Partida Rol por web

Los Caprichos de las Nornas

Capítulo 1: Un Hilo Se Corta

Cargando editor
13/04/2015, 15:03
Director

Seguís las huellas de vuelta hasta la ciudad. Al poco de alejaros del grupo, las huellas son más claras en muchos lugares. No tenéis la menor duda de que han sido dos hombres, de gran tamaño. Por la profundidad de las huellas han sido guerreros, probablemente por el peso de las armaduras, o dos personas realmente pesadas. Sin embargo, la distancia entre los pasos os hace pensar que la segunda opción es menos probable.

Los campos a vuestro alrededor están recogidos y apenas sí queda algún cultivo.

Las murallas de Heiðabýr se alzan justo delante de vosotros. Cuando por fin llegáis hasta el portalón que custodian dos guardias, las pistas que seguíais hace un rato que han desaparecido por la cantidad de huellas de la más diversa procedencia que sin duda las han terminado ocultando. Estáis en la zona más cercana al mercado. Allí hay multitud de tabernas, prostíbulos y también la casa de Gunnar y el puerto. Os unís a los grupos de personas que atraviesan las murallas. Los guardias os reconocen como habitantes de la ciudad y no os cobran peaje.

Una vez superadas, os encontráis con una gran arteria que lleva al puerto y que transcurre entre largas hileras de casas, con la excepción de la plaza donde se abre el mercado.

Cargando editor
13/04/2015, 15:10
Karl Jenssen

Os quedaís sólos, con Harald, Bernt y Erik desapareciendo en la lejanía.

El pelo negro como el ala de un cuervo de Ishild se revuelve con la brisa. Karl se acerca a ella y se pone de rodillas frente a ella y la abraza, pero la mujer ni siquiera hace un amago de abrazarle tan sumida en el dolor se encuentra. Las ramas del árbol silvan mientras se mecen como si de un instrumento de viento se tratase.

Tras un rato que se hace interminable, Ishild aún en silencio y con la mirada perdida, se separa de Karl y se levanta. Mira a la ciudad, pero no dice nada. Sus ojos están clavados en Heiðabýr.

Haakon sabe cómo tratar al cuerpo y comienza a dar instrucciones a los dos hombres que hay junto a él. Con cuidado y con la ayuda de una capa que lleva Karl, envolvéis a Ívarr como si de un tosco sudario se tratase y entre los tres portais al muerto hasta la casa de Ishild. Recordáis a los niños que os verán con el cadáver de su padre y se os hace un nudo.

Justo antes de comenzar la marcha, Karl dice: Sí, tendremos que avisar al resto de la tripulación para que le presenten sus respetos si así lo desean.

Os ponéis a andar. Ishild os sigue mirando al suelo. Sigue en silencio. Su dolor es tan intenso que éste es incapaz de quedarse recluído en su cuerpo y os golpea con violencia. Todos lo sentís, como si de una oleada de dolor surgiése de esa menuda mujer a cada segundo.

Cargando editor
14/04/2015, 12:28
Uthred Svensson

   En estas lides Haakon es quien nos dirige. Ayudado por Karl, envolvimos a Ívarr en la capa de su hermano. Entendía el dolor que atenazaba al guerrero y a la mujer. Y veía su dolor reflejado en sus ojos. Habia convivido con ellos lo suficiente para saber qué ocurre en su interior. Y aunque no tenga familia propia, la pérdida de un compañero siempre es dolorosa... más aún lo es para quien es marido, esposa, hijos o hermanos.

   Sobretodo los pequeños... No puedo evitar pensar en ellos pues, aunque doloroso, nosotros estamos acostumbrados a la muerte. Lidiamos con la muerte en cada incursión. Siempre hay heridos, incluso muertos. Lo entendemos aunque nos duela. Pero los pequeños... han perdido a un padre de manera tan repentina...

