Partida Rol por web

Está bien - le digo a Haakon algo reconfortada por sus palabras.

Miro a mi alrededor. Tampoco tenemos prisa por esperar. Estaba segura de que alguien llegaría pronto a presentar los respetos por Ivar.

La jarra de Björn se vuelve a posar en la mesa, no sin que antes se le haya escapado parte del aguamiel de su boca ante las noticias que llegan a su oído. ¿Qué? Pregunta con cara honestamente sorprendida. ¿Quiénn ha ssido el cabrónn que ha matado a Ívarr? Su voz empieza a elevarse mientras su rostro se congestiona y empieza a adquirir una tonalidad rojiza, a la vez que los parroquianos comienzan a mirar hacia vuestra mesa. Notáis como la voz de Björn se vuelve más clara de entender. La ira parece que hace maravillas. O eso, o es un excelente actor y os la está colando doblada. ¿Qué cojones miráis? Dice mirando a su alrededor. La gente del burdel vuelve a sus asuntos apresuradamente, incluso algunos salen del local. No dejar morirr a un guerrero con su arma en la mano. Hay que sser un puto desgraciado. Ssi cojo a quien lo haya hecho le voy a matar con mis propias manos. Su tono ha disminuído ligeramente en este momento, su piel vuelve a recuperar su tono pálido, pero sus ojos están en llamas. ¿Sabéis quién ha sido? Le voy a matar.

Entras en la taberna sin ningún problema, incluso el portero terrible de la puerta te esboza un amago de sonrisa aunque no llega a decir nada, y ves que apenas es una habitación bastante pequeña. Al fondo, una pequeña barra donde un hombre se atarea en servir lo que le piden en mugrientas jarras.

Hay dos mesas donde se están realizando apuestas. El juego consiste en arrojar unos huesos de cordero con ciertas marcas y acertar el resultado. No tiene demasiado misterio, pero obviamente es complicado. Las apuestas son razonablemente altas y un hombre con suerte podría ganar bastante dinero de una sola vez. Te preguntas si ese mismo afortunado lo sería una vez salga a la calle en una zona como aquella.

El aire está viciado. Huele a hacinamiento, pero a nadie parece importarle. Habrá algo más de una docena de personas dentro.

- Si supiera quien ha sido ya estaria muerto.- determino Erik sentandose de nuevo a la mesa y bebio otro trago esperando que sus compañeros continuaran con la conversación.

 No me interesaban las apuestas. No me interesaba ganar dinero, devanarme los sesos para ganar dinero, y luego ser victima de una banda de ladrones. Quizá en otro momento, en otras circunstancias, hasta me habria divertido con los ladrones. Pero no queria ser otra victima más. Y más aún, ser víctima de mi propia imprudencia. Me acerqué a la barra donde el dueño de aquel lugar limpiaba las jarras que dejaban los clientes. Si con limpiar entendemos reciclar la bebida que sobrara en las jarras, devolviendola al barril, y sacudir las gotitas de bebida que pudiera quedar en el recipiente. Y ya tenía listas las jarras para torturar a más clientes con ellas. No soy una persona quisquillosa, pero tuve que hacer de tripas corazón para pedir una jarra y darle un trago al contenido.

  Mientras tanto el hombre atendía y llenaba mi jarra, estudié la taberna. Un cuchitril que ni en el mejor de los casos podía llamarse "vivienda". No habia salida de humos, ventanas pequeñas que más bien parecían aberturas en los muros, y una oscuridad que seria casi total de no ser por algunas velas y algunos rayos de sol que pasaban por huegos en las paredes o por la puerta. Conté a no más de quince personas, contando al camarero. Y mientras me ponía la cerveza decidí realizar un estudio de los clientes del local. ¿Había alguna cara conocida? ¿Habia algún cliente que pareciera temeroso o especialmente reservado? Me fije también si habia conversaciones en susurros o algo fuera de lo normal en un antro como ese.

  Cuando el hombre dejó la jarra encima de la mesa y le di un trago, casi le escupo el líquido en la cara. Durante las campañas en las que hacemos un campamento temporal... he olido meadas mucho más apetecibles que aquel líquido infecto.

