Partida Rol por web

Comencé con la tarea y le iba pillando el truquillo, pero poco a poco los brazos se me cansaban por tenerlos en alto, aún así pude terminar con los que me pasó.

- Gracias, si que es verdad, se agradece mucho con el calor que hace… - miré de reojo a mi alrededor al escuchar las risitas de las chicas y comencé a beber de la jarra para refrescarme

Descansé un momento antes de proseguir – ¿Haces algo cuando termines con lo de las flores? Podríamos comer juntos o ir a algún sitio… si quieres, claro – La miré a los ojos, la escena me hacía sentirme un poco cohibido, pero a la vez le daba un toque de emoción

Encantado Urania, yo me llamo Laertes- Tome su mano con delicadeza y la plante un sensual beso en el dorso. Sonrei seductor, mientras no dejaba de mirarla a los ojos.

Si tuvieras un rato, estaria deseoso de saber mas de vuestro fascinante culto....- Sonrei co picardia, sin aun soltar su suave mano de porcelana.

Por las barbas de Hades! Es que en este condenado lugar no se duchan? Uff... en fin, tendré que dejar eso para después.

Urania los condujo ante la suma sacerdotisa. Aquel momento era especial para Etheokles. Respiró profundo, cerró un instante los ojos. Hacía tiempo que viajaba en busca de respuestas. Y tal vez alli se encontraban algunas. Abrió los ojos y parecía otra persona, una que había dejado atrás ciertas cosas. Se quitó su capa, y avanzó en silencio, esperando algo... sin saber que. Tal vez la voz de Afrodita expresándose en aquella sacerdotisa, o algún signo de que su busqueda iba a buen puerto.

La dama Cloris era una mujer muy hermosa a pesar de la edad que aparentaba, pues no era tan joven como las sacerdotisas que habían visto fuera. Un halo de respeto rodeaba a la Gran Sacerdotisa, vestía una túnica muy fina que insinuaba bajo los pliegues un cuerpo firme y atractivo. Cuando Cadrolon se dirigió a ella, la sacerdotisa lo miró fijamente con sus ojos color ámbar y el druida sintió un escalofrío subiendole por la espalda. Etheokles tuvo una sensación similar, a pesar de que no le miró demasiado tiempo. Pero los dos pensaron lo mismo, y es que necesitaba que Cloris volviera a posar la mirada en ellos.

- Por supuesto, extranjero - dijo la sacerdotisa, su voz era como el agua de un arroyo. - ¿Qué es lo que os gustaría conocer sobre Afrodita?

Urania sonrió de forma cómplice a Laertes y retiró la mano que él le había cogido con suma alegancia.

- Ah, extranjero, habéis venido al lugar adecuado para saber más sobre Afrodita - miró de reojo a Cadrolon y Etheokles, que se marchaban a hablar con Cloris, una mujer bastante más adulta que Urania, pero igual de atractiva e influyente. - ¿Qué es lo que os gustaría saber? Quizás habéis venido a hacer una ofrenda a la diosa para que os bendiga durante un año... - sugirió ampliando su sonrisa.

Adrienne sonrió, sus mejillas se sonrojaron y se puso un poco nerviosa. Algunas de las mujeres se apartaron sabiamente de la pareja y los miraron de reojo, sin dejar se lanzar risitas cómplices.

- Por la tarde hay que preparar la comida para la fiesta, ya sabes... - titubeó apartando la mirada de Sísifo. - Pero si quieres, ahora puedo enseñarte dónde están las mejores tabernas en Citerea, seguro que después de este esfuerzo se te ha abierto el apetito...

Con las mejillas encendidas la chica tenía un aspecto encantador, estaba preciosa.

Comencé a asentir a sus palabras – Si… - imaginaba que tendría una tarde liada.

Pero su buena idea me hizo sonreír complacido e ilusionado – Sería genial Adrienne, de verdad, tengo ganas de que me cuentes cosas de este sitio… ¿vamos? – le dije inclinando la cabeza ligeramente en dirección a la ciudad

Aunque ella no había especificado que me acompañaría en la comida, quizás por timidez, luego en la taberna insistiría de forma cortés.

