Partida Rol por web

-Comprendido, registrado, analizado y archivado.-, respondió el peligris, colgado patas para arriba y balanceandose de lado a lado. Le ofrece una sonrisa nerviosa al gatete y a su compañía.

Tras escuchar a Ami, el chico se sorprende y se agita en el lugar. -¡Ah, no, sin mordisqueos en mis pantorrillas, son muy sensibles, me he gastado mucho en cremas hidratantes!-, no parece que le guste la idea.

Finalmente el grupo sigue de largo. Tras recorrer algunos pasillos más y evitar alguna una que otra trampa o encuentro contra libros voladores asesinos (parece que eso de no tener ojos hace un poco difícil el darse cuenta de que alguien se escabulle cerca tuyo), el grupo finalmente encuentra una misteriosa puerta de piedra. Tras empujarla, el grupo se encuentra en lo que parece un santuario...

No parece muy grande. En el centro, tras una estátua de un enmascarado ángel de rodillas, se puede apreciar una serie de brillantes runas en el suelo.

Las runas emiten pequeños flujos mágicos que viajan hasta un cristal que flota en medio del aire, del tamaño de un puño. Es parcialmente transparente, su color es un blanco pastel, casi amarillo: Reacciona ante la magia emitiendo suaves ondas doradas que flotan por el aire unos centímetros antes de desvanecerse.

Detrás del cristal hay un portón de piedra sellado, una gema de color rojo incrustada en la parte más alta de su arco: Es igual que la puerta de entrada al Laberinto desde la Academia cuando está cerrada.

-Tenemos todo lo que necesitamos para un encantamiento simple. No creo que nos den mucha nota pero podemos aprobar con esto.

Asintió ella.

-Y... Como quieras. ¿Regresamos ya?

Agdayne sigue de largo sin prestarle la más mínima atención al colgado. Se nota en su gesto que sigue furibundo y tembloroso por sentir su piel mojada por el contenido de la botella. -Grrr... S-Sacrébleu, como todo esto no sirva para nada...- Comenta especialmente molesto. Una vez llegan a la sala con runas y el tesoro flotando en medio Agdayne se queda mirándolo solo unos segundos. Luego se dispone a comprobar la proporción de las runas para ver si hacen algo en especial, tirando alguna piedrecita cerca o similares.

En otras palabras, para ver si se tratan de una trampa preparada para cansados estudiantes como ellos.

-Trés bien... ¿por qué seguimos mirando esa cosa...? Démonos prisa... tenemos trés sencillo el camino de vuelta, tan solo... es hora de moverse, ¿hmm...? Si ninguna se atreve, esa cosa es de moi.- Si comprobara que no hay trampas se dedicaría a saltar hacia la estatua y treparla para llegar finalmente hasta el cristal, decidiendo cogerlo de un salto con su brazo izquierdo -aquel que no está manchado, lo que faltaba es que implosionara ahora-.

Creo que lo mejor sería regresar, después aún tenemos que trabajar en ese encantamiento no?- le preguntó sabiendo que aún quedaba trabajo por hacer y eso si es que no se cruzaban con algún problema en el camino de regreso

Me quedé con ganas de pegarle un bocado a las pantorrillas del tipo colgado. ¿Qué era todo eso de las cremas hidratantes? ¿Eso no era para la cara para antes del maquillaje? O eso creía yo, parecía que el tipo era muy coqueto, y pedante, y daban ganas de morderle, pero me di la vuelta y seguí el camino con mis compañeros, haciendo que Roth le enseñara los dientes antes de irnos.

Seguimos un buen rato entre pasillos, hasta que al final, llegamos a una sala donde una piedra flotaba en el aire entre rayos de luz. Viendo aquello, me pregunté si sería lo que estábamos buscando, pero seguramente habría trampas por toda la sala, para los que intentáramos cogerla. También la gema roja que estaba en la puerta podría ser la piedra. 

Tras comprobar Agdayne las runas, pensé que lo mejor sería ir corriendo para coger la piedra.

- Voy a correr un poco hacia la piedra, para ver si se activa alguna trampa, para que lo tengáis fácil si hay alguna - les dije echando a correr.

