Partida Rol por web

Libertad Escarlata

Capítulo II: Del Dominio

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01/06/2015, 22:11
Narración

La Segunda Tradición:
El Dominio

Tu dominio es tu propia responsabilidad.
Todos los demás te deben respeto cuando se encuentren en él.
Nadie puede desafiar tu palabra en tu dominio.

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01/06/2015, 22:16
Narración

Imagen original encontrada en CrimeSceneShoes

Cuarenta malditos minutos. 

Toda una eternidad se sucedió desde la llamada de Edward L'Strange hasta que sintió movimiento de nuevo. El gangrel estuvo en guardia, pero pronto descubrió que se trataba del "cubrimiento" de Ramirez. Un grupo de mortales en mamelucos blancos con manchas de pinturas y con gorras, aparecieron en la torre. Todos tenían un aspecto latino. Traían consigo pantallas de tela, escaleras portables y baldes con pintura y brochas. Aquello tenía el aspecto de una reparación nocturna, poco usual, sí, pero no demasiado sospechosa a los ojos de los mortales.

-Use esto- dice uno de los hombres en inglés con un fuerte acento hispano, dándole una muda de mameluco llena de manchas de pintura y una gorra como la que todos usaban. Tras disfrazarse y dar algunas indicaciones, los hombres se reparten por todo el lugar y aseguran que ellos se encargarían hasta del oficial inconsciente.

El cainita pudo bajar las escaleras, observando mejor los interiores envejecidos de la torre, sin ser distraído esta vez por la posibilidad de ser emboscado en cada piso. En la planta baja, un par de hombres también en traje de pintores y reparadores conversaba con un sujeto vestido como la seguridad del monumento, los hombres defendían que aquella reparación había sido programada hacía varios meses y que seguro había sido la seguridad quien habría perdido el memorando. Nadie prestó atención a Edward salir al tiempo que otros dos hombres entraban con implementos de limpieza por la puerta. En el continuo flujo de trabajadores recién llegados, Edward era tan invisible como si usara cualquier disciplina vampírica.

Una gruesa capa de nubes cubría el cielo y la luz parecía inexistente en el firmamento. Unas pequeñas gotas de agua empezaron a caer de manera lenta y perezosa, anunciando una fuerte lluvia por venir. Un relámpago llena la ciudad con luz blanquecina durante unas milésimas antes de desvanecerse definitivamente.

Afuera, aparcados en la torre había dos camiones con el logotipo en español de una empresa de albañilería que no le sonaba de nada a Edward. Uno de los hombres, que parecía esperarle, le señaló hacia un auto con luces de aparcamiento puestas a unos pasos de donde estaban los dos vehículos "oficiales". Un chevrolet rojo oscuro, de un par de años atrás era el coche señalado. Edward caminó el trecho que lo separaba del auto y se subió en el puesto del copiloto. Allí estaba Horatio Ramirez, quien sin mediar palabra, una vez su pasajero se subió, comenzó a conducir.

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01/06/2015, 22:40
Horatio Ramirez

-L'Strange- dice sin mirarlo. No ha sonreído y observa por el retrovisor mientras conduce. Pasan unos minutos de silencio, en donde Edward no se atreve a tomar la iniciativa. Una luz se pone en rojo y el auto se detiene en espera.

-L'Strange. ¿Quiere explicarme por qué estoy cubriendo una jodida ruptura en un territorio que no me pertenece? ¡¿Donde carajos está ese gordo hijo de puta de Welsdom?! ¿Por qué no ha movido él su culo para limpiar esta jodida mierda? y ¿qué diablos pasó allá arriba?- un destello de rabia se ve en los ojos del guardián del elíseo. Sus manos se aprietan fuertemente contra el volante, haciendo que el estrés sobre el material produzca un apenas audible sonido. 

Estaba claro que Ramirez no estaba más ya de buen humor.