"que mujer mas sorprendente" no puedo ocultar la sonrisa al encontrarme frente a la suma sacerdotisa, es una mujer que destila sensualidad y sabiduria a partes iguales

-son tantas las cosas que desearia conocer.. pero lo primero es sobre la propia diosa, tan distinta a las diosas de mi tierra, cual es su ámbito de influencia, su mente, que desea y que exige a sus seguidores, cual es su relación con los otros dioses de estas tierras-

Contengo mi curiosidad para permitir a Cloris hablar, aunque me resulta dificil ahora que tengo uno de los objetivos de mi viaje a mi alcance, me contengo

Todo le parecía novedosísmo a Zenobia. Las palabras de Casiopeia le removían algo interno. Algo que no llegaba a comprender.

Ella hablaba sobre deseos y pasiones que Zenobia no debía sentir mas que por Hestia. Pero en aquel lugar, Hestia no era bienvenida, por tanto, sus pensamientos debían ser guardados para ella misma.

Sumisa, asintió a las palabras de la hermosa joven.

- Como deseeis haré - contestó con un haz de palabras susurradas - ¿Dónde debo ir?
 

Guardaría lo mejor que pudiera, los votos para Hestia, aunque tuviera que hacerlo en silencio.... Y en secreto

Me llamo Laertes, y hare lo que me pidas Urania.- Sonrei seductor, con un toque de picardia.

Me encantaria conocer todo de Afrodita y de vos....- Nunca me ponia nervioso con una mujer, pero con Urania, notaba que mi animo aumentaba, sintiendome feliz. No deje de sonreirla y mirarla.

Admiraba cada rasgo de su bello rostro siendo su sonrisa lo que deslumbro y en sus ojos quise perderme.

- Está bien, vamos

En cuanto Adrienne se puso en marcha, todas las miradas de dirigieron hacia los dos. Algunas mujeres que estaban cerca miraron a Sísifo, como si lo estuvieran evaluando, mientras que otras apartaban la mirada y reían por lo bajo, lanzándoles miraditas cómplices. Adrienne tenía las mejillas coloradas y miraba al suelo. 

Dejaron atrás el templo y volvieron a sumergirse en la ciudad, que ahora bullía de vida. Por las calles había aparecido mucha gente, las tabernas estaba llenas y los comerciantes habían sacado a la venta sus mejores artículos. Tras pasar por el centro de un mercado, Adrienne entró en un establecimiento iluminado con fuegos y luz de ventanas abiertas.

- Aquí sirven el mejor vino, y está consagrado por Afrodita...

- Afrodita es la diosa del amor, la belleza; y también es la diosa de la sensualidad y la lujuria. Afrodita nació adulta, surgió de la espuma del mar, cuando el titán Cronos arrojó al océano los genitales del titán Urano después de cortarlos con una hoz adamantina. El primer lugar en el que Afrodita posó sus pies fue en esta isla, en Cítera y esta ciudad, Citerea, se consagró en su honor. Sus cultos son secillos, el amor en el sentido más amplio de la palabra, no solo amor con el corazón, sino también un amor más carnal...

Las palabras de Cloris fueron sencillas y sin embargo, había una sensualidad oculta en todo lo que decía.

- ¿De mi? - murmuró con una risa. - Solo sirvo a Afrodita, ¿es posible que no conozcáis los preceptos de la diosa? Afrodita es la diosa del amor, de la belleza, del mar... La diosa del amor carnal, diosa de la lujuria, diosa de los deseos... - Urania se mordió el labio inferior, humedeciéndoselo. - Muchos llegan de lejanas tierras a los templos de la diosa para participar en sus rituales, por una pequeña ofrenda, nosotras les mostramos los cultos y los bendecimos...

Casiopea abrió la boca formando una gran "O"

- No, no, no - dijo negando efusivamente. - No es lo que yo deseo que hagas, al contrario... Ay, a ver... - se mostró un poco alterada. - ¿Qué deseas hacer tú? ¿Quieres quedarte y conocer a Poseidón? ¿O prefieres ir a la ciudad a conocer sus gentes o sus culturas? ¿Quieres hablar con las cultistas de Afrodita? No eres mi prisionera ni mi esclava, eres mi amiga... ¿Qué deseas hacer, dime? Mi hermano es sacerdote de Afrodita... si lo deseas podemos ir a verle... - pareció un poco decepcionada.

