba demasiado preocupada por hacer su trabajo, incluso el policía que los atendió parecía estar pensando en lo que iba a almorzar en lugar de en resolver crímenes.

En que puedo servirles caballeros.

Esta frase la vomita como si la tuviera preparada y sin pensar mucho en lo que está diciendo, claramente la mente del hombre está en otro lado.

¿Tienen alguna denuncia que realizar?

​Me adelanto, para acercarme al mostrador del oficial mientras saco la documentación para acreditarme:

- Buenos días, oficial. Soy el Agente Weiner, del Servicio de Aduanas. - Digo depositando la documentación sobre el mostrador para que la pueda comprobar fácilmente. - En el curso de unas investigaciones rutinarias, hemos encontrado en un barco procedente de África una serie de productos ilegales con destino a una tienda de la ciudad, "La Casa del Ju-Ju" en Harlem. - Me callo unos instantes para que pueda procesar toda la información. - Revisando toda la documentación que tenemos en la Agencia hemos podido comprobar que dicha tienda ha recibido en el pasado varios envíos similares desde Nairobi y nos gustaría saber si es posible hablar con un juez para obtener una orden de registro así como la colaboración de alguna patrulla ya que, como bien sabe, las agencias federales no disponemos de arma reglamentaria.

El oficial mira los papeles muy por arriba y luego mira a los hombres que te acompañan.

¿Aduanas? ¿Un juez?... 

El hombre se queda pensando por unos segundos, como intentando recordar lo que le habían dicho en el curso de la academia de policías.

¿No deberían ir directamente a la justicia? No estoy del todo seguro pero creo que el departamento de aduanas tiene potestad para incautar mercadería y eso les debe dar una linea directa con nuestros jueces.... Aunque si el barco del que ustedes hablan tiene mercadería de contrabando no sería tan raro que los jueces les den una orden.

Se para y se gira.

Dejenme hablar con mi superior...

El teniente Poole se levantó de la oficina mientras escuchaban que gritaba algo al resto de la policía.

¡No me interesa si nos va a dar problemas con la mafia, cada día aparecen más cuerpos con marcas y no podemos dejar que un asesino siga suelto por la ciudad!

El hombre se sorprende al verlos en la comisaría, se acerca mientras les extiende la mano.

Teniente Martin Poole, encantado de... conocerlos... señores.

Con un amplia sonrisa pero con una nota de duda en su voz les dice.

Ustedes me suenan de algún lugar, pero con la cantidad de personas que hay en esta ciudad puede ser que nos hayamos cruzado en la calle. ¿En que puedo servirles?

- ​Buenos días, teniente Poole, soy el Agente Weiner, del Servicio Federal de Aduanas. - Me vuelvo a presentar mostrándole mis credenciales tras recuperarlas de la mesa del oficial. - Le estaba comentando al oficial que en el curso de una investigación rutinaria nos hemos topado con un barco que transportaba contrabando para una tienda en Harlem, "La Casa del Ju-Ju", diferentes herramientas para rituales, cachivaches religiosos, imaginería pagana, cuchillos rituales, gorros extraños, animales prohibidos, cosas del estilo. - Me encojo de hombros levemente antes de continuar. -  Tras revisar los archivos hemos podido comprobar que esta tienda recibe mucho material de África, por lo que nos gustaría realizar una inspección de la misma, para lo cual me temo que necesitaría de la ayuda de algunos de sus hombres y de una orden judicial para entrar en la tienda. ¿Creé que podría ayudarnos?

Josep se mantenía callado y sin decir una sola palabra, procuraba mirar a un punto fijo para no tener que buscar un punto de apoyo, tenia experiencia previa en ello. Pero no por eso iba a dejar de prestar atención a lo que allí se decía, después de todo con suerte hasta tendrían escolta. -Animo compañero.

Peter contemplaba la escena y dejaba Weiner que hablase. Estaba incluso un poco apartado para no llamar la atención. Estaba seguro que si comenzaban a preguntar que pintaban todos ellos en este caso, sin ser agentes de la ley, podrían meterse en problemas.

Solomon reconoció de inmediato a Poole, pues habían hablado con él hacía escasos días. Él era el contacto de la policía que se encargó de investigar la escena del crimen de Elías, y por lo que parecía, también era el responsable general de todos los asesinatos rituales que estaban ocurriendo en la ciudad.

Por supuesto Marlon no sabía nada de esto, porqué fueron Burton y él mismo quienes se esperaron en el hotel hasta que llegó Poole para tomarles declaración.