La verdad es que tanto Ami como Agdayne acabaron preguntándose, ¿Por qué la habitación se ha dado la vuelta? Realmente no tiene sentido que se haya dado la vuelta. ¿Habrán activado algún tipo de trampa de magia gravitacional que haya hecho que el suelo sea el techo y el techo sea el suelo? No, no, eso no debe ser, porque Velvet está mirándolos y ella parece estar de pie en el suelo.

... También está el factor de esa presión en el tobillo... Hm. Que extraño. Agdayne no detectó ninguna trampa y Ami corrió sin problemas en dirección a la piedra, mas cuando ambos estaban por cogerla todo se dio la vuelta.

Oh. Eso debe ser: ¡Hay una estatua agarrándoles del pie! Y tiene cara de cabreada. Y dientes muy afilados. Y cara de ángel llorando... ¿Será de esas estatuas que no se mueven mientras las miras? No, no, eso no debe ser, porque está abriendo la boca y soltando un chillido muy agudo.

Aturdidos por el grito en la oreja, los dos casi no se dan cuenta de que los lanzan por los aires hacia una pared. ¡Roth corre hacia Ami para ver si está bien! Detecta que la chica tiene la gracia de un felino y pudo ajustarse para apoyar patas y manos contra la pared y rebotar para llegar al suelo, un poco raspada. ¿Y el felino? Bueno, él tiene gracia felina pero también tiene los sentidos muy afinados así que tras ese grito quedó tan mareado que se dio de cara contra la pared antes de caer de espaldas al suelo, el mundo le dio varias vueltas pero al menos ahora el suelo es el suelo.

La estatua se sale de su pedestal y suelta un chillido de nuevo.

-Sí, vamos a ello.

-... A propósito... Ahora que tenemos estos materiales, ¿Qué tipo de artefacto querrías hacer? ¿Quizás algún tipo de arma? ¿O un báculo? O... Hm... ¿Qué podría hacer? Tendría que ser algo orientado a lo mágico, no tenemos materiales para hacer algo de utilidad física buena...

Roland y Kyra se dirigen hacia la salida del Laberinto, no tienen muchos problemas. Deben ocultarse una o dos veces de otros alumnos pero por lo general consiguen salir sin quedar en apuros un solo momento.

Ahora están fuera del Laberinto.

Quizas podriamos armar algun tipo de talisman ?-aporto el por su parte luego de escuchar las palabras de Kyra, fuera lo que fuera que terminaran haciendo aquello seria sin duda una experiencia nueva para el dado que aun estaba aprendiendo como funcionaba la magia en aquel mundo

Agdayne no entendía lo que estaba pasando en el momento que se quedó del revés. Ya está, trampa de pies, pensó. Se da cuenta de que estaba muy equivocado cuando vio al titán de piedra agarrándole. -Oh, geniálle... una jodida estatua. ¡Sacreb...! ¡AAGH!- Es bamboleado contra una de las paredes sin esperárselo ni un instante. ¿Cómo ha podido algo tan bruto hacerle ese daño? ¡Si es un maestro de la agilidad! Ha sido cosa del grito, sin duda...

Una vez se reincorpora y agita la cabeza con la cola erizada decide tomar la mejor lección que le ha enseñado la vida. -Trés bien... atacad primero a su mandíbula para que deje de gritar... ¿oui? Ughh... esto duele... Vamos a emplear tácticas electrizantes...- Decide aumentar su característica más primordial utilizando su magia; su velocidad y capacidad de anteponerse a los movimientos enemigos. En otras palabras, aumentar su defensa temporalmente mientras se aleja hacia el punto más opuesto hacia su enemigo que haya en la sala. Le atacará de lejos en ese estado, pero lo primero es ponerse a salvo.

Todo iba genial, hasta que todo el mundo se dio la vuelta y me encontré boca abajo sostenida por los tobillos por la estatua. Lo miré. ¿Porqué una estatua estaba cabreada? La cabreada debería ser yo, que estaba boca abajo. Y encima chillando. Me llevé las manos a los oídos cuando el ángel raro de piedra se puso a chillar, atizándole patadas inútiles con el pie para que me soltara.

Antes de que me diera cuenta, estaba volando por los aires. Me las arreglé para, de algún modo, no salir tan malparada. Completamente aturdida por el chillido y el golpe, quedé sentada en el suelo, durante unos segundos. Roth vino donde mi para ver como estaba, y se puso a lloriquear a mi lado, dándome golpecitos con el morro para que me moviera. 

