Partida Rol por web

Libertad Escarlata

Capítulo I: De la Mascarada

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31/05/2015, 17:52
Narración

Edward L'Strange se mueve como una sombra. Ágilmente se desplaza entre los escalones bajando con inusual rapidez y motivado por su urgencia por proteger la Mascarada. Hasta el momento la ruptura, por más obvia que fuese, no había tenido a mortales de testigos y ahora él era lo único que se interponía entre un problema grave y un problema verdaderamente grave. Borrar memorias y hacer que los mortales olvidaran ese tipo de cosas era una habilidad que sólo poderosos vástagos podían hacer y con mortales de por medio, la violación a las tradiciones se convertiría rápidamente en el tema de la ciudad.

El guardia era un hombre con sobrepeso, que caminaba tambaleándose un poco y que parecía distraído. Era obvio que no se esperaba encontrarse a nadie en la torre, así que no vio a Edward cuando se escondió junto a las escaleras para asestar un poderoso golpe. No supo ni siquiera que lo había noqueado cuando ya estaba en el suelo tras recibir un impacto seco y fuerte proveniente del Gangrel. Tenía un rostro fofo y regordete, su rostro era rollizo y rosado y un aire tontarrón poco difícil de ignorar. Tenía un traje de seguridad que indicaba que obviamente alguien se había percatado del anómalo tintineo de la campana central. El cuerpo permaneció allí, tras desplomarse pesadamente sobre las escaleras y Edward se preguntaba si no habría exagerado en su uso de la fuerza.

Tendría que esperar treinta minutos antes de que Ramirez trajera soporte. Por lo que parecía, era probable que nadie más pasara en alguna hora y eso le daría un respiro en medio de una noche agitada, convulsionada y llena de incógnitas. Aún parecía estar lejos de las respuestas pero al menos esta vez sabía que había un enemigo real, muy real detrás de las desapariciones de los humanos de Welsdom y que quizás el degenerado no era sólo un ancillae paranoico viendo enemigos en cada sombra cerca de él...

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Alerta guardia

Tirada: 4d10

Dificultad: 8+

Resultado: 6, 7, 4, 9 (Suma: 26)

Exitos: 1

Tirada oculta

Motivo: Daño al guardia

Tirada: 8d10

Dificultad: 6+

Resultado: 9, 8, 10, 10, 8, 9, 4, 2 (Suma: 60)

Exitos: 6

Tirada oculta

Motivo: Absorción guardia

Tirada: 2d10

Dificultad: 6+

Resultado: 7, 1 (Suma: 8)

Exitos: 1

Notas de juego

Una precisión:

Si miras la torre de arriba hacia abajo, hay tres pisos. El campanario (donde estaba el cadáver), el siguiente piso es donde estaba el mensaje y el tercero es el del reloj. Aunque en el del reloj no estaba el mensaje si había un visible charco de sangre.

Tienes un último post y finalizamos esta escena. La siguiente se abrirá cuando pase el tiempo de Espera de Edward :)

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01/06/2015, 21:59
Edward L'Strange

El golpe fue seco.

Aún así, resonó al mismo tiempo que el tic tac del reloj. Así fue como se movió Edward durante esta noche, guiado por el rítmico tic tac de un enorme reloj que, de alguna manera, había jurado proteger.

Tic tac, tic tac.

Lo que no estaba realmente claro es que querían hacer con todo esto que habían montado. El Gangrel se devanó los sesos mientras le colocaba unas bridas al guardia, y mientras esperaba que Ramirez llegara con refuerzos para resolver todo este embrollo. No encontraba razón alguna, salvo la que había pasado por su cabeza hace algún tiempo: ¿quién sería el culpable de una ruptura de la Mascarada en un Eliseo Cultural? El responsable de la seguridad de los mismos, y ese no era otro que nuestro amigo Dick Welsdom.

Tic tac, tic tac, tic tac.

Se sentó junto al guardia, tomándole el pulso cada cierto tiempo para ver si no se había pasado con su fuerza. Era débil, pero era parte de la inconsciencia. Ahora mismo el regordete guardia estaba volando a diez mil pies sobre la tierra y eso estaba bien. 

El reloj seguía funcionando, y por ahora, todo se encontraba en perfecto estado. Por no hablar que lo que podría haber sido una gran catástrofe para la Camarilla, había sido de alguna manera evitada. Aún así, había sido la desconocida la que le había dado el dato. 

¿Qué quería esa mujer? 

¿Jugar con él?

Tic tac, tic tac.

El reloj continuaba con su rítmico repiqueteo, pero ahora mismo, ese no era el problema.

El problema era quién estaba dándole cuerda.

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01/06/2015, 22:09
Narración

Fin del Capítulo I