Partida Rol por web

Náhoda či Dopuštění

Viena, el principio

Cargando editor
16/05/2008, 16:13
Thomas Krankl

Mi expresión cambia con sus primeras palabras, ¿te secuestró?, la confusión prima al principio, ella le rompió dedo, la torturó para que le dijeran nuestros hombres, ¡LA TORTURÓ!, la seriedad da paso a la ira, el brillo de mis ojos y mis labios apretados da buena fe de ella, me incorporo apoyados los codos en la cama de espaldas, rehuyendo una mirada que me busca.

¿Cómo alguien puede hacer eso?, ¿Cómo puede haberle hecho a ella?, ¿Por qué no la odia?, merece la muerte, esa que se ha negado aceptar, me siento ahora en la cama, respirando con fuerza, la mirada perdida en el armario, ¿Cómo puede haberle hecho eso?, la siento tocar mi cara, un intento de apaciguarme, un gesto cariñoso para que no la pague con aquella a la que he traído al hogar de mi familia, con una de las personas que más quiero, arriesgando, la miro mientras agarro su mano y la deposito despacio en la cama, levantándome, el silencio ahogando los gritos de oído que guardo en mi interior, por ella, los has hecho por ella, por Karin, porque este deber, porque la quieres, porque NO QUIERO QUE NADIE LE HAGA DAÑO, debería matar a esa maldita zorra, golpeo con el puño la puerta del armario, con fuerza.

Maldita sea Karin, maldita sea puede que la hubieran cogido, pero también es posible que nosotros la hubiéramos puesto a salvo, ¿y por qué estaba ella allí?, tendré que hablar con ella, tiene muchas explicaciones que darme, el gesto de odio va cediendo al volver a mirarla, ¿qué le ha pasado?, No le haré nada, porque así me lo pides, por ti, me giro nuevamente en dirección a la puerta del armario, iré a ver si esta la cena todo se hacia añicos, cómo le suceda algo a alguna de las dos, no quiero que me vea así.

Cargando editor
16/05/2008, 18:46
Karin Salzgeber

Su rabia va situándose entre los dos, la percibo, la entiendo, la respeto. Pero tiene que entenderlo, igual que ellos están todo el tiempo diciéndome que entienda yo. Se va alejando de mi, no Thomas, no te alejes, no te vay…. El golpe hace que pegue un brinco en la cama, sincronizado con su furia. Mi mirada torna a sorpresa, me da la sensación de estar mirando a un desconocido. Sus palabras, está muy enfadado pero parece que fuese conmigo, ¿por qué me trata así? Lo miro incrédula, seria, preocupada, Thomas… ¡¿SE VA?! Nadie esta viendo mi cara de sorpresa, de estupor, se ha ido y me ha dejado así. Aquí, sola. Bonita forma de….. de tratarme. Pensé que se lo tomaría de otra forma, importándole más yo, el ahora. ¿No debería ser más importante estar conmigo asumiéndolo juntos que salir huyendo? Se ha ido y me ha dejado así, sin que hablemos más rato, no me ha dejado que le cuente más o preguntarme, un simple ¿Estás bien? mierda. Se ha cegado, con razón o sin razón, pero le ha dado igual dejarme. Ahora no parece que estemos tan unidos, tan conectados, ni que alguna vez lo hayamos estado. Buen apoyo me ha dado.

Me siento en la cama, con los pies en el suelo, apoyo los brazos en las rodillas miro la puerta con la esperanza de escuchar algo de lo que pasa. Annek está abajo, sí, pero confío en Thomas. Uf, tendrán que entenderse, tengo que conseguirlo. Soy la que quiero que se entiendan pero soy el motivo que los separa. Si tuviese que elegir…. No, no puedo pensar en eso. Thomas tendrá que aceptar que me paso eso, igual que lo acepté yo. Estoy harta de todo esto, casi estoy enfadada. No voy a ir a buscarlo, él debería estar aquí, conmigo.

Cargando editor
19/05/2008, 10:04
Thomas Krankl

Intentas escuchar alguna cosa, pero nada te llega, sólo pasos que se alejan por la escalera, de pronto, empiezas a sentir un tremendo dolor en el pecho, no dura demasiado, apenas un latigazo, pero ha sido tan intenso que te ha obligado a tumbarte de nuevo en la cama, con alguna dificultad para respirar.

