Partida Rol por web

Al ver la montaña de preguntas que fueron poniendole al hombre, el mismo les sonríe mientras dice.

Uno a la vez, yo también ando preocupado por la situación pero esto tiene demasiada información para decirla de golpe. Sobre las sectas, lo único que se es que puede ser una secta criminal, ustedes saben que en los lugares tan alejados de Dios hay personas que hacen sacrificios para sus dioses paganos. Creo que la expedición puede haber sido victima de una de estas sectas, aunque obviamente no todos fueron atrapados. Los sangrientos saludos son solo una muestra de su humor, sectas, muertes, desapariciones era una forma... "apropiada" para terminar la carta.

Al ver la pregunta sobre si ellos se conocían el hombre no pudo evitar sonreír.

Claro, ellos eran grandes conocidos, Jackson escribía libros sobre un tema demasiado concreto y Carley estaba interesado en ese tema. En una ciudad donde la gente no se preocupa sobre sectas africanas y sus costumbres, era de esperar que las dos personas que más interés tenían en esto se juntaran y se hicieran amigos.

Por último se gira hacia Weiner y lo señala con el dedo con una gran sonrisa.

Usted señor hizo la pregunta correcta.

Se gira y saca una sabana negra que tapaba una cartelera, allí pueden ver las notas totalmente ordenadas y organizadas.

Aquí tienen mis notas, esto resume todos mis conocimientos sobre el tema, así que sería más útil que ustedes las lean a que yo les cuente lo que sé. Siempre el papel es más fiel que el habla, y no lo digo porque me dedique a la publicación de libros.

​Una vez el señor Kensington nos presta el recopilatorio de notas, las voy cogiendo en orden para darles una ojeada rápida, leyendo en diagonal, antes de pasarlas a los demás para que también puedan ojearlas.

Una vez concluyo la lectura de los diferentes bloques de notas miro al señor Kensington unos instantes antes de preguntar:

​- Tan sólo mirándolas por encima, estas notas parecen proporcionar bastante información sobre el viaje de Jackson y sobre lo que encontró. ¿Podríamos copiarlas?

Jonah te mira con una media sonrisa y te señala las notas.

Adelante joven, tómese su tiempo con mis notas todos queremos lo mismo aquí y mientras más mentes trabajen en un problema más fácil va a ser resolverlo.

Se sienta y los deja con las notas.

Escriban notas, pregunten hagan lo que necesiten para sacarse las dudas señores.

La conexión hongkonesa volvía a aparecer. “¿Está Jack Brady, el amigo personal de Roger Carlyle, realmente vivo en China? ¿Puede haber organizado él el asesinato de Elías?”.

Solomon no paraba de darle vueltas a todo lo que había investigado Jackson antes de su muerte. Daba la sensación como si la propia expedición hubiera organizado su desaparición, ya que los únicos cadáveres que se hallaron fueron los de sus guías nativos.

Quizás Brady había traicionado al resto del grupo, porque al fin y al cabo Carlyle y Elías eran amigos. A Solomon le costaba imaginar a Roger Carlyle ordenando la muerte de su amigo.

"Todo esto son suposiciones sin ninguna solidez. Esto es imposible de desentrañar."

Lengua Sangrienta –dice el religioso señalando la nota número 3- ¿Les suena este nombre señores? Efectivamente, es la Orden a la que pertenece Silas N’Kwane. Ya no hay dudas sobre la muerte de Elías. Fue Silas o cualquier de sus compinches quién le mató. ¿Cómo puede una secta tribal y alejada del mundo tener a varios seguidores en Nueva York? Hay que ir a hablar con la policía o volver a esa tienda para buscar pruebas sólidas, pero yo creo que ya tenemos la muerte de Jackson Elías prácticamente esclarecida.

— Eso parece —. Interrumpió Lionel con el ceño fruncido a causa de una interrogante que le resultaba abrumadora —. Excepto por una cuestión a la que no soy capaz de dar respuesta: ¿Por qué? ¿Qué descubrió el señor Elías que le costó la vida? ¿El destino de la expedición Carlyle? Si, como afirman estas notas, el teniente Selkiric dio testimonio de que no había europeos entre los cadáveres encontrados entonces solo quedan dos opciones que expliquen el destino de la expedición: La primera que desaparecieron y sus cuerpos no han sido aún encontrados, la otra es que decidieron desaparecer por algún extraño motivo relacionado con esta oscura secta. El indicio de que el señor Brady fuese visto en Hong Kong apunta a esta segunda posibilidad.

