Partida Rol por web

Pueblo paleta un lugar tranquilo y placido en donde la gente y los pokemon podian coexistir unos con otro en un remanso de paz y tranquilidad... O eso era hace 30 años, cuando el Legendario Maestro Pokemon Red inicio su aventura.

Ahora la reconocida Ciudad de la Leyenda: Pueblo Paleta, es reconocida por el lugar de nacimiento de este mismo idolo y ha crecido tanto en los 25 años desde que Red desaparecio que ya no se puede llamar Pueblo, pero por reconocimiento se le da el titulo de Pueblo. Nadie puede reconocer el pueblo que antaño era, salvo los que vivieron por aquella epoca.

Hoy comienzan los niños a reunirse entorno al cerco del famoso laboratorio del profesor Oak. Algunos con padres, otros con amigos, otros reconociendose al llegar. Pero todos y cada uno por el mismo objetivo: Comenzar al igual que Red hace 30 años su aventura y su objetivo, y conseguir, por supuesto, su primer Pokemon.

Muchos niños vienen a traves de la Ruta 1 desde otros lugares, otros desde la Ruta 21, y otros tantos desde pokemon o servicios de transporte que llegan a una gran estacion que conectaba con diferentes partes del mundo, conociendose como la Estacion del Comienzo en el limite de Pueblo Paleta.

Poco a poco una marabunta de gente esta reunida y muchas de ellas pensando que estan tardando en abrir el laboratorio. Y tras unos minutos despues, veis como Oak aparece acercandose al cerco.

Buenos dias a todos los nuevos principiantes que hoy vais a empezar vuestra aventura como entrenadores pokemon, quisiera que todos entrarais a coger vuestro primer pokemon, pero no puede ser asi, tendremos que ir uno a uno, asi que por favor quedaros ordenadamente como habeis ido llegando y se llamara para entrar al laboratorio, mis aprendices os ayudaran a resolver las dudas que tengais mientras esperais. ¿Asi sin mas, quien es el primero que ha llegado?

Asi termina el discurso de presentacion del Profesor Oak esperando la mano del primer entrenador que ha llegado al cerco. Mientras unos cuantos investigadores van colocandose en fila para evitar tumultos y uno en la puerta principal del laboratorio esperando a que el profesor le diga al siguiente que entre.

Me escondo entre la multitud y me encajo un poco más el sombrero en la cabeza. Es de aviador, pero con las plumas del doduo de mi madre enganchadas en uno de los costados. El abuelo sale y espero que no me reconozca, cuando entra con el primero de los chicos, suspiro de alivio. ¿Qué dirá cuando le pida un pokemon? Estoy segura de que sabe la opinión de papá al respecto. 

Observo a los chicos de mi alrededor. Algunos me suenan, aunque creo que nunca he hablado con ninguno. Probablemente, los he visto en las visitas a casa del abuelo. Pero soy de Ciudad Verde, no creo que nos conozcamos. 

Otros, sin embargo, no me suenan en absoluto. Mi mirada se detiene en un tipo de pelo rojo. Me suena mucho, el que más. Tengo su nombre en la punta de la lengua... o su apellido. Es algo con punta, algo afilado. 

Por Arceus, estoy segura de que papá me ha contado cosas. 

Después veo a Itomi y, despacito, me voy a acercando a saludar. ¿Me habrá conocido con mi "disfraz" de "no soy la Wisty que estás buscando"?

Me había levantado un poco tarde, la noche anterior me había despierto mirando la liga pokemon de cuando Red fue campion. Mi meta siempre fue seguir sus pasos y ser coronado campeón de la liga, pero como todo objetivo a largo plazo se empieza de a poco y con un pokemon. Llego ese dia, no me había animado años anteriores pero hoy era el comienzo, veo a Blade un chico que vivía en pueblo paleta y compañero que jugabamos de chicos, ademas de Itomi otro chico con el que jugaba. Era de mañana y el profesor nos recibió como siempre, era uno de los últimos pero lo mejor era para lo ultimo. Me quede mirando a los otros chicos esperando mi turno.

