Partida Rol por web

Al salir al balcón sin el abrigo el frío de la noche hace que te estremezcas ligeramente, pero la excitación por la llamada compensa el ahora insignificante detalle, un preciosa vista de la ciudad que de momento no logras disfrutar.

La voz al otro lado de la línea es un poco más apagada de lo que imaginabas, Hola Karin, si, soy yo, parece alegrarse un poco con el sonido de tu alegre voz, Siento no haberte llamado en todo el día, pero… un interminable silencio de apenas un par de segundos, mi padre murió anoche, notas como Thomas traga saliva y la voz se le quiebra al final de la frase.

He tenido que arreglar muchas cosas durante todo el día, y bueno, da igual, sólo querías que lo supieras dice con cierta resignación, y quiero que sepas que lo de ayer fue genial, que llevo deseando verte y hablar contigo desde el mismo instante en que nos separamos, ahora habla un poco más bajo.

Yo…. Yo lo siento muchísimo Thomas, no no puedo expresarte cuanto…. Mi voz se apaga….debo hacer un esfuerzo por hablar alto, sino, no se enterará… De verdad que lo siento… ¿cómo no me lo ha dicho antes?... ¿cómo estas? ¿y tu madre?.... y yo mientras…. ¿Necesitas algo Thomas?, lo que sea, puedo ir a verte ahora o cuando prefieras. Yo, …lo lamento tanto tanto que no me sorprende que me caigan dos lágrimas… ¿qué puedo hacer?.... ¿Dónde estas? Estoy muy triste, muy triste por él, por su madre, su padre…. Necesito verlo, abrazarlo, cuidarlo, por todas las veces que me ha cuidado el a mi….que pena…. ¿Quieres que vaya?¿A dónde voy?

Muchas gracias Karin, de verdad, mi madre esta bien, ya sabes, no es que no lo esperara, no quiero que te preocupes, ni que te molestes sus palabras contradecían a su tono de voz, Estoy en…lo siento, si que me gustaría verte, admite finalmente.

Déjame que vaya a casa y me de una ducha, luego si te apetece nos vemos donde tu digas, necesito una hora más o menos, estoy lejos de casa su voz se alegra un poco, pero se la nota cansada y algo congestionada.

Cuando le dices el sitio se despide con un apresurado hasta luego, parece que alguien lo estaba llamado.

No te habías dado cuenta mientras hablabas por teléfono, no le habías oído salir, pero allí estaba, observándote en la penumbra de aquel balcón que ahogaba los ruidos de la fiesta, con un cigarrillo en la mano y la espalda apoyada en la barandilla. Unos segundos en silencio, dando una calada, mira al suelo y luego vuelve a buscar tus ojos llorosos.

¿Thomas eh?, ya lo suponía, demasiado tiempo juntos tono duro, una indiferencia que no siento, te hablo con la familiaridad de antaño, como si lo que dije por teléfono no hubiera ocurrido nunca, Siempre me has parecido tremendamente atractiva cuando lloras, tus ojos parece derretirse me acerco un par de pasos a tu posición.

Sé que es demasiado tarde, pero aquello que te dije…no lo sentía Karin, simplemente quería que lo supieras, las circunstancias mandan en algunas ocasiones, miro al cielo, estrellado a pesar de la claridad, cierta resignación en ese gesto, me gustaría secarle las lágrimas, pero se que me rechazará.

Sólo un consejo, ten cuidado con ese tío paso mi mano por mis labios, como si me molestará nombrarlo, yo soy de una manera, buena o mala, pero no lo oculto Karin, no lo hago, me quedo absorto en sus rasgos, tantas veces admirados, tantas veces mis dedos han recorrido su cara, sus labios, su cuerpo, un sabor dulce al recordarlo, uno amargo por permitirme olvidarlo.