  Además, mientras envolvía el cuerpo de Ívarr no podía dejar de pensar en otro asunto que me escamaba. La muerte de Ívarr. El cómo ha podido ocurrir. Diferente hubiera sido si hubiera recibido un flechazo, como le habia ocurrido a Harald Thurgilssen, o como le ocurrió a su hermano Erik, que recibió las heridas mortales de tres adversarios. Morir en el combate era algo digno y a lo que nos enfrentamos todos los guerreros. Pero Ívarr habia muerto de repente. Asesinado. Traicionado. De la manera más vil en la que un guerrero podía morir.

  Y durante el trayecto no pude evitar pensar en los dioses. ¿Iban a dejar impune el asesinato? ¿Acaso no permitirían a Ívarr entrar en el Valhalla? Me negaba a pensar eso, Ívarr habia sido un gran guerrero y habia demostrado su habilidad y devoción en cada momento del día, y en cada combate. Como todos nosotros. No seria justo que el alma de Ívarr perdurase en Helheim y no en Valhalla. Durante todo el trayecto me mantuve callado, cargando el cuerpo de Ívarr, sumido en mis pensamientos y en mis propios juramentos de venganza.

Cargando editor
15/04/2015, 01:11
Haakon Rasmussen

Incluso entre los tres no era sencillo cargar con el cuerpo. Sentía también sobre mis hombros el peso del arrepentimiento. Por no haber estado con Ivarr cuando ocurrió la tragedia, por no haberle ayudado. Porque ellos habían dado por hecho que estaría bien dejar todo en sus manos.

Mis preocupaciones no hacían más que aumentar. Se me hacía especialmente difícil ver a Ishild en ese estado, con lo fuerte que se mostraba siempre. Pensé en la llegada a su casa y perdí el aliento un segundo. Solo la muerte de su padre ya era suficiente para aterrorizar a los pequeños, pero no imaginaba hasta que punto les afectaría a ellos ver a su madre como se encontraba. Era una tragedia, pero al menos debíamos evitar que las cosas terminaran del peor modo posible.

- Karl, Uthred, esperad un segundo. - me planté directamente delante de Ishild. No era el mejor orador, ni el más adecuado para tratar con ella en aquél momento, pero tenía que arriesgarme al menos a que reaccionase de algún modo.

- Ishild, escuchame... no tardaremos demasiado en llegar. - hablaba con una voz lenta, quería asegurarme de que entendía cada palabra que decía - hay personas que dependerán de tí. ¿recuerdas quien? Te necesitan, cuentan contigo. Con que estés ahí para ellos. - volví a hacer una pausa, y le coloqué las manos sobre los hombros calmadamente - Por eso, cuando entres por la puerta, tienes que ser tu quien hable con ellos, quien les diga qué hacer... ¿crees que podrás? - era casi una apuesta. Pensar en sus hijos tal vez la devolviera la razón y un poco de entereza, o tal vez terminase de derrumbar lo poco que quedaba intacto en su interior.

Cargando editor
15/04/2015, 09:44
Bernt Karlssen

Una vez nos encontramos frente a las puertas de la ciudad, queda claro que no habrá forma de seguir las huellas más adelante.

-No creo que podamos seguir las huellas desde aquí. Al menos sabemos que quienes fuesen volvieron a la ciudad.

Miro pensativo el ajetreo a mi alrededor, hasta que recuerdo repentinamente la sugerencia de Uthred.

-Iré a avisar a los demás, también querrán presentar sus respetos.- Mi intención es recorrer las casas del resto de la tripulación, informándoles de la noticia.

Cargando editor
15/04/2015, 11:17
Ishild Bjornsdatter

No reacciono ni doy muestras de nada hasta que Haakon se planta delante de mi. Sus palabras parecen un completo sin sentido pero hay algo que me hace reaccionar. Los niños. Mis hijos. Nuestros hijos. El nudo se hace más grande en la garganta y comienzo a temblar de nuevo. 

