Partida Rol por web

¿Quién soy yo?

De caza

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27/12/2010, 01:31
Director

9 de abril de 2000

La cierva pastaba tranquilamente. Era una hembra joven y sana, no muy alejada de su grupo pero bastante confiada para ser territorio de depredadores. Masticaba la hierba fresca metódicamente mientras sus orejas se movían por acto reflejo al estarle rondando por ellas una mosca. Sus hermanos, probablemente, brincaban junto a la madre, la jefa del rebaño. Eso iba a salvarles la vida. Pero esta hembra era demasiado ingenua. No se daba cuenta de que tenía a seis lobos hambrientos vigilándola.

Habían cazado tantas veces que habían perdido la cuenta. Era como aprender algo que sabían hacer gracias a los sueños, aquella sucesión de imágenes que los había golpeado antes de su Primer Cambio. Ahora ya se comportaban como una manada, al menos en el bosque, y no solían volver al Clan con las manos vacías.

La cierva hizo ademán de volver con el rebaño, pero si lo lograba perderían su oportunidad. Ashley dio la señal y se levantaron del todo. La cierva adulta echó a correr y sus pequeños la siguieron, pero la cierva joven fue demasiado lenta y torpe.

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27/12/2010, 01:50
Ashley Howard

Ashley contuvo una maldición y echó a correr tras la cierva. No podía permitir que se uniera al rebaño. Tenia que ser más rápida y aislarla del resto. Pero eso era pan comido. En el Clan de su padre había cazado bisontes. ¡Bisontes! Bueno, ella no, sino algunos de los Lupus que la habían enseñado a cazar. Había quedado fascinada por la dificultad de la tarea y la maestría con la que la desempeñaban, pero supuso que cada uno tenía su talento. Que se pusieran a escribir a toda máquina en un procesador de textos. Homínidos 1 - Lupus 0.

Pero de vuelta al escenario de caza, Ashley golpeó con su cuello a la cierva, logrando que tropezase y su paso se lentificara. Ahora, si sus compañeros tenían a bien empezar a morderle los costados, la detendrían del todo y podrían abatirla. Si lo lograban, claro...

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27/12/2010, 02:11
Viviane Olsen

Viviane nunca había probado algo tan emocionante como salir a cazar. Acechar, esperar el momento preciso y correr detrás de sus presas. Desde que les habían dado el permiso solía aprovecharlo. Salir a la ciudad era algo que de vez en cuando solía pasearse por su cabeza como una tentadora idea que algún día realizaría, pero de momento lo llevaba bien.

En aquel tiempo su madre había seguido instruyéndola y había ganado más confianza en sí misma, lo que la volvía más tratable y amistosa que antes. Además, se acercaba el Rito de Iniciación, lo que quería decir que pronto adquirían rango dentro del clan, y sería lo que les marcaría el resto de sus vidas como garous. Era algo importante que pasarían todos juntos.

La loba, camuflada con su pelaje negro entre los arbustos, no le quitaba los ojos de encima a la cierva, esperando el momento adecuado para saltar. Mantenía las orejas agachadas y el cuerpo rígido, procurando no hacer ni un solo ruido. Entonces la vio moverse de vuelta al rebaño, y a penas hubo hecho ese movimiento Ashley salió de su escondite a por ella. Viviane no se quedó atrás. Se impulsó con sus cuartos traseros para saltar por encima de los arbustos tras los que se ocultaba y corrió detrás del animal. Cuando tropezó gracias a la maniobra de Ash, abrió las fauces y trató de calvarlas en el animal con intención de herirla y ralentizarla.

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27/12/2010, 11:27
Hécate

 Hécate corría junto a los demás cuando vio que Ashley se había lanzado al ataque. Entonces empezó a lanzar dentelladas para tratar de debilitar a su presa.

Durante los últimos meses había aprendido más de las funciones de los Galliard, sobretodo leyendas y mitos Garou. Además, poco a poco, había podido comprobar como la manada había dejado de ser un grupo de egos compitiendo unos con otros para pasar a ser un sólo ego, el del grupo, compitiendo con aquellos fuera del mismo. Pese a todo a veces seguía teniendo la sensación de que nunca la tratarían del todo como a los demás... aunque solía durarle poco ya que, rapidamente, ocurría algo que hacía que se sintiese uno más del grupo.