Nuevamente pasos que regresan, la puerta de la habitación vuelve a abrirse y Thomas aparece abriéndola con cierta timidez, y una mirada llena de tristeza que se posa sobre ti.

Podemos bajar a cenar en cinco minutos pero mis palabras suenan ausentes, rehuyo su mirada, arrepentido por mi comportamiento, Siento lo de antes, no he debido marcharme, he perdido el control maldita sea, me siento a su lado en la cama, deseo abrazarla, prometerle que no dejaré que le pase nada, ella ha sufrido, no puedo culparla por querer salvar a una persona, no puedo culparla por tener buen corazón, más bien todo lo contrario, ojalá yo fuera capaz de perdonar de esa manera.

Despacio agarro su mano, la herida, con suavidad, llevándola hasta que mis labios rozan la punta de sus dedos, ahora si busco sus ojos, un sentimiento de culpa se refleja en los míos, busco las tijeras que hay en el botiquín sobre la mesita, y corto la venda, el dedo no tiene muy buen aspecto, amoratado casi en su totalidad, pero por lo menos parece recto, un simple roce ya es doloroso, así con el máximo cuidado del que soy capaz, vuelvo a vendarlo en silencio, al terminar, le sonrío, Perdóname, me cegó la ira, bueno, más bien la frustración, no volveré a dejar que ocurra, le daré un voto de confianza a esa mujer, y… bajo la mirada unos instantes, pero luego la levanto rápidamente, con determinación, No volveré a dejarte sola, todo por lo que has pasado, no puedo ni hacerme una idea, lo siento de nuevo Karin

Cargando editor
19/05/2008, 11:23
Karin Salzgeber

Un mareo, una opresión, ¿Qué….? Uff túmbate Karin, relájate ayudándote de la respiración. Está pasando, tranquila, pasará. La última vez que ocurrió algo parecido fue el día del entierro, esa mañana, ¿Tendrá importancia, estará relacionado con algo de los viajes?

Unos pasos aproximándose, Ojalá, ojalá…. Sí, es Thomas, veo su expresión y todo pasa, es mi Thomas de nuevo, el que reconozco y que me cuida tanto. No quiero que nos sintamos mal entre nosotros, ya tenemos bastante con lo que hay alrededor. No pasa nada Thomas, ven, siéntate conmigo.

Otra vez cuidándome, mi maltrecha mano empieza a dolerme al saberse protagonista y previniéndome de que está débil. Lo miro suplicante pidiendo cuidado, mirada innecesaria, es Thomas, lo tendrá. Me relajo un poco. Le sonrío mientras besa mis dedos, esa calidez me alivia inmediatamente. Intento que mi sonrisa calme su culpa. Lo cierto es que no se como reaccionaria yo si me dijesen algo así. No pierdo detalle de sus ojos. Mi Thomas, estoy tan contenta de estar contigo. Sus palabras hacen olvidar cualquier pena, me tranquiliza. Gracias Thomas. casi es un sueño que diga esto. Todo saldrá bien, con Annek y contigo nada malo pasará, ya lo verás. Bajo los ojos, un instante de desdicha, de preocupación, de una ausencia que duele. La levanto de nuevo. Lo encontraran. Thomas, la gente que os dijo que me protegierais ¿Están buscando a Josef? ¿Podemos fiarnos de que harán todo lo posible? Nunca me los imaginé juntos, y relacionados de una forma tan fuerte mucho menos, la verdad es que no se si quiero preguntar porque estoy justo en medio. Vosotros, ¿erais amigos Thomas? ¿Desde cuando lo conocías? ¿Sabrá que fuimos novios? Seguro Karin, seguro. Siento si le estoy haciendo daño, pero quiero saber de Josef, pensar en la forma en la que lo trate…. Recuerdo cuando no preguntaba nada por no molestar a nadie…. eso quedó atrás en el momento en el que mi vida empezó a depender de las respuestas.

Cargando editor
20/05/2008, 09:56
Thomas Krankl

Mi expresión refleja el alivio que siento al escucharla, la sensación de que las cosas van a ir a mejor, sentado con ella conversando de cosas que ojalá nunca hubiéramos tenido que hablar, pero por lo menos estoy con ella, recuerdo la impotencia y la rabia al perderla aquel día en el que me despedí de mi padre, pero no quiero acordarme de aquello, ahora no.

