Partida Rol por web

Galstak se manoteó la barba, provocando una pequeña lluvia de miguitas sobre la mesa.

- Jrummm... Un ejército de alimañas, junto con Osgos, un quasit, una chica transformándose en demonio y preparándose para despertar algo más... - Gasltak empuñó la jarra de cerveza, verdaderamente preocupado - En los montes Calphiak una amenaza así la enfrentamos hablando con más tribus o yéndonos a otro valle. Pero ¿cómo hacéis las cosas por aquí? -le dio un largo trago a la jarra- Con la guardia avisada ¿puede esta ciudad resistir lo que se le viene encima?

Camlo sonríe ante la propuesta del gigantón.

-No te creas que no he pensado dejar el valle...digo la ciudad y mudarme a Absalom. He oído hablar de la Sociedad de Exploradores y dicen que no está mal ganarse la vida completando misiones para ellos.

-¿nos alistamos?-dijo con una sonrisa mirando al resto.

-Bueno, -intenta contener la sonrisa-como irse no es una opción,  solo nos queda intentar que nuestra intervención heróica cambie el curso de los acontecimientos futuros.

Hasta el hechicero se sorprendió de lo pedante y pretenciosa que sonaba aquella frase...

-Deberíamos avisar a la alcaldesa de lo que viene. Quizá ella puede reclutar más gente o avisar a alguna ciudad vecina para que les ayude. Es cierto que nosotros hemos ayudado a frenar el ataque previo pero no debemos pensar que lo conseguiremos siempre...

Y deberiamos interrogar al mierdaseca ese del semielfo. Una sonrisa se dibujo bajo la barba del enano. No me importaria meterle una de las flechas esas por el culo a ver que le parece.

Grygory no pudo evitar sonreir al comentario de Lapidus.

- Estoy con el - dijo señalandole - deberiamos empezar interrogando al "mierdaseca" para acudir a quien sea que mande aqui para intentarle llevar toda la informacion posible ¿no?

-Pues sugiero que vayáis interrogándole mientras Kaddok y yo vamos a hablar con la alcaldesa-dijo Camlo

Grygory, Galstak y Lapidus cruzaron el pueblo en dirección a la Guarnición de la Guardia. Las miradas furtivas de los paseantes seguían inquietándoles, pero ése era el precio de la fama, de haberse convertido en los Héroes de Sandpoint. Entraron en el robusto edificio de piedra y se sorprendieron ante el revuleo que había dentro. Guardias iban y venían desde las celdas a la oficina y el murmullo de los corrillos se detuvo de inmediato cuando les vieron entrar por la puerta. El que parecía estar al cargo de todo se acercó a los aventureros para decirles sin saber muy bien cómo.
-El semielfo... está muerto. Se ha colgado del cinturón.

Camlo y Kaddok entraron al ayuntamiento como Pedro por su casa. comunicaron al secretario su intención de reunirse con la alcaldesa Deverim y sólo tuvieron que esperar una media hora antes de que les recibiera en su pequeño despacho de la planta superior.

-Ya me he enterado de lo ocurrido en la Fundición.- dijo la alcaldesa después de las correspondientes formalidades y saludos.- Una tragedia. Lonjiku Kaijitsu era un miembro muy influyente de esta comunidad. Puede que no fuera el más honrado de los hombres, pero nadie se merece morir a manos de su propio hijo.

-Pues si una desgracia lo sucedido.Aún ignoramos porqué lo hizo el semielfo. Nuestros compañeros lo están interrogando-dijo el hechicero con gesto serio.

-En cualquier caso hemos conseguido información en el diario del joven que revela planes para un segundo ataque de los goblins a la ciudad. Posiblemente usando los túneles de los contrabandistas que hay bajo la Fundición.

Necesitamos toda la ayuda que pueda prestarnos para destruir ese acceso a la ciudad.Sospechamos que pueda haber ya enemigos en esos túneles.

Maldio bastardo pusilánime. Ha hecho bien en ahorcarse, se ha escapado del infierno por el que pensaba hacerlo pasar.

Miro a sus compañeros, y con una sonrisa les dijo: Si son de mi talla me pido sus botas. Y el enano volvió a estallar en carcajadas

Al bardo parecio disgustarle la noticia.

- tienes que estar muy loco para hacerte algo asi... a no ser que no hayas sido tu ... ¿podemos ver la celda y el cuerpo? - pregunto al tipo al cargo.

Kaddok estaba más callado que de costumbre, el estar ante una autoridad con su ropa andrajosa no le gustaba demasiado. - La ciudad puede estar en peligro, ayer no exploramos todos los túneles al considerar que era importante rescatar a la señorita Kaijitsu y dejarla en un lugar seguro antes que continuar, pero se deben explorar y vigilar. E incluso tapiar o derribar si es posible.

La alcaldesa sopesa vuestras palabras con unas arrugillas de evidente preocupación en el rostro. -Un segundo ataque... y Hemlock en Magnimar- la cosa no pintaba nada bien.- Esperemos que pronto esté de vuelta con más hombres. De momento haremos lo que decís. Así, aunque no consigáis evitar el ataque, por lo menos daremos máss tiempo al Sheriff. Ahora bien, si la intención es derribar los túneles de los contrabandistas, habrá que pedir permiso a la nueva propietaria de la Fundición, la heredera de Kaijitsu. ¿Qué necesitáis?

-Claro- responde el guarda.- Es por aquí.
Segúís al carcelero bajando unas escaleras y atravesando las mazmorras hasta llegar a una pequeña celda. La puerta es de madera, muy gruesa y reforzada con grandes clavos de hierro. En el interior sólo hay un catre y una bacinilla. Huele a orines y vino, sudor y podredumbre. Un ventanuco con barrotes a unos dos metros del suelo queda a la altura de la calle. En uno de los barrotes Tsuto fijó un extremo del cinturón. Después sólo tuvo que dejarse caer. Su cuerpo retorcido sigue colgado, las piernas dobladas, la lengua azul fuera de la boca y los ojos desorbitados e inyectados en sangre. Está claramente muerto.

- Jrumm... - se encogió de hombros el bárbaro. - Ya no hay mucho que hacer aquí. Vamos a avisar a los otros de esto, que estarán hablando con la alcaldesa...