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27/12/2010, 21:25
Kate Whish

La señal de Ash los puso a todos en movimiento. Era ya algo automático, debido a que ella había tenido que enseñarles a cazar a todos, y con el tiempo, se había convertido en una costumbre. Mientras Ash derribaba al animal y Viviane y Hécate lo acosaban por un lateral y por detrás, Kate retuvo el salto un par de segundos más, intentando alcanzar la cabeza del animal y su cuello.

Los meses que habían pasado parecían ahora tan veloces como esos segundos de profunda excitación. Tras el éxito en conseguir el permiso de caza la manada se había coesionado de algún modo, discutían menos, dialogaban más, y poco a poco habían aprendido a conocerse, escucharse y respetarse, a apoyarse exactamente igual que había ocurrido aquella primera vez, que Kate guardaba como oro en paño para sí. Seguían sin un líder oficial, pero nominalmente cada uno asumía esa función cuando era necesario o estaba mejor preparado. Y ahora eran capaces de aceptar que quién sabe que les depararía el futuro y quién los dirigiría, aunque no acababa de importar: todos podrían hacerlo si fuera necesario.

En el fondo, para Kate, aquellos meses habían sido agridulces. Inevitablemente estaba descubriendo una nueva vida que la entusiasmaba, que la colmaba, que la hacía sentirse plana y dichosa a medida que aprendía a conocerse a sí misma y a aceptarse y a medida que aceptaba y aprendía a respetar, que no temer, sus labores como Theurge. Su irracional miedo a la umbra y a sus habitantes poco a poco se había ido transformando en un profundo respeto por ellos, por el poder que poseían y que no estaba en sus manos, por todo aquello que ellos podían hacer y ella sólo podía implorar. Aún era duro... pero paso a paso iba ganando en conocimientos y en confianza.

Pero por el otro lado seguía siendo un tormento, cada vez más enterrado, cada vez más sordo, pero todavía constante. Aquella era la vida de su padre, aquel desgraciado al que creía muerto y que había aparecido de la nada para ponerlo todo patas arriba, y al que cada vez se parecía más en naturaleza, aunque no en carácter. Durante aquellos tres meses no había dejado de preguntar por su madre, constantemente aunque cada vez con menor frecuencia, ya que ya no había noticias nuevas: según Ismene, la prótesis había sido un éxito, y Sarah se encontraba bien y animada. Pero Kate no había vuelto a verla desde aquella desdichada noche de navidad, y aunque confiaba en Ismene, no tenía ninguna otra prueba de que aquello fuera verdad. Y el resquemor de sentir que no era querida ni aceptada, de que su madre quizá la odiara, seguía presente, como una cicatriz dolorosa en su corazón. Cada vez más tenue, sí... pero sólo por que se negaba a si misma a pensar en ello y decirse que aquello era lo mejor para las dos... mal que le pesara.

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27/12/2010, 23:11
Donny Garrett

La caza se le daba bien, aunque le pesase. Estaba hecho para eso: encontrar, derribar, matar. Por supuesto, su forma de matar habría destrozando la presa dejándola inaprovechable, pero cazaban en manada y sus maneras Ahroun no tenían cabida en la caza en manada. Era emocionante, emboscar a la presa y sentir su miedo, su última carrera, sus últimos latidos. Y luego la mataban, y era increíble, pero Donny había descubierto pronto que las personas y los ciervos no son muy diferentes una vez los abres en canal. Así que una vez finada, procuraba no pensar en la presa como comida hasta que estaba cocinada.

En definitiva, aunque no le gustase tener que matar su cena, por lo menos lograba matar algo. Se decía todos los días que cuanto más tardase en llegar la acción de verdad, mejor, pero en realidad no había nada que desease más. Necesitaba, como diría un experto, un canal adecuado para expresarse, y tenía mucha Rabia que necesitaba una salida y mucho entrenamiento que todavía no había puesto en práctica. Por otro lado, no quería morir ni nada, y eso era algo a tener en cuenta.

Seguía yendo a Naperville de vez en cuando, como perro gigante y malo, y los contenedores de basura de los restaurantes habían sido todo un descubrimiento. Prácticamente todo era comestible y prácticamente todo estaba en buen estado. Eso sí, se había cuidado de compartir esta información con el resto de la manada, y no precisamente por miedo a que decidieran acompañarle al callejón trasero del Angioletto's.

Saltando sobre Edgar, se lanzó sobre la cierva. Dejó que los instintos lobunos tomasen el control y la emprendió a dentelladas contra el lomo del pobre animal. Prefería terminar rápido para volver al clan lo antes posible.

