Partida Rol por web

Me quedé mirando a José Luis y su actuación, esperando el momento para actuar de alguna manera. Tranquilamente podría crear una distracción que haga que todos salgan de aquí o nos dejen en paz por un buen rato, sin embargo, prefiero mirar esos papeles primero antes de hacer alguna locura.

Así que no hice nada.

Simplemente, me quedé de pie entre las tres niñas temiendo que a alguna de ellas se le ocurra hacer algo impropio.

Por una señal divina o cosa del destino, la chica intenta incorporarse nuevamente, con ayuda del alemán que está tumbado en el suelo, pero la mala suerte le juega una mala pasada y uno de sus tacones resbala en el suelo y se rompe, para volver a caer nuevamente sobre el turista que ahora mismo parece estar insultando en ciento diez lenguas distintas.

La gente que iba con el turista y un par de empleados del museo, se acercan a ayudarlos, dejando a Jose Luis a un lado con las carpetas y los papeles aún desparramados por el suelo y alguno de ellos en su mano.

Un vistazo rápido de él, le hace darse cuenta que esos papeles llevan todos el logotipo del museo y también que en algunos se habla de lugares y sitios en dónde se puede realizar una excavación para poder encontrar más útiles de la época antigua.

Layla mira con desconfianza tanto a Edie como a Lucy. No se había tragado ninguna de sus excusas. Y el hecho de que el tiparraco hubiera ocultado que podía ver a través de la "ropa", tampoco ayudaba.

Trabajo en equipo... sí, claro... ocultando información. Joder, quiero volver a mi casa.

Yo aquí no hago nada. Si necesitáis algo, avisadme al móvil.

Y sin decir nada más, echa a andar. Ella no sabía ni tratar bien con la gente, ni engañar, ni buscar entre libros, así que deja esta parte del trabajo a los petardos que la acompañan. Su intención es espararse del grupo, llevaba demasiado tiempo junto a ellos, y dedicarse a investigar por la biblioteca o incluso encontrar un puto guía que hable en cristiano.

Sonrío un tanto cabronamente ante la caída de la chorbi y los tacos del cabezacuadrada. Y las ocasiones las pintan calvas así que me apresuro a revisar los papeles al tiempo que voy recogiéndolos del suelo. El puñetero logo está presente en todas partes, para variar, pero todas mis alarmas saltan con la referencia a lugares y sitios de excavaciones, algo que me hace pensar directamente en uno de nuestros desaparecidos. Miro a un lado y a otro, y subrepticiamente distraigo los papeles relativos a las excavaciones. Luego podremos leerlos detenidamente.

Después, con cara de bueno, me dirijo a la chica y espero a que se levante para entregarle las carpetas con una sonrisa.

Cuando me vuelvo hacia el grupo, veo que Layla se aleja. Extrañado por su marcha me acerco donde los chicos.

- ¿Qué ha pasado? ¿A dónde se va? - preguntó con curiosidad -. Y sería conveniente que nos fuéramos de aquí antes que se den cuenta de lo que les he quitado. Vayamos saliendo y me contáis lo de Layla, ¿eh? - digo encaminándome hacia la salida.

- Por más que me caíga mal, no me fio de dejarla sola, así que supongo que me quedaré con ella un rato más. - Dije negando con la cabeza, sabiendo que lo principal era descubrir que estaba pasado aquí. - Id tirando vosotros y yo voy a ver si puedo hacer que regrese con nosotros. -

Dicho esto, me dirigí hacia dónde había ido Layla, con un poco de rabia, ya que parece que si algunos avanzamos y ella no lo hace, se enfada y actua de esta manera.

Creo que no se ha dado cuenta que estamos todos metidos en el medio de un asunto y que debemos tirar todos para delante.

Salís del museo de manera rápida, para que no os descubran después de quitarle a la secretaria del director unas diez o quince hojas con anotaciones de las excavaciones que realiza el mismo museo.

