Partida Rol por web

Se estaba poniendo de comida hasta las trancas. ¿Es que son idiotas los alumnos? ¿Porque tuviera un poco de hierba o tierra la comida tenía que ser rechazada? Se aparta con la mano y ya está. A veces no terminaba de entender a la gente pija.

Al escuchar esa voz angelical que procede de la directora, se levanta y se dirige al grupo de estudiantes con intención de prestar atención a las indicaciones. A fin de cuentas, ya había acabado con su hambre. Mira de reojo a Wen si está por ahí. "¿Un maldito horario de nueve a una con ocho horas de sueño y posibilidad de siesta? ¡Sacrébleu! ¡Y aún me dice que esto no es vivir como la realeza! Se acabaron las problemas, se acabó la roña... ¡bienvenido a la vida pija, gato sucio!" Ve un nuevo horizonte de posibilidades. La vida es bella.

Ya se para a imaginar cómo tienen que ser las habitaciones privadas. Todo lleno de oro, diamantes, camas enormes y redondas... Agita la cabeza pensando que esa vida no es para él.

Se acerca a Flay y le palmea la espalda sonriendo entre dientes. -¡Así es la vida, mon ami! Pura ley de la atracción.-  Tras ello avanza hacia Jennifer, que estaba esperando confirmaciones con respecto a la gente que finalmente iba a incorporarse a su taller. -Oye, oye. Soy un gato de palabra, mademoiselle. Si dije que iba a hacerlo, voy a hacerlo, ¿non? Apunta y acuérdate de mi nombre. Aunque igual por ser tú, no me importaría que lo redujeras un poco. ¡Ya sabes! Hay lenguas que se traban con AGGGGDAYNE-. Esboza una sonrisa entre dientes, guiñándole un ojo. Luego busca a Haibara con la mirada. -Ahora en serio. Voy a ver qué me dicen de la porquería esta que se me ha pegado en el brazo. Si por algún casual me muero, recuérdame como un héroe, mon cheri.- Hace un gesto tan dramático como el de Flay, a la vez que se marcha en dirección a Haibara, escabulléndose.

-¡Profesora! ¿Cuándo voy a nuestra cita en la consulta?- Obviamente, él a la frase le da un doble significado. Pero claramente se refiere a que ha pedido cita para lo del brazo. Por supuesto.

Durante el discurso de la directora me encuentro sentado donde me pille, habló de algo relacionado con el ataque y quien estaba detrás. No pude evitar bostezar un par de veces mientras ella hablaba o distraerme mirando para cualquier otro sitio. Los discursos, charlas o las propias clases donde hablaban más de 5 minutos acababan aburriéndome demasiado rápido.

Al ver a los alumnos acercándose a la directora me quedé un poco intrigado sobre lo que podrían hablar, pero al ver el nuevo comunicado que hizo ella, entendí que eran cosas de novatos, cosas que ya sabía, y ahí murió mi curiosidad. Cada vez me voy poniendo más cómodo, buscando apoyar la espalda y estirar las piernas, si seguía así acabaría quedándome dormido aquí mismo.

Por último se estaban agrupando los alumnos y hablaban sobre los talleres. Ni me iba ni me venía, los talleres podían estar interesantes pero no estaban hechos para mí después de todo. Me levanto estirándome y gruñendo un poco, tenía que hacer algo de vida social después del combate, así que me acerco al grupo.

Cuando la directora le dice a Velvet que la acepta en la Academia, no podrái estar más contenta. De pronto, nota como inebitablemente sus mejillas se contraen y la comisura de sus labios se eleva. Es la primera sonrisa que muestra, a nadie en particular, y ni ella misma lo sabe.

Después de este pequeño triumfo, Velvet se dirige hacia el resto de estudiantes. Ahora que por fin está dentro de la academia puede decantarse por un taller u otro. Al inicio el de Kyra es el que le parecía más adecuado, pero el chico gato la había puesto en un compromiso con Jennifer y no quería faltar a esa "promesa". Decide, por el momento no inscribirse en  ningun taller y conocer a todos un poco más. Se acerca al grupo y escucha lo que dicen con atención.

Tras recibir la información y tomar nota de ella paso a la acción. Busco a cada uno de los profesores y les solicito plaza en sus clases. Tras tomar nota de los lugares y horas en las que estarán disponibles me encamino al grupo de compañeros reunidos. Alguien me puede indicar cual es la torre de los chicos. Esta noche ya ha tenido suficientes emociones para tentar a la suerte y un descanso no va a sentir nada mal. Mientras espero la respuesta me fijo un poco en el resto, no me apetecía nada que algún gracioso me mandase a la torre de las chicas.