Josef, nos salvó la vida, y ahora no sé donde está Si, lo estarán buscando, además es una persona con muchos recursos, más de los que pudieras imaginar en eso no mentía, más de una vez me había sorprendido, sonrío con un leve toque de tristeza cuando me pregunta si nos conocíamos.

¿Amigos?, sinceramente no lo sé, nos conocemos desde que éramos niños, pero es muy difícil considerarse amigo de alguien como Josef, siempre he pensado que era…demasiado caprichoso y egocéntrico y sin embargo, no había dudado cuando ha llegado el momento, ni un solo instante, Pero a pesar de todo, de todo lo que ha hecho y que nunca debió hacer, le tengo aprecio a pesar de todo si, aunque quizás él tuviera razón al fin y al cabo, nunca quiso el papel que le otorgaron.

Debemos bajar digo mientras la tomo en brazos para hacerlo, Kristana nos espera, le digo dándole un momento por si tiene alguna pregunta más.

Cargando editor
20/05/2008, 16:18
Karin Salzgeber

Escuchar hablar de Josef a través de Thomas se me hace muy raro y que tuviesen una relación tan estrecha y tan fría también, nunca lo hubiese imaginado. Aun así me alivia lo que dice, lo están buscando, él tiene recursos, lo tienen que encontrar, necesito estar con él y darle las gracias. Miro sus ojos asimilando cada una de sus palabras, sin querer perder ningún detalle ¿Desde pequeños?

Ha usado muy pocos calificativos y todos malos, él también era apasionado, divertid….. tranquila Karin. Bajo la vista un instante, tengo que verlo, tengo que hablar con él. Levanto la mirada, me consuela que lo aprecie, aunque…. A qué te refieres con lo que nunca debió hacer? ¿Algo en concreto? Le hago la pregunta preocupada, pero entonces sus brazos me envuelven, me elevan y yo me recuesto preparándome para que me baje, sé que puedo bajar sola, que con cuidado podría, pero no se me ocurre una mejor manera que en sus brazos, así que lo mejor es acomodarme, al final no puedo evitar una sonrisa, quiero que sepa que tengo claro que me está mimando, y que me encanta que lo haga.

Cargando editor
20/05/2008, 23:35
Thomas Krankl

Nunca debió aceptar un puesto que no le correspondía, pero ahora no es momento para tratar esa tema, espero que sea el mismo quien pueda explicártelo primero severo y luego comprensivo, no quería hablar de eso, le devuelvo la sonrisa mientras bajamos los escaleras, pero esquivo su rostro, o terminaremos cayéndonos.

Llegamos a la cocina, donde el panorama ha cambiado, ahora la mesa esta vestida con una mantel amarillo, y hay cuatro cubiertos sobre la mesa, Kristana está trayendo una jarra de agua del frigorífico, y te sonríe al verte entrar, parece cansada, pero sigue teniendo un gesto amable, el niño que antes estaba en la puerta mordisquea un trozo de pan mientras mira una pequeña televisión donde la imagen de unos niños de dibujos animados bailan al son de una silenciosa música, puesto que el televisor no tiene volumen.

Bueno, antes de nada, ella es Karin, una amiga de Viena te deposita en una silla con delicadeza, Ella es Kristana y este pequeñajo es su hijo, Viktor, todo un as del hockey, ahí donde lo ves el niño se vuelve y te sonríe, parece alegre y despreocupado, aunque cuando su madre lo mandó antes a buscar a las otras personas, reaccionó de manera bastante veloz.

Cargando editor
21/05/2008, 08:50
Karin Salzgeber

No te entiendo, lo sabes, no sé de que estás hablando, miro sus ojos. Suspiro, todavía recostada en sus brazos, todavía muy a gusto, yo también espero que Josef me lo explique. Sí, que sea él, mucho mejor.

Me incorporo un poco al llegar observando a las personas que se encuentran en la estancia. Cuando Thomas me sienta, lo miro sonriendo. Gracias.. Me gustaría seguir abrazada a él.

Sonrío al pequeño, a las palabras de afecto de Thomas, no, no le pasará nada por mi culpa, no. Hola Víktor, pongo voz alegre, no sé ni como lo consigo, ¿Hockey tú también? me inclino hacia él, comportándome como si mi intención fuese hablar bajo, pero resulto audible. Dime, ¿lo haces mejor que Thomas? me han contado que él se caía un montón Le sonrío más al pequeño.