- Está todo bien, Roth, sólo estoy un poco aturdida - le dije al zorrito acariciando su cabeza. Luego, apoyé la mano y me concentré en mi compañero - enseñemos a ese montón de piedras de qué pasta estamos echos - le dije, al tiempo que me sincronizaba con él. Nuestros ojos brillaron y una leve aura salió de nuestros cuerpos cuando ambos enlazamos nuestros movimientos - adelante.

Ambos nos lanzamos al mismo tiempo, corriendo directamente a golpear las piernas de la estatua, con la intención de echarlo abajo.

Después de salir de la biblioteca llegan a la sala en la que parece que se encuentra lo que buscan: el cristal que flota en medio de la habitación. Nada más llegar, Ami y Agdayne se han enfrascado en una batalla contra una estatua de la sala. Ya que ambos parecen ser capaces de defenderse, Velvet prefiere centrarse en conseguir el cristal mientras sus compañeros distraen a la horrible estatua chillona.

Avanza dentro de la habitación, en la que aun no había entrado y se coloca al lado de una columna, esperando pasar un poco más desapercibida para la estatua. Afortunadamente la mayoría de los pasillos, salas y recovecos del laberinto están llenos de sombras y esa sala no es la excepción, por lo que Velvet puede ejecutar un plan para conseguir el cristal parecido al usado antes para incapacitar la chico peligrís. 

Se concentra en lo que quiere conseguir: coger el cristal luminoso con las sombras y llevarlo hasta ella. Cierra los ojos y visualiza la escena. -Influencia de sombras- susurra, finalmente, en voz baja.

¡Agdayne es un gato valiente, sí! Pero por encima de valiente, es un gato inteligente. Sí, está claro que está planeando algo, ¿Por qué se iría a un rincón a preparar hechizos y hacer cosas raras? SEGURO que tiene algo en mente y que va a cubrirlos a todos pero no quiere revelar su plan secreto a la estatua.

Eso o le ha salido mal el hechizo que intentaba conjurar y por lo tanto se queda ahí ya.

Roth y Ami avanzaron hacia la estatua y le repartieron golpes con la típica violencia que uno puede esperar de cosas tan adorables: Mucha. La criatura intenta golpearles, ¡Pero son demasiado rápidos! Un salto, una pirueta, un rebote... Entre las dos tienen muy aturdida a la estatua.

Lo suficiente como para que nadie se entere de que una mano oscura ha recogido la gema y se la ha llevado a Velvet, quien ahora la sostiene en sus manos: Emana brillante energía mágica, ¡Y es muy bonita! Es algo más grande que el puño de Velvet, ahora que lo tiene en las manos y puede examinarlo...

Agdayne se mantiene lejos de la estatua resintiéndose del golpe con gesto realmente enojado. Cualquiera diría que es el mismo felino de voz melodiosa y carácter picarón que ronda por Issaera. Con algo de caliente sangre cayéndole por la frente del golpe, levanta el brazo hacia la estatua esbozando una sonrisa entre dientes. -¡Mademoiselle Velvet! ¡A tu señal intento transportarte cerca de la salida, pero lo más indicado sería inutilizar a esta cosa y salir corriendo a la puerta! ¿¡Comprends!? ¡No quiero fallar y dejarte perdida y sola, eso sería un tremendo golpe al corazón de moi!- Se concentra olvidando por un momento los rayos dado que su enemigo es de piedra. Decide intentar una estrategia algo sucia. -Je... Ya lo tengo.- Calcula la distancia entre él y las piernas de la criatura a ojo, señalando con los dedos a la estatua, como si estuviera resolviendo una complicada operación.

-¡A las piernas, mademoiselles! ¡Solo nos queda salir de esta!- Decide mezclar dos conjuros distintos a los que suele. En lugar de emplear su instintiva magia explosiva con el rayo, decide darle un toque más cuidadoso y tratar de darle movimiento a su bomba, como si se tratara de una ajustada explosión a control remoto justo a las piernas de la criatura.

Este tomo es interesante. Podría usarlo para base para la creación de objetos o tratar de restaurarlo y dejarlo para uso propio. Es una decisión que tendré que tomar aunque no ahora mismo, habrá que ver si mis compañeros tienen más suerte que yo.