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29/12/2010, 19:18
Edgar Rourke

Edgar fue el último en salir tras la cierva, en parte porque hacía días que estaba algo distraído. Pero no quiso quedarse atrás y salió en persecución del animal.

No había vuelto a Naperville desde que regresaron con el fetiche. No hubo represalias, pero se le advirtió que eso había sido una excepción y que la prohibición seguía vigente. Muy a menudo se arrepentía de no haber aprovechado la oportunidad para ir a ver a su familia. Por supuesto, no hablaba de presentarse ahí en forma homínida, como quien vuelve a casa por navidad, pero hubiese podido echar un vistazo en forma de lupus, ver si estaban bien. Ver si aún se acordaban de él. ¿Quién sabe cuándo tendría otra oportunidad?

Había pasado los meses aprendiendo las costumbres y tradiciones garou, pero sin gran entusiasmo. Se sentía estúpido por creer a Dom en el tema del "fetiche robado", y desde entonces no había aceptado nada de lo que le habían enseñado como dogma absoluto. Odiaba que le tomasen por tonto, y no dejaría que volviese a pasar. En sus dos interacciones más importantes con sus mayores, ambas veces el resultado había sido el mismo: había creído en lo que esos garou le decían, y era mentira. En la primera ocasión había acabado ensartado en una daga colmillo, en la segunda había estado dispuesto a robarle un fetiche a su dueño, un garou de mayor rango, y originar un conflicto de honor y tradición y otras tonterías que se hubiese ido de las manos con mucha facilidad. Asi pues, el chico había seguido sus estudios de Galliard junto a Hécate, o las clases sobre cultura y tradición que compartía con Kate, pero se distraía con facilidad y le faltaba motivación.

Había seguido entrando en la Umbra a veces, normalmente en solitario. No sabía comunicarse con los espíritus como hacía Kate, pero en cierto modo empezaba a comprenderlos y a saber qué hacer para no molestarlos... y que no le molestasen a él. Aún no había tenido ningún encuentro con un espíritu violento y no comprendía por qué los demás parecía producirles tanto respeto ese lugar. Viajar allí era una más de las facetas de su existenncia como hombres lobo, y era quizá la que más gustaba a Edgar. Se alegraba de ver como poco a poco Kate había ido superando su miedo a cruzar la celosía, y envidiaba su capacidad de hablar con los habitantes de ese mundo misterioso e impredecible.

Los otros lobos se amontonaban alrededor de la cierva, intentando mantener su velocidad y lanzando dentelladas contra sus piernas, sus costados o su cuello. No había espacio para que Edgar se metiese, así que optó por mantenerse un poco al margen, gruñiendo y ladrando hacia la madre cierva y sus crías para disuadirla por si se planteaba esperar a su cría mayor.

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29/12/2010, 23:06
Ashley Howard

Mientras Edgar cuidaba de que nadie se acercase a la presa y Ashley los alejaba con gruñidos, pues la cierva alfa parecía dispuesta a volver para recuperar a su hija, los otros cuatro se encargaron de ponerle fin al sufrimiento del animal. Fueron las fuertes mandíbulas de Donny las que terminaron con su vida; una rápida dentellada en el cuello y ya estaba muerta.

Ashley dio un par de brincos hasta la cierva, moviendo la cola con alegría. Cazar sola era muy complicado, eso había que decirlo. La verdad es que el trabajo en equipo daba sus frutos, y le gustaba pensar que quien lo había originado había sido ella... aunque sabía en el fondo que en ocasiones era la principal creadora de tensión. Frotó su morro contra el pelaje de Donny a modo de conocimiento. Aunque al principio le había temido, al sentir que todo su status quo se tambalearía con su mera presencia -aquella cosa que tenía dentro, la Rabia, era igual a la suya, sólo que horriblemente más poderosa-, ahora empezaba a apreciarlo por lo que era: un matón con garras y dientes afilados.

Cambió a la forma de Glabro, pues necesitaba brazos fuertes para la tarea que vendría ahora: transportar a la presa hasta el Clan. Una Ashley de rasgos bastos y feos bajo un montón de pelo rubio se levantó del suelo.

-Volvamos. Con esto tendremos suficiente para dos o tres días.

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31/12/2010, 00:47
Donny Garrett

En forma lupus el contacto físico parecía más natural. No había manos y había muchos menos sitios donde posar la mirada. Sólo tenías que restregar la cabeza o el costado contra quien fuese. Lo de los lametones no lo había probado... en otras personas. Y llevaba bastante tiempo durmiendo en esa forma. Más calentito.