Luego me vuelvo a la mujer, sí, la recuerdo, pero no es eso lo importante, lo importante es que ha salvado a Annek. La miro algo mas sería. Kristana, muchísimas gracias, por todo. mirándola a los ojos, sincera, brillantes. Mi compañera, miro a Víktor, cuidado Karin, vuelvo a mirarla a ella ¿Cuándo se despertará y podré hablar con ella?

Cargando editor
21/05/2008, 15:59
Kristana Biedrins

Kristana intercambia una mirada cómplice con Thomas cuando te diriges, el cual te responde con una sonrisa y un movimiento afirmativo de cabeza, la mujer se sienta y te sirve un poco de agua, para luego mirarte de nuevo cuando le preguntas.

No pasa nada, me alegro de que hayamos podido estabilizarla, en cuanto a lo de hablar con ella, deberá esperar, como mínimo hasta mañana, está sedada para que pueda descansar, tiene una voz dulce y suave, casi melódica, apremia al niño para que se centre en la comida, Thomas me ha contado que eres de Viena, y que tocas el oboe con él en la orquesta, sus ojos delatan que sabe mucho más, pero es una cena, una conversación sin complicaciones, ¿Habías estado alguna vez en este pueblo?, mira a Thomas, Qué no se vaya de aquí sin probar los Strudel de Bárbara, o no te lo perdonaré, se vuelve de nuevo hacia ti con esa sonrisa tan agradable, es un desastre, yo te dejaré una muleta para que no apoyes demasiado el pie, y te daré algún antibiótico, eso sólo se cura con el tiempo, pero podemos ayudar a que no vaya peor dice mientras sigue comiendo.

Cargando editor
21/05/2008, 16:00
Thomas Krankl

Me gusta la cena, echaba de menos a Kristana, es increíble poder tener a Karin aquí, con ella, ni siquiera me permití nunca el lujo de poder soñarlo, aunque no puedo obviar las circunstancias, nunca dejaré que te hagan daño Karin, no lo permitiré.

Tranquila Kristana, la llevaré, yo ya los añoro lo suficiente como para no olvidarme, y no le hagas ni caso Karin, no soy un desastre, lo que pasa es que ella es demasiado perfecta, tanto que llega a aburrir bromeo, aunque no estoy tan alejado de la realidad, por lo menos bajo mi punto de vista.

La cena transcurre de una forma maravillosamente normal, el clima, la nieve, música, comida, que diferente a las últimas dos semanas, cuando terminamos ayudo a recoger la mesa, no dejando que Karin se levante, y traigo una muleta del lugar donde me indica Kristana, dándotela, cuando usted guste señorita, no esta lejos, a un par de calles, y el aire fresco, nos vendrá bien, aunque abrígate, las nieves están próximas y hace bastante frío, es raro que aún no haya nevado y la ayudo a levantarse.

Cargando editor
21/05/2008, 17:22
Karin Salzgeber

Asiento a lo que dice Kristana, mañana…. Mañana hablaré con Annek, que alivio, que alivio. Participo de la distendida conversación, aunque no me gusta hablar de mi antigua vida, era tan diferente, es tan lejana, ¿Qué vida se supone que llevo ahora? Karin, relájate.

Me divierto con la conversación sobre los postres, y la cara de deseo que pone Víktor Te prometo que te traemos uno, ¿Vale? le digo sonriéndole. Realmente agradable la cena. Me animo, estoy más contenta, ya tendré tiempo para preocuparme de lo demás, ahora está lejano. Veo a Thomas, como me trata, como me mira, me ha traído con su familia, aun sabiendo que es peligroso tenerme cerca, dios, como duele pensar eso.

La noche nos espera, la muleta nos acompaña, no tardo en acostumbrarme a ella. Que diferencia no estar sintiendo dolor a cada paso. Gracias. Me despido de ellos y salimos, ambos, juntos. No me gusta ir mirando al suelo, preferiría mirarlo a él, pero no me fío nada del suelo y ya estoy bastante mal como estoy. No queda lejos, casi cuando empiezo a acostumbrarme ya hemos llegado. No hay mucha gente en la calle, el frío se me hace agradable, aunque la compañía lo es más. Thomas va haciendo bromas durante el camino, sé que para animarme y despejarme, me dejo alegrar, incluso ando más lento de lo que puedo. Compramos varios dulces, la puerta del establecimiento se cierra a nuestra espalda cuando volvemos a la calle.

