Partida Rol por web

La tercera frase de Ernesto la entristeció notablemente. Sospechaba que era difícil encontrar gastronomía quariana fuera de la Flota Nómada, y que se lo afirmaran con tanta facilidad no hacía más que confirmar su sospecha. En verdad, nunca había probado algo diferente como para estar segura de que no le iba a gustar. Pero por lo que poco que había leído, solo podía consumir comida turiana. Y tras la primera impresión del turiano de su nave, algo le decía que no le iba a gustar lo que encontrara en la cocina.

Centró su mirada en el hueco que le señalaba el humano, como si por vez primera se diera cuenta de que faltaba un fragmento de carcasa. - No, esa zona ya está arreglada. Podrías ayudar a Yutin Jerani. - Señaló en dirección al salariano. - ¡Ah! Que tonta. Te presento a Yutin Jerani. Es un salariano. - La última frase la soltó con seguridad, como si Ernesto no se hubiera dado cuenta por si mismo de cual era la especie de su acompañante ingeniero y tuviera que ayudarle a descifrarlo.

- ¿Qué sabes de la energía oscura? - Siempre le había resultado fascinante ese tema. Todo el funcionamiento del motor MRL era gracias al elemento que interactuaba con dicha energía y, en cambio, sabía lo justo y necesario para que no le explotara en la cara si cometía algún fallo absurdo.

Se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y apoyó la zona donde se encontraría la barbilla en su puño de tres dedos, adoptando la posición de interés que siempre había tenido cuando su tutor se dedicaba a enseñarle algo.

Al notar como Seena se decepcionaba por mi comentario pensé que quizá debería haber respondido que no lo sabía. Aunque esperaba poder alegrarla con una clase de biótica, elemento cero, motores MRL y energía oscura.

Bueno, podríamos estar horas hablando de este tema la verdad, lo cual no me importaría, pero en resumidas cuentas el motor MRL que, por si no sabes que significa MRL es Motor más Rápido que la Luz, usan el elemento cero para reducir la masa de toda la nave y los que estamos dentro para así acelerar casi al instante. No quieras saber que pasaría si el campo colapsa mientras estamos en ese estado... jajaja.

Conforme iba entrando más en el tema se notaba que me emocionaba. Al fin y al cabo, es mi trabajo y me apasiona la biótica y todo lo relacionado con ella. Seguro que ha empezado a aburrirse.

Incluso muchos vehículos militares de tierra generan pequeños campos de reducción de masa para moverse mejor. ¡Ah! Y lo que hace que el campo de efecto de masa aumente o disminuya la masa interior es una descarga positiva o negativa enviada al elemento cero. Eso es también lo que hace que la biótica exista, pero los impulsos eléctricos son enviados por el sistema nervioso del organismo y, en el caso de mi espécie, se aumentan con implantes.

Sin duda, se habrá aburrido...

Afirmó con la cabeza repetidas veces conforme Ernesto le iba contando gran parte de lo que ya conocía; al fin y al cabo, casi todo lo que le estaba diciendo entraba dentro de sus conocimientos tecnológicos sobre ingeniería. Pero no pensaba decirle nada. Antes prefería asegurar que no tuviera algo más que añadir a su sabiduría. Total, hablar sobre estos temas siempre había sido algo que le encantaba.

Cuando entró en tema de biótica se interesó genuinamente, imaginando el cuerpo del humano como el de una nave que dirigía los impulsos eléctricos mediante cables conectados desde su cerebro hasta la extremidades. En cambio, el término de los implantes no lo entendió en absoluto. No comprendía ni para qué servían, ni donde estarían colocados. Lo más cercano a lo que ella podía entender de su funcionamiento es que hacía las veces de repetidor eléctrico, y eso no tenía ningún sentido en un cuerpo de tales dimensiones. El incremento de dudas en su mente fue tal que no pudo contenerse más tiempo.

- ¿Donde están colocados esos implantes? Y si la biótica es el campo que se produce al contactar la electricidad con el elemento cero... ¿nuestra nave tiene biótica? - Ladeó la cabeza con incertidumbre, pensando en el funcionamiento del motor MRL y lo parecido que era a lo que le estaba contando Ernesto. - ¿Y qué es la energía oscura? 