Tomó aliento, se rascó la cabeza y suspiró encogiéndose de hombros al sugerir —: En cualquier caso, si decidimos hacer otra visita a Silas espero que no les importe antes hacer una pequeña parada en la armería de confianza más cercana.

​Asiento levemente a los comentarios de mis compañeros, sin casi dejar de copiar las notas de Jackson, no se cuando podremos volver a la editorial o cuantas veces nos recibirá el señor Kensington.

- Desde luego, la implicación del N'Kwane parece cada vez más clara. - Comento en voz baja. - Creo poder obtener un requerimiento para poder entrar en la tienda legalmente e, incluso, podría ir acompañado por la policía si fuera necesario. Sea como sea, está claro que es mejor prevenir que curar.

Tras decir esto sigo enfrascado en copiar los pasajes más importantes de las notas de Jackson.

Jonah los mira mientras piensa en voz alta.

Entonces creo que ya tenemos suficientes argumentos para ir a la policía, si me preguntan como hay un culto de este tipo en una ciudad moderna como Nueva York creo que tengo la respuesta.

El hombre se acaricia la barba mientras dice.

Creo que esta secta se puede remontar a las época de la colonia, recuerden que los colonos trajeron esclavos negros y ellos pueden haber traído su cultura y sus cultos. Además ese hombre tiene tratos comerciales con África, por lo que no sería tan raro pensar que pueda estar en contacto con una secta realmente perdida en el medio del continente negro.

Luego se para y los mira

Si van a ir a la policía les sugiero que no se demoren más, si estos hombres están dispuestos a matar a cualquiera que sepa algo de esto nuestras vidas penden de un hilo y tenemos el reloj en contra.

-¿La forma apropiada? -Musito el farmacéutico quien pensó que no conocía para nada el humor de los escritores.

Josep estaba un tanto indispuesto y solamente ojeo por encima las notas de aquel hombre, confiaba en que los demás desheredaran la maraña de preguntas que vendrían después y así parecieron hacerlo, aunque el tenia una pregunta mas simple y seguramente sin interés.

-Lo que yo me pregunto, se supone que la secta viene del país de los negros y que son los esclavos, entonces como es que la secta venera a un dios que no es nativo. Si fuera una secta de aquí bueno, ¿Pero de su tierra? -Contuvo la mandíbula para evitar hipar delante de todos y volvió a ojear esa nota que mencionaba lo que acababa de preguntar.

Y finalmente la conversacional derivo en lo que mas temía, volver a la casa del negro a buscar la muerte, por suerte el Sr.Weiner, dijo la palabra mágica.

-Su por dios, al único me refiero, si desean volver allí, antes que armados en mejor ir con refuerzos, la policía tiene que saber de esto, son ellos los que deben hacer frente a esos negros. Hablemos con la policía, es la mejor opción. -Intento levantarse para dar ímpetu a sus palabras, pero sintió un ligero mareo y dejo el protagonismo a otro.

Will había estado meditabundo durante todo este tiempo, leyendo y releyendo las notas que habían ido recopilando. Las tenía esparcidas por su cabeza y le resultaba articular un sentido a todo esto. ¿Un dios que no era africano? ¿Una secta que se había instalado en Nueva York? Todo esto le resultaba desconcertante y aunque deseaba llegar al fondo de todo este asunto, sentía que algo no andaba bien, que todo el edificio (la expedición Carlyle, Silas, el propio Kensington) se tambaleaba. Nada parecía sostenerse con firmeza salvo la muerte de Elias, de la que habían sido testigos accidentales.

-No tengo claro que podamos alegar ninguna prueba. Si no son los sectarios más estúpidos del planeta, habrán limpiado la tienda de cualquier indicio y estarán a la espera de la policía. No tenemos información suficientemente sólida como para establecer conexiones criminales, ¿no cree Mr. Barton?

Will se interrumpió. Nunca antes había deseado antes un trago de whisky.