Pobre Thomas, tengo una hora para llegar a casa, cambiarme y esperarlo….Josef, ¿qué es lo que me está diciendo? Me sube rubor a la cara, … ha escuchado mi conversación y ahora se permite opinar de Thomas y decirme que…. ¡esto es el colmo! Mi mirada se vuelve fría…no me lo puedo creer, la rabia de todo este tiempo me llega de repente, de pronto…. ¿cómo se atreve? Tranquilízate Karin, estás en su casa, no puedes montar una escena…

Si tuviese que contestarte a todas las sandeces que acabas de decirme, no tendría por donde empezar Josef, …respira y relájate… no me lo puedo creer, cuando pensaba que no podías ser mas cruel vienes a sorprenderme… ¿qué pretendes? ¿tan aburrido estás en la fiesta que tienes que venir a decirme eso? ¿ni siquiera te das cuenta de lo que haces? No tienes ni tiempo ni ganas de esto Karin… Muy tarde para intentar arreglar nada, muy muy tarde... Eres un impresentable, lo pensaba, pero ahora, justo ahora me lo acabas de demostrar… mantente alejado de mi …y de Thomas… Mi voz demuestra rabia, impotencia y desprecio, no es alta, no puedo permitírmelo.

Me quedo mirándolo un instante, no me creo lo que está pasando, lo que ha dicho, lo que ha insinuado... por fin reúno fuerzas para pasar por su lado, mirándolo fijamente y entrar a la sala en busca de mi madre...

Tardas unos segundos en encontrar a tu madre, la borrosa visión de tus lágrima no ayuda, pero finalmente la encuentras, no muy lejos, medio oculta por una cortina, parece que está hablando con un hombre, no lo recuerdas, te suena su cara pero no su nombre.

Tu madre, al verte llegar, se disculpa un momento con la persona que conversaba, dudas que haya visto tu estado desde donde está, pero ese sexto sentido que las madres poseen para sus hijos parece haber actuado de oficio, pues ella se acerca a ti, preocupándose el gesto conforme avanza, hasta que llega a tu altura, cerca de una ventana, ligeramente camufladas del centro de la fiesta.

Karin cariño, ¿qué te pasa?, pregunta alarmada.

Es increíble…. ¿cómo se puede ser tan cínico? Tan… Tan… Por fin, ahí está mamá.

Mamá, verás, ha pasado algo horrible… tranquilízate un poco más y habla bajo… Me acaba de llamar Thomas, su padre ha muerto, tenía cáncer y yo… yo voy a estar con él un rato, viene para casa. Estaba muy triste, mamá, imagínate. Llamaré a un taxi, tengo dinero. Discúlpame con los Herzog, menos con uno,….no puedo quedarme aquí como si nada…. no puedo, tengo que estar con él, es mi amigo, mi único amigo…

Mientras digo esto busco con la mirada a Tatiajna, quiero despedirme de ella, decirle que quedaremos pero que ahora me tengo que ir…. Me tengo que ir con Thomas. Me voy mamá.

El rostro de perplejidad de tu madre resultaría gracioso en otras circunstancias, pero en estas te preguntas si está así por la muerte del padre de Thomas o por las decisiones que tomas con esa firmeza, parecía que iba a ofrecerte ir contigo, pero tu tono de voz la a convencido.

Lo siento mucho hija, díselo de mi parte, y haces muy bien yendo con él, para eso están los amigos dice mientras te rodea con el brazo unos momentos en un gesto cariñoso, No te preocupes por nada, y hazme una llamada perdida cuando estés en casa parece saber que es mejor que vayas sola, el sexto sentido a veces funciona.

Buscas con la mirada a la joven rusa pero en un rápido vistazo no la ves, así que sales al exterior de la casa, donde el encargado de recoger los coches se encarga de buscarte un taxi rápidamente.