No no.. ellos no pueden... ellos no pueden ver así...  - digo mirando al resto del grupo. 

Pero tampoco se me ocurre nada más. Me quedé totalmente en blanco. A las mujeres se nos preparaba para enterrar a nuestros maridos ya que ellos solían morir antes, en la guerra, una pelea... pero yo me negué a escuchar a mi madre. La muerte era algo que siempre había visto lejano y natural. Pero ahora había golpeado cerca. Y le habían negado la entrada en el Vallhalla... aquello era terrible por muchos motivos. 

Miré a Karl buscando algo de ánimo en su mirada, buscando una explicación para lo que había pasado.

- Yo.. yo iré primero - les digo - Me adelantaré y prepararé a Bera y a los niños - comento intentando volver a la realidad por momentos. Pero es imposible. Yo ya no estoy allí. 

¿Dónde te han llevado amor mío..?

Cargando editor
15/04/2015, 11:29
Erik Kodranssen

Erik hubiera preferido seguir las huellas y encontrarlos en un lugar apartado donde pudiera expresar lo que sentía por esa ellos. No los hubiera matado, ese placer se lo habría otorgado a su viuda, pero habrían lamentado el día de su nacimiento.

Emitió un gruñido entre dientes. Su presa se perdía en un mar de gente y tenia que conformarse con saber que ellos aun estaban allí... y que eran sus vecinos.

Erik hizo un esfuerzo para el que la naturaleza había dotado mejor a otros, tratando de pensar por donde continuar sin encontrar respuesta. Presentar sus respeto a Ívarr no le devolvería la vida pero coger a quien lo hizo traería paz a su familia y posiblemente un poco de descanso a su alma.

 

 

Cargando editor
15/04/2015, 11:52
Harald Erikssen

Un momento, Bernt - digo, saliendo de mi ensimismamiento - Es cierto que no podemos seguir más el rastro, pero las huellas, sabemos que o bien llevan armadura o bien son unos gigantes.

No es muy normal que la gente ande con armadura, podemos preguntar a los guardias de la puerta por si han visto volver a dos personas o muy corpulentas o con armadura.

Sigo dandeole vueltas a como lograr más información y me aparece otra posibilidad - También podríamos preguntar en alguna taberna o por ahí - señalando a un lupanar - por si nos pueden dar alguna indicación. 

Cargando editor
15/04/2015, 18:35
Karl Jenssen

Karl se detiene junto a Uthred cuando Haakon les pide detenerse. Entre los tres bajan el cadáver de Ívarr con cuidado y mimo hasta el suelo. Las murallas de la ciudad quedan a poco más de la distancia de un arco. Haakon se acerca a Ishild y le habla, tratando de hacerle ver que hay gente que la necesita.

Mientras ambos hablan, Ishild busca con la mirada al hermano de su marido. Unos ojos familiares en los que refugiarse. Karl esgrime una tímida sonrisa en su rostro. De apoyo. El corazón de Ishild sube un par de grados. No está sóla. Por primera vez comienza a darse cuenta de ello. Pero también sabe lo mucho que va a echar de menos a su esposo. Y los niños...

Sí, debe hablar con ellos antes que nadie. Mira a los hombres y les pide que vayan a su casa. En ese instante, Ishild sale a paso ligero hacia las puertas de la ciudad y en dirección a su casa, dejándoos a Karl, Haakon y Uthred con el cadáver de Ívarr y un largo camino hasta casa.

Cargando editor
15/04/2015, 18:39
Director

Los tres rastreadores se encuentran dentro de la muralla con la sensación de haber perdido el rastro, pero las posibilidades de encontrar información son abundantes. Aunque es posible que les cueste algo de dinero, dependiendo que a quién le pregunten y qué le pregunten. Los guardias, los vendedores del mercado, los taberneros y prostitutas, así como los clientes de ambos pueden ser otras fuentes de información.

Notas de juego

Continuad roleando y decidid dónde queréis ir.

