Partida Rol por web

Cada uno fuisteis atraídos de alguna forma al mundo de Tet, al mundo de juegos pero todos teníais una pregunta en vuestras mentes. Todo esto es real? Es simplemente una ilusión que habéis tenido por falta de sueño o por trabajar demasiado, es una broma de mal gusto? No, nada de eso, ni por asomo. Todos sentisteis como una corriente os atrapaba con fuerza empujándoos a un vació en el que solo se veía oscuridad. Flotabais, erais movidos, atraídos hacia una pequeña plataforma cuadrada que brillaba con una tenue luz azulada, cuanto mas os acercabais mas podíais ver que vuestros cuerpos habían cambiado, algunos permanecían igual que antes pero otros no, una sed de sangre cubría vuestras gargantas como nunca antes la habíais sentido, otros teníais mas pelo y una resistencia que jamas habíais tenido. Otros notaban una corriente extraña a su alrededor mientras que sus orejas eran mas sensibles y finalmente vuestros cuerpos eran atraídos por el agua. Cada uno sentía una cosa diferente dentro de la raza que vuestros corazones habían manifestado y no solo vuestro corazón si no el deseo de un antiguo dios por protegeros y proteger su propio mundo.

Descendisteis hacia el cuadrado de cristal que no era otra cosa que un tablero de ajedrez aunque no habían apenas fichas, solo una, un rey enorme de casi 5 metros de altura, pero la pieza estaba en muy mal estado, toda resquebrajada, delante de esa pieza había un chico, un niño que vestía de forma de lo mas colorida con un pequeño gorrito en su cabeza, su sonrisa era contagiosa pero aunque no lo pareciera estaba triste, muy triste.

-Bienvenidos humanos, bueno ya no tanto verdad? Se que os sentís un poco raros pero no os preocupeis que se os pasara enseguida...bueno no enseguida pero si que os acostumbrareis. Rio suavemente antes de sacarse el sombrerito a modo de saludo y volverlo a dejar. -Mi nombre es Tet y antes era el dios de este mundo, os he llamado para que me ayudéis a volver a conseguir las piezas de este mundo, se que os tengo que explicar muchas cosas pero no tengo mucho tiempo, mi tiempo es muy limitado. Tet os enseño su mano y se estaba desvaneciendo. -Solo me quedan unos minutos así que apresuraos a preguntarme algo. Tengo que usar mis ultimas energías en llevaros a mi mundo.

Aún incrédula pero viendo que el tiempo es relativamente poco piensa detenidamente con respecto a qué decir y con qué palabras decirlo, mientras aprieta su labio inferior con sus dientes.

-¿Esto qué es...? ¿Este lugar? ¿Este es mi mundo? ¿Cómo pretendes que te ayudemos?

Pensando en que tal vez son muchas preguntas pero directas, Kei se detiene a escuchar antes de que si quiera pueda pensar en el resto de preguntas, sosteniendo rígidamente la espada en su mano.

Miro a mi alrededor, sin saber donde estoy ni como demonios he llegado allí. Espera... el tipo al que servi... la cerveza...¿será un sueño? O peor, ¿estaré inconsciente o en coma?

Miro a mi alrededor, hay más gente, pero no parecen humanos. Entonces el niño - dios habla, y parece aclarar un poco las cosas.

A conseguir las piezas de este mundo... repito. Luego le miro, con interrogadora mirada, escuchando aunque sin mirar las preguntas de Kei. ¿Quién tiene esas piezas y como podemos conseguirlas? ¿Y cómo las reconoceremos? ¿cuántas son?

Sacudo violentamente la cabeza y meso mi tabique nasal, noto la boca pastosa y paladeo con lentitud. Me sentía extraño y desorientado, aturdido... esta sensación me superaba. ¿Será quizá un delirio? No, de alguna forma siento que no se trata de un sueño o bien mirado de una terrible pesadilla. No digo nada, trago saliva y noto la garganta realmente seca. Necesito beber... pero no es agua lo que deseo.

Perturbado niego rotundo y trata de desquitarme de la terrible idea que había pasado por mi mente, aún con una mueca extraña entre mis labios me armo de valor al dar un paso al frente. Pronunciando con voz clara y autoritaria.