Me he dormido.

Ese es el segundo pensamiento que cruza mi cabeza nada más despertarme. El primer fue ¿No tenía que estar hoy en el laboratorio?. Maldiciendo por lo bajo tiro las sabanas al otro extremo de la cama y me quito la ropa que he usado para dormir para meterme de cabeza a la ducha.

Sin duda aún llevaba encima el cansancio de la espada mudanza, que había terminado justo ayer, y esa era la razón por la que no había escuchado el despertador. Salgo de la ducha y me visto a toda prisa, poniéndome una camisa y un chaleco de vestir. De camino hacia la cocina cojo mi bufanda, que me enrosco al cuello con una mano, una chaqueta que me cuelgo al hombro y una mochila con el mapa de la región y algunas provisiones que había dejado preparada anoche.

El desayuno que me preparo se compone de una sabrosa rebanada de pan de molde seca y un trago de leche, que termino de tragar una vez salgo por la puerta corriendo hacia el laboratorio. Cuando llego me doy cuenta de que estoy casi al final del todo, y suelto otra maldición mientras me pongo la chaqueta y me cruzo de brazos para esperar.

Entre la multitud veo a conocidos de vista, vecinos sobre todo, aunque han cambiado mucho desde la última vez que los viera. Me encojo de hombros y me subo la bufanda para taparme la boca y esconder así mi expresión. No estaba seguro de si alguno se acordaría de mi, pero tampoco iba a montar un drama. Decido centrar mis pensamientos en el camino que voy a emprender esa misma mañana. El camino para ser el más fuerte del mundo.

Jean había llegado hacía horas, pero cada vez que se armaba de valor para presentarse, daba un leve sollozo de miedo y salía corriendo, tenía que lograrlo el miedo no importaba, NECESITABA hacerlo, pero durante una multitud de intentos el miedo le controlaba,... queríá llorar sintiéndose impotente al ser incapaz de dar un paso adelante. Al final el bulbasaur que la acompañaba le dio un fuerte empujón haciendo que la pequeña chocara con el hombre que tomaba el nombre de los candidatos, en principio no era capaz de presentarse, pero,... esa de delante... "Jean Abeto", se presentó casi sin darse cuenta. Ella quería ser una gran entrenadora, una maestra, ver el mundo, perderse y disfrutar mil aventuras, pero todavía era muy pequeña y no tenía el valor necesario para presentarse, si estaba allí era por una carta que había llevado aquel bulbasaur unos días antes a su casa. La carta decía,... "si estás leyendo esto no hay vuelta atrás, SE QUE TE LLAMAS JEAN ¿lo he acertado? Me lo han dicho unos pajaritos, veras Jean he perdido a mi bulbasaur si lo ves agradeceré que me lo traigas dentro de cinco días. Atte. Prof. Oak". Tras leer la carta, la pequeña buscó a "esos pajaritos espías" pero no vio ni un pidgey cerca,... y si había perdido a su bulbasaur... ¿como podía darle la carta el propio bulbasaur? Jean se sentía confundida, pero aquel bulbasaur era un sueño hecho realidad, era tan bonito,... Y ahí estaba, haciendo fila para conseguir su primer pokemon a pesar de que había ido a llevar el bulbasaur perdido de Oak con él... ¡pero había valido la pena! - esa de delante,... es,... es,... Wisty... - Jean admiraba a esa chica, siempre tan firme y tan guapa,... sería un buen sueño ser tan genial como ella algún día,... pero solo era una cobardica que aspiraba a todo lo posible. Quería hablar con ella pero un chico cruzado d brazos que daba miedo estaba en medio, cosa que le molestaba, por que encima le sonaba de algo y no sabía de que, cosa todavía más molesta. - p... p... perdona,... chico bufanda,... ¿vives en ciudad verde?

