Partida Rol por web

A lo lejos de dónde os encontráis, unos carteles se encienden en lo alto de unos edificios.

Es lo normal, por lo menos eso pensáis.

Miráis hacia ellos durante un momento y comenzáis a charlar y a planear nuevamente...

Pero algo en vuestra mente os dice que allí hay algo raro...

Volvéis a mirar...

"Koka Kola"

"Zoni"

"Nique"

Algo había cambiado...

Miro extrañado los carteles sin creerme lo que veo.

Este pasando lo que este pasando esta afectando al mundo que nos rodea, quizá debamos hablar cuanto antes con el director del museo para averiguar que sabe de lo que ocurre. Digo confuso, eso cambios eran menores pero si cambia eso ¿que más había cambiado?

Ladeé ligeramente la cabeza mientras observaba aquellos carteles, que sin duda estaban demasiado raros.

- ¿ Un hacker que se aburre? Pero si en los años setenta no hay internet.. - Fue lo que dije antes de mirar extrañada a mis compañeros. - Esto me está dando demasiado mal rollo.

Volví a mirar de nuevo a mis compañeros, esta vez con la preocupación pintada en el rostro.

- Pues a falta de nada mejor vamos a hablar con ese director, creo que cuanto más tardemos más cosas van a empezar a fallar y no se quedará en faltas de ortografía y cosas así..

El grupo comienza a caminar hacia la casa del director, la cual no está muy lejos de allí.

La gente parece no darse cuenta de ellos, o simplemente, van a su bola cuando se cruzan con los cuatro por la calle. Algunos, van vestidos con ropas realmente ridículas, aún para la época en la que estáis.

La mayoría lleva ropa estampada con lunares o con estrellas de colores chillones, como si fueran a algún tipo de baile de disfraces.

Al cabo de quince minutos, llegáis a una casa bastante grande, de dos plantas, con un bonito jardín en el patio delantero.

Hay luz en una ventana del segundo piso, la más alejada hacia la izquierda, sin embargo, no se ve movimiento alguno en su interior.

Me quedé observando aquel edificio, pero creía que lo mejor era intentar pasar desapercibidos hasta saber qué era lo que podíamos encontrarnos en él, así que miré a Elisabeth y sonreí, de forma que ella ya casi podía averiguar mis ideas antes de decir nada.

- ¿ Crees que podrías subir por las cañerías de nuevo y echar un vistazo antes de nada? Creo que sería menos llamativo que hacer volar a Peter hasta la ventana.. Así al menos sabremos a lo que nos atenemos..

Sería como un poco violento llamar todos a su puerta sin llevarle al menos una pizza así que lo de Elisabeth me parecía la mejor opción.

 Mi mirada por lo que veo lo dice todo, los estilistas no tienen ningun gusto y es mas esas faltas...

Los chicos se giran, Megan no.

Elisabeth se convierte en agua sin ningún problema y se mete por uno de los desagües. No es difícil ubicarse allí dentro por lo que en pocos minutos, sale por una rejilla que hay en la cocina, justo a un lado del fregadero. Allí no hay nadie.

Los que estáis fuera veis que la luz de ese cuarto sigue encendida, pero allí no hay movimiento alguno.

Mientras tanto, Liss recorre la cocina y sale al salón, en dónde puede ver la puerta de entrada de la casa. Se acerca a ella y ve que tiene puesto un pestillo y que además, está cerrada con llave.

Megan, Peter y Kenshiro, ven una sombra muy parecida a la de Elisabeth a través del cristal esmerilado de la puerta.

Hasta ahora, todo va bien.

No esta mal, deberia...Me deslizo con suavidad mientras sonrio para mi un solo segundo antes de acercarme  a la puerta y de ver si puedo abrirla.

Mi dedo aguoso entra en la cerradura y con algo de sutileza consigo girarla y abrirla con una leve sonrisa antes de....

