Partida Rol por web

-¡Venga!-, grita el profesor, su pie clavándose con firmeza en el suelo. Se encuentran frente al gimnasio (¡o más bien el Dojo!) de la Academia, el cual se encuentra a la altura del Piso 0 pero fuera del castillo mismo, cerca a la muralla.

El sol brilla en el cielo, la tarde ilumina el escenario: Flay y Ruko se encuentran en esquinas opuestas de un círculo de tierra de unos cinco metros de radio. Caesar está en el pasto que rodea el círculo, ¿Y detrás de él? Una muchedumbre de alumnos de diferentes cursos, todos presenciando lo que esperan será el combate definitivo entre los dos rivales.

-Quiero un combate limpio. Y no quiero encontrarlos más luchando por los pasillos: Saquense los dientes a puñetazos si quieren, pero no más escándalo. Un verdadero guerrero es responsable de sus acciones y no pone a los demás en peligro por rencillas personales.

Todo esto comenzó precisamente por eso que el profesor acaba de señalar: Continuamente Flay y Ruko entablan combates. ¿Por deporte? No, porque se llevan fatal y a la primera oportunidad saltan al cuello del otro.

-Windstone, Gothic, ¡Luchad!-, el profesor alza un puño al aire, los alumnos que circulan el escenario gritan para darles ánimos, emocionados~

Ruko gruñe un poco. Otra vez es el centro de atención por culpa de Flay, otra vez tiene una nueva marca negra en su preciado historial gracias a que Flay es tan insufrible: ¡Si tan solo desapareciese, no tendría que ser castigado por los profesores por luchar contra él en medio de los pasillos y menos tendría que aguantarle! Le resulta hasta ofensivo que estén ambos en muchas de las mismas clases.

-¡Uroboros!-, grita él, alzando una mano al cielo. Una espectral serpiente negra y violeta sale de su pecho, volando hacia arriba y mordiéndose su propia cola, consumiéndose a sí misma: Cuando termina, se convierte en una especie de glaive de energía negra adornada con detalles y símbolos serpentiles de color violeta. La glaive cae sobre la mano extendida de Ruko.

-¡Ven aquí!-

Y así, arma en mano, corre hacia Flay, con la intención de atacarle.

Flay ríe con alegría, ¡toda la escena le parece muy heroica, digna de una buena historia! Y si le gana a Ruko, lo habrá humillado bastante frente a todo ese público~ ¡Eso mejora las cosas incluso más! Solo verle esa expresión de hartazgo y repugnancia es suficiente para alegrarle el día al pelirrojo.

Mientras Ruko hace toda la parafernalia de invocar a su Aspecto, Flay toma su enorme espadón con la mano izquierda, a la inversa. Se prepara para tomarle por sorpresa, como siempre hace: Ruko será inteligente, pero no tiene la astucia de batalla de Flay, quien siempre tiene algún truco nuevo (¡o viejo!) bajo la manga y se las suele arreglar para sorprender a su enemigo con sus demenciales tácticas

Ruko corre hacia él con toda velocidad, sin embargo Flay está preparado: Presionará el interruptor de su espada para que active el mecanismo especial que le añadió, pretendiendo que el electro-taladro de su genial mandoble rompa el suelo y distraiga a Ruko con el ruido y rocas voladoras mientras él levanta la espada para golpearle, pretendiendo interceptar su golpe y, de ser posible, atacarle~

Ruko es tomado por sorpresa por la táctica de distracción de Flay. En un instintivo movimiento para protegerse de las rocas se golpea el hombro con la parte plana de su glaive, causándole algo de daño menor.

Finalmente consigue llegar a Flay y atacarle: Los filos chocan y se desvían entre sí, sin embargo esto no es suficiente para pararlos: ¡Ambos se golpean al mismo tiempo y son expulsados hacia atrás! Parece que Ruko ha salido peor parado de eso que Flay, quien más allá de un pequeño rasguño parece estar en buen estado...

-M-maldición...-, murmura furioso y humillado. Por esas cosas es que odia a Flay: Si no le hubiese tirado esas rocas a la cara, ¡Seguro le habría dado los dos golpes y lo habría dejado en mal estado! Y el maldito ni siquiera se digna a usar su Aspecto o usar ningún tipo de Magia y de todos modos ya lo ha dejado en muy mal estado... ¡No puede perder en una sola ronda! ¡Tiene que hacer algo!

Finalmente sonríe de lado, tiene una idea: ¡Claro! ¡Magia! Ruko ríe un poco, su risa suena más a la de un villano de película que a la de un joven alegre.

-Algún día te ganaré a tu propio juego. Pero por ahora...-, se concentra.

-¡Flecha Oscura!-, alza la mano hacia Flay mientras pronuncia las Palabras de Poder que desea. Inmediatamente después, da un salto hacia atrás y grita: -¡Paso Oscuro!-, procurando tomar distancia.