Cargando editor
15/04/2015, 18:42
Bera Knutsdatter

Bera levanta la vista cuando apareces por la puerta. Tu aspecto es penoso. El pelo negro alborotado, los ojos rojos y la piel aún más pálida de lo normal. Bera lo sabe. O al menos lo intuye, pero no dice nada. Se acerca a ti y te abraza. Los niños os miran curiosos.

Cargando editor
15/04/2015, 18:59
Harald Erikssen

Quizás fuese mejor empezar a preguntar a los guardias - prosigo, antes de esperar la respuesta de mis compañeros. - Me parecen más de fiar y además si alguien ha vuelto a la ciudad, ha tenido que entrar por la misma puerta que nosotros. Si ellos no han visto nada, quizás hayan sido los del turno de noche. En cualquier caso creo que lo mejor es que empecemos por ellos.

Hago una pausa, tratando de encontrar las palabras adecuadas para lo que quiero decir a continuación: también deberíamos pensar con calma que vamos a decirles, antes de acercarnos a ellos. No creo que sea prudente hablar de la muerte de Ivarr de entrada. Podemos preguntar por individuos de esas características y si nos preguntan una razón, decir que teníamos que verlos por negocios. 

Si no tenemos suerte, después podemos hablar con algun mercader que esté aquí en la calle, por si los ha visto pasar.

Y tras lo dicho, me callo, esperando la opinión de mis compañeros y sobre todo a ver quien es el que se decide que hable. Yo no soy un gran orador, pero haré todo lo que esté en mi mano, si ni Bernt ni Erik prefieren tomar ellos la palabra.

Notas de juego

Lo guardo como solo para el director, que quiero elaborarlo un poco más y ahora no puedo.

Cargando editor
15/04/2015, 23:14
Uthred Svensson

   Haakon tenía razón. Paré y deje el cuerpo de Ívarr, suavemente, sobre la tierra mientras hablaban Haakon e Ishild. Miraba a Karl, y la mujer y trataba de imaginarme qué estaba pansando por sus cabezas. Durante estos días estaria con ellos. Les conozco lo suficiente para saber como pueden reaccionar en situaciones de normalidad. Pero esta no es una de esas situaciones. Ni siquiera uno mismo puede saber cómo reaccionaría en una situación así. Si yo fuera Ishild, ahora mismo toda la ciudad estaría ardiendo. Razón de más... para evitar que esto vaya a más.

   Siempre fui de sangre caliente, pero la vara de mi abuelo y sus enseñanzas me mostraron el valor de la paciencia. Ahora mismo no ganabamos nada actuando como furias. Habia que encontrar a los culpables, estudiarlos como un depredador estudia a su presa. Sus virtudes, sus defectos. Sus familias. Sobretodo esto último. Habia que saberlo todo acerca de los asesinos y, entonces, actuar y atacar donde más les doliera. Pero no dejarse llevar por la ira ciega. Y yo mismo me dejé llevar por la ira hace unos momentos, cuando descubrimos el cuerpo. No puedo ni pensar qué pasa por dentro de Ishild y de Karl.

   Por su parte, el thulr tiene razón. Además, no seria bueno para los niños ocultarle la verdad. Eran pequeños, sí. Pero esto es algo con lo que lidiamos todos, y tarde o temprano a todo el mundo nos llega. No creo que sea recomendable disfrazarselo u ocultarselo. Pero son los hijos de Ishild y ella quien debe decidir. En silencio sepulcral, espero al lado de Karl para retomar la marcha.

Cargando editor
17/04/2015, 00:33
Bernt Karlssen

El plan de Harald no es malo. Acaricio mi barba mientras pienso unos momentos antes de asentir con la cabeza.

-Es buena idea. Puedes ir preguntando a los guardias, probaré suerte en el mercado.

Si el resto están de acuerdo, me dirijo hacia el mercado y pruebo suerte en varios de los puestos.