Bienvenidos a mi humilde morada, al fondo la cocina y la nevera esta llena. 

Sonreí satisfecha cuando Elisabeth nos abrió la puerta, pues cuando había sugerido el plan era porque sabía que lo conseguiría sin problemas.

- Bien hecho.. - Dije pasando al interior y observando alrededor. - ¿ No hay nadie?

Me parecía que si estaba hablando tras abrirnos no debería haberlo, aunque que estuviera encendida la luz era como raro si habían salido. De todas formas, me paré casi al lado de la entrada aunque apartándome del medio para que pudieran pasar el resto de mis compañeros.

Estaban pasando demasiadas cosas extrañas, bueno, eso sin contar que estuviéramos como en los años setenta y nos atacaran lo que parecían robots y un sinfín de cosas más como lo del cadáver viviente, pero tan sólo podíamos intentar resolver este puzzle antes de que el puzzle en sí nos ganara la partida.

Buen trabajo, espero que eso de colarte en casas ajenas no se convierta en un... "hobby". Comento al entrar en la casa. Ahora debemos buscar cualquier cosa que nos diga donde esta esa excavación. Digo mientras busco algun despacho o cualquier otro sitio donde pueda haber papeles. Cuanto antes sepamos lo que queremos mejor no tenemos tiempo para esperar al director.

La puerta se abre con un chasquido casi inaudible. Ni siquiera los que estaban fuera lograstéis escuchar lo que hizo Elisabeth desde dentro. Una vez la puerta se abre, los tres compañeros que estaban en la calle, entran en la casa como si fuera de ellos y comienzan a rebuscar con la mirada algún indicio de dónde puede estar la excavación en el medio del desierto.

Peter, comienza a revisar la planta baja con gran velocidad.

Allí encuentra un salón con un televisor y unas estanterias con libros, además de una pequeña cocina, un baño y el comedor. A un lado, hacia vuestra derecha, están las escaleras que ascienden a la primera planta y debajo de ellas, un pequeño trastero el cual revisáis, pero allí sólo encontráis trastos viejos. Nada de importancia.

En ese momento, escucháis unos pasos justo encima de vuestras cabezas.

No en las escaleras, las cuales todavía siguen despejadas, sino en lo que parece ser una habitación de la primera planta.

Me quedé en silencio mientras Peter echaba un vistazo a la casa, pero al ver que no encontraba nada interesante y escuchar pasos sobre nuestras cabezas, tampoco es que tuviéramos demasiado donde elegir, pues parecía que había alguien en el piso de arriba y teníamos que ir a comprobar si era él y si era, arrastrarle con nosotros hasta aquel desierto.

Me encogí de hombros mirándoles y luego señalé hacia arriba y tratando de hacer el menor ruido posible activé mi escudo por si acaso y luego comencé a subir por las escaleras, tratando de pisarlas con tanto cariño como si estuviera llegando muy tarde a casa y no quisiera que me escuchasen mis padres.

- Espero que no sea otra persona la que nos esté esperando.

No encuentro nada en la primera planta por mucho que rebusco pero antes de que me de tiempo a empezar a rebuscar en la segunda oigo un ruido en la segunda... miro interrogativamente a Elisabeth.

¿No la habías comprobado? Susurro, pense que había comprobado que no había nadie en la casa antes de abrirnos.

Megan empieza a subir las escaleras y yo la sigo de cerca.

Megan y Peter se convierten en invisibles cuando comienzan a subir por las escaleras. Suben un par de escalones, los justos para poder ver la primera planta sin ningún problema.

Ambos asoman sólo sus ojos por encima del suelo que ahora mismo está a la altura de sus cabezas y pueden ver de frente, tras una puerta abierta, un despacho ámplio, en dónde una persona vestida con traje camina de un lado a otro, con las manos en la espalda y la cabeza gacha, frente a un gran escritorio lleno de libros.