-No quiero participar en tus juegos, quiero que... -Leve pausa- Deshagas este entuerto o lo que sea que hayas hecho. -Corto con un tajante ademán de mano- No tengo obligación alguna de ayudarte a nadie. ¡Déjame marchar! 

Aquel "viaje" había sido de lo más extraño, hace apenas unos segundos me encontraba tranquilamente en casa y ahora estaba en un lugar de lo más extraño como si fuese un sueño o una alucinación. -¿Qué demonios es todo esto? ¿Acaso me he desmayado...? -Pensó antes de pellizcarse una mejilla. -No, sin dudas esto es real... ¿Pero que es esta extraña sensación como si estuviese sedienta? -Todo aquello era demasiado raro y, para complicarlo aun más, había seres de lo más extraños a mi lado preguntando cosas a aquel niño que aseguraba habernos traído aquí.

-¿Qué se supone que significa esto? Y lo más importante... ¿Qué me has hecho en el cuerpo? Me sobresalen los colmillos y tengo bastante sed cuando hace unos segundos estaba en mi habitación tomando un té tranquilamente. -Aquellas palabras fueron con seriedad y cierta frialdad a la vez que molestia, todo aquello estaba siendo demasiado extraño y aquel niño parecía que tenía la intención que siguiésemos sus indicaciones. -La llevas clara si piensas que te obedezca...

¿Sería todo eso un sueño? Lo último coherente que recuerdo es haber estado jugando una partida online de lo más competitiva, aceptar una invitación con un extraño mensaje en pantalla... y luego ésto. Mis orejas están mucho más sensibles que antes por alguna razón, y cuando las toco me doy cuenta de que son largas y puntiagudas. ¿Cómo puede ser? ¿Estoy alucinando? ¿Alguien me ha echado algo en mi bebida o algo por el estilo? Mi cuerpo también parece más ligero, y me percato de que el niño que se presenta como si fuera un dios nos dice que ya no somos humanos. En otras circunstancias no me lo creería, pero viendo lo que le pasa a mi cuerpo...

Y además no estoy sola, estoy con más gente. Gente cuyo aspecto es medio humano, pero no del todo. Algunos tienen colmillos, otros tienen mucho pelo. ¿Qué nos está pasando? ¿Quién es ésta gente? ¿Qué hacemos aquí? Es todo muy confuso, pero al niño le queda poco tiempo según nos dice... y todo el mundo comienza a hacerle preguntas, las lógicas y algunas más agresivas.

-¿No puedes salvarte? - pregunto yo preocupada por el niño. Tengo más preguntas, pero ya las han hecho otros.

Os miro con cierta sonrisa en los labios, sabiendo todo lo que os pasaba por la mente y que era lógico lo que pedíais, pero no era todo tan fácil. -Lo lamento pero no puedo llevaros de vuelta a casa, aceptasteis el reto, debisteis haberlo pensado antes. Queriais ir a un mundo donde todo fuera diferente, donde solo con vuestro talento fuerais reconocidos, pero este ya no es mi mundo, debéis salvarlo y salvarme a mi porque si no...no os podre devolver a vuestro mundo. No me quedan fuerzas, ya no me queda tiempo… El joven comenzó a desaparecer débilmente, ya no era su mano si no también parte de su cuerpo. -Tengo que darme prisa… Estáis en el mundo de Tet, o sea el mio, todo lo que tenéis que saber es que ahora pertenecéis a las razas que la habitan, estáis camuflados para que las sombras no os encuentren, si os encuentran...harán todo lo posible por quitaros lo que sois, este mundo es sombrío ahora mismo. El cuerpo de Tet estaba a punto de desaparecer, no parecía mas que una bocanada de humo con su figura. -Pero este mundo es hermoso, quiero mantenerlo, se que puede volver a ser lo que era con vuestra ayuda. Encontrad a Himiko, ella os guiara, es mi asistente y aun no la han encontrado, os llevare lo mas cerca que pueda de ella, no os asustéis por favor y por encima de todo...divertíos…

Tet estaba a punto de desaparecer, teníais tiempo a hacerle las ultimas preguntas si cabía y si no, no sabíais que pasaría a continuación. Os quedaríais allí? La oscuridad os tragaría? Que ocurrirá cuando el joven desapareciese?