La pista de Roland era sin duda bastante fría dado el tiempo que había pasado desde su encuentro con aquel sujeto pero al parecer ni siquiera les servía para saber donde podía estar ocultandose aquel bastardo.

Una vez hubo acabado sus asuntos con el taller sintió que no había mucho más que pudiera hacer allí; uno de los nuevos alumnos le proporcionó la perfecta excusa para retirarse sin parecer descortes- yo te llevaré hacia alli- dijo haciéndole un gesto a Baxter para que lo siguiera al interior de la escuela. 

-Aaah...- Me rasco la cabeza, mientras pienso si ir ya a dormir, o si salir a dar una vuelta por ahí. El atardecer es algo bonito de ver de vez en cuando. -Ese Reynolds no era el loquito del antifaz?- No entiendo nada de lo que esta gente está hablando.

En fin, si el doctor ese está asomándose mejor andar con cuidado, que no quiero que me hagan cosas raras. -Eh Tao, sobre lo que te quería preguntar hoy...- Me acerco a la profesora. Siempre me dio gracia lo pequeñita que es. -Podemos hablar a solas un momento?

Roland y Baxter se retiran en dirección a los dormitorios, se encuentra en el cuarto piso de la Academia.

Tras la consulta, el aún recuperándose profesor se frota el hombro y asiente.

-Te he visto bastante bien allí, de todos modos.

-... Supongo que lo único que te hacía falta es un poco de motivación para salir a relucir.-

-Muy bien. Ven a verme durante la semana, suelo tener los mismos horarios que Tao.

Se queda allí, por ahora.

Asiente un poco a Agdayne.

-¿E... esta tarde...? I... Iré de camino a-ahora m-mismo si quieres...

Junta sus dedos, no parece haber pillado el doble sentido. Lo ha entendido como una consulta médica.

Termina yendo en dirección a la sala médica en el tercer piso de la Academia.

Tao asiente a Kross.

-Sí, por supuesto. Lamento no haber podido hablar antes...-, ya que tuvieron que cortar su conversación por el inicio del discurso de la profesora.

-Acompañame.-, se aparta un poco de los demás pero se mantiene por la zona.

-Es sobre esto.- Sin dar más rodeos le muestro la espada que acabo de recibir. -El paquete de donde la recibí estaba firmado por Nero.- Se la doy para que ella misma la examine.

-La conoces? En la carta que traía decía algo sobre la... laa...aa- Saco el papelito del bolsillo. -Determinación. Ah, Estrella Nocturna, así se llamaba.- Le doy también la nota a la profesora. -Qué es eso de la determinación? Es como el anillo de Linterna Verde?- Me froto la cabeza y aparto la mirada. -Porque no me funcionó muy bien, intenté usarla lo mejor que pude, pero como que aún no siento como que fuéramos uno. Tú sabes, las armas y sus portadores, eso de que debe ser como una parte más de tu cuerpo y eso...

-Ah, dice por ahí que tienes algo para mí también. Es una prenda? Mira que yo no quiero ir por ahí con ese disfraz de gato.- Agito las manos como rechazando la oferta. -Te queda muy prechiocho a ti porque eres pequeñita y adorable, pero no creo que a mí me siente bien.

-Y lo que dice al final de la nota es verdad.- Me rasco el oído con el meñique. -Siento que tengo tantas preguntas encima que voy a tener que desperdiciar mi juventud buscando respuestas.

Ella se fija en la espada. Por su reacción, no parece que le suene o que signifique nada especial para ella. De todos modos presta mucha atención hasta que Kross termine.

Asiente y se dispone a responder:

-Nero fue mi maestro durante mucho tiempo... Creo que empezó a enseñarme hace... ¿Diez años? Pero luego se fue y me dejó aquí.-, ella junta sus manos, ladeando la cabeza, -... Supongo que tiende a hacer eso...

-La... ¿Determinación? Uhm...-, alza la mirada al cielo, intentando recordar. Finalmente vuelve a mirarle, es una chica educada: -Estar determinado es centrarse en algo y poner toda tu voluntad en ello, ¿Verdad...? Estar determinado en hacer algo no es solo quererlo o desearlo, es... No rendirse.-, su expresión resulta algo apenada, -... Pero no sé a qué se referirá con eso... ¿Quizás la espada reacciona en base a tu determinación?-, lo que más le sabe mal de decirle eso es que sabe que Kross toma el camino del mínimo esfuerzo para todo, por lo tanto si lo que ella piensa de la espada es cierto... A Kross no le serviría de mucho en la mayoría de los casos.