Flay vuelve a soltar una risotada bonachona, ¡Todo va bien! Ruko ya está en las últimas y Flay no tuvo que hacer casi nada para conseguirlo. Cuando ve lo que Ruko planea, decide que eso de quedarse quieto no va a funcionar: El chico decidió ser inteligente y atacarle a distancia, ¡su debilidad! Ante eso, decide intentar ganarle a su propio juego solo para humillarlo más. Pasa de perseguirle, que si bien podría... Le quitaría la emoción al asunto~

-¡Woooh!-, clava sus pies en el suelo y alza las manos hacia Ruko. -¡Tierra!-, grita la única Palabra de Poder que conoce, básicamente. Quizás llegue a tiempo antes de que Ruko se salga de su rango... ¡Como no le sale combinar Palabras, no puede hacer una Flecha de Tierra, lo cual seguramente alcanzaría a Ruko incluso tras su teleportación sombría!

Flay no pretendía que salga así pero seguramente tome crédito de todas maneras:

La roca conjurada choca contra la Flecha Oscura mientras esta volaba hacia Flay. La Flecha es rebotada en un ángulo cualquiera: Flay no tiene ni idea de hacia dónde se iba a teleportar Ruko y aunque lo supiese no habría podido calcular como golpear a la flecha para rebotarla hacia él, ¡Pero así se dieron las cosas, por pura casualidad!

La Flecha Oscura golpea contra Ruko, haciéndolo retroceder unos pasos, ya bastante herido. Puede seguir luchando a duras penas pero se nota que le cuesta mantenerse en pie.

Ruko no podía esperarse semejante cosa. ¿Que su flecha le rebote de esa manera? ¡Estaba en medio de una teleportación! Nunca le había pasado en su vida y no se cree que Flay lo haya hecho aposta.

Esta vez tendrá que tener más cuidado: No puede ganar si va a la defensiva pero tampoco es que puede permitirse que Flay le vuelva a dar una de esas hostias. Necesita alargar el combate y dañarlo más al pelirojo, que ya suficiente suerte tuvo ese hasta ahora. Sino... Quedará humillado.

-Escudo Oscuro.-, conjura, rodeandose de una burbuja de energía negra y violeta. Espera que sea suficiente para parar los ataques de Flay mientras Ruko piensa qué hacer.

Flay sonríe ampliamente, mostrando los dientes. -¡Esto era parte de mi plan, todo calculado!-, lo dice solo para irritar a Ruko. Inmediatamente se pone a correr hacia él, pretendiendo darle un hostión con su enorme espada. Lo sostiene con una mano, a estas alturas no se lo está tomando en serio a Ruko.

-¡Vamos a terminar esto! ¡Oraa!-, grita a la vez que ataca.

Ruko ve llegar a Flay hasta él y no puede hacer más que mantener el escudo de energía tanto como pueda.

La espada de Flay choca contra el escudo sin poder atravesarlo pero justo cuando Ruko estaba cantando victoria, se activa el mecanismo del arma y esta empieza a taladrar ferozmente.

El escudo es quebrado pero Ruko consigue apartarse a tiempo: Nadie fue herido en este intercambio.

Ruko alza la voz, preparándose para la siguiente ronda, quejándose y alistándose. Flay se prepara para atacarle y darle el golpe de gracia, ¡dejarlo fuera de combate!

Es entonces cuando Caesar da un paso adelante, interrumpiendo el duelo. -Suficiente, suficiente.-, se cruje los nudillos. El público se queja, ¡La mayoría se la pasaban bien viendo a Ruko perder! Ruko, el alumno que suele superar todas las expectativas perdiendo contra Flay, el alumno que lleva sin cumplir las más mínimas desde que empezó sus estudios.

-Este duelo ya ha acabado. Flay es el vencedor. Aún así... Si aún tienen ganas de más espectáculo... Tao, ¿Me harías el honor?-. Tao parece algo confundida pero se acerca al ring. Flay se encoge de hombros, ¡él ya tiene lo que quería! Dejó en ridículo a Ruko, aunque quizás fue más suerte que nada... Una vez los dos alumnos han salido y Tao ha entrado, Caesar se pone en guardia.

-¿Que tal si les mostramos a los alumnos cómo se mueven un par de maestros?-, esboza una pequeña sonrisa.

Tao asintió con suavidad, poniendose en una posición cómoda. -Está bien.-, ella cerró los ojos y adoptó una postura marcial. -¿Desearía que luche en serio, Profesor Shuusen?-

Ante esta pregunta el profesor asintió.