No acababa de preguntar "al chico bufanda", que otro que daba miedo le hablaba,... - se fuerte, se fuerte, se fuerte,... solo ha preguntado, solo responde,... - el miedo de la pequeña a lo desconocido, se moría de ganas de conocer, ver, y aprender mil cosas,... pero no logró responder, su voz simplemente no salía... Sin querer ser desconsiderada, se encogió buscando en su bolsa y sacó un pastelito con forma de flor, un poco chafado por el viaje y una botella de agua y con una cosa en cada mano y apretando los ojos, tan roja como la llama de un charizar, estiró sus bracitos. Ofreciendo uno de los pastelitos que había hecho de madrugada... su madre le dijo que a Oak le gustaban los pastelitos... por suerte había hecho de más.

Veis a Taylor salir con una pokeball en su mano y con una sonrisa de oreja a oreja - Primero tendras que viajar a traves de todo Kanto para cambiar de Region, es la tradicion, al igual que todos los demas - dice un investigador - Ahora sin mas que pase el siguiente - dice mirando a Akito

-¿Eh?

Escucho una voz que me pregunta algo y me giro para ver a mi interlocutora, que no es otra que una niña pequeña. ¿Si vivía en Ciudad Verde? Pues claro que no, pero su cara me resultaba familiar...

-No, vivía aquí en Pueblo Paleta pero he estado ausente una temporada. Sí que he visitado varias veces Ciudad Verde y su gimnasio. ¿Por qué? No te conozco.

Digo todo esto después de que un chico de pelo rojo hablara con la niña. La verdad, no había prestado atención a casi nada, únicamente al laboratorio del profesor, del que ahora salía un chico rubio con un Cyndaquil. Lo sigo con la mirada y espero impaciente a que llegue mi turno.

Estaba ya cerca de Itomi, pero algo me llama la atención. Al escuchar Ciudad Verde y gimnasio en la misma frase, me doy la vuelta automáticamente. ¿Conozco a esa persona embutida en una bufanda?

La niña está tan nerviosa, no solo le miran dos chicos raros, también su ídolo,... la cual parece no mirarle a ella directamente, pero seguro que el rabillo de su ojo la capta. Agacha la cabeza emocionada, y los nervios parecen esfumarse... quizás demasiado,... se dirije a todos sin mucho orden... - este es mi número pokenav, tu cara me suena solo es, y ella es tan chachi guay que, te lo apuntas, yo ya he copiado el tuyo, bueno no mucha gente lleva bufandas, Wisty, ho, ho, ho, hola, guay agregado, y pues por eso, ¿wisty puedo tener tu dirección pokenav? - demasiada tensión (cae de rodillas echando humo de la cabeza... y en ese momento un golpecito en la cabeza le hace reaccionar, el bulbasaur que le acompaña dice algo incomprensible, y la niña se levanta - es verdad bulbasaur, tengo que respirar entre frases, pero entonces me olvido de lo que quiero decir, y... - recuerda en ese momento que hay gente a su alrededor y se hace un segundo de silencio... una leve referencia y... - encantada, me llamo Jean ¿y vosotros? A ti ya te conozco Wisty, aun que seguramente tu no a mí - sonríe y saluda abiertamente.

Al poco tiempo otra vez sale el investigador y Akito sale con su pokeball. - Siguiente por favor
 

Escucho su nombre mientras esperaba mi pokemon y me acerco, apoyo un brazo en su hombro y sonrio. Wisty debía saber que vendrias por tu pokemon. Luego mire a los demás. Hola soy Dimitri y ustedes? Y miro a los chicos con lo que hablaba. Ya tengo ganas de ver quien será mi primer pokemon, y asi comenzar mi viaje para retar a Green... A propósito como se encuentra? Me acordaba las veces que hacía rabiar a Witsy pero sabia que iba hacer una buena maestra pokemon aunque el titulo seria de el.

Miro a la chica mientras balbucea respuestas para todos algo perplejo y trato de descifrar todo el galimatías que ha dicho en un momento. Sin embargo, es cuando habla a una tercera persona, a la que llama Witsy, que capta mi atención. Giro la cabeza para identificar a esa persona y lo hago al instante. ¿Cómo no reconocer la cara de la chica que siempre andaba por el gimnasio de Ciudad Verde? Aunque nunca habíamos hablado demasiado al encontrarnos, nos conocíamos mutuamente.