Formuló todas las preguntas en un torrente de palabras, con una velocidad nada envidiable a la de un salariano.

Tras la charla de Salazar Yutin se había quedado completamente boquiabierto. "¿Cómo puede ser que la quariana esté haciendo preguntas? ¿Es qué quiere que siga hablando? Si esto sigue moriré de aburrimiento." Se aclaró la garganta sonoramente para llamar la atención y en un torrente de palabras dijo mientras se alejaba:

- Jefa, si no le importa voy a buscar algo para comer y luego volveré a seguir arreglando empalmes. Un placer conocerle señor Salazar, me alegro de que nuestro esté tan dispuesto a compartir su... conocimiento, si quiere saber algo sobre cables le devolveré el favor jajajajaja.

Y dicho esto salió el de la sala dejándoos solos.

Nada más entrar ves que te estás dirigiendo a un salariano que estaba saliendo de la sala, este se queda boquiabierto y cuando se recupera del susto se dirige a ti:

-Señor, yo solo sigo ordenes de la ingeniera jefa, la señorita Seena'Korris, que está más adelante hablando con el pesado de la biótica. Si tiene algún problema trátelo con ella, pero que conste que esta nave estaba hecha un desastre y si no fuera por nosotros no habríamos llegado ni al sistema solar vecino.

Aún no se han fijado en tu presencia, pero puedes adivinar más adelante la presencia de Seena'Korris y Salazar, hablando entre los sistemas encargados de dar energía a los escudos. Ahora que estás en la sala de máquinas, cuando miras a tu alrededor puedes comprobar que algunas partes parecen haber sido arregladas a última hora, una vista no poco común después del ataque del soberano. Reparos funcionales, baratos y rápidos, pero no de la mejor calidad.

Esperé a que el salariano saliera de la sala no sin antes despedirme con un ademán. Entonces miré al casco de Seena, sin saber muy bien a qué parte mirar y continué con mi explicación. En realidad la quariana se había hecho un poco un lío con la parte de la biótica.

- Los implantes se ponen en la base del cráneo humano(digo señalando más o menos) y hace de puerto para los amplificadores, que hacen que sincronicemos mejor los nódulos de elemento cero que tenemos en nuestro sistema nervioso. Así, el campo que los humanos podemos generar es mayor. Sino no podríamos hacer uso de la biótica. Para enviar los impulsos a dichos nódulos, haces movimientos con el cuerpo que provocan estos impulsos.

Mientras terminaba esta explicación, hice un movimiento extendiendo el brazo con la mano en una posición como si sujetara un objeto invisible hacia una de las herramientas de Seena para moverla usando telequinesis.

- Esto es telequinesis, una de las tres disciplinas de la biótica. Y la biótica es el uso de los campos de efecto de masa pero por parte de un ser vivo, asi que el motor MRL no tiene biótica- acabé la frase riéndome un poco, de pensar en ello.

- Y ya para terminar, te explico la energía oscura con algo más esquematizado: "Yo, mediante impulsos, eléctricos controlo el elemento cero que hay en mi sistema nervioso, y el elemento cero, mediante la energía oscura, crea los campos de efecto de masa"- mientras explicaba esto movía mis manos por el aire como si señalara las partes de un esquema invisible.

Y cambiando un poco mi rostro a algo más decepcionado acabé diciéndo: "Pero lamentándolo mucho, no se explicarte qué es la energía oscura en sí, pero yo diría que es una fuerza universal"

Se despidió de Yutin Jerani con la mano, sin desviar ni un ápice la mirada que mantenía fija en Ernesto Salazar; atenta a todo lo que tuviera que decir. Hasta el momento no había tenido ninguna oportunidad de conocer a alguien que tuviera conocimientos sobre esa materia. Su especie carecía de la posibilidad de manejar un poder que desde pequeña le había parecido más una cosa de magia sacada de un cuento, que algo lógico como le estaba explicando ahora el humano.

- Oh, claro, no puede ser biótica porque esa palabra solo sirve para lo que sea biológico. - Una risita aguda y honesta se escuchó distorsionada bajo la máscara, como si se hubiera dado cuenta en ese momento del error tan absurdo que había cometido; y únicamente porque Ernesto se lo hubiera confirmado. - En todo caso, ¿se llamaría tecnótica? - La pregunta iba dirigida más a ella que a él, tras la cual negó con la cabeza al darse cuenta de lo estúpido que le parecía ese nombre.