Así que, ya acostumbrado, no reaccionó de ninguna manera al gesto de Ashley. Una Ashley homínida dándole una palmadita a un Donny homínido no habría obtenido la misma reacción.

Imitando a Ashley, adoptó la forma Glabro para ayudarla a cargar la cierva muerta. Si con uno hubiera sido suficiente para arrastarla, entre los dos se sobraban para cargarla, y en Crinos podría haberla llevado él solo sin notar apenas el peso extra, pero adoptar esa forma para cualquier cosa que no fuera pelear le parecía absurdo y peligroso. Además, ahora Donny trabajaba en equipo.

Levantó al animal muerto del suelo, esforzándose en no pensar en comérselo. Trataba de pensar en la pobre criatura como una alfombra, un abrigo, una manta o un trofeo de caza, y esperó a que la Philodox hiciese su parte para ponerse en marcha.

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31/12/2010, 12:46
Hécate

 Hécate les miró, rascandose una de las orejas con una de sus patas traseras, mientras cogían el cadaver. No podía evitar estar impaciente en volver al clan y preparar el cuerpo para poder comerlo aunque otra parte de ella deseaba, ahora que la comida estaba asegurada, correr por el bosque hasta consumir la adrenalina de la caza. Sin embargo eso no sería posible, de manera que lo único que podía hacer era, en su forma lupus, dar vueltas y moverse impaciente mientras volvían.

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31/12/2010, 13:18
Director

Entre Donny y Ashley no tuvieron mucho problema para trasladar la cierva. Les quedaba un trecho bastante largo hasta el Clan, pero al menos no hacía el frío feroz que había hecho en enero, sino que el sol de la mañana, si bien el aire era fresco, les calentaba la espaldas reconfortantemente.

Después de caminar unos minutos, un lloriqueo les llamó la atención. Parecía un gemido de dolor, pero no era humano. Sonaba más bien lupino. Había resonado por todo el bosque, y venía del norte, aunque no podían ver de dónde, ya que los árboles lo impedían.

- Tiradas (6)
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31/12/2010, 14:36
Hécate

 Hécate levantó las orejas al oir el gemido, olisqueando para ver si reconocía el olor. Miró a los demás durante apenas un segundo antes de hablar.

- ¿Deberíamos ir a investigar, al menos un par de nosotros... alguno más viene?

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31/12/2010, 16:59
Viviane Olsen

Tras acabar con la presa Viviane echó un breve vistazo hacia el resto de la manada de ciervos que se alejaba. Lanzó una dentellada al aire y después observó como Ashley y Donny cargaban con su comida. Se relamió el hocico y comenzó a caminar hacia el Clan a paso ligero. Todavía le duraba el éxtasis de la carrera, así que avanzó por delante de Hécate y el resto.

Entonces aquel llanto llegó hasta sus oídos. Se puso rígida con las orejas en punta y alerta, tratando de discernir su procedencia. Miró a Ashley y después al resto.

-Ya voy yo por delante. Sígueme –le dijo a la metis.

Gracias a su Don costaba bastante detectarla, ya que no dejaba olor alguno si quería. A la hora de cazar o rondar por ahí era muy útil. Incluso para marcharse a la ciudad sin que nadie se enterase.

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02/01/2011, 03:12
Kate Whish

Cuando la cierva hubo caído, Kate se alejó unos pasos y bajó la cabeza, resollando ligeramente. Era instintivamente emocionante, excitante incluso, pero parte de ella, cada vez que abatían a un animal, sentía una pena infinita. Desde la primera vez que abatieran a uno, aquella misma tarde tras la confección del fetiche, y cumpliera la primera de las tres promesas que le había hecho al Espíritu de la Suerte que había convencido, invariablemente les dedicaba a las piezas cobradas unos segundos de exclusividad, y mentalmente, daba gracias por su sacrificio.
No tenía muy claro porqué lo hacía, pero sentía que lo debía, de algún modo.

Después, junto al resto, se encaminaron de vuelta al clan, sin abandonar la forma lupina. Dudaba que Dony y Ash necesitaran ayuda o reemplazo más tarde para cargar con la presa, a fin de cuentas, a ninguno de los dos les gustaba pedir ayuda ni aparentar que la necesitaban, pero si fuera necesario, ya cambiaría más tarde. Por eso, en cuanto oyó aquel gemido y miró a los demás, corroborando que todos lo habían escuchado, salió tras Viviane y Hécate, dispuesta a ayudarlas si era necesario.