Me quedo pensando unos momentos en el tomo hasta que escucho una voz, Anna ha regresado y yo apenas lo había notado. Pese a la primeras impresiones que me había dado eran negativas estaba resultando muy útil, Anna resultaría una gran aventurera si puede superar su reticencia a ponerse a trabajar y falta de iniciativa. Aunque dudaba de que fuese mi lugar el comentárselo y dada nuestra relación actual tenía pinta que tales comentarios solamente podrían agriar el ambiente.

Creo que deberíamos observar, meternos ahora mismo en una reyerta sería cuanto menos problemático. Son más y ya han ganado a por lo menos otro grupo de compañeros. Sin embargo parece que aún no han capturado el premio y esperan más problemas. Lo ideal sería esperar a que otro grupo más se enfrente a ellos y nosotros aprovechar la oportunidad para unirnos a la confrontación o infiltrarnos, tomar el fragmento de estrella y escapar. Esto último iba a ser difícil para mi sin abusar de la magia que podría necesitar después para combatir, por otro lado esperar a que empezase algún combate y atacar a los que están custodiando tenía mejor pinta. Sinceramente preferiría salir de esta sin ganarme el antagonismo de mis compañeros pero no estaban dándome muchas opciones. 

Guardo el tomo y miro a Anna. Guíame hasta una posición desde las que podamos observar lo que ocurre, prefiero observar un poco como se desarrollan los acontecimientos antes de hacer alguna jugada, a menos que tengas algo mejor en mente.

Elo ahí, nuestro gran ataque combinado. Roth y yo éramos imparables cuando nos poníamos serios. Le dimos bien al ángel de piedra. Nuestra rapidez y agilidad eran incomparables. Vi como intentó cogernos pero no me preocupé. Al final, conseguimos aturdirlo lo suficiente para poder maquinar algo.

Entonces, el felino nos dio nuevas instrucciones que no dudé en obedecer - a la orden - dije a Agdayne sonriente - vamos, Roth, un buen golpe a los pies.

Con un grito de guerra, ambos nos lanzamos con rayos a sus pies. Con suerte, conseguiríamos tirarlo al suelo y no se levantaría antes de irnos.

Tan pronto como el cristal llega a sus manos Velvet lo pone a resguardo en su bolsa. No es momento de quedarse embelesada con la piedra mientras su equipo se enfrenta a la criatura. Al chico gato se le ocurre una buena idea para incapacitar a la estatua, al menos un rato. 

- No te preocupes, Agdayne. No pienso quedarme atrás- Contesta con determinación al ver la muestra de preocupación del chico.

Amy y Roth no dudan en atacar las piernas de la criatura cuando Agdayne da la señal. Velvet tampoco duda, se acerca corriendo al lugar donde se encuentran los demás y en un abrir y cerrar de ojos aparece Faceless de nuevo a su lado. -¡Vamos! -. Grita indicándole a su espectro blanco que golpee las piernas de la condenada estatua.

El gato se ha secado mucho ya. No está tan cabreado o predispuesto a luchar como podría estarlo, quizás por eso es que los hechizos no le salen... ¡O quizás es solo que está haciendo complicadas tácticas de distracción! Si, eso debe ser.

Por el otro lado, ¡Ami y Roth cargan contra la criatura con valentía! La estatua pretende golpearles pero una y otra vez falla ante las elusivas y pequeñas criaturas correteando por ahí. Repentinamente se lanzan a sus piernas, esquivando por los pelos un último ataque antes de poder entre los dos ejecutar un golpe hacia ellas. ¡Parece ser un golpe efectivo! Surje alguna que otra fractura por la piedra mas la estatua se dispone a seguir atacando y moviéndose, aprovechar la posición de las pequeñajas para darles una buena tunda.

Por suerte para las dos, la invocación de Velvet surte efecto y su espectral acompañante sin cara. Faceless tira un brazo hacia atrás luego de acercarse lo suficiente y luego suelta un poderoso puñetazo contra la fracturada rodilla de la estatua. El impacto suelta una pequeña onda expansiva de aire, terminando de partir esa pierna. La estatua queda en una pata y pronto cae al suelo, disponiéndose a arrastrarse para alcanzar al grupo. No se mueve demasiado rápido, ¡Pueden escapar sin problemas ahora! Siempre y cuando no se crucen con nadie por el camino de vuelta, o el gato no la lie con el hechizo de teleportación y los envie a todos dentro de una pared. ¿Puede suceder eso siquiera? Quien sabe.

