Partida Rol por web

-No debem... -antes de terminar la frase ya habia sido arrastrado velozmente por Kate-

Si me hubiese dejado hablar, le podría haber contado todo lo que se sobre esa libreria, pero parece ser que es una chica bastante impulsiva.

Odio ir a esa velocidad sin tener el control. Otra vez terminaré mareado...

De nuevo, las luces de la ciudad se difuminan mientras avanzáis a gran velocidad por Nueva York. Kate, que se siente más viva que nunca, arrastra a Frederick, que lo ve todo dando vueltas.

Después de pocos minutos a la velocidad de Kate acabáis plantados frente a la librería Dawson’s Fantastic. Cuando Kate se detiene, Frederick comienza a tambalearse hasta caer al suelo del mareo. Su ligera flotabilidad amortigua el golpe.

Podéis ver el cartel de la librería, debe de ser esta. De eso Frederick puede estar seguro. Pero en la puerta hay un cartel de CERRADO. Y las luces están apagadas. No se puede ver nada a través de los escaparates.

Es extraño, pues aún no parece hora de cerrar. Fredrick lo sabe bien. Pero parece que ha sucedido algo fuera de lo normal. Todo está demasiado silencioso. Sin saber muy bien qué hacer permanecéis frente a la librería.

- Fred!! - Fue lo primero que dije al ver cómo el chico se caía al suelo. - Si aprendes a hacer eso que sabes vas a tener que acostumbrarte un poco a la adrenalina, sino lo vas a pasar muy mal. - Le dije ayudándole a incorporarse aunque algo divertida por ver lo mal que lo pasaba con la velocidad que a mí me hacía sentir tan bien.

Levanté la vista unos instantes y fruncí el ceño. - ¿ Por qué nos han hecho venir a una librería que está cerrada? ¿ Habrá alguien en su interior aunque no haya luz?

No pensaba asaltar el edificio, no era plan, así que llamé varias veces a la puerta a ver si alguien me escuchaba y nos abría. También miré hacia la parte superior de esta para mirar al edicio.

- ¿ Crees que la dueña de la tienda vivirá en este edificio? - Pregunté más para mí misma que para él. - ¿ Qué vamos a hacer ahora? ¿ Tendrá puerta de atrás?

Fred, la señora Dawson tiene una casa en las proximidades. La librería tiene una puerta trasera, cuya llave está oculta en una pequeña fisura de la pared. ;D

-Si, si que tiene puerta de atras. Si me hubieses dejado hablar...
Aqui es donde yo trabajo por las tardes. Conozco este lugar de sobra y no deberiamos haber venido, de aqui es de donde tuve que huir...

Preocupado, comienzo a andar hacia la puerta trasera indicando a Kate que me siga.
Una vez alli saco la llave que hay en el escondite de la pared y abro la puerta despacio intentando no hacer ruido.

-Aun no es la hora de cerrar... Algo pasa... No hagas ruido... -le digo a Kate susurrando-

Espero que la señra Dawson este bien -pienso-

M quedé con cara de haber metido la pata, la verdad es que normalmente solía correr demasiado y no sólo literalmente, así que mi cara reflejaba ese hecho, incluso me puse algo roja por haber tenido tanta prisa.

- Lo siento, es que pensé que era mejor.. Bueno, no importa, supongo que ahora ya no hay caso.

Ya había llamado a la puerta, así que lo de no hacer ruido empezaba a ser complicaso, ya que si había alguien dentro, ya nos habría escuchado de sobra. Aún así, permanecí unos instantes a la espera, a ver si es que ya estábamos un poco paranoicos y la mujer aparecía diciendo que se había quedado sin luz y por eso había cerrado o alguna cosa así.

- ¿ Tuviste que huir? - Pregunté sin entender demasiado bien.

Entráis en la silenciosa librería. A través de la puerta trasera accedéis a la trastienda. No se escucha ningún ruido. Con la poca luz que entra del exterior veis el interruptor de la luz. Pero no se os ocurre intentar apretarlo, pues está completamente chamuscado.

El lugar está lleno de cajas y archivadores. Es una sala pequeña, y a un lado hay dos sillas. Donde horas antes se habían sentado Frederick y la señora Dawson. La puerta para acceder a lo que es propiamente dicho la librería está cerrada. Pero es una puerta sin cerrojo.

Accedí junto a Fred a la tienda, pero lo hice muy a disgusto. Si me pillaban ahí dentro, se consideraría allanamiento demorada y yo ya había estado en la cárcel lo que agrabaría la condena. - Tengo que largarme de aquí cuanto antes.

- ¿Este sitio tiene cámaras de seguridad? - Pregunté en un susurro para no hacer ruido.

No conocía el lugar así que esperé a que el chico comenzara a caminar antes de moverme yo. Intenté no tocar nada, ya que no quería dejar ni rastro de que había estado aquí por si acaso. Todo esto me olía muy mal y no, por nada del mundo me volverían a enjaular. Ya lo pasé lo suficientemente mal el tiempo que me tocó estar entre rejas como para volver.