Me quedé un tanto extrañado viendo a todos cambiados y  mirando si yo tenía alguna mutación que no presté atención a que debiera hacer preguntas cuando el llamado "dios" Tet, ya había respondido las preguntas del resto. Realmente si esto era un juego o un reto tendría miles de preguntas que hacer... pero como pasa en muchos juegos solo pude pensar en algo...

Me gustaría saber como podemos ayudarte, pero un juego es un juego, y se aprende más jugandolo directamente. Aunque con unas instrucciones o una guía sería más fácil, yo acepto, ayudaré como mejor pueda. - Dije en tono altruista mirando al resto y en especial a Tet

Frunzo visiblemente el ceño mientras limo mis dotados colmillos con la lengua, todavía no había aceptado la situación pues no había accedido a pacto alguno. Pero que puedo hacer, la oscuridad me envuelve y amenaza con tragarme. No queda tiempo y siempre hay que ser práctico en la vida.

- ¿Dónde está ella? ¿Está cerca de allá donde vamos? - Mascullo a media voz, aunque audible. Me cuesta admitir que realmente esté cooperando en esto.

Miro al tipo alto y atlético que acaba de preguntar, y tiene razón en su pregunta. Es cierto digo, reconociéndole su pregunta con un gesto, dino dónde encontrar a tu asistente. Si no, si tenemos que buscarla aunque esté cerca, podemos tardar una eternidad. Al menos, danos una dirección o una pista.

Todo los de mi alrededor le estaban haciendo preguntas al chico sobre la situación... y yo mientras callado como una piedra porque entre los presentes había muchas tías, y porque estaba algo conmocionado al ver la situación y que tenia una apariencia distinta y unos ENORMES cuernos de cabra saliendome de la cabeza. -Entonces, este chico es el dios que se esta desvaneciendo de un mundo donde los juegos son la ley y nos ha traído a él convertidos en razas extrañas; y quiere que le devolvamos su mundo recogiendo piezas de ajedrez, porque sino ni yo ni los otros a los que ha traído ya no podremos volver a la Tierra normal. Y para ello tenemos que empezar encontrando a una tal Himiko...- estuve pensando todo esta situación -...no voy a volver a abrir un link de un desconocido en mi vida- acabe pensando.

Parece que estamos obligados a ayudarle, así que simplemente estuve asintiendo ante lo que él decía y esperando a que respondiera nuestras preguntas; aunque no fuera por propia voluntad, contaría con mi ayuda. Algunos estaban más dispuesto a ayudar que otros, algunos se querían simplemente ir -Y nosotros vamos a salvar un mundo... ¿no tenían a otra gente para eso?- pensé algo preocupado; si ya empezábamos con malas contestaciones, no me quería imaginar como nos íbamos a llevar. -... ¿Y cuando termine de vaporizarse, que pasará?- se me pasó ese pensamiento por la cabeza, y ya me imaginaba que volveríamos a caer.

Al parecer no iba a quedar otra solución que ayudar a aquel niño, o supuesto dios, si quería regresar a casa. -Supongo que al menos puedo ver como es este mundo, tal vez sea algo más interesante o pueda divertirme un poco. -Pensé antes de escuchar las preguntas de los demás, al menos parecía que no era la única que quería algo más de información sobre el lugar donde podía estar la supuesta asistente de Tet.

Si bien quería explorar aquello por mi cuenta también debía de pensar que si no ayudaba con aquel problema no podría regresar en caso de que ese mundo no fuese de mi agrado, así que por el momento optaría por seguir la corriente a todo eso antes de decidir que hacer.

En el momento que todos mascullan cosas, Kei toma con la mano su peluca de Cosplay y como si sufriera el sindrome de noveno grado Chuunibyou tira al suelo intentando hacerse la chula y con una mano lleva su cabello hacia atras de una manera lenta, tras esto abre los ojos de par en par.

-Toda mi vida creí que lograría conseguir todo en la vida a través de juegos... dinero... comida... fama... -se ríe por un momento-. Pero esto es ridiculo -lo piensa detenidamente-. No... ésto es tan ridiculo que es incluso magnifico -mira a Tet-. Si lo que deseas es que te ayudemos a salvar este mundo regido por juegos... Cuenta conmigo... Por mi parte no necesito nada más. ¡Yo! Kei Takahashi, derrotaré a quien sea necesario ¡Sola o con quien sea necesario! ¿Por qué? Porque es divertido!