No puedo sino asentir ante las rotundas palabras de Erik. Efectivamente, si supieramos quien ha sido no estaríamos perdiendo el tiempo en un burdel, estaríamos dandole su merecido.

Por otra parte, la reacción de Bjorn parece la adecuada, y aún a riesgo de que nos esté engañando, le avanzo un poco más de lo que sabemos: No sabemos quien ha sido, pero hemos encontrado un rastro...

Y ahí lo dejo, el anzuelo está echado.Veremos si el sueco es capaz de relacionar nuestra pregunta inicial con esta otra pista y sobre todo, si lo hace a ver cual es su actitud.

Con todo el disimulo del que soy capaz, me fijo en lo que sucede en el resto del burdel. Los gritos de Björn no han podido pasar totalmente desapercibidos, y, por lo que sabemos, los posibles asesinos de Ívarr podrían estar aún en las cercanías del edificio.

La reacción del hombre de Gunnar parece sincera. Al menos su sorpresa es casi seguro genuina. Eso me conforta, porque reduce la probabilidad de que Gunnar esté detrás del asesinato, y Gunnar no es la clase de enemigo que ninguno querríamos tener.

Intranquilo lance una mirada a mi alrededor sin comprender que seguíamos haciendo en ese lugar si aquellos a los que buscábamos ya no estaban allí. Apure la bebida de un solo trago, limpiando los restos de mi boca con el antebrazo.
- Deberiamos marchar.- sugerir mirando a mis compañeros, esperando que comprendieran que perdíamos el rastro y poco mas podíamos encontrar en ese lugar.
 

Björn asiente a Erik cuando le confirma que él también habría manchado ya su arma con la sangre de los cobardes que han acabado con la vida de Ívarr. El aguamiel se termina, pero Björn no pide otra ronda. Parece que las ganas de celebrar se han pasado. Incluso sus ojos parecen más lúcidos, como si pudiese elegir cuando cortar la borrachera de raíz. La taberna sigue con la calma (o el alboroto, según se mire) que tenía al principio. Nadie ha abandonado la taberna ni se ha comportado de manera sospechosa. O eso pensáis.

¿Un rasstro? Pregunta Björn con un ligerísimo acento de persona bebida. ¿Dónde vamos? Iré con vosotros. Os dice con la voz de quien no admitirá un "no" por respuesta. Por un lado os reconforta, pero todos tenéis la mosca en la oreja. ¿Os traicionará o tal vez será una excelente incorporación al grupo?

Os levantáis y os disponéis a avanzar. En la calle, Björn coge del brazo a Erik que le mira con ojos amenazantes, pero pronto se calma ante la pregunta del mercenario: ¿A dónde vamos? En su rostro se forma una sonrisa, pero sus ojos son fieros.

El día ha avanzado bastante y os preguntáis cómo lo llevará el resto. El funeral por Ívarr será ese mismo día. ¿Deberíais seguir vuestras pistas o tal vez debiérais volver con el resto? Sólo las Nornas saben la respuesta.

El camarero te sonríe cuando le pides una bebida. Cerveza en este caso parece ser lo único que sirven en el garito. Ha detenido la "limpieza" de jarras que estaba realizando para atenderte. El hombre es diligente, con gestos mecánicos, pero en ningún caso se da prisa. Sus movimientos son más bien pausados. Aprovechas el momento para mirar sobre tus hombros, mirar a los hombres y a alguna mujer que deambula entre las dos mesas de juego. La mayoría está tan concentrado en la suerte que deparán los huesos que poca gente ves bebiendo.

El hombre te sirve la cerveza que, dicho sea de paso, apesta. Por suerte para ti, el local está pobremente iluminado y éste no puede ver la cara de disgusto que pones al probar el brebaje. Apunto estás de escupírselo en la boca. Y su precio no ha sido precisamente barato.

 Saque una pieza de plata. La moneda era simple y sencilla, no habia diferentes monedas con diferentes valores así que se usaban mitades. Así que rompí una pieza de plata para pagar la cerveza con la media pieza que pedía el camarero.