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02/01/2011, 19:42
Edgar Rourke

Edgar avanzaba junto a los "porteadores", aún en forma de lobo, deseando llegar al clan. La verdad es que tenía un poco de hambre. De pronto, pudo oír los llantos como todos los demás, y miró a su alrededor. Viviane y Hécate se apresuraron a indicar que iban a investigar, y Kate las siguió también. Edgar dudó un momento; no le gustaba dejar atrás a Donny y a Ashley cargando con la presa, pero la verdad es que ese par eran más que capaces de cuidarse y además, si había un lobo o un garou herido, le necesitarían a él.

- Si pasa algo, aullad - les dijo a los dos glabros, para luego salir tras los demás.

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04/01/2011, 01:15
Director

Viviane y Hécate se acercaron lentamente a la zona de la que provenía el ruido. El bosque se difuminaba un poco por los terraplenes que había en esa zona, así que no tuvieron dificultad en ocultarse entre los arbustos para observar el origen del sonido.

Unos metros más abajo había un cepo, y en el había caído un lobo joven, de aproximadamente un año. Al menos, a ojos de alguien no experto en esas lides. El lobo lloriqueaba débilmente y gruñía, mordisqueando el instrumento que le aprisionaba la pata. Pero no era el único que manipulaba la trampa. Había dos jóvenes allí, un chico y una chica, y mientras que ella apuntaba algo en un cuaderno, él intentaba ayudar al lobezno a salir del lío en el que se había metido. El lobo no confiaba en ellos y no dejaba de gruñirlos y lloriquear de dolor.

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04/01/2011, 01:26
Hécate

 Hécate olisqueó el aire, tratando de ver si había más humanos allí.

- ¿Qué te parece? ¿Seran ellos los que han puesto el cepo?

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04/01/2011, 01:24
Erik Liu

El chico, asiático y pulcramente vestido, intentaba en vano soltar aquel cacharro. El lobo no es que colaborara, y él parecía cada vez más frustrado.

-Quieto... Oye, yo no he puesto el cepo, ¿sabes? Eso habrá sido algún cabrón. ¿Esto no es una reserva o algo así? -preguntó a su compañera sin mirarla. El lobo hizo un ademán de atacarlo y él se echó hacia atrás, asustado-. ¡Maldita sea! Estoy intentando ayudarte, lobo, pero no colaboras... Hey, ¿lo estás apuntando todo?

Viviane lo conocía. Era Erik Liu, de la clase de al lado. Nunca habían hablado, pero era conocido por sus notas impecables y su afición por los cómics.

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04/01/2011, 01:30
Tiffany Williamson

-Que sí, plasta -respondió la chica.

Se había dado mechas azules y blancas, y seguía llevando el mismo maquillaje oscuro y exagerado de siempre, y las manos llenas de anillos, con guantes de rejilla muy poco apropiados para el campo. Era ella.

-Igual habría que llamar a los guardabosques para que lo hagan ellos. Te va a morder.

Notas de juego

¡Cagaprisas! xDDD

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04/01/2011, 02:08
Viviane Olsen

Viviane no daba crédito a lo que veía. Examinó a los chicos una y otra vez hasta que no le cupo duda alguna sobre quiénes eran, pero su atención se centraba sobre todo en el pobre animal que estaba apresado. Las leyes del Clan decían que todo ser humano debía ser ahuyentado del lugar, ya fuese disuadiéndolos como humanos o gruñéndoles como lobos.

-Déjamelos a mí. Son compañeros de clase y no sé qué están haciendo –le murmuró a Hécate-. Y no te ofendas, pero tu aspecto tampoco es muy adecuado si lo que están haciendo es husmear.

Aparecer como Viviane, emergiendo cual Pocahontas de entre los árboles, no iba a ayudar. Además, tampoco lograría sonsacarles qué estaban haciendo allí sin una buena excusa que justificase su presencia. Lo que sí quería era ese cuaderno, así que quizás asustándolos lo soltasen. Por un momento tuvo miedo de que la reconociesen en su forma lupina, pero lo cierto es que no había ningún fundamento que sostuviese aquella hipótesis. La primera vez que había visto a Ashley transformada en crinos no se parecía en nada.

Avanzó unos cuantos pasos más, dejándose ver entre los arbustos. Andaba con la cabeza agachada, los ojos fijos en ellos. Empezó a erizársele el pelaje, lo cual siempre era algo desagradable, y mantenía la cola en horizontal, en señal de alerta. Cualquiera que entendiese un poco sobre conducta animal sabría que allí no pintaban nada.