Desde su telefono celular mientras hablaba empezó a reproducir "Shooting Quasar Dragon Summoning Theme".

-Me alegro...me alegro tanto...de que ahora estáis mejor...no se el numero de piezas...pero deberían haber unas...cinco o seis...me las robaron todas ya no quedan tantas como antes...las han unificado y eso es lo que deber...mier… Finalmente el cuerpo de Tet se desvaneció dejándoos solos solo unos segundos ya que, como podríais haber supuesto, el tablero también comenzó a resquebrajarse junto con el derrumbamiento de la pieza del rey.

Caísteis, todos caísteis en una oscuridad sin fin siendo arrastrados hacia abajo, cada uno podía ver al otro pero nada mas, no podíais ver mas allá de una persona. Finalmente, como si atravesarais una barrera empezasteis a ver una luz para después caer literalmente sin paracaídas. Veíais todo el mundo, un mundo silvestre que alcanzaba hasta donde llegaba vuestra vista, podíais ver ciudades, algunas ciudades que os llamaban la atención tanto si eran arbóreos como de piedra, algunos siniestros y otros que se veían reflejados en el agua. Pero no importaba nada ya que parecía que os ibais a matar contra el suelo porque vuestra velocidad no disminuía precisamente y el suelo se iba acercando con rapidez. Vuestra caída en picado os estaba llevando hacia una zona un poco apartada de todo esto y conforme os acercabais ibais vislumbrando una especie de capilla, una casa tipo mansión bastante grande pero oculta entre los arboles. El suelo estaba ahí, cada vez mas cerca y durante un segundo, que es el tiempo que os dio a pensar, pensabais que moriríais.

Pero no fue así, unas plumas blancas como la nieve comenzaron a rodearos disminuyendo de golpe vuestra caída, dejándoos flotando en el aire como si no existiera gravedad antes de que la gravedad volviera y cayerais de culo contra el suelo. Delante de vosotros se encontraba una joven muy hermosa, con el cabello blanco y una túnica de lo mas arreglada, pero no todo era normal en ella, en su espalda se desplegaba unas magnificas alas blancas. -Os habéis hecho daño? Este Tet...no os podría haber transportado? Nunca cambiara.

Únicamente la miraba de perpleja mientras intentaba ponerse de pie, pero como si su valiente actitud se hubiese esfumado, las piernas le temblaban al momento de incorporarse. 

-N..no, estoy bien.. a...al menos eso creo. 

Aún sin aliento por tanto gritar durante la caída, toma del suelo su katana que dejo ahí trasponerse de pie.

-¿A..ahora qué?

Tras el mareo de la caida y el choque contra el suelo, alcé la vista para ver a ese ser parecido con un angel y mientras me tiraba al suelo el resto del cuerpo dije - Acabamos de morir y estamos en el cielo, veo un angel. - Y caí en redondo más por el susto de creer que estabamos muertos

- ¿¡Pero qué coñ....!? - Cuando el suelo se resquebraja me caigo, como todos, cayendo en un abismo negro y oscuro que trataba de una vez más devorarme. Así lo hace, caigo pero más a lo profundo de la infinita oscuridad veo la luz y tras ella hay más, pues se vislumbra un nuevo mundo.

La caída es en picado, en la belleza del paisaje mi corazón se acelera lleno de adrenalina y sé que aún en lo fantástico mi realidad es otras; voy a mirar, la lógica lo dicta, pero no por ello en unos últimos segundos admiro las maravillas de ese lugar. No quise gritar aunque mi corazón se estuviese desbordando.

Pasaron los segundos, no sabría decir si demasiado cortos o demasiado largos. Pero no morí, algo amortiguo mi caída y sacudí enérgicamente la cabeza.

- Desde luego, lo mío son las caídas... -Carraspeo y termino por frotarme la nuca, mirando a mi alrededor reparo sobretodo en aquella hermosa mujer- Tiene un sentido de humor del todo detestable ese chico... -Esboza una sonrisa torcida tras mi comentario- 

Cuando Tet desapareció dejé escapar un suspiro pues al final no había dicho nada de por donde tendríamos que ir, no obstante el suelo se resquebrajó antes de comenzar a caer por el cielo como si fuésemos a matarnos en cuanto chocásemos contra el suelo. Rápidamente moví los brazos tratando de agarrarme a alguien, tal vez podía usar uno de los presentes como amortiguador aunque seguramente de poco serviría ante tal golpe.