-Pero nunca la he visto antes...

Ella sonríe con suavidad ante el cumplido de Kross~ -Gracias.-, se reverencia gentilmente, es muy educada. Más que la mayoría de profesores, a decir verdad... -Pero... Yo le he escrito diciéndole que debería haberte dejado algo, no que tenía algo para ti.-, mira la nota y asiente un poco. -Creo que lo has interpretado mal, lo siento...-, ahora le sabe mal, seguro termine intentando regalarle algo de todos modos algún día.

-...Ajá...- Entonces sí es como el anillo ese, usa la voluntad del usuario como combustible. Me parece que voy a tener problemas serios a la hora de usar esto... Y él lo sabe! Sabe como soy, y me envía un arma así a propósito! Gato estúpido!

Mis pensamientos rabiosos son magistralmente camuflados por la expresión de pescado muerto que tengo en la cara.

-Sí, debe haber sido un desliz de parte mía. Cuando leí la nota estaba oscuro y yo sin mis gafas.- No uso gafas.

Estoy pensando si no darme una vuelta por el taller. Con tanto alumno nuevo creo que mi sagrado lugar de siesta va a verse perturbado y espero que Flay me haga caso y no reclute más gente. Hala, al taller.

Por su parte, ella no tiene mucho más que decir. Tras oir a sus nuevos integrantes del taller se gira en dirección hacia la escuela, suspirando. Ya tenía lo que quería, el profesor había dado su visto bueno también.-Entonces, Zak y Agdyne. Hablaré con vosotros los próximos días. Tened cuidado todos.- 

Y se marcha del tumulto hacia la escuela, ignorando ya cualquier cosa o amenaza que le dieran. Tenía hambre y quería algo de comer, pero no habría quedado bien decirlo delante de todos. Aún tenía una aventura que completar ese día... Y era conseguir algo de comida.

Zak asiente y hace un gesto de cabeza a Jennifer cuando se marcha. Él tampoco se queda mucho más por allí, solo unos cuantos minutos más echando un ojo a los estudiantes, a ver si identifica a los que parezcan fuertes para partirles la cara batirse en duelo con ellos en un futuro.

Acto seguido le da dos palmadas en el hombro a Agdayne como despedida que casi le desencajan los omoplatos y se marcha del lugar hacia los dormitorios siempre que nadie le toque las narices en el proceso.

Escuché atentamente sin decir nada lo que decían a mi alrededor. Estaba satisfecha de mi papel en la batalla, pero aún me daba rabia que los malos se hubieran escapado. La próxima vez cogería al chico tenebroso aquel. Cogí un plato de aperitivos con un crujiente sabor a tierra, seguramente por culpa de la batalla, al que no hice mucho caso. Quería mejorar mi pelea, aunque también quería jugar con Sabrina. Mis ansias por ser más fuerte y mi lado infantil empezaron una batalla por quien ganaba.

Entonces, vi a Wen y me acerqué a él corriendo - hola, Wen, ¿qué tal os ha ido? A nosotros se nos escaparon y aún me pican las heridas, pero lo hicimos muy bien. La próxima vez, no tendrán escapatoria - hice un gesto de valentía.

Había estado tan entretenido con la conversación del grupo, que no le eché cuentas a que Ami no había aparecido aún. Pero tengo que decir que la pequeña se hace notar, incluso cuando no está. Apareció de repente y no tuve que relajarme porque no me había preocupado de que no estuviera.

-Bien, nos ha ido bastante bien -dije mirando a la pequeña- no tenía opción frente a nosotros -mostré una sonrisa triunfal-. ¿Heridas? -pregunté mientras me ponía en cuclillas para mirarla, asegurándome de que no fuera nada grave-. Bueno, si pican es que están curando, o eso era lo que me decían siempre. Han escapado en cuanto te han visto, yo lo haría -bromeé con la pequeña y le revolví el pelo un poco- ya estás más cerca de convertirte en toda una heroína -buscaba que se animara todavía más, sabía que podía-. Ya verás como la próxima vez puedes con ellos y con todos los que vengan.

Podía estar tranquilo sabiendo que Ami podía cuidarse sola, lo que era de agradecer. Pero eso no significa que si vuelven a atacarnos haga lo posible por protegerla. Simplemente no podía evitarlo.