Fuera sigue siendo de noche, con luces de farolas y luces aleatorias de alguna casa como testigo lo pruebo, él mirándome ansioso por saber si me gusta, con su media sonrisa. Entonces, entonces lo miro y veo mucho más de lo que he visto hasta ahora, aunque sé que no es algo que ha llegado de repente. Mis ojos brillan, no me importa, se por lo que es y no quiero guardármelo, quiero regalárselo como él me ha regalado este dulce. Levanto la mano y acaricio su cara, pausadamente, sin prisa. Thomas, yo… te quiero... Miro sus ojos, pendiente de como se va transformando su mirada, como va asimilando mis palabras, estoy sonriéndole como nunca antes le había sonreído, aunque hayan lágrimas. Lo sé y lo siento, él tenía que saberlo también. Me acerco a su bello rostro, despacio, que me vea todo el pueblo si quiere, que todo el pueblo me vea condensar el instante dándole un beso a Thomas, a mi querido Thomas. Feliz, sí, con un poco de miedo, pero feliz.

Cargando editor
21/05/2008, 23:03
Thomas Krankl

Aquel gesto, aquellas palabras, descubrir el sonido de un sueño, su contacto mi hace estremecer, un beso eterno y real, sus labios, suaves, su aliento cálido, nuestras miradas expresando lo mismo, este lugar, el principio de todo, de mi vida, de mi infancia, de mi amor, la estrecho contra mi cuerpo, el sonido metálico de la muleta al golpear en suelo.

Separo nuestros labios, remisos a hacerlos, son solo unos instantes, para mostrar una sincera sonrisa, Yo también te quiero, haría cualquier cosa por ti Karin, cualquier cosa quiero verla reír, que sea feliz, no deseo nada más, sólo observarla vivir así, pero temía a la espiral que se aproximaba, demasiado presente para ignorarla, impregnando de magia este momento, de una incertidumbre que hace que todo sea más tangible, que todo sea aún más hermoso, la quiero, quiero estar con ella, para siempre,

Un copo de nieve cae sobre la punta de su nariz, luego otro, miramos al cielo, la primera nevada, la busco de nuevo, la beso con fuerza, para siempre.

Dos amantes en la noche, la tibia luz de la farola apenas permitía distinguir sus siluetas en la oscuridad, lejos del mundo, inmersos en uno propio, vedada la entrada a la realidad, el cielo les brindaba un regalo, una inocencia que nunca debía perderse, la inocencia del amor eterno.

Cargando editor
22/05/2008, 00:43
Karin Salzgeber

Sus palabras me recuerdan por qué estamos aquí, lo único que consiguen es que quiera unirme más a él, que lo quiera más, que duela menos todo lo demás. La sorpresa de un contacto frío me sorprende, pero ver sus ojos hace que me relaje, que sonría, es nieve, nieve que hará que nadie salga, para que sigamos solos, en esta noche, en nuestro mundo. Le devuelvo una sonrisa, no podría ser un amor más precioso, es inmortal aunque sea frágil.

Compartimos nuestro sentimiento, cada vez más íntimo, una comodidad nos envuelve, un deseo, un anhelo. No quiero separarme de él, de nuestra unión, de nuestros valiosos besos, nos los robaron una vez, por eso sabemos lo que valen ahora. Explorándonos con cuidado y con intensidad, como la luz de las farolas a la oscura noche, queriéndonos en nuestra recién descubierta pasión. Unas caricias que no deberían parar. No quiero alejarme de él ni siquiera un poco, sabemos que podría ser para siempre, ya hemos estado demasiado cerca de esa posibilidad.

La necesidad es apremiante, se vuelve inadecuada, la noche no es ciega aunque sea oscura. Nos separamos y nos miramos, nos reconocemos sonriéndonos. Viendo el reflejo del mismo deseo en los ojos del otro. Un abrazo que nos consuela, fuerte, intenso, sentido. Las palabras ya han sido dichas, nuestra comunicación ya no las requiere.

Thomas se agacha a coger la muleta y Karin la recibe sin entusiasmo, aunque sin dejar de sonreírle. Demasiado calor todavía, aunque cada vez haga más frío. Caminan de regreso, despacio, sonriéndose abrazados y robándose besos, necesitándose tanto… tanto que el mundo se pararía si llegasen a separarlos.