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02/06/2015, 01:56
Edward L'Strange

Bueno, ahora toca aguantar la bronca de Ramirez. La verdad es que Edward después de lo que ha pasado, no tenía muchas ganas de que alguien le echara la bronca así sin más. Más aún cuando él no tenía la puta culpa de nada, y más aún cuando había salvado una ruptura de la Mascarada así por la jodida cara.

Su pudiera respirar, en ese momento habría tomado aire muy profundo antes de soltarle a Horatio Ramirez toda la perorata de cómo había llegado a meterse de nuevo en un Eliseo.

Retrocedió una noche en su mente, y comenzó a relatar lo que había descubierto hasta ese momento.

- Tranquilo, señor Ramirez, voy a empezar desde el principio y cuando termine, podréis hacerme todas las preguntas que necesitéis. - Dijo Edward con voz tranquila mientras su "jefe" conducía el coche. - Hace un par de noches fui citado por Welsdom a un hotel, en dónde me pidió que le devolviera un pequeño favor que le debía desde hace un año. Ya sabéis, desde el caso Rienne. Al parecer, Dick temía por su vida. Tres de sus ghoul habían desaparecido y él creía firmemente que alguien quería matarle. -

Las calles iban pasando deprisa a medida que el Gangrel relataba lo sucedido.

- Desde esa noche, no volví a verle y según sus palabras, iba a estar desaparecido hasta dentro de una semana, y en ese momento contactaría para ver que había descubierto. Comencé mis investigaciones revisando las casas de los desaparecidos y no había ni rastro de ellos. Como el año pasado, desaparecieron sin más, sin dejar rastro, ni siquiera una nota de renuncia. Welsdom me había dado un intercomunicador con el que se comunicaba con, según él, su ghoul más formado, un ex militar, que también desapareció. Le hice grabar unas palabras, y hace unas horas, fui al hotel dónde me encontré con él y preparé la trampa. La idea era que detecten la transmisión, y que se presenten en el hotel, para poder ver de quién se trataba, sin embargo, la cosa no fue tal y como lo esperaba. -

Sacó la grabadora de su bolsillo y colocó el casette con la conversación que mantuvo con la extraña mujer al otro lado, la cual parecía saber mucho más de lo que aparentaba. Apretó el play y reprodujo toda la conversación en el coche, sólo para los oídos de Ramirez.

Un sonoro clic indicaba que la grabadora se había detenido.

- Como veréis, no me quedaba otra opción que acercarme a Indepencende Hall para ver de que se trataba todo esto. Por mi mente pasaron muchas cosas, como una bomba, o cualquier otro artefacto que hiciera que los documentos que podían encontrarse en el Eliseo fueran destruidos. Y claro, ¿de quién sería la culpa si un ghoul entrara a un Eliseo Cultural y destruyera cosas? Del Guardian del Eliseo, claro está. ¿Y si ese ghoul era uno de los suyos y no había denunciado su desaparición? Por ahí iba la cosa, claro. - Edward tragó saliva, para después continuar. - La cuestión es que logré infiltrarme en el lugar y detectar una mancha de sangre en las escaleras. No se veía un sólo guardia por el lugar, por lo que he podido subir por las escaleras sin problemas. El primer cartel indicando que los vampiros existen me hizo sospechar que no querían destruir nada de lo que allí se encontraba. Todo esto era una vil trampa para que todo el peso y el enfado del Príncipe recayera sobre una sola persona: Dick Welsdom. -

El Vástago se restregó los ojos, cansado del esfuerzo que había tenido que realizar en la torre del reloj, pero aún así, continuó contando lo que había sucedido hace unos minutos.

- Al llegar a la campana, apareció su ghoul. El tercero, creo entender. Tenía una estaca clavada en el pecho, marcas de colmillos en el cuello y cortes en todo el cuerpo. Estaba atado al badajo de la campana, y tenía clavada una nota en el pecho con la estaca, la cual tengo en el bolsillo... esperad... - Le mostró la nota a Horatio. - Intenté ver si el hombre estacado era ya uno de los nuestros, pero mis experimentos me confirmaron que se trataba de un simple humano muerto. Al parecer, el sonido de las campanadas con el cuerpo atado dentro de la campana alertó a uno de los guardias, y fue el humano que he tenido que reducir. Y como bien sabe, en el interín de todo eso, lo he llamado. -

Volvió a guardar la nota en el bolsillo para concluir con su explicación.

