Partida Rol por web

Edie sonrió ante la pregunta del chico.
-Soy un poco de todas las partes, amigo.- Comentó con su característico acento sureño. -Nací en Nova Orleans... Aunque ya solo son recuerdos...- Entonces ladeó la cabeza y observó de nuevo aquellos ojos marrones. -Tu pareces uno de esos hispanos... ¿También eres del sur?-

Lily ignora la charla de sus compañeros entre ellos, y más ahora que había aparecido alguien interesante.

En cuanto la chica aparece en pantalla, Lily se pone seria, y la observa acercándose a ella ladeando la cabeza a un lado y a otro, como si de un perro se tratase.

En cuanto formula la pregunta sonríe con algo de siniestro. Le caía bien esa chica.

¿En qué consiste el juego? Le responde en el mismo tono sonriente.

- ¿Hispano? Bueno, para los empecinados en la raza sería un criollo, por aquello de tener solo sangre blanquita en mis venas - respondo con retintín al pelos locos este -. Aunque sí, culturalmente hablando tengo un ramalazo hispano que te cagas. Y no, no soy sureño, sino de la costa este. Y soy heterosexual, si quieres más datos o pretendes ligar conmigo. No t ofendas, es solo para evitar malos entendidos en el futuro. Aunque este ambiente carcelario siempre puede llevarnos a intimar - digo para a continuación soltar una gran carcajada -. Nah, no me hagas caso. Desvarío un poco.

En ese momento, una de las vecinas se pone a hablar con la nena de la tele. frunzo el ceño. Por alguna razón, me parece que se han juntado el hambre con las ganas de comer, aunque la cría esta debería andarse con cuidado. No es ella la que está en las mejores condiciones para disfrutar de ningún jueguecito.

- Así que de Nueva Orleans. Dicen que es bonita, o que lo era al menos antes del Katrina. ¿Y a qué te dedicas? - pregunto, más que nada porque es una forma de pasar el rato.

Edie suelta una carcajada con el comentário del chico. -Eh! No eres mi tipo, no te preocupes!- Exclama ironizando con las manos por delante justo cuando aquella niña hizo el comentário.
Esto es de locos... Se repitió para sus adentros. Aunque charlar con ese chaval le hacía mantener la mente ocupada en esos momentos tan extraños. De manera que decidió volver a la conversación.
-Si que lo era, si...- Dice casi en un susurro. -Soy músico. Mi vida es el Jazz...- Entonces le vino a la mente Winry, aquel rostro enmarcado en una cabellera rubia que tansolo hacía unas pocas horas había compartido un café.
-Mierda...- Dijo apretando los dientes tras una pequeña pausa. -...Esta noche había quedado con una muchacha especial después de la actuación...- Aquel pensamiento le hizo volver a la realidad y tuvo que esforzarse para no sucumbir.
-Realmente, esto es de locos... ¿Que quieren de nosotros?- Levantó la vista hacia aquella insignia. HUMANS.

Lily se lleva una mano a la frente. Genial... Murmura mirando a sus compañeros, que habían pasado totalmente de la pobre chica y se habían dedicado más a chafardear los unos de los otros. Si Lily hubiera estado en la situación de Doll, también se habría cabreado. Normal. Sus "compañeros" se habían tomado en coña el juego de la chica, y eso a ella la habría fastidiado y mucho.

Se deja caer en la cama sin decir nada más, quizá con una gota de sudor por el retraso mental que parecía tener Doll.

Esto se estaba volviendo cada ves mas surrealista.

Sea lo que fuera esa cosa, "Doll", estaba totalmente desquiciada mientras los otros hablaban de las beldades de sus respectivas ciudades, que trabajos realizan y vaya uno a saber que babalidades mas en medio de todo esto.

¿Acaso no se daban cuenta de que estaban secuestrados? ¿O simplemente no les importa?

Simplemente no les interesa un rábano pensó. Tal como el lo veía estaba solo ahí dentro. Pero eso importaba poco, de algún modo saldría de ahí. De algún modo.

De momento seguía esperando.