Cargando editor
22/05/2008, 10:28
Director

Dejáis atrás la mole de la ahora imponente iglesia, rodeándola para llegar a la casa que hay justo detrás, con cuidado Thomas abre la puerta, y al pie de las escaleras vuelve a cogerte entre sus brazos, un beso cada escalón, una dulce ascensión para adentrarse en la noche, te lleva hasta aquel cuarto donde vivió parte de su infancia, ni rastro de sangre, sólo sus recuerdos, compartidos ahora contigo.

Como a una niña te arropa, te cuida, te mima, el chándal que te ha proporcionado es lo suficientemente cómodo para dormir, y desde luego no te apetece cambiarte de ropa y evitar esta circunstancia, el cariño y el deseo se mezclan en vuestras miradas, en unos rostros que no han dejado de sonreírse, un beso tierno, otro más, Buenas noches mi amor, una coletilla cursi hoy en día, anticuada, si, para todos los que no la han escuchado de la persona adecuada, su figura se pierde tras la puerta que se cierra, el silencio es el compañero perfecto para la reciente felicidad.

Tardas en dormirte disfrutando de los recuerdos recientes, pero finalmente, el día ha sido demasiado largo, y esa noche, esa noche no hay pesadillas, sólo un plácido y reparador sueño.

Unas voces te despiertan, es de día, algunos rayos de sol se cuelan por la ventana, que te ofrece una hermosa vista de la montaña nevada, pero las palabras al otro lado del pasillo centran tu atención, dos personas discuten.

Yo no puedo protegerla solo Kristana, no puedo, reconoces a Thomas, ¿Y por eso se la entregas a ellos?, de ellos es de quien tenías que ocultarlos, la mujer responde con firmeza, Yo estaré con ella, no la dejaré sola en ningún momento, la enseñaran a usar su poder, y estaremos a salvo de los malditos asesinos que quieren matarla, y todos vosotros también, ¿es qué no lo entiendes?, ni siquiera esa mujer sufrirá daño un punto de desesperación en la voz del chico.

Deberías haberlo consultado con ella Thomas, dice más calmada Kristana, unos instantes de silencio, Si, tienes razón, debí hacerlo, pero, solo pensar que pudiera pasarle algo, la quiero Kristana, más que a mi vida, el arrepentimiento se hace patente en sus últimas palabras.

Cargando editor
22/05/2008, 11:38
Karin Salzgeber

El regreso a la casa, la dulce despedida, no siento ninguna inquietud, todo irá bien. En sus brazos, juntos, nada irá mal. No quiero quedarme sola en el cuarto, aunque me sienta tan cansada, aun así le sonrío al despedirme.Buenas noches mi amor. palabras para grabar, a fuego, en mi corazón. Sorprendida por esta reciente felicidad, agradecida de sentirla. Pensamientos alegres, para poder soñar con él.

Despierto aliviada, he dormido bien, creo que esta noche no ha pasado nada raro. Un segundo pensando en el último beso de ayer, una pequeña sonrisa. Pero… las palabras que me llegan me inquietan, ¿Qué pasa ahí fuera? ¿Por qué están…. Palabras simples pero reveladoras la entregas parpadeo. Es imposible, dios, ¿Por qué no lo niega? mi gesto va contrayéndose, NO LO NIEGA, TODO LO CONTRARIO. Un momento paralizada, incrédula, mirando hacia la puerta, apretando las sábanas, no puedo moverme, sólo niego con la cabeza. La decepción llega, no puede ser Karin, no puede ser… es Thomas…. ¿Por qué me duele tanto pensar esto ahora?

Me levanto rápidamente, aterrorizada a lo que entreveo que viene. Es Thomas, es Thomas, Karin, THOMAS. Me dirijo a la puerta, sin sentir el dolor del pie, ese no, la abro con pánico en mis ojos, tranquilízate, no, no puedo, ES THOMAS. Miro a Kristana, un segundo, luego a Thomas, en él sí me detengo. Trago saliva, su rostro, su rostro nunca será el mismo, lo presiento, ojalá me equivoque. Thomas, explícame que pasa. Y dime la verdad. Lo miro fijamente, con tono triste y duro. Estoy muy asustada de la respuesta.