- No sé si Welsdom es un objetivo, o una simple víctima en todo esto. Sólo puedo deciros que creo que no será sólo él el implicado en esto. Creo sinceramente que hay alguien, o algún tipo de grupo, que quiere que todo salga a la luz y no cejará en su esfuerzo por que eso sea así. Esta vez he podido pararles, pero no estoy seguro que en otro momento me den tantas pistas como para detenerles. Lo que había comenzado como una devolución de un favor, se convirtió en algo que involucra a la Camarilla de Filadelfia. Welsdom ha sido el comienzo, y no sé a dónde terminará todo esto. Claro está que Dick me ha dicho que no diga nada, sin embargo, creo que tras lo sucedido, mantener un secreto de estas características es muy distinto, no cuando parece ser que es algo que compete a toda la Camarilla de la Ciudad. -

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07/06/2015, 19:05
Horatio Ramirez

Horatio sólo intercaló algunos insultos y maldiciones. Conduce mientras escucha la historia y sólo se detiene cuando sacas la grabadora -Jodidamente astuto L'Strange. Vaya que ha aprendido bien ciertas lecciones- dice como cumplido y escucha atentamente mientras ocurre el intercambio grabado con la mujer, sin manifestar ninguna emoción visible a través de su rostro más allá de la profunda molestia que tenía.

Encendió las luces de parqueo y llevo sus dedos al espacio entre sus ojos, justo en el lugar en donde comienza la nariz, y lo masajeó bajando un poco sus lentos. -Todo esto es una maldita mierda. Empezando por el cabrón de Welsdom. Ese maldito degenerado bien podría arder mañana mismo, no podría importarme menos... pero esto... esta puta mierda en un Elíseo nos va a joder a todos cuando Langstone se entere...- dice con una pausa pensativa -... y se enterará sin que tengamos que decirle nada. Maldita sea, si no lo mata la tía del radio, lo mataré yo...- parece que ha logrado hacer que su bestia se repliegue un poco, pero no por ello se le ve más tranquilo.

-Bien L'Strange. Ha obrado bien... aunque tal y como estamos, tenemos la mierda hasta el cuello. No le negaré que hay varios grupos que se relamerían la posibilidad de humillarnos con una ruptura de la Mascarada en un Elíseo... y ninguno de ellos es precisamente el tipo de vástagos que querríamos rondando por la ciudad... y lo que es peor, no entiendo por qué el imbécil gilipollas de Welsdom no advertiría de tales enemigos poniéndonos en riesgo... joder, espero que el gordo no haya traído el Sabbat hasta aquí...- Ramirez pensaba en voz alta. Pasaron unos instantes antes de que volviera a fijarse en tu presencia de nuevo allí.

-Muy bien. Me temo que tendremos que manejar con mucho cuidado esto. Cuando el príncipe se entere...- explica lentamente -... tenemos que ser capaces de señalar a un responsable. No tengo ningún deseo de pararme como un imbécil y decir que no sabemos quién hizo esto o por qué, más allá de sus conjeturas. No, L'Strange, no tenemos más que una noche para sacar algo en claro, mientras cubro nuestros culos... y aunque me moleste, el del gilipollas de Welsdom- y saca un cigarro, lo pone en su boca pero no lo enciende. Habla entre-abriendo el labio opuesto al que sostiene el cigarrillo.