Asiento en su dirección a modo de saludo sin descruzar los brazos y contesto a todos los que han preguntado mi nombre sin mirar a nadie en particular, con mis ojos clavados en las puertas del laboratorio y el vaivén de jóvenes que entraban y salían.

-Yo me llamo Lamrod.

Todo el mundo me llama por mi nombre. Hasta que la gente que no conozco. Puuuf, menudo éxito de disfraz. A este paso, el único que no sabe quién soy es el abuelo. Me quito el gorro con un suspiro, liberando mi melena rubia, igual que la de mi madre y me vuelvo a poner las gafas con las plumas del doduo. 

—Hola, Dimitri —saludo al reconocer al chico que se ha apoyado en mi hombro y, oportunamente me salva de una desconocida que... sólo le falta pedirme un mechón de pelo. Total, ya me ha pedido el número de PokeNav con todo su morro, aunque está hecha un matojo de nervios —. De los demás, sólo me suena tu cara, Lamrod. Creo que te he visto por el gimnasio de Ciudad Verde, ¿no? Vosotros dos no sé quiénes sois, pero un placer. Me llamo Wisty. Y sí, a mí también me gustaría saber de qué me conoces, Jean. 

Quito en brazo a Dimitri y le sonrío. 

—Green te va a pegar una paliza como vayas derechito a retarle, máquina —sí, llamo a mi padre por su nombre cuando estoy delante de otra gente. Manías de una —. Lo normal es que lo retes a la vuelta, cuando tengas un equipo formado. 

Y así evito contestar que realmente nadie, ni mis padres ni el abuelo, saben que estoy aquí en busca de mi primer pokemon.

—¿Sabéis ya cuál vas a escoger? Bueno, Jean, tú parece que vas servida. 

Itomi grita a mi espalda y miro por encima del hombro a ver qué pasa. 

Asiento mirando de reojo al chico de pelo azul que había pegado un grito. Itomi. No había crecido mucho desde la última vez que lo viera...Sonrío de medio lado cambiando mi punto de apoyo de una pierna a otra.

-Solía ir al gimnasio de Green a ver los combates, sí. ¿Y tú qué hacías allí? Recuerdo verte mucho por el lugar. ¿Aprendiendo estrategias y truquillos?

Bueno, sí, es... una forma de verlo. Así que decido asentir. Realmente estoy ahí para aprender todo lo que pueda. Algún día seré yo, y lo tengo decidido, la que ocupe su puesto. 

—Por supuesto, nunca está de más. Y me gusta ver cómo es el nivel de los aspirantes. Green es bastante duro en sus combates, ¿no crees? 

Sacudo y me giro para mirar a Wisty cara a cara, aunque sin mudar mi postura.

-Tanto entrenadores como pokémon deben mostrarse duros a la hora de combatir. Green aplica esa estrategia a la perfección. Si aceptas un desafío pokémon tienes que estar dispuesto a darlo todo, tanto tú mismo como los pokémon que elijas. El camino hacia la cima es duro, y mantenerse en lo alto más aún. Ningún bando debería esperar piedad de su contrincante, y esto es algo que Green entiende. ¿No te parece así?

Vuelvo a girar la cabeza hacia el laboratorio, mostrándome cada vez más impaciente. Cuanto más hablaba de ello, antes quería iniciar mi propio camino hasta la cima de la montaña.

- ¿aprendiendo estrategias? Pero si tu,... - se calla un momento y se da cuenta cuando se quita el gorro que iba de incógnito - ¡AAAAAAAHHHH! ¡lo sientoooo! No sabía que ibas de espía secreta irreconocible ¡arghhhhh!. Los nervios son malos... - Le he traicionado, soy un desastre, voy a ir donde estén los ratatas más grandes del mundo para que me coman,... - ...reverencias rápidas - perdón, perdón, perdón, perdón,...