Notas de juego

Nota del master:

Dado que tus compañeros no parecen estar de acuerdo, te borro la frase del post, pero te la guardo aquí por si quieres usarla más adelante.

-Estoy buscando a unos compañeros, es posible que hayan pasado por aquí, llegamos hoy en barco, así que seguramente llevaban todavía armaduras y armas.

Cargando editor
17/04/2015, 00:58
Erik Kodranssen

- No es buena idea ir uno solo.- dijo Erik sombrío. Despues de perder un compañero y sin saber a quien se enfrentaban exactamente, la idea de separarse le parecía algo menos que un suicidio.- Tenemos que ser cautos, reunirnos, mas que hacer preguntas tendríamos que hacer oído.- Sugirió.

- Vamos con los otros. Demos el ultimo adiós a Ívarr.- dijo Erik. Tenia tanta sed de venganza como el resto pero si comenzaban a agitar el avispero lo único que podía pasar es que los culpables se alertaran, escaparan o trataran de matarlos a ellos cobardemente.- Pensar una lista de lugares donde ir por parejas o en grupo. No podemos dejar que escapen.
 

Cargando editor
17/04/2015, 01:23
Haakon Rasmussen

Al ver alejarse a Ishild me sentí aliviado. No lo suficiente para sobreponerme a la preocupación y la tristeza, pero si para reducir su peso sobre mi alma.

Mi intención era la de seguir tras Ishild; solo cargar con el cuerpo ya nos retrasaría uno o dos minutos que ella necesitaba para hablar con Bera y los niños; pero me vino a la mente el porqué Ívarr había terminado así y me recorrió un escalofrío. Pensé que tal vez debía confiar mis averiguaciones a alguien más.

- Démosla un minuto antes de seguir - dije intentando parecer decidido

- Escuchad, tal vez no sea el momento adecuado, pero tampoco creo que dispongamos de alguno mejor en adelante, y necesito consultar una cosa con vosotros... con todos... llegado el momento. -

- No me parecía justo que Ívarr cargara solo con la labor de encontrar una forma de pagar a Gunnar. Pensé que si encontrábamos varias opciones tendríamos más posibilidades, y eso es lo que busqué en cuanto volvimos a puerto. Hay algo que podemos hacer... unirnos a las incursiones en tierras inglesas. Traer de allí alguna riqueza, encontrar alguna tierra fértil de cultivo... -

- o para huir, dirían algunos - pensaba para mis adentros con una mezcla de miedo y rabia pensando en el pasado.

- Os lo digo ahora porque aunque Gunnar se muestre comprensivo por nuestra pérdida, no creo que sea tan benevolente como para aplazarnos la deuda sin creer que tenemos modo de pagarla. La próxima vez que le veamos querrá saber cómo haremos para reunir lo que nos falta. -

Notas de juego

Como has narrado que Ishild se va a casa, no la marco como destinataria.

Cargando editor
17/04/2015, 11:12
Ishild Bjornsdatter

- Bera... - le digo dándole un abrazo sincero. Intento mantener la calma y asiento a mi cuñada. No hay nada más que decir. Ella ya lo sabe también.

Intento guardar la compostura y me giro hacia los niños. No es bueno mentirles pero tampoco es necesario que vean a su padre en ese estado. Me pongo a su altura sin saber muy bien qué hacer. Nunca fui una madre cuidadosa ni mucho menos. 

- Niños... - les digo dándoles un abrazo.- Padre... padre se ha.. lo han... - digo y miro a Bera buscando algo de fuerzas - Papá ha muerto y ya no vendrá más - les digo y por primera vez asumo que es verdad. Ivarr se ha ido. Para siempre. Abrazo a los niños con fuerza y me levanto de nuevo a mi altura.

- Tenemos que prepararnos para despedirle - miro a Bera - No quiero que vean el cuerpo hasta que lo preparemos para el funeral.. - le digo.