-Maldita sea, y pensar que voy a morir porque la curiosidad me pudo... -Por lo menos, dentro de lo malo, había unas buenas vistas aunque de poco iban a servir. En el momento más inesperado aparecieron unas plumas que amortiguaron la caída, haciendo que la velocidad comenzase a descender hasta que finalmente aterricé frente a lo que parecía ser un ángel o al menos esa impresión daba con aquellas enormes alas blancas. -Genial, más criaturas extrañas. -Pensé antes de sacudirme la ropa y observar el lugar donde me encontraba ahora.

-Bueno, ¿qué toca ahora? -Pregunté de forma retórica. -Por cierto, ¿quién eres tú? -Pregunté a la mujer que había frente a nosotros y, supuestamente nuestra salvadora.

-Ains... parece... que nos vamos a volver a caer- pensé cuando vi el suelo quebrarse bajo nuestros pies, como si ya me lo hubiera esperado. Y acto seguido, empezó nuestra caída.

Caía con los ojos abiertos de par en par y de cabeza... no era la mejor forma de caer, pero a esta altura, daba igual como se caía uno. No emitía ningún ruido, ni siquiera un grito; daba la impresión de que no me importaba caer, aunque en el fondo estaba cagado de miedo -Guau, ni siquiera puedo gritar de miedo con chicas delante, vaya mierda- pensaba mientras caía, y de repente me vino otro pensamiento -Estoy a punto de estrellarme contra el suelo, ¿y me estoy preocupando de no poder gritar?- pensé algo más alterado; estaba tan confuso que ya no sabía que pensamientos priorizar. Eche un vistazo a las vistas que se me presentaban -Joder, con lo bonito que es esto, y lo poco que lo voy a disfrutar... es la última vez que fisgo en el ordenador de mi compañera- y despues de ese pensamiento, simplemente esperé a espachurrarme.

Entonces, un montón de plumas blancas empezaron a rodearnos y a aminorar nuestra velocidad hasta un punto en el que estabamos levitando sobre el suelo... hasta que eso hizo pof, y estrellé mi cara contra el suelo -Auch- pensé. Antes de levantarme, comprobé que todo lo que llevaba encima estuviera en buen estado, y eso parecía. Ahora teníamos delante a un ángel -Genial, otra persona con la que no podré hablar- pensé algo enfurruñado -Supongo que esta será Himiko, ya que conoce a Tet- pensaba mientras negaba con la cabeza la pregunta de si nos hemos hecho daño, y la saludaba con la mano.

Las alas de la ángel se revolotearon un poco pero no parecía nerviosa, mas bien al contrario, se quedo mirándoos y después sonrió con tranquilidad. -Sois los humanos de Tet, ahora si que se que sois vosotros. Perdonad que no me haya presentado pero tenia que asegurarme y vuestras reacciones son de lo mas reales. Mi nombre es Himiko y soy la asistente de Tet en este mundo. Cuando el era dios yo le ayudaba a que todo estuviera en orden, pero como ya no lo es soy la ultima que queda que tiene parte del poder del dios así que me veo obligada a esconderme. Fue explicando Himiko mientras señalaba la casa de madera, era espaciosa y la verdad era que desde fuera parecía de lo mas hogareña.

-Tenéis preguntas y por fin os las voy a contestar todas, pero lo primero es lo primero, tenéis que vestiros acorde con este mundo y veros bien porque habéis cambiado mucho, yo os puedo ver como erais, aunque uno no a cambiado. Me seguís? Comento mientras se dirigía a la casa, invitándoos a entrar. La sala era de lo mas espaciosa, con una mesa de madera en el centro y una cocina con barra americana, había una segunda planta donde conducía a las habitaciones y curiosamente había un televisor con un sofá bien amplio. -Este lugar lo trajo Tet de vuestro mundo, dijo que si llegado el momento venían humanos esto os resultaría familiar, la mayoría de estas cosas funcionan gracias a mi circuito mágico pero no me pidáis tampoco mucho que ahora no puedo recargar muchas energías. Bien, por favor, poneos cómodos, en las habitaciones de arriba podéis tomar la ropa que necesitéis, ahora os voy a contestar a todo lo que tengáis en mente. Porque es lo único que puedo hacer por vosotros.