Cargando editor
22/05/2008, 14:47
Thomas Krankl

Me giro hacia ella, ha escuchado la conversación, era evidente, no me justa como me mira, no lo entiende, pongo una mano en su espalda para guiarla de nuevo a la habitación mientras siento la mirada de reproche de Kristana a mi espalda.

Respiro profundamente, todo es por su bien, Vendrán a buscarnos, para ir a Zaire como te dije, niego con la cabeza, impidiendo que hable, esa gente, nos ayudará, ellos te enseñaran a usar tu poder, no te harán daño, no le harán daño a nadie, ese no es su objetivo, no puedo protegerte yo sólo, alguien mucho más peligroso que ellos te busca es la pura verdad, todo es por ella, no quería que nadie resultara dañado, ella me lo dijo.

Tenía que haberte consultado, pero no había tiempo, es la mejor opción, ¿Crees que yo haría algo que pudiera perjudicarte?, ¿no confías en mi? busco sus ojos, el temor asoma a los míos, la amo, no dejaré que le pasa nada.

Cargando editor
22/05/2008, 15:40
Karin Salzgeber

Me aparto de su mano, de su contacto, seria, no voy a entrar otra vez ahí. Del miedo a su respuesta estoy pasando al enfado, miro sus ojos, comenzando a entender que mi presentimiento es cierto, es un hecho, no ha sido claro conmigo y se ha comportado como si lo hubiese sido. Me ha engañado y ahora está siendo condescendiente, mi enfado se hace más evidente, sus palabras aumentan mi dolor. Calma Karin.

Lo miro fijamente, sigo usando el tono duro de antes, también mantiene la tristeza. Sí que confiaba en ti, lo digo despacio, ahora me doy cuenta de que demasiado. ¿No había tiempo? me dijiste claramente que tenía todo el del mundo, ¿no? Thomas, tenías que darme todas las opciones y acompañarme o no en mi decisión, pero no decidir por mi, ¿Cómo has podido? Es mi vida. ¡Mía! Aunque no tenga idea de a dónde va. Empiezo a entender, sorprendida en tal grado que duele más que todo lo demás. Paso las manos por mi rostro para quitar el pelo de la cara, como si eso me fuese a ayudar a razonar…. No me lo dijiste todo, me ocultaste cosas importantes, me engañaste, pensamientos en voz alta, mirando sus ojos noto las lágrimas que recorren mi rostro, ¿Sigo sin creérmelo? mi voz empieza a temblar ¿Qué has hecho Thomas? Confiaba en ti…. bajo la vista, colocando mi mano herida en mi pecho, dios, mi corazón se desgarra. Aguanta Karin, aguanta y averigua lo que puedas, respiro profundamente, despacio, con esfuerzo vuelvo a mirarlo dímelas ahora, La desesperación dice las siguientes palabras ¿CUÁLES ERAN MIS OPCIONES? me quedo sin fuerzas, me apoyo en la pared, paso a un tono suplicante, por favor no me defraudes más…. Si de verdad te arrepientes, dímelas. ¿Habrá tiempo todavía para decidir?

Cargando editor
22/05/2008, 21:15
Thomas Krankl

¿Confiabas?, eso significa que ya no lo hace, dos veces, me exige unas opciones que no está preparada para escuchar, cree que la engañé, La otra opción era la muerte, y antes que verte muerta, haría cualquier cosa, la miro serio, no hay ternura, solo una frialdad que me sorprende, reflejando los sentimientos que ella me brinda.

Retengo el impulso de abrazarla cuando se apoya en la pared, No tenía que darte nada, no tenía ninguna obligación de hacerlo, he hecho lo que tenía que hacer no esperaba su reacción, todo lo he hecho por salvarla, por evitar que sufran los que le importan, he protegido a su familia, la he protegido a ella, me ha dicho que me quería, pero ni siquiera me ha dado el beneficio de la duda, no confía en mi, a pesar de todo, he hecho lo correcto, pero si no lo quiere así, que haga lo que quiera.

Sí, es tu vida, haz lo que quieras con ella, yo siempre te querré, sólo quiero que lo sepas busco sus ojos, a punto de echarse a llorar, sin ningún motivo, aparto la mirada y me encamino hacia las escaleras, confía en tu amiga la que te torturó.