Fue entonces cuando al perder el contacto con la mirada del humano se dio cuenta de la herramienta que levitaba por sí sola. Con un movimiento veloz se puso en pie y se quedó observándola de cerca, pasando la mano por alrededor como si buscara cables invisibles o algo que tuviera una explicación más sencilla. De sus labios solo se pudo escuchar una exclamación de asombro al ver por vez primera y con sus propios ojos lo que podía hacer la biótica. Y era realmente impresionante.

- ¿Puedes levantar lo que quieras? - Se quedó analizando durante un segundo varios objetos de gran tamaño que pudiera hacer levitar; llegando casi al instante a una idea mejor. - ¡Levántame a mí! - Elevó los brazos hacia el techo como había hecho siempre de niña cuando quería que su padre la levantara en peso, esperando en cualquier momento notar algo sujetándola de la cintura y perder el contacto del suelo bajo sus pies

Bajé la mano y la herramienta cayó al suelo. Entonces la miré poco sorprendido, pues no era la primera ni sería la última que le pedía que la levantara. Cerré los ojos y me concentré un poco, al fin y al cabo tenía que tener cuidado para no balancearla. ¿Podría vomitar dentro del traje? Mejor no pensar en ello. Entonces flexiono los brazos hacia atrás, sacando los codos y dibujo una parábola cóncava(primero bajando las manos y luego alzándolas, para que quede claro).

- Te sorprendería la cantidad de gente que nos pide esto- le dije mientras sonreía.

Seena se eleva en el aire y adquiere el carácterístico tono del campo de masa alrededor.

- Cuando te baje, me gustaría que contestaras a una pregunta, aunque quizá no quieras contestarla, lo cual podría entender.

Soltó un casi inaudible chillido de sorpresa en cuanto sus pies abandonaron el suelo. Esperaba notar presión en los costados al elevarse hacia el techo, pero al contrario que eso, sintió un vacío extraño. Una ligereza que le permitía volar, pero no hacia el destino deseado; por lo que comenzó a agitar los brazos automáticamente como si por ello fuera a mantener el equilibrio. Claro que el equilibrio no dependía de ella, si no de la voluntad del humano.

En cuanto se tranquilizó, miró hacia el suelo con ilusión. Sus piernas colgaban a varios centímetros del suelo y se sentía completamente ingrávida. Era una sensación que sin lugar a dudas recomendaría a Zaas'Gerrel nar Neema en cuanto volviera a verlo. Conociendo a su amigo, seguramente había sentido algo similar en gravedad cero, pero para ella era algo completamente nuevo. Algo que se le veía que le hacía verdadera ilusión.

Mientras disfrutaba de la altura se le ocurrió mirar hacia arriba, entornando los ojos a continuación. - ¿Puedes subirme un poco más? - De su cinturón sacó un rollo de cinta aislante mientras su atención se centraba en algo que no había visto desde la corta estatura que poseía. Sin duda tener cerca a alguien que pudiera elevar a otra persona con solo pensarlo tenía una ventaja tremenda. Quizá incluso nunca volvería a necesitar escalera. Solo tenía que llamar a Ernesto para que la ayudara.

Alargó los brazos en cuanto el humano la elevó un poco más y enrolló un cable pelado con la cinta que tenía en las manos. No es que algo así fuera a producir un cortocircuito en la nave, pero odiaba no arreglar algo que conocía roto o lejos de sus aptitudes óptimas.

- Ya está. - Colocó de nuevo el rollo de cinta aislante en su cinturón y centró la mirada en Ernesto. - ¿Qué querías preguntarme? - Se sentía superior desde la altura que poseía ahora. Siempre había sido ella a la que habían mirado por encima, y por una vez pensaba darse el gusto de ser ella la que cambiara las tornas.

Al preguntarme deduje que ya la podía bajar, no quería perder el control manteniendo una conversación y hacerle daño a Seena, así que baje lentamente los brazos y la dejé en el suelo. Entonces respiré un momento. Un zumo me vendría bien.