Josef, ¿cómo ha podido? ¿ha intentado hablar de lo de….? ¡AHORA! ¡ hoy precisamente!¿me ha pedido perdón? Es surrealista,… seis meses después…. No me lo creo, ¿lo habré soñado?... en otra situación le habría dicho más cosas, habría sido mucho más dura… ¿cómo podía quererlo tanto? ¿cómo puedo sentirme así todavía cuando estoy cerca de él? se acabó pensar lo más mínimo en él, se acabó. Ha sido tan injusto con el pobre Thomas, juzgarlo así, hablarme mal de él, cuando ha sido ÉL la persona que peor me ha tratado nunca… y lo sabe, lo sabe perfectamente. ¿dijo algo de que estaba atractiva llorando? Que alucinante. Karin, no le des más vueltas, vete a saber porque se puso a decir esas cosas precisamente ahí, no lo vas a adivinar ni en mil años.

Ya estamos llegando... Muchas gracias señor, tome el dinero, buenas noches.

Entro en casa corriendo, me quito el vestido y me pongo ropa cómoda, me quito el recogido y me cepillo el pelo; me quito el rimel de los ojos y el que tengo por las mejillas de llorar un poco. Me siento en el sofá del salón a esperar a Thomas. Me relajo un poco. ¡Ah! Le doy una perdida a mi madre desde el fijo.

Es raro no haber visto al señor Dalton ni a la señora Gunther, crías que hoy no libraban, cierta preocupación cuando por fin escuchas unos ruidos en la cocina y al poco ves pasar al señor Dalton con una bandeja de comida.

Se detiene con gesto de sorpresa al verte en el salón, Lo siento señorita Karin, no la había oído entrar, ¿va todo bien?, la señora Gunther no se encuentra demasiado bien y voy a llevarle algo de comida a su habitación tras confirmarle que estás bien se marcha en la dirección que lleva hasta su destino.

Hace frío, no lo has sentido hasta ahora, pero a pesar de que la calefacción esta encendida lo sientes, una sensación de vacío interior, un presentimiento de que algo no va bien, no podrías especificar a que se debe.

La preocupación te invade allí sentada, sin hacer nada, solo el ruido de tus pensamientos y esa incomodidad recién descubierta, quizás un poco confusa por lo rápido que ha sucedido todo en tu hasta ahora ordenada vida, sobre todo después de la ruptura con Josef, tras la cual la obsesión por la rutina era algo casi enfermizo, aunque no te habías dado cuenta, suele pasar.

El timbre de la puerta suena, dos veces, si es Thomas, lo mejor es que le abras la puerta, antes de hacerlo, miras por la mirilla para comprobarlo, y no puedes evitar un suspiro de alivio al verlo allí, ¿quién esperabas que fuera?.

Muy bien señor Dalton, no se preocupe cuando suene el timbre, es para mí, yo abriré.

Qué raro… me siento…. ¿diferente?¿extraña?... yo…. Josef… se acaban de cumplir dos días de mi lapsus de memoria y no he ido al médico, ¿y si es importante? hablé con el señor Dalton y ni siquiera lo recuerdo… no es momento Karin, mañana pedimos cita, me hago pruebas y se acabó. ¡el timbre! ¿será él? ¡pues claro! ¿Quién va a venir a media noche?…. Con la edad que tienes y lo acostumbrada que estás a estar sola y pensando tonterías… Unos segundos en la puerta, con la mano en el pomo, recomponiéndome, olvidando todo menos a Thomas, a que me necesita y las ganas que tengo de ayudarlo….

Le abro, pobrecito, que mal lo está pasando… Yo, hola Thomas… lo abrazo, su cabeza en mi hombro… un abrazo fuerte, todo el tiempo que necesite, tranquilo, no me voy a mover de aquí, tranquilo… le acaricio la cabeza, espero estar consolándolo… se me saltan otra vez las lágrimas, lo siento tanto por tu familia Thomas… Cuando se incorpora, lo miro a los ojos. Le acaricio la cara. Pasa, por favor…no hay nadie.