 - Si a esto se le puede llamar cerveza... al menos es mejor que la sirven en otros lugares... - Eché un buen trago, pensando que ni siquiera la peor de las bebidas era peor que eso. Pero en parte el frescor recorrió mi garganta reconfortandome. Sonreí y eché otro trago. - ¿Como han estado las cosas por aqui? Ya vuelven los barcos de la temporada. ¿Qué noticias tienes? - Cuando pregunté, al esconder la bolsa de dinero, la movi para que las monedas repiquetearan. Sabia que ese cabron, si sabia algo o si habia oido algo, no me lo diría gratuitamente.

Dejo mi copa casi intacta en la mesa y me levanto para salir del burdel. No me encuentro cómodo en ese sitio y mucho menos con las circunstancias que nos han traido.

Mientras salimos, permanezco en silencio, meditando cual puede ser el siguiente paso a dar y me parece verlo claro: tenemos que saber a que atenernos con Bjorn, de manera que si está de nuestro lado (¡Odín lo quiera!) mejor, pero si no, cuanto antes mejor.

Una vez fuera, veo como el sueco agarra del brazo bruscamente a Erik - malo, Erik no suele ser muy paciente - y le pregunta. Por suerte el herrero se tranquiliza sin mayores problemas y pienso que me ha llegado el momento de hablar, de manera que procuro hacerlo despacio, claro y con tono suave: Dinoslo tú, el rastro que seguíamos nos indicaba que eran dos personas con armaduras y al entrar en la ciudad, los guardias nos dijeron que se habían dirigido al burdel en el que estabas.

Ya está, ya lo he dicho, ahora es el momento decisivo para saber sus intenciones - reflexiono rápidamente a la vez que me preparo para la reacción del mercenario.

Estuvo cerca de golpear a aquel tipo, solo la suerte quiso que contuviera su genio. Estaba a punto de responder cuando su compañero abrió la boca soltando todo lo que sabían sin reservas.

Resoplo pesadamente soltando además un ligero gruñido de desacuerdo y siguió adelante dejando que hablaran aquellos que estaban mas dotados que el para hacerlo.
 

El hombre coge la moneda, o mejor dicho, la porción de moneda a una velocidad inusitada. La plata es relativamente blanda, por lo que no te cuesta mucho partir la moneda por la mitad. Más o menos. Pronto la mete en su bolsa como una urraca que hubiese encontrado un tesoro. La luz del tugurio es pequeña, pero el brillo de la plata es característico y ves que su bolsa tiene unas cuantas monedas. El hombre te pilla mirándole y te devuelve una mirada sospechosa, pero no dice nada.

Bebes de la jarra y notas el fresco líquido recorrer tu garganta. Es refrescante, sí, pero no sabe mejor que el agua de un río donde se acaba de limpiar la ropa. Decides que es un buen momento para las preguntas. Tras atraer la atención del hombre con el repiqueteo de tu bolsa y, sobre todo, con la promesa de más monedas para él. Te contesta: Los barcos han estado volviendo desde hace un par de semanas, según lo bien que les haya ido la campaña. Por lo demás, sin contar que ahora tenemos un nuevo Jarl por la muerte del anterior, todo ha estado relativamente tranquilo. Notas que el "relativamente" ha sido dicho con cierto énfasis, te preguntas porqué. El hombre no dice más, pero te mira a los ojos y en su cara se forma una sonrisa. No hace falta ser muy listo para saber que quiere dinero por seguir.

Björn se acerca a Harold con toda su altura, se planta delante de él y le mira a los ojos. Björn no es el hombre más alto, ni el más corpulento que conocéis, pero intimida con su sola presencia. Sabéis lo letal que puede ser en un mano a mano. De su boca comienzan a salir palabras. He estado toda la noche y toda la mañana en la mesa en la que me habéiss encontrado. Los únicos hombres que han entrado con armadura han sido... se detiene, y su ceño se frunce como si estuviese uniendo los puntos. El silencio apenas dura unos segundos, pero se hacen eternos. Véis que los ojos de Björn muestran confusión. Niega con la cabeza. ...no puede ser... los... los únicos que han entrado con armadura han sido dos hombres de Gunnar. No recuerdo suss nombres, pero les conozco de haberles visto allí. Vuelve el silencio. Éste empieza a poneros nerviosos. La tensión se respira en el ambiente. ¿Estáis seguros? Dice con dudas en su voz. Os mira a todos. Uno a uno. Como esperando que alguno le confirme que lo que ha oído no es verdad. No puede ser... ¿Gunnar? ¿Decís que Gunnar ha tenido algo que ver con la muerrte de Ívarr? Calla antes de añadir unas últimas palabras y callarse de nuevo sumido en sus pensamietos. No puede ser. Su cabeza niega una y otra vez, como si no pudiese entender lo sucedido.
 