-Hablaré con el Sheriff...- dice. El Sheriff Ahmar "Crimson" era otro gangrel importante en la ciudad, además de Samantha y el mismo Edward. Un sujeto silencioso y efectivo que prefería ser discreto de sus idas y venidas del elíseo. -...y montaremos guardia sobre los elíseos. Si alguien intenta algo como esto, esta vez caeremos sobre él... así que eso lo deja a cargo de descubrir quien es su amiga del radio, L'Strange. Si se dirige a un otro Elíseo, nos dará la alarma. Si Welsdom lo cita de nuevo, me avisará y si la tía del radio intenta algo diferente... trate de seguirle la pista hasta que pueda averiguar algo. Y ojalá sea pronto. No creo que tengamos más de una noche antes de que Langstone quiera vernos... y quizás podamos ver cuál es la relación del degenerado bastardo con todo esto...- luego mira a Edward largamente.

-Esto podría ser bastante peligroso L'Strange. Espero que esté a la altura. No es que me agrade particularmente lanzarle mierda a mis subordinados pero ya sabe... la mierda a veces sólo llega tocando a la puerta- sentencia.

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07/06/2015, 19:58
Edward L'Strange

Bueno, no podría ser mejor. 

Ahora, en vez de una semana para resolver el acertijo, tenía una noche. Esta misma y la siguiente. Por suerte, tenía en su poder aún el intercomunicador que le había dado Weldom. Ahora mismo, sentía un poco de lástima por su empleador, ya que al parecer, todas las miradas iban hacía su persona.

Y por supuesto, la del Príncipe también en cuanto se entere. Y se iba a enterar.

Miró a su otro empleador, y asintió con la cabeza.

- Me pondré con eso ahora mismo. - Dijo mientras abría la puerta de su coche. - Iré a por mi vehículo a Independence Hall y después al refugio temporal que me ha habilitado Welsdom. Allí me comunicaré con nuestra amiga, para darle a conocer la buena noticia de su incursión al Eliseo. Ya sabe como ponerse en contacto conmigo. -

Se bajó y se metió las manos en el bolsillo, mientras comenzaba a caminar hacía dónde se encontraba hace unos minutos. Tenía que pensar, pero el plan principal estaba trazado ya. Regresar al hotel y hablar con la muchacha. Era sencillo, y además, estaría muy contento en comentarle que casi tuvo suerte en toda la parafernalía que había montado.

Aunque quedaban aún dos hombres más desaparecidos, y ella sabía muy bien dónde estaban.

Caminó bajo la fría noche de Filadelfia con las manos metidas en su gabardina, hasta que llegó a su coche. Puso rumbo al hotel con la cabeza tranquila, pensando muy bien que iba a decir por el intercomunicador, si es que la muchacha se dignaba a responder, claro.

Llegó al aparcamiento del hotel, bajó de su coche y abrió el maletero. Cogió sus cosas y caminó tranquilo hasta la habitación del hotel. Allí, se tomaría cinco minutos para ordenar sus ideas y volvería a empezar.

Otra vez.

Por lo menos, su cabeza no estaba en juego. Al menos, no principalmente.

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11/06/2015, 00:18
Narración

Ramirez dejó que Edward saliera sin más. Ningún chiste, ninguna broma o burla a su trabajo, ni siquiera una acusación. Sólo el silencio cómplice y posteriormente el sonido del auto arrancando de nuevo para seguramente dar un par de vueltas más antes de volver al Elíseo. Que Ramirez moviera sus contactos y que el Sheriff fuese a involucrarse por petición del Guardián, sólo indicaba que ellos se tomaban la amenaza muy en serio. 

El regreso no tuvo mayor novedad. Desde el parking, el Independence Hall se veía tranquilo, a salvo de lo que habría podido poner en riesgo la existencia secreta de la Camarilla. Y seguramente el príncipe agradecería que la profanación de uno de sus amados símbolos no haya salido a la luz entre los mortales.

Una suave lluvia empezó a caer poco a poco sobre la ciudad, y el murmullo de las gotas eclipsó los ruidos del centro. Edward entró a su coche y condujo tratando de pensar en cuál sería su siguiente paso. Respuestas, había dicho Ramirez, y respuestas era lo que tendría que buscar.