Entramos en el salón otra vez, pero estando él es mucho más cálido… cierro las puertas por dentro, para que estemos solos.

Estoy cansado, me froto los ojos mientras espero a que abra la puerta, no puedo reprimir la impaciencia, las ganas de verla, un oasis en el desierto, que extraña sensación, pena mezclada con alegría, que raro es todo.

Por fin la puerta se abre y ella aparece en la puerta, casi no puedo creerlo, un sueño al que puedo sentir, sus manos rodeándome, dándome calor, cariño, me dejo llevar devolviéndole el abrazo, reprimiendo mis lágrimas, no quiero llorar, no más.

Su mirada es sincera, directa, no quiero que este triste, el roce de su mano, cierro los ojos un instante, volviendo a abrirlos para atraparla antes de que se aleje, estrechándola entre las mías, acariciando su dorso con la punta de mis dedos, intentando esbozar una sonrisa, sin soltarla, la sigo con hasta donde ella me lleve, no me importa el lugar, sólo que ella esté allí.

Escapa de mi, sólo unos momentos para proporcionarnos intimidad, me gusta esa palabra, la espero para sentarme junto a ella, Gracias por estar aquí Karin voz queda, cansada, pero con una sonrisa a medio dibujar cargada de agradecimiento, más elocuente que mis palabras, Necesitaba alejarme un poco de todo, ha sido una locura, ni siquiera he tenido tiempo de asimilar que él ya no está busco su mano nuevamente, necesito sentirla, su reparador contacto.

No me des las gracias, Thomas, de verdad. Tenía muchas ganas de verte…. Nos sentamos en el sofá, mi cara frente a la suya, nuestras manos unidas… si pudiese aliviarte Thomas… si pudiera… Tranquilo, ahora puedes descansar aquí todo el tiempo que quieras. ¿te preparo algo?... lo que sea…. no se que decirle, debe sentir tanto dolor… aprieto sus manos, las acaricio… lo siento mucho. Le acaricio la cara otra vez. Despacio, mirandolo, no puedo apartar mis ojos de los suyos, se ven tan tristes…¿qué puedo hacer para aliviarlo? ¿preguntar sobre el día? No… esperaré, esperaré a lo que necesite.

Suspiro sin dejar de mirarla, su preocupación, sus gestos, No te preocupes, no quiero nada, gracias una oleada de recuerdos dolorosos me sacude, como si hubiera estado todo el día allí, esperando para explotar, recuesto mi cabeza en el sofá, mirando al techo, un dolor casi físico, imágenes imborrables de mi infancia, con él, en familia, situaciones que ahora se me clavan en el corazón, que debo afrontar, que no regresarán pero que siempre estarán ahí.

Paso una mano por mi rostro, intentando regresar a la realidad, atrapado en el deseo de dejarme llevar y quedarme en el pasado, pero su contacto me hace anhelar el futuro, vuelvo a mirarla, ahora si las lágrimas empiezan a ser difíciles de retener, la atraigo hacia mi, buscando abrazarla, apoyar mi cabeza en su hombro, sentir el roce de sus cabellos, apoyarme en ella, no ser yo el pilar por un momento, dejar que mis lagrimas caiga sobre su cuerpo, porque siento que allí serán bienvenidas, recogidas con dulzura y comprensión.

Porque si no dejo salir al dolor, si no lucho contra él, no terminará.