No había duda alguna que era el director de la biblioteca, ya que en la parte delantera de su traje llevaba bordado el logotipo que ya habiáis visto antes.

Para vuestra tranquilidad, el hombre no ha reparado en vosotros y sigue pensativo con su caminata.

 Me encojo de hombros

Se habra mimetizado, no me fijo en esas cosas replico mientras busco de nuevo uno de los grifos para subir al piso de arriba con las tuberias y salir por el baño.

Deberia probar esto, me ahorraria mucho dinero en desatascadores cuando regrese.

Bueno, esperare para poder salir y para darle una sorpresa, cortando su retirada, me sta gustando este poder..

Miré a Peter esta vez, esperando que fuera él quien tomara la iniciativa porque yo no sabía ni cómo tenía que coger a alguien por sorpresa. ¿ Qué podía decir? ¿ Amenazarle? sólo había que mirarme para saber que no haría daño a una mosca, claro, siempre y cuando no me lo hicieran a mí.

Podíamos intentar acercarnos si hacer ruido hasta la puerta, pero una vez allí ¿ qué tenía que preguntarle? ¿ Qué escondía el desierto? Sin duda tenía más preguntas que cosas claras, pero ya habíamos llegado hasta ahí y no era un buen momento para echarse atrás.

Como si paseara por mi casa subí el resto de las escaleras, ahora sin importarme demasiado que me viera y cuando me acerqué a la puerta le miré con curiosidad.

- ¿ Es usted el director del museo? - Fue mi simple pregunta.

Entramos todos con sigilo en la casa y para nuestra sorpresa nadie había reparado en que esta estaba ocupada. Tras unos segundos de vacilación . Peter y Megan suben a la segunda planta y tras atisbar un rato,Megan decide adelantarse y sin mas miramientos preguntarle si es el director.
Con una sonrisa de oreja a oreja subo las escaleras y me coloco detrás de ella observando con curiosidad cual va a ser la reacción del sujeto , eso si , preparado para cualquier contingencia.

Sigo a Megan y al ver al director dudo que hacer pero Megan se me adelanta por lo que la sigo. Su pregunta inicial es sencilla y casi seguro que sabemos la respuesta. Me quedo detras de Megan contemplando la habitación mientras espero la respuesta aunque debe ser él que se este preguntando quienes somos nosotros.

Ante la acción de Megan y la aparición de los demás, salvo Elisabeth que está metida en una de las tuberías esperando para cortarle la retirada, aunque en ese estado, las vibraciones de vuestras voces le llegan amplificadas por el cobre de las cañerias hasta sus oídos, la reacción del que era el supuesto director del museo fue la predecible.

Primero, se giró hacia ella con los ojos desorbitados, y acto seguido, retrocedió hacia el escritorio, apoyando el culo en la mesa y llevándose las manos hacia atrás, visiblemente muerto de miedo o por lo menos, demasiado sorprendido para responder.

Su cabeza se agachó un poco tras unos segundos y después que se le haya pasado la sorpresa, y fue entonces en ese momento cuando habló.

- ¿Y quienes sois vosotros? Largaos de aquí ahora mismo y no os pasará nada... tenéis treinta segundos. -

Negué con la cabeza y luego levanté la vista para mirarlo de nuevo a los ojos, no había llegado hasta aquí para ahora irme ante la priera amenaza.

- No hemos venido a que nadie sufra ningún daño, sino porque necesitamos algo de usted y por lo que he podido ver no parece tranquilo ¿ no? Mi nombre es Megan Carter y le pido disculpas si no hemos llamado a la puerta pero ya nos han atacado hoy y estamos un poco... ¿ susceptibles?

Hasta saber si iba a cumplir su amenzaba no iba a preguntar nada de lo que realmente nos interesaba, pues a fin de cuentas, tampoco quería decirle lo que necésitabamos y luego que desapareciera delante de nuestras narices, porque entonces sí que sería todo realmente complicado.