Ya en el hotel, se alegró de estar en cubierto. La lluvia había dado paso a una fuerte tormenta y en el horizonte, los estallidos de furiosos truenos eran anunciados por brillantes relámpagos. La habitación permanece tranquila y solitaria, tal y como la había dejado al partir. Edward observa el comunicador intentando pensar si lo que iba a hacer a continuación iba a funcionar una vez más...

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12/06/2015, 08:36
Edward L'Strange

Edward presionó una vez el botón del intercomunicador para hablar tras encender la grabadora con una cinta nueva rotulada con un número 2.

- Ay, muchacha. No sé si me escuchas, pero... menuda habéis montado por allí. - Dijo sin más, sin dar muchas más explicaciones que las necesarias, ni detalles sobre lo ocurrido. 

Tampoco tenía muy claro quién podía estar escuchando.

Mientras esperaba la respuesta, y aún con el intercomunicador en la mano, el Gangrel paseaba por su habitación, mirando por la ventana y atento a que nadie le saltara encima en la oscuridad de la noche. Se la habían jugado bien a Welsdom, se la habían jugado bien, por lo tanto, a la Camarilla.

Y L´Strange estaba seguro que la cosa no acabaría allí.

La mujer con la que había hablado hace un momento, no parecía ser de las que se rendían fácilmente. Y ahora iba a ser peor. Mucho peor.

Y como siempre, Ed estaba en medio.

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12/06/2015, 18:12
Narración

Durante unos instantes no se escuchó más respuesta que el ruido del otro lado. Edward inspeccionó cuidadosamente el apartamento con el cuidado de quien empieza a ver enemigos en las paredes. Bien Ramirez había advertido que aquello traía sus riesgos y mientras las cosas no se aclararan aún más, él era quien debía asomar la cabeza y exponer su pellejo. 

Una ronda por las habitaciones, el baño, los balcones (ahora menos apetecibles debido a la fuerte lluvia) y la sala, revela que está sólo. No había señales de nada que le hiciese sospechar que nadie hubiese estado allí mientras él había estado fuera.

Y cuando se disponía a intentarlo de nuevo, una voz familiar le respondió desde la radio...

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12/06/2015, 18:17
Radio

-Ah señor Harrison- fue lo primero que escuchó. -Espero que esté pasando una muy buena noche.- había un no-se-que en sus palabras, quizás era un aire de diversión o algo de sarcasmo, pero el Gangrel no podía definirlo bien.

-... Ahora, ¿me decía, sr. Harrison? ¿Ha pasado algo de lo que deba enterarme? ¿Ha tenido suerte conversando con el amigo de Dick?- allí estaba, en todo su esplendor, la misteriosa mujer de la radio y su particular entonación ciertamente molesta.

-Cambio- finaliza, y la palabra suena como si fuese cantada alegremente. Al menos ella estaba de buen humor.

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12/06/2015, 20:53
Edward L'Strange

- Oh, cariño, no he tenido la suerte de poder hablar con el amigo de nuestro amigo en común. - Dijo Ed por el intercomunicador aún grabando la conversación. - Estaba difícil el asunto cuando te encuentras a un muchacho con una estaca clavada en el pecho y desangrándose. -

Edward masculló algo por lo bajo, imperceptible ni siquiera para él.

Podría haberle dado su sangre al muerto, si, estaba a tiempo de reanimarlo. ¿Pero sería más grande el problema que la solución? Siempre la cosa se tuerce, y ahora mismo, supuso que había perdido una gran oportunidad. Pero ese plan si que tenía huecos por todos lados.

- Cambio. -

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13/06/2015, 01:55
Radio

-Vaya, Sr. Harrison. Esos son malas noticias.-había un genuino tono entre afligiado y decepcionado en su voz.-¿No habría escrito algo con su último aliento un importante mensaje usando su propia sangre?- Una risa siguió al comentario. Hubo unos instantes incómodos de silencio.