- ¿ Pero por qué me tienen que pasar a mí estas cosas? Yo sólo quería volver a tener una vida normal y ahora, cuando todo parecía irme de maravilla, todo se complica de esta manera. Definitivamente la vida es una puta mierda..

-Creo que no hay camaras... pero ya no se que pensar.

Mi cabeza sigue dandole vueltas a teorias conspiratorias. En un dia mi vida a dado un vuelco increible y aun no tengo ninguna respuesta.

Tras inspeccionar un poco el lugar no encuentro indicios de donde puede estar la señora Dawson asi que no me queda mas remedio que ir a buscarla a casa. Si no esta en la libreria, no se me ocurre ningun otro sitio en el que pueda estar que no sea alli.

-Vamos Kate, salgamos de aqui... La señora Dawson vive aqui cerca. Seguramente este en casa escondida.

La idea me pareció una de las mejores que había escuchado en mucho tiempo, así que tampoco me tuvo que convencer para que saliera por la misma puerta por la que habíamos entrado, aunque para cerrarle, de nuevo, no la toqué con los dedos, no quería que me relacionaran con haber estado aquí, que era lo único que me pasaba en esos momentos por la cabeza. Ya de por mí era una persona un poco nerviosa, sobre todo, desde que empecé a correr así, pero pensar de nuevo en la cárcel me había estar como un flan.

Salí al exterior andando y me alejé de la puerta de la tienda unos metros, los suficientes como para que no me pudieran asociar con haber estado ahí dentro si una patrulla o cualquiera pasaba por los alrededores y allí me paré para hablar con mi compañero:

- Bien, vayamos a donde viva esa mujer a ver si tenemos suerte, pero yo no voy a entrar en su casa si esa no nos abre la puerta eh?

Sin ir a la velocidad de Kate, tardáis unos 10 minutos para hacer todo el trayecto. Finalmente llegáis al domicilio de la señora Dawson. Es una casa de una sola planta, rodeada de un bien cuidado jardín. Podéis distinguir rosales por todas partes, parece que a la mujer le gustan bastante. No veis ninguna luz encendida dentro de la casa.

La valla que hay entre la acera y la vivienda no está cerrada, por lo que lentamente comenzáis a avanzar por el caminito que os guía hasta la puerta. Cuando llegáis frente a la puerta, robusta y pintada de blanco, Frederick llama al timbre.

Pasan unos segundos, y entonces escucháis pasos al otro lado. Alguien despasa unos cuantos cerrojos. La puerta se abre y podéis ver a una mujer de avanzada edad. Es la señora Dawson.

-Rayos, Fred. Te dije que te fueras, no es seguro quedarse por aquí.- la mujer reprime a  Frederick en voz baja. Entonces desvía la mirada y ve a Kate. -¿Y quién es usted? ¿Una amiga de Fred?

Pese a que la mujer parece estar en tensión, no lo llega manifestar del todo. –Bueno, da igual, pasad pasad.- La señora Dawson os hace entrar y cierra otra vez la puerta. Acabáis en un agradable recibidor, decorado con varias fotografías de la señora Dawson y un hombre, seguramente su marido.

-Vamos al salón, voy a daros algo de beber. Supongo que no habréis venido por nada…- la mujer os indica que la sigáis con un gesto mientras se desplaza por la casa.

Al menos el chico tenía razón y la casa de la mujer no estaba demasiado lejos. Antes incluso de que llamáramos ya nos estaba abriendo la puerta y seguí a Fred hasta el interior de la casa, sin duda, esperando ver alguna clase de casa muy estaña o algo así.

Ya más, tranquila, sin tener porque me pudiera pillar la poli asaltando ningún sitio, mostré una sonrisa de esas que aperecen en el rostro cuando te sientes de algún modo liberada. No era demasiado en esta situación, pero sí menos que nada.

- Mi nombre es Kate señora.. umm.. Dawson era no? En realidad, Fred y yo aún sólo podemos pasar como recién conocidos. - dije una vez ya había cerrado la puerta a nuestras espaldas. - El caso, es que la traemos un mensaje, a ver si podría ayudarnos. No sé de qué va la película, pero tenemos que decirla que Adam a vuelto a ver lo mismo que hace 15 años..

En ese instante me callé, con cara de curiosidad esperando ver la reacción de aquella mujer. Se suponía que ella nos ayudaría, pero claro, no lo tenía claro.

-Perdone señora Dawson, pero si fuese por mi, no estaría aqui de nuevo. Ha sido mi compañera la que me ha traido hasta aquí.

En mi cara se puede ver arrepentimiento.

La señora Dawson no es solo mi jefa... es una persona importante para mi... y en cierta manera la he decepcionado volviendo.

-Se que no es conveniente que estemos aqui... pero seguramente seas la unica persona que nos pueda dar respuestas...

La señora Dawson se detiene en seco en oír lo que dice Kate. Se gira, su expresión muestra que no puede creerse lo que acaba de escuchar. –No puede ser… Lo solucionamos…

Entonces acelera el paso y os lleva hasta un salón. Hay dos sofás, uno frente al otro. Os pide que os sentéis en uno y se va rápidamente murmurando cosas inteligibles.