-Está bien.-. Pronto el suelo empezó a temblar un poco. Rayos eléctricos se mueven por el cuerpo de Tao, poco a poco un brillo dorado le rodea y se extiende, y extiende, y extiende... Pronto pequeñas rocas del suelo empiezan a levitar. Tao en todo momento se mantiene calma: Los temblores ceden y las rocas caen, el aura que le rodeaba se retrae, ahora su cuerpo emite un intenso brillo pero no parece que su energía esté descontrolada.

Los alumnos se alejan unos pasos, abriendo más el círculo.

-Venga, Azura.-, él se truena el cuello y sonríe de lado. Una criatura empieza a salir de su cuerpo cual sombra separandose de su piel. Poco a poco va tomando consistencia: Es un ser de dos metros y veinte de alto, grilletes le aferran, las cadenas parecen tensas por un instante pero luego caen hacia el suelo.

-Atácame primero. No te pases, quiero mostrarle a los chicos como defenderse con tu Aspecto.-, él está en guardia, atento.

Tao asiente un poco. Avanza hacia él. Se truena los nudillos y luego alza la mirada hacia Caesar. Sigue caminando, poco a poco acomodando la postura. Finalmente, cuando llega frente a Caesar, quien está esperando, tira el puño hacia atrás... Y repentinamente su puño aparece a centímetros del rostro de Caesar, brillando con un intenso dorado, ¡Como Caesar no reaccione rápido...!

¡Azura se interpone exitosamente! E incluso consigue repeler a la perfección el ataque, bloqueandolo. La explosión de energía es fuerte de todos modos, obliga a Caesar a retroceder un paso y soltar un pequeño quejido. Tiene suerte de haberse concentrado en defenderse antes y que Tao le dio mucho tiempo para prepararse, de lo contrario quizás le habría dado ese golpe.

Tao tampoco hizo un gran esfuerzo, su ataque fue menos rápido que de costumbre.

-Tsk... Te he dicho que vayas en serio, Tao. No hace falta que te contengas.-, sonríe de lado. -¡Azura, vamos!-, él avanza un paso y se dispone a darle un puñetazo a Tao.

A la vez, Azura se mueve hacia un costado, procurando flanquear a Tao. Una vez está en posición, ¡procura atinarle un golpe! Si impacta, usará sus cadenas para lanzarla al aire.

Tao asiente con suavidad.

-Está bien.-, ella retrocede un paso mientras Caesar se alista para atacar. Su aura crece nuevamente, ella inspira profundamente y observa cómo se acercan ellos dos. La energía a su alrededor se vuelve más intensa, parece repeler lo que se acerca a ella levemente... Luego todo ese poder se concentra en su cuerpo, ¡Parece como si Tao fuese una luciernaga lumínica! El poder es tal que las ondas expansivas de Ki que surgen de su cuerpo obligan a los cercanos a apartarse. La tierra bajo sus pies se desquebraja ante el peso de su poder.

Tras soltar un suave suspiro, ella se dispone a intentar desviar los golpes con precisos golpes a las muñecas de los atacantes y luego ejecutar tres impactos: Uno con el puño derecho, uno con el izquierdo y finalmente una patada lateral con la pierna derecha. Se mueve rápido y fluido.

Tao bloquea los dos ataques de Caesar con extrema facilidad. Apartó el enorme brazo de su Aspecto como si fuese de papel y desvió el puñetazo de Caesar como si le atacáse un novato.

Tras eso se coló entre su Aspecto y Caesar, maniobrando entre ellos como si nada. Tras eso, el primer puñetazo encaja en un lado del rostro de Caesar, casi lanzando el cuerpo hacia un lado... Para entonces ser interceptado por otro puñetazo en el rostro, lanzandolo para el otro, y entonces ser interceptado por una pierna que le da en la costilla.

Cuando el último golpe impacta, Caesar es enviando volando. Los alumnos se apartan del medio, dejándole pasar. Su Aspecto se desvanece. Queda Caesar a varios metros del ring de tierra.

Caesar jadea fuerte, sentado en la tierra, apoyando un codo para mantenerse al menos un poco erguido. Tiene el moflete inflamado del puñetazo y le duele mucho la costilla. Poco a poco se pone en pie, no parece que esté en condiciones de seguir luchando pero es un tio duro.

-Vale. Recuérdame no volver a pedirte que no te contengas.-, sonríe un poco, manteniendo la actitud guay... Aunque le han dado una paliza.

Tao se reverencia ante él. Tiene alguna que otra parte sucia en el traje después de haber parado los golpes, se ha hecho unos rasguños en la piel de las muñecas por eso mismo.

Camina hacia Caesar, inspirando profundamente y tocándole el costado donde pateó. Caesar suspira, relajandose un poco.

-El resto lo dejaré sanar naturalmente.-, baja la cabeza, algo apenada, -Para que los huesos se fortalezcan. Ya he reparado lo más dañado.