-Bueno... supongo que esas cosas pasan. Pero al menos no terminó con su lengua en el culo de Langstone ¿verdad que no?- ahora regresa el tono con sorna de la mujer.

-Cambio-

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13/06/2015, 06:57
Edward L'Strange

- Oh, no, gracias al cielo. - Dijo Edward con cierto alivio. - Aún así se ha enterado de lo sucedido y ha tenido unas palabras con mi persona que, bueno, tampoco me ha endulzado mucho los oídos, por decirlo de una manera suave, pero hablamos de cosas interesantes. La cuestión es que todavía no comprendo por que montar tal espectáculo, pero supongo que en algún momento me lo explicaréis. -

Edward sonrió hacía sus adentros.

- Por que, a decir verdad, si vuestro cometido es dejar por el suelo a nuestro amigo Dick, lo habéis logrado, y con creces. Es más, ahora tengo permiso Real para negociar contigo, cariño. Bueno, digamos que una salida digna para todos. Si es lo que queréis, claro. -

Vamos a darle lo que quiere. Si acaso es eso.

- Cambio. -

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16/06/2015, 22:00
Radio

-Todo se irá sabiendo a su debido momento, Sr. Harrison. Después de todo, la verdad es un derecho, aún para los vástagos- responde la mujer con un aire tranquilo.

Ante el comentario de Dick, se escucha una risa ruidosa y estrepitosa del otro lado, como si Edward hubiese dicho algo extremadamente gracioso. -¿De verdad cree que ese pedazo de escoria es la razón por la que todo esto está sucediendo? Vaya que le tiene en estima, Sr. Harrison...- una nueva pausa.

-¿Negociar una salida? Me temo que no. Es usted quien quiere negociar una salida de esto para quienes está representando. Una salida cómoda, una salida con un responsable y un castigo. Esa es vuestra justicia. Pero me temo que detener los acontecimientos que se ha puesto en movimiento es, francamente imposible. Así que podría plantearse un objetivo mucho más a su nivel.- se escucha con cierto énfasis misterioso, como parece ser habitual en la interlocutora.

-Por ejemplo. ¿Ya sabe en dónde está el otro humano desaparecido de Welsdom?- pregunta la mujer de la radio.

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17/06/2015, 15:17
Edward L'Strange

- No cariño, creo que no has entendido cual es mi trabajo. Negociar una salida significa literalmente eso, negociar una salida. No implica que beneficie a los que represento, no implica que te beneficie a ti, implica que me beneficie a mi, ¿comprendes, cielo? No me tomes como el simple vástago que hace lo que le mandan, soy... digamos que atípico. - Dijo Edward muy tranquilo.

No iba a dejar que un atizbo de nervios se oyera en su voz. Era frío como el hielo. Un témpano.

- Pero aquí estoy, y te escucho. Si no quieres decirme que es lo que quieres, cosa que realmente me interesa de sobremanera ya que tal vez, y digo, sólo tal vez, nuestros caminos no sean muy dispares, no hay problema alguno. Podemos seguir con esto de ¿sabes dónde está el siguiente ghoul? A lo cual te escucharé encantado, cielo. Pero la verdad es que probablemente me canse un poco de ser el chico de los recados si no me das algo en que pensar. - 

El Gangrel esperó unos segundos para continuar.

- Así que, si deseas decirme dónde está el siguiente ghoul, aquí estoy siendo todo oídos. Ahora bien, si además quieres hablar de cosas importantes, como por ejemplo, qué pretendes obtener con todo esto o cuales son tus necesidades, también estaré encantado de escucharte y ¿quién sabe? mismo hasta ayudarte. Pero eso es cosa tuya. Cambio. -

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18/06/2015, 16:32
Radio

-El problema, Sr. Harrison, es que usted considera que quiero algo. Pero lo que realmente quiero es que todo esto suceda... no hay nada que usted pueda hacer. Pero si se porta bien, es posible que yo pueda darle lo que usted quiere. ¿Información sobre mi identidad, no es eso lo que busca? Y me temo que para saber mi nombre Sr. Harrison, debe portarse bien. Como un buen perrito faldero- dice con un aire burlón.