Una vez fuera, Edie decide meterse de nuevo, aunque a regañadientes, a ver a Layla para intentar que no la líe mientras los demás descendéis las escaleras de la entrada principal hasta abajo de todo.

Miráis las puertas y no parece que nadie os haya seguido.

Todo está tan tranquilo como antes de entrar y eso parece ser bueno.

Pero ahora estáis separados, la loca y el músico todavía están dentro... toca volver a planear...

Los demás salen a hurtadillas del museo, salvo Edie, que se queda por allí.

Parece que te está mirando, pero no se acerca a ti. Seguramente, está allí para controlarte y evitar que la lies, pero por ahora, te deja espacio para que hagas lo que tengas que hacer.

La gente, después del tropezón y caída de la secretaria y el alemán, ha vuelto a sus quehaceres. Al parecer, esta era la hora punta del museo por que la cantidad de gente iba en aumento. Ahora parece que hay más grupos de turistas, cada uno de ellos con su guía. Uno, seguro que habla su idioma...

Mientras tanto, Edie sigue allí, esperando... ¿o estará planeando algo?

Layla chasquea la lengua al ver que otro de los "adultos" del grupo vuelve a desconfiar de la "cría".

Serán capullos... como si no me hubiera cuidado sola toda mi puta vida...

Sin embargo, hace caso omiso de él. Ya se cansará y saldrá corriendo con sus amiguitos. Piensa para sí misma... ¿Ingenua o esperanzada?

Sea como sea, la morena se dirige a alguno de los grupos de turistas que hable su idioma, esperando escuchar de labios de algún experto qué coño era el símbolo de la pared y a qué venían esas fotos tan frikis colgadas en una biblioteca.

- Cubridme y vigilad. Voy a echar un vistazo a estos papeles a ver qué dicen exactamente - digo a Lucy y Alexandra tras haber asentido a los propósitos de Edi en relación a Layla -. A ver si por fin podemos sacar algo en claro de todo esto.

Layla se acerca a un hombre, que guíaba a un grupo de turistas americanos, el cual estaba hablando de la colección que allí se exponía.

Al parecer, eran fotos y grabados y utensillos que se usaron en una época antigua en el desierto, por una tribu de indios americanos, los cuales usaban esas cosas para los sacrificios rituales a su Dios. Los utensillos de cerámica, que parecen ser similares a cuchillos, martillos y demás herramientas, se pueden ver en las manos de los hombres con túnica que están en las fotografias de las paredes.

Claro que las fotografías son meras representaciones.

El guía explica que nadie sabe como eran esos sacrificios, salvo por los grabados en piedra - señala unas piedras dentro de cristales - pero que estas no aportan mucha información.

José Luis comienza a revisar los papeles y en ellos encuentra datos y más datos de excavaciones antiguas que patrocinó el museo. La más actual, y la que parece ser la que están realizando en este momento, es en una zona del desierto, a las afueras de la ciudad. Entre los papeles hay un mapa que indica la zona exacta, así también como las coordenadas en donde se hacen las excavaciones.

En uno de esos papeles, encuentra un inventario de que se ha encontrado en ese lugar, junto con las cordenadas de la cuadrícula de dónde se han encontrado.

Después hay papeles inservibles, memorandos del museo y alguna que otra publicidad.

- Curioso, excavaciones y más excavaciones - digo dirigiéndome a mis compañeras y señalando los papeles -. Como las del tipo cuya desaparición investigamos - señalo al tiempo que me guardo los papeles que considero importantes y arrojando a una papelera los memorandos y la publicidad -. Al menos, contamos con un nuevo punto de investigación. Tenemos un mapa con coordenadas que luego en el motel me gustaría comparar con lo de nuestro profesor favorito. Y estos aún no han salido - digo algo preocupado -. Tal vez lo mejor sería regresar a la recepción por si llegaran a necesitar ayuda de algún tipo y ver si podemos conseguir algo de información acerca del logo. ¿Vamos? Eso sí, los móviles a mano por cualquier emergencia.