La cuestión era que Marlon había presentado la solicitud de registro judicial como si de un caso “corriente” se tratase, y eso podía causar desinterés en el oficial de policía. Parecía bastante abrumado con los asesinatos como para prestar atención a otros temas más “mundanos”.

Solomon dudó unos instantes, pero finalmente se decidió a intervenir.

Teniente Poole, soy Solomon Davies. Me recordará porqué fui testimonio del asesinato de Jackson Elías hace escasos días. Usted me tomó declaración.

A los motivos que ha planteado el Agente Weiner para investigar esa “Casa del Ju-Ju”, me gustaría añadir además unas fundadas sospechas de que los propietarios de ese establecimiento son los autores de los asesinatos que ahora mismo está investigando. Al menos yo personalmente estoy convencido de ello.

El teniente Poole los mira interesado y preocupado por lo que le estaban comentando. Al escuchar lo de la asistencia de la policía el hombre empezó tomar notas mentales y notaban que estaba bastante dispuesto a colaborar, pero en el momento que Solomon comenta como se conocieron las tuercas giran en el cerebro de Poole y la situación cambia.

Es verdad, son los que encontraron el cadáver del escritor. No puedo revelares nada de una investigación en proceso pero estamos estudiando todas las lineas de investigación sobre su amigo.

Esta vez vuelve a mirar más serio a Weiner.

Ahora seguro tu no trabajas en aduanas ¿verdad?.

El hombre larga un largo suspiro y los mira.

Entiendo que estén preocupados por la muerte su amigo, pero no puedo dejar que interfieran en una investigación en proceso y mucho menos ir con civiles a una tienda que según ustedes tiene relación con el asesinato de su amigo. Lo que podemos hacer es dejar esto como una visita de un informante y olvidarnos que esta charla tuvo lugar.

El teniente los mira con ojos inexpresivos y muy pero muy serios.

Porque si siguen insistiendo puedo detenerlos por obstrucción de la justicia. Estamos en una ciudad donde las mafias hacen lo que quieren, y ahora tenemos a estos locos matando gente y haciéndoles extraños símbolos en los cadáveres. No me gustaría tener que detener a unos buenos ciudadanos como ustedes. Vuelvan para sus casas y entierren a su amigo, dejen el trabajo de policía a los policías. Para eso estamos, para ciudar al ciudadano promedio.

Will suspiró profundamente después de la declaración de Solomon Davies, aunque era propia de quien en el fondo era un amigo en la ciudad de Nueva York. Sintió que todo terminaba con esa revelación, pero de algún modo, con lo que habían llegado a conocer, Will Browne no estaba dispuesto a dejar atrás lo ocurrido.

Ahora mismo se sentía perdido, mientras escuchaba en silencio. En el fondo sabía que la visita a la policía no podía conducir a otra conclusión. Will se quedó intrigado verdaderamente por el problema que había mencionado Poole acerca de los asesinatos en serie, relacionados con los símbolos. Tal vez si...

-Teniente Poole, si me permite...- Dijo Will avanzando hasta colocarse más cerca del policía- Aquí tiene usted a un conjunto de especialistas en simbología, antropología, estudios africanos y toda una serie de cuestiones que podría ser de utilidad para atrapar a esos individuos. Si bien, como ha dejado claro, no podemos sustituir a las fuerzas de la ley, (ni era nuestra intención, pues por ello hemos acudido aquí, como usted podrá comprobar), al menos sí podría permitirnos asesorarles en lo que a los aspectos culturales se refieren de este fenómeno que nos ha mencionado. En tanto que asesores podríamos serles de mucha utilidad, como demostramos por las declaraciones aportadas.

Will se arriega a continuar.

-Pero en tal caso habría de permitirnos acompañarles a la tienda que ha mencionado mi compañero Davies, pues estamos convencidos de que tiene relación con el asesinato de Elías, del que ya se dio testimonio. Solo mediante una investigación in situ podríamos esclarecer la situación. Las razones son múltiples y en todo caso de tipo científico como para que yo las exponga ahora. Ustedes contarán con herramientas para resolver el caso con mayor celeridad y restaurar la maltrecha fama de la policía de Nueva York a donde le corresponde. ¿Qué opina?

​Asiento ante los comentarios del teniente Poole y me guardo la documentación para despedirme pero, ante la intervención de Browne, doy un paso lateral, para quitarme del medio, y atiendo a su intervención.

Peter pone cara de cirscuntancias. El teniente Poole les ha visto el plumero y por lo tanto poco o nada podrán hacer, al menos de forma legal

Hemos perdido el tiempo, un tiempo precioso

Pero el bueno de Browne interviene y Peter ve un atisbo de esperanza en sus palabras

Tal vez consiga convencer a Poole