- Puede que actuaran por su cuenta.- dijo calmando las sospechas que podrían ser fundadas o no, antes de que alguien hiciera algo de lo que pudiera arrepentirse.- Debemos averiguar mas.

Estoy de acuerdo. Aunque me alegra ver que Björn parece no estar enterado, todo esto complica las cosas. Quizás sea un buen momento para reunirnos y honrar apropiadamente a Ívarr. No tendremos mucho más tiempo antes de que el resto lleguen y la noticia se propague.

Aún así, hay un último pedazo de información que puede ser útil más adelante. Björn, ¿sabes dónde podemos encontrar a esos dos hombres?

Bjorn se me acerca intimidatoriamente, pero no retrocedo y le sostengo la mirada, no es fácil asustarme. Tampoco hago ningún gesto, no quiero provocarlo, lo quiero a nuestro lado porque lo he visto en acción y sé cuan habil es en combate y lo honorable que es como persona.

Poco a poco, a través de las nieblas del alcohol que enturbian su cerebro, el sueco va captando el mensaje, pero llega a la conclusión - espero que equivocada - de que Gunnar está relacionado con esto. Antes de que pueda aclarárselo, Erik habla y yo asiento a sus palabras.

Como te dice Erik, es posible que actuaran sin saberlo Gunnar, o así lo espero. 

Bernt nos urge a reunirnos con los otros, pero yo aún soy reacio. Necesitarán un tiempo para preparar el cuerpo de Ivarr, tiempo que bien podemos aprovechar para encontrar a ese par y tratar de averiguar algo más. Espero con ansias la respuesta de Bjorn.

Björn mira a Erik y asiente, dándole la razón. Aún saben poco, pero hay demasiadas cosas pendientes. El día está avanzando más rápido de lo que les gustaría y pese a todo, saben que los otros no van a tardar tanto en preparar el cuerpo de Ívarr. Sea como fuere, no debieran de llegar más tarde del atardecer que es cuando la tradición dicta que se hagan los ritos de despedida. Estando cerca del invierno, la luz no tardará en irse.

Es entonces cuando Bernt toma la palabra y dice lo que todos sospechan. Sea cual sea la decisión que tomen, a no mucho tardar tendrán que volver a casa de Ishild. Bernt se dirije a Björn y le pregunta por dónde encontrar a los hombres que posiblemente han matado a Ívarr. El sueco se detiene a pensar durante unos segundos, hasta que por fin dice: Normalmente vivimos en la casa de Gunnar, por lo que ese sería el lugar obvio para buscarles, aunque cada uno duerme donde quiere, siempre y cuando esté en su lugar cuando se le requiere. Por otro lado, si hay que interrogarles, no creo que sea inteligente hacerlo en casa de Gunnar. Siguiendo con las palabras de Harald, continúa: Si no tiene nada que ver, como todos esperamos, su ira podría caer sobre nosotros por la acusación implícita y el ir a su casa a perturbar su paz. Aunque, por otro lado, ¿qué razones podrían tener para matar a Ívarr por su cuenta? En el caso de que Gunnar tenga algo que ver, ir a su casa podría ser como entrar en la casa del lobo.

Todos os tomáis unos segundos para darle vueltas a vuestro a siguiente paso. Momento que Björn agradece con una sonrisa en la cara: Os doy las gracias por confiar en mi en este asunto. Ívarr era un buen hombre. Sé que mi juramento para con Gunnar podría haberos hecho desconfiar de mi.