-No tengo claro qué hacer con todo esto. No veo a la policía implicándose en Harlem por unos cuantos nombres conectados. Elías trabajaba para usted, ¿verdad Kengsinton? Yo quiero llegar al fondo de esto, incluso llegando a Nairobi o a la maldita Hong Kong. Le propongo que sigamos la investigación que dejó en marcha Jackson Elias. Somos gente capaz y estamos unidos por un lazo común hacia Elias. Además, fuimos prácticamente testigos de su asesinato. La policía no intervendrá, pero nosotros, con sus recursos y contactos, creo que podemos esclarecer este enigma.

Peter había permanecido callado todo este tiempo, escuchando con atención y leyendo las notas. Ante las palabras de sus compañeros asintió

-Es posible que si el culto fue traido por los esclavos negros, permaneciese semi oculto, usando una especie de sincretismo religioso. Hay pruebas de que en ocasiones se ha hecho. Podrían hacer ver que adoraban a un santo cristiano que enmascaraba a uno de sus dioses. Si ha permanecido vigente hasta el día de hoy y con lazos con África, demuestra que es un culto importante y muy fuerte.

Encendió un cigarrillo y dio unas caladas a la vez que ofrecía a los presentes

-En la tienda dudo que encontremos algo, pero igualmente no perdemos nada si vamos allí. Por lo demás suscribo las palabras del señor Browne. De todas formas ya estamos metidos y dudo que podamos salir de todo este lío sin pagar un precio, así que...ya que estamos...intentemos llegar al fondo de todo esto, para bien o para mal.

​Asiento levemente ante los comentarios de los demás antes de decir:

- Yo soy más un burócrata que un hombre de acción pero no pondré objeciones a una aproximación más directa al problema. Eso si, para visitar la tienda necesitaremos ir preparados y equipados de forma conveniente.

El abogado dio un paso al frente —: Estoy convencido de que el teniente Poole de la policía de Nueva York estaría encantado de que le proporcionáramos cualquier indicio que le permitiese arrojar algo de luz a este estremecedor caso, el problema es, como bien indica el señor Browne, que no tenemos ninguna prueba y que nuestras divagaciones y teorías bien pueden servir únicamente para hacerles perder el tiempo. Hasta que no tengamos algo más que conjeturas me temo que tendremos que valernos por nosotros mismos.

-¿Están hablando en serio? Yo no soy un pistolero y la mitad de nosotros creo que estarán de acuerdo conmigo. -No salia del asombro, como se estaban tomando las decisiones. -La policía esta para eso, escuchar a los ciudadanos por mucho que parezca que podamos hacerles perder el tiempo, quien sabe, si lo exponemos adecuadamente, las notas, la situación, el culto, los negros. Yo creo que si podemos intentar hablar con ellos. -Se trabo un segundo antes de continuar. -El sargento o teniente que a mencionado Leonel, puede que este mas que dispuesto a escucharnos y si luego no nos da ayuda... bueno pues al menos habremos exprimido una vía, la mas segura a mi parecer. -Era evidente el nerviosismo de Paulov al escuchar la intencion de asalto a mano armada.

Carter sonrió ante las palabras de Paulov

-¿Está seguro? La policía no interviene en según que casos y cuando lo hace va por la vía rápida. En este momento seguro que habrán cogido a algún desgraciado y le habrán cargado el muerto. Hemos de ser precavidos o nosotros seremos quienes vayan a la cárcel

Jonah mira a Will pensativo y le contesta.

Puede que sean los sectarios más estúpidos del planeta, o que la tienda sea su punto de reunión y no tengan otro lugar a donde ir. Creeme, los negros no tienen grandes casas donde juntar una secta, que uno de ellos tenga una tienda de importación ya es suficiente logro.

Luego al ver que la charla deriva hacia si se puede confiar o no en la policía el hombre empieza a dudar.

Quisiera creer que la policía es honesta y seria, pero ya saben lo que está pasando en Chicago con las mafias, primero Big Jim, luego Papa Jhonny y ahora este Al Capone... La policía no está pudiendo hacer que se cumpla la ley en una ciudad más pequeña que Nueva York y si vamos con cuentos de sectas africanas seguramente se rían de nosotros.

El hombre se pone a pensar y larga un suspiro.

Por más que odie decirlo creo que solo nosotros podremos solucionar esto y nuestra mejor opción es ir a esa tienda... O mejor dicho su mejor opción...

Agarra un bolígrafo rojo y se los muestra.