- Bueno.. yo... verás, es que me preguntaba cómo sois los quarianos.. ya sabes, debajo del traje- mientras iba avanzando la pregunta iba avergonzándome más yo solo. ¿Se lo tomará como si le dijera a una humana: "¿Cómo eres debajo del vestido?"?

La piel de mi rostro comenzó a tomar un tono ligeramente rojizo y mi mirada cayó hasta solo ver los pies de Seena. Literalmente no sabía donde podía meterme en ese momento.

La tristeza fue inundándola conforme su estatura descendía a lo que conocía como banal. Estar en un lugar en el que podía ver todo y a todos desde arriba le había resultado extremadamente curioso. Nunca había visto las cosas desde ese ángulo y, aun sabiendo que todo seguía siendo lo mismo, era como si su mundo hubiera formado parte de lo desconocido durante un tiempo muy limitado. Tras esa experiencia, estaba segura de que volvería a pedirle a Ernesto que volviera a hacerlo.

Mientras escuchaba la pregunta, su mente divagaba sobre la respuesta que podía darle. Nunca se había planteado algo así. Siempre había estado en ese cuerpo y conocido a gente de su especie, por lo que el analizar su forma física era como describir un color. Algo que le superaba completamente.

- Pues... - Realmente no sabía como responder a su pregunta. - No lo sé... Tenemos dos brazos y dos piernas, como tú, o el salariano, o todo el mundo. - Ladeó la cabeza y con la mano derecha comenzó a rascar donde se encontraría la parte alta del cráneo. - Ah sí, tenemos pelo en la cabeza. Tú también lo tienes, pero Zellisa Helyne, Ra y Yutin Jerani no tienen. Así que es algo que todo el mundo no tiene, ¿no? - Su tono de voz previamente dubitativo había cambiado para reflejar felicidad. Felicidad por haber encontrado una respuesta que consideraba apropiada a la pregunta cuestionada, como si solo con decir eso Ernesto ya pudiera imaginar a un quariano de pies a cabeza.

- Puedo subirte cuando te haga falta- dije pensando que Seena querría volar más a menudo.

Fui decepcionándome poco a poco conforme iba escuchando la respuesta de la quariana. No era lo que esperaba escuchar y estaba claro que ella pensaba de un modo demasiado técnico.

- La verdad es que de todo lo que has dicho lo único que vale es que tengas pelo, pero bueno, da igual, supongo que seguirás siendo un misterio. Debería marcharme ya. Un placer haber hablado contigo Seena- acabé la frase con una vaga sonrisa que se notaba algo más vacía que sincera.

Me dirijí hacia la salida de la sala de máquinas después de haberme despedido, esperando que mi marcha repentina no la molestara. Espero que algún día pueda ver cómo es.

- ¡Igualmente! - Se despidió enérgicamente con la mano, contenta al erróneamente pensar que había ayudado a Ernesto a desentramar un poco la duda que mantenía sobre su especie. Le había resultado una pregunta con una dificultad mayor a la que le podrían haber hecho en cualquier test formulado por sus tutores. Y era quizá por esa razón que le había resultado más gratificante haber sabido contestarla.

- Bueno, ¡a volver al trabajo! - Apoyó los puños en sus caderas, analizando el trabajo que había hecho hasta ahora y el que aun quedaba por hacer. Debía de agradecer al salariano la inestimable ayuda prestada. Era sin duda uno de los trabajos más mediocres que había visto, pero también el más rápido. Lo que pensaba que le llevaría dos días podría acabarlo en uno, o menos si no le interrumpían.

Sonrió para sus adentros y cogió el soldador sónico que le había prestado Yutin, acercándose de nuevo al cableado moribundo que prestaba más sensación de haber sufrido heridas por negligencia que por efectos adversos.

Una vez que se había quedado sola y no podía centrar su atención en nada más que en arreglar aquel tinglado, se había dado cuenta del hambre atroz que tenía. En cualquier otro momento hubiera ido casi corriendo a la cocina y vaciado las despensas, pero se encontraba en una situación mucho más importante que la de quitarse el hambre; y esa era dejar la nave a punto antes de que llegaran al Relé de Masa.

Espera, estoy a la espera de Ra, que está entrando y tiene que hablaros a los dos.