Espero que dentro no haya habido ningún problema y que sea donde sea que Layla y Edi hayan acabado, les vaya bien.

Layla se acerca a las piedras de los grabados y sacando su teléfono movil del bolsillo empieza a hacerles algunas fotos. A pesar de que quería apartarse de la parte "inteligente" de aquella extraña misión, su cabeza no puede más que darle vueltas a una pregunta.

¿Qué mierdas tendrá que ver la desaparición de ese tío con la secta esta?

Al escuchar que hablaban de un Dios, Layla se camufla entre el grupo de visitantes y alzando la mano, aunque sin esperar que alguien le dé pie a preguntar, eleva la voz por encima de los murmullos.

¿A qué Dios veneraban los frikis esos?

La pregunta le había salido del alma. Los tios esos eran unos frikis. Y bueno... no lo había pensado antes, pero si había alguno de ellos por allí, se daría por aludido... quizá incluso se metiera con ella y tendría alguna excusa para partirle las piernas. No era tan mala idea, después de todo.

Los que estaban allí escuchan tu pregunta y se giran con los ojos desorbitados.

El guía, te mira serio, en realidad, parece como que te quisiera comer con la mirada.

Y después, como si todos fueran de la misma secta, se llevan el dedo índice a la boca y al mismo tiempo te sueltan un: "¡Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!".

En ese momento, veis entrar a dos guardias corriendo como posesos, esquivando gente y subiendo directamente al despacho del director.

Corren por escalera que asciende al segundo piso con las manos en las cartucheras.

¿Qué habrá pasado allí dentro?

Dentro no parece haber ningún problema.

Todo sigue tan tranquilo como siempre.

Aunque estos dos ya están tardando demasiado.

La gente sigue entrando y saliendo del lugar como si nada, hasta el turista alemán sale por esa puerta y llama un taxi para que, seguramente, lo lleve a su hotel.

En ese momento, dos guardias que estaban en la puerta fumando, se llevan la mano al pinganillo y salen corriendo hacia dentro como poseidos, y en el trayecto, casi tiran al turista alemán otra vez.

Al entrar todo parece tranquilo y no solo eso, sino que parece que nadie ha dado la voz de alarma ante la ausencia de ciertos papeles lo cual hace que me sienta bien. Pero cuando de repente, en medio de ese relajo veo salir espitados a los dos guardias jurados, no puedo evitar que el pecho me dé un vuelco y pensar en mis compañeros. De hecho, no puedo evitar en pensar en Layla y su mal carácter. Y tampoco puedo dejar de pensar en Bush y su política de guerra preventiva. Bueno, yo no es que sea Bush hijo y tampoco es que los dos guardas jurados sean Irak. Es más, ni siquiera sé si su carrera se debe a Layla y Edi, pero joder, tampoco me voy a echar a correr tras ellos como un poseso para ponerme en evidencia y averiguar lo que está pasando realmente. Pero tampoco puedo correr riesgos.

- Lucy, a ver si puedes averiguar a dónde van esos dos. Ya sabes, eso que haces con tu cabecita - susurro a su lado, mientras me concentro en que los dos maromos se estampen contra el suelo o contra la pared o contra lo que sea.

Creo que lo mejor seria que nos fuésemos de aquí comento en voz baja a mis compañeros Es posible que se hayan dado cuenta de que faltan las hojas que has cogido y no creo que tarden en darse cuenta que has sido tu quien los ha cogido por un momento me quedo pensativa.

Si queréis volver allí dentro a ver si conseguís más información déjame esos papeles y volveré al hotel para comparar esos datos con los del profesor, según parece la gente de esa "secta" no se anda con rodeos quizás pueda encontrar en Internet acerca de la zona, los objetos o sobre los grabados, ademas yo no he hablado con nadie y no suelo llamar la atención, así que dudo que nadie en la biblioteca se sepa ni que existo.

Ademas, tengo que analizar "la muestra" que conseguí en el hotel antes de que se degrade digo esperando que había conseguido leer en la mente de los guardias y que pensaban del plan