Anna escuchó con atención todo lo que Baxter razonaba, asintiendo varias veces. Le dedicó una sonrisa afable y luego le guiñó un ojo.

-Tu sigueme y te mostraré todo. Nos colaremos un poco así nadie nos ve... Ya me dirás tu si hacemos algo o mejor nos vamos con lo que ya conseguimos. Que sí, que si le damos una paliza a ese grupo y le robamos las cosas seguro que salimos mejor parados, pero si nos dan la paliza a nosotros quizás nos quitan lo que ya tenemos, o no estamos en condiciones de buscar reemplazos...

Anna le guía por algunos pasillos y caminos alternativos hasta que llegan al punto del encuentro. Parece que ya se han retirado de ahí todos los alumnos que ha mencionado Anna, no quedan rastros ni del que había sido capturado: Seguro ya se ha ido.

Ojeando por el umbral de una puerta pueden ver como un grupo de alumnos está culminando una batalla contra una especie de estatua.

Ni Baxter ni Anne llegan a ver si alguno tiene el fragmento de estrella, pero la sala es diferente al resto de este ala del laberinto:

Parece como un pequeño santuario. Hay una puerta similar a la de la entrada al laberinto más allá de donde están combatiendo, parece cerrada.

Alejándose del umbral y fuera de la vista, Anna le pregunta a Baxter: -Tres contra dos... Supongo que estarán algo cansados de luchar, pero no sé si nos vale la pena arriesgarnos.

Observo la situación y todo lo que me había contado Anna había cambiado completamente. Todo lo que había pensado sobre las posibles maneras de abordar el problema se había esfumado como el humo de una hoguera frente a un vendaval. Demasiadas variables... Digo más para mi mismo. Creo que lo mejor que podemos hacer es ayudarles, hay muchas posibilidades de que el grupo anterior se haya largado con el fragmento de estrella... Vamos a tener que salir de aqui tarde o temprano y prefiero que no seamos nosotros dos solos. Propongo ayudarlos, quizá podamos aprovechar algo de esa estatua y unir fuerzas para el camino de regreso. Los que no hayan encontrado nada seguro que están al acecho de los grupos con más suerte para cazarlos. Al menos es lo que yo haría. En caso de que ellos tengan el fragmento ya pensaremos algo, no me apetece enturbiar las relaciones con los compañeros por esta prueba. Aun nos falta por ver que ha encontrado Wen de todas formas. Tenemos el libro que puede usarse como fuente de poder, nos haría falta una base y los conocimientos los aporto yo. Si Wen ha tenido suerte puede que hasta pueda conservar el libro y tratar de restaurarlo o incluso mejorarlo. Eso junto al artefacto que hagamos son 2 objetos para 3 personas... si ganamos la prueba serán 3 y sino es así podemos nosotros mismos tratar de reunir materiales para el último. Es una buena excusa para mantener el contacto y así poder crear lazos...

Tras perderme un poco en mis pensamientos vuelvo a la realidad, el gato de los rayos, la chica zorro y la que atrajo al titan de sombras estaban batallando contra la estatua y si quería ayudar debía de ser ahora. Una vez se asienta el polvo ya pensaría en algo. Vamos a ayudarles. Y a jugar limpio.

Salgo de nuestro escondite con las palabras arcanas ya en mis labios, este emparejamiento era casi una vergüenza. ¡Destruir tierra! Expreso las palabras mágicas con la intención de destruir la estatua. ¿Os viene mal algo de ayuda?

Y en eso, tras ejecutar la última serie de ataques, escuchan una voz que viene por detrás:

-¡Destruir Tierra!-, ¡Es uno de sus compañeros de clase, Baxter! Tras efectuar su conjuro, las rocas que componen a la estatua parecen desestabilizarse más y más hasta que le explota un brazo, lanzando pequeñas rocas por todos lados. -¿Os viene mal algo de ayuda?

Anna, la ladronezca chica que acompaña a Baxter, saluda con la mano mientras desenfunda su daga y se pone en guardia. -... A ver... Una estatua asesina, sin una pierna y sin un brazo, en el suelo toda destartalada... ¿No debería dejar de intentar arrastrarse? Creo que llega un punto en el que deja de ser intimidante tanta perseverancia y empieza a ser un poco patético...-, hace girar el arma entre sus dedos y luego la enfunda, bajando la guardia. Sonríe, cerrando los ojos. -Alo~