Cuando comenzamos a caminar al verla con la mirada baja y sonrojada estuve a punto de pasar mi mano por su pelo para intentar animarla, pero quizás no hubiese conseguido lo que pretendía, mejor salir de allí, quizás fuera de la vista de sus compañeras se comenzara a sentir mejor.

Por el camino le hice una pregunta – Se ve muy felices a los ciudadanos de este lugar, me gusta ¿Siempre sois así, o sólo es debido a las fiestas? – con el poco de tiempo que llevaba me sentía bastante bien en este lugar, no parecía un sitio excesivamente preocupado por guerras y cosas así

Llegamos a una taberna y seguí a Adrienne cuando entró, parecía un lugar acogedor, tras las palabras la chica me dirigí al mesero - ¿Tienen una mesa donde servirnos ese buen vino y algo de comer, para dos?

Me giré a Adrienne con una sonrisa – Porque, me acompañas ¿verdad?

Quizás conocer a Afrodita con sus tentaciones no sería lo mejor. O podría esperar a Poseidón.

- Me gustaría conocer a las gentes que pueblan la isla - si, así estaría segura de cualquier tipo de tentaciones.

Coloqué el cabello rubio tras la oreja y la miré. Una amiga. La primera en mucho tiempo.

- Eso de que seas mi amiga... es bonito.

 Escucho con mucho interés las palabras de la suma sacerdotisa, el origen de los dioses griegos es fascinante, fruto de la guerra con los Titanes, algo me habían contado aunque escucharlo de boca de esta mujer parece darle mas peso y entidad

-en verdad es notable encontrar una divinidad tan positiva hacia sus seguidores. Rendirle culto y ofrecerle homenajes y sacrificios es todo un placer por lo que me dices, al contrario de lo normal en el servicio a los dioses en que ofrecer sacrificios es.. un sacrificio- sonrio por el juego de palabras -de hecho parece tan bueno que parece mentira ¿No exige Afrodita a sus adoradores algún sacrificio duro de dar o requiere algún complicado ritual? algo que pruebe la fe del creyente-

Seducido por sus suaves palabras, la luz de su perfecta sonrisa y el hechizo que emitian sus ojos, no podia rechazar tal oferta.

Mirandola con picardia y dedicandola una medio sonrisa seductora tendi mi mano hacia ella.

Pues entonces mi deseo es que me lo enseñeis todo.....

No veo mejor metodo de utilizar mis monedas que en vuestra Diosa- la guiñe un ojo, mientras esperaba que cogiera mi mano y me guiara en el ritual....y mas aun si sois vos quien me guiara en este camino....- Me fije en sus labios humedecidos, tan tentadores como una pequeña fresa con gotas de rocio.

Deseaba beber de ellos....

La sangre de Etheokles se calentó ante la aquella mujer. Era algo extraño lo que le estaba pasando, nunca lo había sentido, aunque sus experiencias sexuales eran bastas y de lo mas diversas. La mirada de la sacerdotisa exigía una comtemplación obligada. ¿Era tal vez esa misma sensación la que el generaba ante las personas? Pronto lo averiguaría.

Lentamente movió su cuerpo, no porque asi lo quisiera, sino todo lo contrario, trataba de controlar su ansiedad. Se acercó varios pasos hacia Cloris, lo suficiente para susurrarle algo cara a cara, mientras mirada sus labios.

He viajdo desde demasiado demasiado lejos, luego más lejos aún, y ahora he desandado mis pasos. Todo para conseguir una respuesta, una respuesta que solo tu Señora puede darme. Necesito comunicarme con Ella...

Cuando mi acompañante se adelanta interrumpiendo mis preguntas lo miro molesto, pero su petición capta mi interes

"¿quiere comunicarse con la diosa Afrodita? bueno, eso si puede ser interesante"

Para que un no iniciado se comunicara con los dioses druidicos solo había dos caminos, morir como un heroe o ser sacrificado ritualmente. Espero la respuesta de la sacerdotisa