-Si quiere sacar algo de nuestras charlas, tendrá que lamer mi culo tanto como el del príncipe, para variar. ¿Estamos?- Hay un aire jocoso en las palabras, un cierto énfasis morboso dirigido en contra de Edward.

-¿Entonces? ¿Será un buen chico? Porque estoy seguro de que el otro humano de Welsdom no va a ser muy... paciente, si no se da prisa usted, Sr. Harrison- las palabras caen lentamente, con un aire erótico al tiempo que inquietante.

-Cambio-

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18/06/2015, 21:00
Edward L'Strange

Realmente la muchacha tenía la sartén por el mando. Ahora mismo, no me interesaba mucho saber quién era ella, ya me lo diría cuando ella quisiera, se le nota cada vez que habla que quisiera decir: ¡Soy Fulana! ¡Yo estoy haciendo todo esto! ¡Esto es lo que os espera! ¡He sido yo! Sin embargo, eso al Gangrel se la soplaba, y bastante.

Además, mucho esfuerzo estaba haciendo para no caer en las provocaciones de la mujer.

- No quiero saber su identidad, señorita. - Respondió  L´Strange. - Me gustaría saber si por que está haciendo todo esto, claro, pero su identidad supongo que en algún momento me la revelará. Como verá, me pagan por hacer un trabajo, pero como solucione este trabajo da un poco igual. Por un momento pensaba que hacía esto por algún motivo elevado o particular, pero creo que simplemente lo hace para joder a los que represento, lo cual me agrada. Hacía mucho tiempo que no tenía la oportunidad de encontrar a alguien que desafíe al sistema, y usted, señorita, lo está haciendo y muy bien. Mi oferta de arreglar todo esto de la manera que usted quiera sigue en pie, sin embargo, si quiere hacerme jugar, juguemos. -

Una sonrisa se dibujó en la boca de Edward, que la mujer probablemente pudo presentir.

- Me divierte todo esto y me gustaría saber a dónde quiere llegar, así que, como mi culo no está en juego en todo esto, sino más bien en tu querido cabeza de polla, vamos a "lamerte" el culo mientras el juego se mantenga interesante. Cuando me aburra, pues cogeré mis cosas y me iré a otro lado en dónde necesiten mis servicios. A mi no me pagan por evitar cosas como la de esta noche, a mi me pagan para ver por qué alguien quiere matar a otra persona. Si su objetivo no es Dick, me tomaré esto como un juego divertido. Así que, dejando todas las formalidades, vamos a jugar, cariño. -

Volvió a ponerse serio.

- Soy todo oídos, señorita. Cambio. - Dijo para terminar.

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24/06/2015, 09:33
Radio

-Me pregunto...- dice la mujer a través de la radio. -... Me pregunto qué pasaría si el gran Sr. Harrison deja de jugar a nuestro... juego. ¿Qué sucedería si algo grave? ¿Algo que de nuevo atentara contra las reglas de vuestros queridos antiguos? ¿Y si vuestro adorado príncipe se enterase de que alguien tenía el poder para evitar tal violación de sus reglas y no lo hizo? ¿A quién culparía? A mí, claro... pero también a ese horrible, horrible vástago, incapaz de defender las tradiciones que dice representar. Sería una lástima. ¿Verdad?- añade con su tono de sorna y sus inflexiones teatrales en la voz.

-Apuesto a que nuestras conversaciones no las conocemos sólo usted y yo, Sr. Harrison. ¿No es así?. Vosotros, los perros falderos de los antiguos os comportáis de manera predecible. Pero bueno... no quiero criticar sus decisiones- añade, sin dejar el tono divertido.