- Sinceramente, no tengo ni idea de lo que pueden querer de vosotros. En cuanto a mí, me lo imagino - digo encogiéndome de hombros -. Y si hago un pequeño esfuerzo y empiezo a sospechar que las razones que han acabado con mis huesos aquí son similares a las que ha hecho que vosotros aterricéis en este spa de lujo y glamour, hasta te podría decir por qué estás en ese agujero con barrotes. Vaya, la nenita parece que nos está amenazando - digo sonriente ante las palabras de la chica de la pantalla -. En fin, parece que no lo vamos a tener fácil. No.

Edie abrio mucho los ojos conforme el chico le hablaba. Al fin algo de información.
-Si.. eso parece.- Suspiró de nuevo. Aquella niña disfrazada no le asustaba, pero si que lo hacía lo extraño de la situación.
-Entonces...- Empezó con suma atención. -¿Porque estas tu aqui?- Se paró a esperar la respuesta.

- Pides mucho para ser  un tipo al que acabo de conocer hace unos minutos - digo sonriendo abiertamente. El tiparraco no me cae mal pero es muy preguntón -. Y ni eres rubia, ni tienes tetas, ni intenciones de llevarme al catre, así que ¿por qué tendría que responderte mon ami? Para mí, tanto podrías ser un topo intentando sonsacarme información, como una víctima más al igual que yo. Veras, Edie, yo trabajo en el juzgado y hay un principio llamado quid pro quo. Es decir, si quieres que largue por esta boquita que han de comerse los gusanos y disfrutar algunas guarrillas, larga tú primero algo. Y si no quieres, no pasa nada.

-oh! Vamos tio!- Exclama ofendido el joven músico. -¿Acaso crees que dejaría que me metieran aquí expresamente?...- Preguntó alzando los hombros y con las palmas hacia arriba. Un gesto característico.
-Deacuerdo! esta bién!- Claudica. -Dime, ya te he contado que soy músico, ¿no?, ¿Que mas quieres saber?, ¿cual fué mi primer amor?, ¿que diferencia hay entre un bemol y un sostenido?, ¡¿o quizá, cual es la jodida música que escucha el Papa?!- Por momentos la serena expresión de Edie se convertía en una mueca de desesperación.
-Solo intento comprender porque mierda me han metido aqui, tío...- Dice ahora casi suplicando. -... yo no debería estar aqui...- Dicho esto se deja caer sentándose pesadamente encima del camastro y hunde la cabeza entre sus manos.
-Seguro que quieren vender nuestros órganos. ¿Porqué sinó habría médicos...?...- Comenta casi para sí.

Escucho la conversación de los demás tratando de encontrar que era lo que teníamos en común , apoyo la cabeza sobre las piernas quedándome junto a la verja Sea quien sea el que nos ha metido aquí no creo que tengan buenas intenciones, querían cogernos, vivos o muertos digo con aire desanimado con la mirada clavada en el suelo

De los que estamos aquí , el rubio y el músico han tenido reacciones más o menos normales, pero el otro hombre y la chica actúan de una forma un poco extraña ¿realmente serán tan fríos o sera que saben por que estamos aquí?

- Para ser más exactos querían, y lo han conseguido, cogernos vivos. Lo de muertos entiendo que era la opción válida si no nos pillaban - digo con una indiferencia que estoy lejos de sentir. Recuerdo pefectamente la leyenda de la carpeta que encontré -. Y Edi, relájate un poco o te va a dar un telele. El por qué estamos aquí, lo han dejado bien clarito desde un principio. Poderes. Puede que queramos hacernos los locos y no darnos por enterados, como si la música no fuera con nosotros pero... el hecho es que si estamos aquí es por... esos poderes. Cada uno de vosotros sabrá qué significado tienen esas palabras. Yo sé perfectamente, en mi caso, a qué se refieren. Y las medidas de esta celda, propias de la gestapo, están destinadas a impedir cierto uso de ciertas habilidades. Amigo, somos putas cobayas y qué nos tienen deparado, ni zorra. Pero más vale que tengamos un mínimo de sangre fría o nos joderán vivos. Brrr, espero que no hagan como en las abducciones. No me hace ilusión que me metan nada por el culo - digo con una sonrisa que muestra una alegría que no siento. Pero ¡coño!, estoy rodeado de mudos y de críos. Algo tengo que hacer para animarles. El miedo resulta demasiado contagioso.