Cargando editor
17/04/2015, 12:29
Uthred Svensson

 - Maldita rata. Ojala su alma y la de sus vástagos se pudra en Hel durante toda la eternidad. - Ya apartado, hablando con Haakon, escupo al suelo cuando mi compañero menciona a Gunnar. - Seguramente le entristezca más perder a un capitán, que la muerte de Ívarr en sí. No le importa más que ver llenas sus arcas. Maldito sea.

   Luego escuché atentamente a Haakon. Tenía razón. En Heiðabýr teníamos pocas oportunidades. Pero lo primordial era pagarle la deuda a Gunnar.

 - La deuda no es demasiado alta. Somos muchos hombres y seguro que a más de uno nos sobran unas monedas. Yo no tengo familia, y tengo buenos amigos que me alimentan sin pedirme nada a cambio. - Bromee, porque desde que me alisté a la tripulación de Ívarr y empecé a hacer amistades, no habia noche que cenara en mi propia casa. Siempre habia alguien dispuesto a poner un plato más en su mesa, o a compartir un asado en la taberna. Entonces me señalé la bolsa de monedas. - Creo que la deuda no asciende a más de trece monedas. Tenía la idea de darle a Ívarr este saquito que estaba guardando. - Culpa de mi abuelo, que me enseñó el valor de los ahorros. - Y si todos haciamos una pequeña contribución, la deuda sería saldada.

   Hice una pausa, cuando Haakon habló de probar en nuevas tierras. Tierras britanas. Las tierras de los anglos que los romanos llamaron Britania. Podía ser una buena idea. De echo... podria intentarse algo... con otro patrón.

   - Sí... olvidar a los malnacidos que saqueamos, que son pobres como ratas. Mi abuelo me habló una vez de las riquezas de Britania. Los romanos se marcharon de allí como si hubieran visto a los Gigantes descender a la tierra. Se dejaron todo lo que trajeron. Todas sus riquezas. Sus tierras son fértiles y sus habitantes son ricos como reyes. De echo... podria pedirle a mi abuelo que nos patrocinara la expedición. Con suerte él y sus barcos se unirían a nosotros. Es un mercader. Pero es diferente a Gunnar. Él sí se preocupa más de los hombres que de las ganancias. Además, fue un gran guerrero en su juventud.

Cargando editor
17/04/2015, 14:49
Director

Notas de juego

Continuad roleando y decid qué hacéis o dónde váis. ;)

Cargando editor
17/04/2015, 14:50
Karl Jenssen

Con el cadáver de Ívarr en el suelo rodeado por el sudario y con Ishild perdiéndose en la ciudad, los tres forman una especie de círculo para hablar. Karl escucha a ambos hablar antes de decir nada. Por fin, abre la boca y dice: No creo que Gunnar nos vaya a perdonar la deuda así como así, ni creo que podamos pagarla ahora. Se gira hacia Uhtred. ¿Has visto dinero en Ívarr, Uhtred? Porque no porta su bolsa de dinero, lo que quiere decir que todo lo que hemos logrado suponiendo que vendamos bien las cosas que hemos capturado asciende a 4 monedas de plata. A eso hay que restar el dinero propio que tendría mi propio hermano. No, Uhtred. No tenemos con qué pagar a Gunnar ni aún en el caso de que el resto de la tripulación no se haya gastado el dinero ahorrado. Calla durante unos segundos hasta que decide continuar cuando ya pensábais en recoger a Ívarr del suelo y continuar vuestra marcha. Además, las incursiones no son posibles en esta época del año. Tendremos que esperar, como poco, hasta la primavera. Gunnar no va a esperar tanto.

Sus ojos se tornan violentos la tercera vez que nombra a vuestro empleador. Y aún no sabemos si Gunnar está detrás de todo esto. Dice mirando a su hermano muerto. Si ha sido él, ha profanado el mannhelgr de mi familia y debe pagar por ello. No quiero dinero. Quiero sangre.