-Me gustaría hablarle del otro sirviente de Dick... pero hace un rato salió a buscarle a su refugio personalmente. Espero que no le haya sucedido nada...- dice de nuevo con esa manera de enunciar y hacer énfasis en una palabra lo suficiente como para atraer la atención sobre esta.

-Besos, Sr. Harrison. Espero ansiosa su próxima llamada- dice esta vez con una pronunciación seductora, con cada letra siendo pronunciada lentamente. -Cambio y Fuera-

De nuevo el silencio de la estática de la comunicación. Afuera la tormenta arreciaba todavía y la noche que venía por delante parecía ocultar aún más misterios y sombras.

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26/06/2015, 09:40
Edward L'Strange

- Oh cariño, no tienes nada qué temer sobre quién o quienes, escuchan o no escuchan lo que hablamos. ¿Qué más da? Si como bien dices, mi culo también está en juego, bueno, ya sabes como es esto. - Dijo Edward con una sonrisa. - Pero como ya te dije, soy todo oídos. Quieres que juegue, pues aquí me tienes, juguemos. -

Escuchó con seriedad las palabras de su interlocutora. No sabía muy bien a qué se refería con "Su" refugio. ¿El refugio de Dick o el suyo propio? Supuso que se dirigiría al refugio de Dick, por lo que cogió sus cosas mientras la mujer continuaba hablando al aparato.

Tras escuchar el "cambio y fuera", apagó la grabadora y cogió su móvil para enviarle un mensaje de texto a Ramirez al contestador del Eliseo.

"Extremadamente Urgente, sólo para Ramirez. El segundo sirviente se dirige al refugio de Dick."

La verdad no sabía que esperar, pero como siempre, cogió su equipo y nuevamente, salió del hotel. Estaba cansado, pero la cuestión era simple: la Mascarada no puede ser rota. Y menos en su guardia.

Cogió su coche, no antes de colocarse el chaleco antibalas, cambiar la cinta de la grabadora y por supuesto, coger sus armas. La cosa iba a estar complicada esta noche y no iba a tener nada de descanso. No por ahora. Tenía que ser rápido para no tener ningún problema y lo más probable es que llegue antes al Refugio de Dick que Ramirez, pero el mensaje tenía que alertarlo.

Notas de juego

EDITADO

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04/07/2015, 10:18
Narración

La segunda vez en menos de dos noches que estabas en aquel lugar. El barrio parecía algo más apagado, mientras una densa cortina de lluvia había desocupado prácticamente las calles de cualquier transeúnte. El cielo grisáceo cubría el firmamento y los visibles relámpagos dibujaban siluetas y sombras instantáneas sin precio aviso, marcando los relieves de las nubes y los ángulos en las sombras de los objetos visibles. 

Las casas con sus ventanas iluminadas refugiaban a los habitantes de aquella tormenta en la madrugada. Las formas se desdibujaban con el aluvión que el cielo vomitaba sobre las calles sin clemencia, intercalando los rugidos furiosos de los truenos, cuales gigantes enormes e irascibles deseosos de destruir todo lo que está bajo sus pies. Un viento fuerte arrastra las gotas, cambiando el ángulo de la lluvia y agolpando embates fuertes de agua sobre todo lo que no esté cubierto.

No había señal de nadie aparte de Edward, nadie de parte de Ramirez o de los vástagos al menos. Un auto pasa solitario más allí, pero en general la calle parece... vacía por completo. Entonces, aparcado cerca al refugio Edward nota la primera diferencia con respecto a la noche anterior: Las luces de la amplia casa están... apagadas. Al menos la noche anterior había podido fijarse en los movimientos de los guardias a través de las siluetas, pero en esta ocasión el lugar parecía abandonado... o al menos sin presencia humana (o no-humana).

Una vez más, un peligro potencial oculto en las sombras y había algo más, algo de lo que Edward no estaba seguro, pero que no estaba bien con aquella escena...

Notas de juego

Haz una tirada secreta de Percepción+Alerta a dif 7.