Partida Rol por web

La orden de Donny rebotó en Kate de forma inusitada. Quizá por que se sentía extrañamente bajo control, quizá porque la reacción de Ash la había descolocado. Quizá, por que en el fondo ni había control ni había nada más que aquella rabia pulsante, alentada por los gritos del vampiro y sus propios terrores.

"Monstruo, monstruo, monstruo..." - murmuraba algo dentro de sí, volviendo al debate interno, insuperado aún, de que ella, en sí misma, también era un monstruo. Pero no como él. No como él.

El cambio empezó a operarse de inmediato: sus músculos a tensarse, su pelo a brotar, negro y pelirojo a partes iguales, en la cara y el dorso de los brazos. Los rasgos de glabro se marcaron en ella, pero sin ir más allá. Quizá fuera suficiente.

Todavía junto a Hécate y a Ash (que había retrocedido un paso), estaba lo suficientemente cerca del tal David para intentar placarlo, así que se lanzó sobre él, instintivamente, como la presa que era.

 Hécate cambió a glabro como sus compañeros, lanzandose también contra el vampiro con intención de hacer todo el daño que pudiese. Ella no había prometido nada a ese chupasangres, ni tenía la falsa idea de que conservase algo de humanidad. Si fuese así, dudaba mucho que apestase tanto a corrupción... Ahora sólo le quedaba esperar que sus aliados no le hubiesen oido.

Kate trató de sujetarlo, pero David se zafó de su agarre con un gruñido. Lo que sí recibió fue el golpetazo de Hécate, cuyas garras se hundieron en su carne muerta, que se abrió sin hemorragia. Ashley se echó sobre él y le mordió el cuello, arrancando un trozo de carne de tamaño considerable. David, rugiendo de dolor, trató de abrirse paso a arañazos y golpes, pero eran demasiado y lo tenían rodeado.

El cambio continuó, y Glabro dio paso a Crinos. La forma de guerra de Donny, enorme y feroz, con el pelaje oscuro, se alzó sobre las cabezas de sus compañeros de manada. Ése era el canal adecuado para su Rabia. Le cortó el paso a David con un zarpazo. No hacía tanto se estaba quejando de que al lanzarse sobre las presas vivas, sangraban mucho, y ahora ya no tenía ese problema.

 Viviane había contemplado la escena sin querer entrar a trapo, incluso trató de calmar a Ash dándole una suave palmada en el hombro mientras todavía estaba en el asiento de copiloto. Pero cuando David empezó a meterse con Hécate y Ahsley, no se molestó en parar a la philodox sacándole a rastras. Se bajó también del coche y, ante la orden el ahroun, cambió a Glabro y se abalanzó sobre el no-muerto cuando este intentó zafarse de los demás.

Entre todos mordieron y desgarraron la carne de David, que asediado por demasiados lobos fue incapaz de defenderse. Cuando separaron la cabeza del vampiro del resto de su cuerpo, murió. En cuestión de segundos, su carne comenzó a pudrirse. Los ojos se le volvieron vidriosos y la carne se le cuarteó. Empezó a heder. Sus rasgos se trastocaron y se volvieron irreconocibles. La carne se le disolvió y la piel se le pegó a los huesos. Un charco hediondo cubrió el suelo en pocos instantes. Ante ellos quedó sólo el esqueleto cubierto de piel y todavía algo de carne y pelos, abierto por las heridas y apestoso por los líquidos putrefactos que surgían de él.

Tan pronto terminó la fase de putrefacción, Ashley recuperó su forma Homínida y se dobló para vomitar lo que había cenado. Se apoyó en el coche, con lágrimas en los ojos y la respiración agitada. Acababa de matar a David, al hermano de Roland. Acababa de matar a una persona. Hasta ahora sólo había hincado sus dientes en animales, y sólo para alimentarse. Era un vampiro, es cierto, pero... Recordaba que David la había llevado en coche hasta su casa después de pasar la tarde con Roland. Había sido amable con ella. Había...

 Viviane se apartó para contemplar aquel desagradable espectáculo que comenzaba a formarse con la carne del vampiro. Arrugó la nariz ante la pestilencia y volvió a su forma homínida alejándose con pasos cortos. Al menos no había sangre y vísceras por todos los lados como había pasado en su primer cambio. Se percató al poco de lo abatida que estaba la philodox y se acercó para apartarle el pelo mientras vomitaba. No estaba segura de si la mandaría directamente a la mierda o dejaría que la cuidaran un poco, pero eran una manada a fin de cuentas.