Lamentablemente lo más parecido a un arma que tengo es este bolígrafo y si tuviera una pistola no les puedo asegurar nada, la bala puede parar en un negro, en el techo o en la espalda de alguno de ustedes... nunca dispare un arma en mi vida y les aseguro que no quieren estar delante de mí cuando lo haga.

-Bien. Entonces vale la pena intentarlo.- Repuso Will.- Yo tengo un arma.- Dice, desenfundando su Webley Mk VI de calibre 38.- ¿Alguien más?

El webley Mk VI era el arma de la oficialidad británica por excelencia, más allá de los fusiles u otras armas más propias de infantería. Conocida especialmente durante la guerra de los bóers y la Gran Guerra. Will no tendía a mostrarla con facilidad, pues opinaba que las armas eran el camino más tosco para resolver problemas, pero en este caso se exigían casi con necesidad.

-Sugiero ir para allá sin dilación, pero si me preguntan por dónde encontrar armas en este pueblo de pecado, no sabría ayudarles. En otro orden de cosas, ¿qué le parece mi proposición de financiación, Mr. Kensington?

En cuanto el mas sensatos de los presentes* después de él mismo, tacho la posibilidad de la policía, Paulov supo en ese momento que nada de lo que dijera convencenria a sus compañeros.
-¿Pero piensa ir Sr.Kensington?

Y para mayor confirmación fueron las palabras y actos de Will al enseñar su arma.
-Vale, pistolero, mejor guarda eso para cuando lo necesites. -Era obvio que al farmacéutico no le gustaban las armas. -Yo... no me creo que estemos hablando de esto, yo solo he disparado en alguna cacería y poco mas, no tengo experiencia con armas y sinceramente prefiero que siga así.

Dicho lo cual toqueteo el bolsillo de su chaqueta con insistencia, peros sin llegar atreverse a meter la mano.

Cualquier acción violenta solo atraerá más violencia y más dolor. Lo sé muy bien. –Solomon se había levantado para situarse a un lado de la sala, favoreciendo así una discusión en círculo- Cuando hablamos con el teniente O’Poole, el hombre estaba realmente preocupado por los asesinatos que están asolando la ciudad. La policía está haciendo un gran esfuerzo para que no salgan a la luz porque aun no tienen ninguna pista por dónde empezar, así que creo que nuestro testimonio sobre uno de sus casos sí que le puede interesar, y diría que bastante.

Aún así, -dice el religioso con un resoplido de resignación- si la decisión mayoritaria es la de volver a la tienda, estoy dispuesto a acompañarlos, pero no esperen de mí que empuñe ninguna arma a menos que mi vida vaya en ello.

Sobre la posibilidad de viajar a Nairobi para continuar la investigación de Elías, que quieren que les diga. Por un lado es mi sueño actual –volver a África a continuar estudiando tribus y religiones nativas-, pero por otro lado deben de saber que eso requeriría de un gran esfuerzo económico, social y hasta peligroso en lo que a la salud atañe. Mi débil sistema respiratorio puede dar fe ello.

— En la esquina de la 49 con la 32 oeste hay una pequeña armería, muy discreta, está regentada por un cliente mío, el señor Andrews Balter. Estoy seguro de que no tendrá inconveniente en mostrarse clemente y hacer la vista gorda al respecto de algunos trámites burocráticos necesarios en la obtención de objetos de defensa. Como ya les he comentado alguna vez lo único que sé utilizar, gracias a mi padre, es una escopeta. Créanme cuando les digo que, como arma intimidatoria resulta muy eficaz, en más de una ocasión no hará falta ni abrir fuego con ella. 

— Tal y como están las cosas considero perfectamente legal, razonable, ético y necesario hacer un registro concienzudo de la base de aquella secta, provistos, por supuesto, de medidas de contingencia de todo tipo. Cuando tengamos algo irrefutable la policía tendrá que escucharnos.

Peter abrió su chaqueta y mostró un revólver

-Yo voy armado y sé como usarla.

Volvió a ocultar el arma y dió una calada

-Volvamos entonces a la tienda, a ver si encontramos algo. Es de día y eso facilitará las cosas, pero igualmente nos iría bien unas cuantas armas más, o al menos algunos garrotes. También un plan de huída. Un vehículo como el que usó el señor Weiner, y uno de nosotros que estuviese preparado con él por si hemos de huir como la otra vez.