Cargando editor
22/05/2008, 23:08
Karin Salzgeber

Niego con la cabeza, enfadada todavía. Encima quiere irse y dejarme así, con la palabra en la boca, otra vez. Voy hacia él, lo sujeto con la mano, tiene que escucharme y pelearnos del todo o arreglarlo, pero tiene que entenderme. Miro sus ojos Aunque sólo tuviese esas dos opciones, que no me lo creo pero bueno, deberías haberme hablado claro. Trago saliva, sé que va a ir a peor, pero ya es tarde, es culpa suya. Te he escuchado, a través de una puerta, reconocer que te ha dado igual mi opinión, ¿Qué quieres que te de las gracias habiendo hecho eso? No me lo puedo creer, ni una disculpa. Me duele, me siento insultada. Desde que he llegado me has contestado a mis preguntas con lo mínimo, con secretos, con cuentagotas, ¿Asi me quieres? Pues prefiero que no me quieras y me lo digas todo claro, porque estamos decidiendo sobre mi. Me arrepiento instantáneamente, de decirle eso, contraigo la cara, pero el resto de sus palabras siguen en mi cabeza, tengo que rebatírselas, aunque me duela más.

Muerdo mi boca, como si ese gesto fuese a hacerle comprender. ¿Cómo puedes decir que no tenías que explicarme las cosas? ¿Qué no tenías obligación? es mi vida Thomas, no un trabajo, ES MI VIDA, soy yo la que he estado secuestrada, perdida, sin saber que pasaba y deseando morirme, pero de verdad, varias veces al día Thomas. Creí que siempre me entendería, que me respetaría, no ha podido ser. Me paro a respirar. Dios, como duele. Te dije lo de Annek, no te creas que fue especialmente agradable contártelo, pero te dije la verdad sobre todo, intentando que fuéramos sinceros, se me quiebra la voz, mis ojos brillan, que nos enfrentáramos juntos a todo lo que viniese, ese es el amor que yo te tengo Thomas y el que creía que tú me tenías a mi, restriego mi mano por mis ojos, limpiándolos pero tú me has dicho lo que te ha dado la gana, lo que te ha venido bien. Y encima te comportas como si me hubieses hecho un favor. Estoy llorando, por culpa de la impotencia. Respiro para calmarme, mirándolo, dolida, muy dolida y muy triste, Ojalá no hubiese pasado nada de esto, ojalá no te hubieses sentido con derecho para decidir.

Dile a tus amigos que no voy. Te dije de esperar a que se despertará Annek y hablar con ella, eso voy a hacer. Si quieres, vete tú con ellos, supongo que podré soportarlo.

Cargando editor
23/05/2008, 01:33
Thomas Krankl

Me vuelvo para enfrentarme a su mirada, sonrío, la escucho, ella a mí parece que no, creo que no ha comprendido la magnitud del asunto, yo he estado, yo he deseado, si, ha pasado por muchas cosas, pero los demás no estábamos de vacaciones, sólo piensa en ella, en lo que ella pueda sentir, prefiere que no la quiera, al escuchar estás palabras el golpe es físico, lo siento en mi pecho, eso es imposible, no puedo dejar de quererla.

¿El amor que me tienes?, ni siquiera confías en mi, dices que tenemos que ser sinceros, enfrentarnos juntos a todo, ¿ y cómo me enfrento al hecho de perderte?, ¿de no saber si estabas viva o muerta?, niego con la cabeza, sus lágrimas son demasiado, siento como las mías se agolpan pidiendo salir, no quiero más distancia entre nosotros, de ningún tipo, la rodeo con mis brazos, apretándola con fuerza, un corazón que late por ella, agacho mi cabeza, hablándole al oído, Lo siento, lo siento tanto, estaba desesperado, no sabía donde estabas, no pensaba, no razonaba, sólo sentía un vacío enorme, no tienes porque ir, estaré contigo, a tu lado, siempre, mi amor, siempre, no sé lo que pasará, pero sea lo que sea, lo pasaremos juntos, no puedo decir nada más, sólo estrecharla aún con más fuerza, con más intensidad.

Le diré a Kristana que se ponga a salvo, y que se lleve a Annek, es tu vida, te apoyaré hasta el final si así lo quieres, tomo su mano, la miro a los ojos, aún llorosos, la neblina se disipa, solo queda ella, no hay nada más, hasta el final, hasta después de él.