-Tú nunca habrías tomado ese camino, Ash. Era lo correcto. -murmuró. Después se apoyó en el coche a su lado, dejándole su espacio para respirar, pensar, gritar o lo que quisiera.

-Lo sé -murmuró Ashley, limpiándose la boca con el dorso de la mano-. Pero eso no lo hace más fácil.

 Hécate miró los restos del chupasangres con expresión de asco.

- Será mejor que entremos. No sabemos si los otros... vampiros le habrán oído. Y es dificil que tengamos una oportunidad mejor ahora que sabemos cual es su guarida. Si esperamos, lo más probable es que no podamos volver a encontrarlos... los otros serán más cuidadosos.

 Viviane le dio una palmada en el hombro a Ash y suspiró largamente. Tenía razón, pero no podían pararse ahora por algo así. Estaban allí precisamente para demostrar que eran más fuertes que todo aquello: era su cometido como guerreros de Gaïa.

-Tienes razón. Vamos -comandó la Ragabas al ver que ninguno de sus otros compañeros tomaba la iniciativa.

Quizás habría estado bien tener un plan de acción, pero si les habían escuchado no había mucho que pensar, y si no les habían escuchado entrar a saco y por sorpresa iba a ser un punto a su favor.

Aún en Crinos, Donny soltó un gruñido de asentimiento. Volvió a la forma Glabro con esfuerzo; la forma de guerra parecía querer retenerle. No quiso cambiar a homínido; la oscuridad escondía los rasgos de Glabro y eso le bastaba en ese momento. Los vampiros todavía podían esconderse o pillarles por sorpresa, o David podía haberles guiado hasta el sitio equivocado (en cuyo caso se merecía todavía más lo que le había pasado). Por suerte, conocía a la nariz adecuada para eso.

 Hécate asintió, decidiendo cambiar a lupus para el trabajo.

- Esto va a ser desagradable.- dijo con un gruñido mientras olisqueaba los restos del vampiro.

Después olfateó el interior del coche, para obtener el olor que necesitaba, y procedió hacía el interior del almacén, escudriñando cada rincón hasta que encontrase con el rastro que les llevase a los chupasangre. Pese a todo, estuvo muy atenta de posibles cables o trampas... había visto lo que los furtivos eran capaces de hacer en el bosque y no quería perder una pata... o peor, que fuese uno de sus compañeros de manada quien la perdiese.

La persiana del almacén estaba bajada al tope, y la única puerta se encontraba cerrada con llave. No había cámaras a la vista, ni trampas.

 Hécate se sentó sobre sus cuartos traseros ante la puerta, ladeando la cabeza, antes de girarse hacia sus compañeros con la lengua fuera.

- ¿Habéis mirado si la sangüijuela tiene alguna llave con él? Lo digo porque es eso o... entrar armando mucho alboroto.

 Viviane alzó las cejas con incredulidad.

-¿De verdad quieres que nos pongamos a rebuscar ahí? -señaló el montón de huesos y restos orgánicos que habían sido una persona medio minuto antes.

Puso los ojos en blanco y se acercó con cara de asco para tratar de rebuscar en los bolsillos de la ropa. Le daba grima, pero después de haber abierto en canal un ciervo poco había de lo que quejarse.

Dentro de los bolsillos de la ropa asquerosa no había nada más que un paquete de cigarrillos, algo de dinero y las llaves del coche.

 - Si te sirve de consuelo, imaginate lo agradable que es para mi con los sentidos de mi forma lupus... también habría que registrar el coche si no esta ahí. Y, si no esta en ninguno de los dos sitios, mirar por si hay alguna piedra falsa o algún sitio donde la hayan escondido. 

Se rascó el hocico con una pata.

- Teníamos que haber esperado a estar dentro antes de matarle.

 Viviane se guardó las pertenencias del susodicho, que para algo había metido la mano ahí, y se fue hacia el coche protestando por lo bajo.

-Joder, tampoco tenemos tiempo para andar rebuscándolo todo. Si no está aquí entramos a saco y punto.

 Hécate empezó a rebuscar por la zona por si encontraba algo que pudiese esconder la llave, o algún mecanismo de apertura de la puerta.

- Uno de los autores que estudié en el instituto decía algo de que la mejor parte del valor es la discreción. Si no saben que estamos aquí tendremos más posibilidades de cazarles que si entramos como una manada de osos.