-¡¿Poderes?!- Estalla en una fuerte carcajada levantando la vista. En su rostro no había alegría alguna.
-Esto es de locos...- Suspira negando con la cabeza.
-Si realmente tuviesemos poderes ya estaríamos lejos de aqui. ¿No te parece?...- Entonces miró directamente al chico. -...Realmente lo crees...- Comentó casi para si mismo y una expresión de curiosidad asomó a su semblante. -¡Realmente estas convencido de lo que dices...!- Repitió en voz alta levantándose y colocándose frente los barrotes.
-¡Mierda!- Exclama. -Es cosa de este ruido infernal. Nos está jodiendo el cerebro a todos...-

Me encojo de hombros ante los comentarios del pelos raros de Edi.

- ¿Qué más da lo que yo crea? Lo que cuenta es lo que creen los tipos que nos tienen como pajaritos en la jaula. Y por lo que dices, por cómo lo dices, diría que tú mismo estás más convencido de lo que te gustaría estar acerca de tus posibilidades. Siempre puedes hacer una prueba de fuego. O podemos hacerla. No me excluyo - le digo con cierto nerviosismo -. Han dicho que estas celdas cuentan con un sistema ¿antipoderes? ¿Te apetece comprobarlo por partida doble? ¿Demostrarte a ti mismo que todo esto no es más que una pesadilla sin sentido y que se han equivocado o que realmente cuentas con lo que ellos ansían y hacer saltar las alarmas? Quien sabe, igual hasta nos sale bien a jugada - digo riendo suavemente -. Aunque estaría bien que las nenitas y el carapalo ese ayudaran. Tal vez entre todos podamos mandarles a tomar por culo. A fin de cuentas, ¿qué podemos perder en el intento?

En ese momento, la puerta se abre al mismo tiempo que la pantalla se apaga y por ella entra el carcelero con una especie de bandeja en la mano.

Sube hasta donde os encontráis y pasa por las celdas, dejando una botella de agua en cada puerta.

Pasa cerca, demasiado cerca de las puertas, consciente que los barrotes os detienen y no os dejan usar vuestros poderes. Pero si alguien sacara la mano por entre los barrotes...

-Jodido imbécil!- Exclama Edie juesto cuando el carcelero pasaba enfrente de su celda. -Déjame salir de aqui!- Dice fuera de sí sacando las manos y agarrando la solapa de la camisa de aquel tipo.
-¡¡¿Que quereis de nosotros?!!- Grita sacudiéndolo. -¡Contesta!-

¡Ahhhhhhhhhhhhhhh! Grita el carcelero.

¡Sueltame! ¡Por favor! ¡No me hagas daño! ¡Yo sólo trabajo aquí! ¡No se nada de lo que está pasando! ¡El Conejo es mi jefe y sólo sirvo la comida! ¡No me lastiméis, por favor!

El chico, parece que se va a desarmar en cuanto siente que lo cogen de la solapa. Una mancha marron aparece en sus pantalones mientras no deja de sollozar.

Lily se levanta para ver que es ese griterío.

Se queda con una ceja levantada. El carcelero.... ¿se acababa de mear encima? Menudo gallina.

Señala con una mano a su compañero. Tío, has hecho que se mee. Poco a poco Lily iba perdiendo su gracia, inocencia y aparente bondad... estar ahí dentro, no la ponía de buen humor. Mira a ver si tiene alguna llave o algo y déjale ir. Dice aún mirando la patética escena.

Las manos de Edie se movían rápidamente mientras cou una de ellas cacheaba al tipo raro ese y con la otra lo agarraba con fuerza.
Cuando se dió cuenta que se estaba meando encima.
-Joder tío!- Dijo soltándolo. -Que asco!-