…. Oh, no…. Thomas…. Llorando… lo abrazo, quiero envolverlo, quiero calmarlo…. Me incorporo para poder cogerlo bien, para poder cercarlo, quedo de rodillas encima del sofá y su rostro en mi hombro…. mis brazos alrededor suya, me da tanta pena que sea por este motivo…. tanta pena por ti…

Tranquilo Thomas…. Su angustia llega a mi hombro y se distribuye por todo mi cuerpo, llega hasta mi alma… lo aprieto, para que sepa que todo está bien, qué aunque él llora todo esta bien… acaricio sus cabellos… Tranquilo…. siéntete cómodo, siéntete en casa, lo estás… me encargaré de que estés a salvo todo el tiempo que haga falta, hasta que te cures…. cuidaré de ti aunque no sepa cuidar de mi misma…. explota si es necesario…. quédate así siempre… te curarás, poco a poco, te ayudaré…. nos curaremos…

Me duele tanto verlo así, sentirlo así… no soporto que sufra, ni un poco, no es justo…. Lloro con él, con su familia,…. con su dolor. Que me lo dé a mí, yo lo guardaré mientras le mezo... suavemente… mientras te arrullo…. dulcemente... mientras sigo apretándote contra mí…

Dejo fluir las lágrimas, todo el día reteniéndolas, ya no puedo hacerlo más, ella me hace sentirme seguro, tranquilo, sin nada que ocultar, sus caricias y su afecto me rodean, siento su cuerpo junto al mío, en un silencioso y eterno abrazo.

Levanto mi mirada escurriéndose su pelo por mi rostro, revelando a su paso el azul de sus ojos, borroso a los míos, y me acerco a ella, aún más, buscando sus labios, dulce que se mezcla con las saladas lágrimas que comparto con ella, vulnerable y fuerte, una breve separación para besarla con ansia, con deseo, pero con suavidad, mis manos en su espalda, empujándola hacia mí, reduciendo la distancia, quiero estar tan cerca que esta nunca haya existido.

Quiero olvidarlo todo en este momento, todo el día, todos los días de mi vida, centrar todo en el beso, usar todo mi cuerpo y mente, sin permitir que una sola parte de ellos se sienta participe de ella.

Se va relajando, se va calmando, noto sus movimientos, sus cambios… sus ojos me están mirando, con toda la intensidad acumulada durante el día…. me la transmite, me contagio, me esta quemando también… su anhelo es mi anhelo otra vez… espero que queden muchas más… pero ahora… ahora necesito que me apriete más… que sea para mí… ser inseparables… un instante o una eternidad… …. nos besamos con todas nuestras fuerzas, no hay nada más….

Me separo para encontrarme de nuevo con su rostro, para asegurarme de que todo está bien, de que todo está mejor… tengo que seguir cuidándolo……una caricia mientras me pierdo en sus ojos…..lo beso con dulzura, con tranquilidad, despacio…. poco a poco mi pelo vuelve a su cara….

Me dejo es hacer, es increíble los cambiantes matices de las emociones, un amplio abanico de las mismas en apenas unos segundos, del dolor de la perdida al amor del encuentro, si, ¿Por qué no pensar en el amor?, sé que la quiero, siempre lo he hecho, o es lo que pienso, porque, ¿Cómo saber si se quiere a alguien?.

Puede que por no desear nada más que sus labios sobre los míos, puede que por el hecho de que ella me importe por encima de todas las cosas, nadie ha conseguido definirlo nunca, no aspiro a ello, no tiene sentido hacerlo. Siento como si todas mis fuerzas escaparan a través de mis besos, el cansancio es más fuerte que el deseo, me siento tan cómodo, todo es tan…no tengo palabras.

Aparto su cabello para dejarme hechizar por su rostro, una sonrisa y mi dedo recorriéndolo, despacio, memorizándolo, dibujando cada rasgo, empujándola con suavidad hacia atrás, para que quede tumbada de espaldas en el sofá, sentado a su lado, agacho la cabeza para volver a besarla, un juego sin fin, una realidad sin principio.

Pero entonces escapa de boca un bostezo que intento ocultar con la mano, Dios, no puedo creerlo, completamente azorado la miro a los ojos con la disculpa y la vergüenza en los mismos, Lo…lo siento la has cagado Thomas, no he podido evitarlo, demasiado tiempo sin dormir, y el estar junto a su lado siempre ha sido en sueños.