Pocos minutos después vuelve con tres tazas de té. Se sienta en el sofá que hay frente a vosotros y os mira con severidad. –Chicos, tenéis que saber que os habéis visto envueltos en algo muy grande… Supongo que a estas alturas ya lo habréis descubierto.- La mujer le da un sorbo a su taza de té. –Frederick puede volar. Y supongo que tú, hija, también podrás hacer algo extraordinario.

La señora Dawson cierra los ojos y se masajea las sienes mientras se echa hacia atrás, recostándose en el sofá. –Y yo que había huido de todo eso para poder tener una vida normal… A ver, ahora mismo ya debe de haber alguien persiguiéndoos. ¿Os habéis asegurado que no os perseguía nadie antes de venir aquí? Tengo respuestas para vosotros, pero primero necesito asegurarme de que no hay nadie vigilando. Conozco a alguien que podría estar oyéndonos en este mismo instante si estuviera a cien metros de distancia, más o menos.

En el momento que me senté en aquel sofá miré a la mujer con la misma cara que una vaca ve pasar a un tren, sin entender a qué se refería. Bueno, ya nos habían dicho que nos seguían y nos habíamos dado cuenta en el parque, pero no podía asegurar al cien por cien que no nos hubieran vuelto a encontrar.

Asentí a la pregunta de que si podía hacer algo, pero antes de responder escuché qué más nos tenía que decir, así que luego la hablé de contínuo.

- Creo que en el parque alguien nos estaba observando, pero luego bueno, me llevé a Fred corriendo de allí, es que bueno, puedo correr muy rápido, y nos fuimos a una cafetería. Allí estuvimos hablando por teléfono con el hombre que nos dijo que te buscáramos y te dijéramos lo de Adam y luego corriendo de nuevo pasamos por la librería, pero hasta aquí hemos venido andando, así que me temo que no puedo segurar que no nos hayan seguido hasta aquí..

Bajé la voz al decirlo, fue como un acto reflejo a las palabras de aquella mujer, pero me sentía igual que cuando se estaba en una biblioteca y no querías molestar al resto.

-Necesitamos saber que ocurre. No podemos estar huyendo siempre. Si la gente que nos busca tambien tiene habilidades, nadie nos garantiza poder huir. Tenemos que saber a que nos enfrentamos.

Busco respuestas.
Hasta ahora solo hemos recibido pequeñas dosis de informacion, nada clara, que no me ayuda a conocer a mi enemigo. Y sin conocerlo no podemos elaborar una estrategia.

Mi vena mas maquiavelica comienza a ponerse en marcha. Quiero informacion, quiero un plan. Si algo grande va a pasar, quiero estar preparado.

-¿Quien nos esta buscando y que habilidades tienen?

La verdad se amontona en mi pecho, provocando una incómoda presión. Había estado tanto tiempo queriendo apartarme por completo del tema… Pero ahora no había tiempo para mí misma, si Adam había vuelto a ver lo mismo, tenía que actuar.

-Bien, chicos, es una larga historia… Hace 20 años, un grupo de científicos se unieron en una gran investigación. Estudiaron la posibilidad de la existencia de una evolución constante en el ser humano. Vuestros poderes son lo que descubrieron.

Le doy otro trago a mi taza de té, para darles tiempo a asimilar la información. Luego prosigo con mi relato. –Éste grupo de científicos fundaron una organización secreta, destinada al estudio y control de estas personas. Pero nada habría sido posible sin la gran contribución de uno de los fundadores. El fundador en concreto del que os estoy hablando es el que confeccionó una lista. Una lista donde aparecen todos los nombres de las personas con poderes, estén estos activados o no.

-Con el tiempo los científicos se dieron cuenta de que por sí mismos, aunque gozaran de la ayuda de gente especializada, no podían hacer frente a las personas con poderes problemáticos. Así que iniciaron un proyecto. Un proyecto mediante el cual seleccionaron a 7 niños huérfanos, con habilidades extraordinarias aún sin desarrollar completamente para entrenarlos como agentes desde pequeños. Pero el proyecto tuvo una gran pega desde el principio; uno de los niños escogidos no era un sujeto precisamente estable emocionalmente. Y acabó dando problemas. No sabíamos qué hacer con él, así que conseguimos la ayuda de alguien que tenía la habilidad de ver el futuro, Adam. Él predijo una catástrofe, producida por ese niño. Los científicos recluyeron al niño problemático, y creyeron que habían solucionado el problema…

Los miro a los dos severamente, enfatizando la seriedad de mi relato. Es difícil de asimilar, pero no puedo mentirles. –Si Adam ha vuelto a ver la catástrofe, es que el sujeto inestable ha conseguido otra manera de hacer lo suyo. Sé que es mucho lo que os voy a pedir, pero debemos detenerlo.

Ahora sí, había conseguido que mi cara fuera todo un poema y que no supiera qué responder a sus palabras. Me puse de pie nerviosa y comencé a dar vueltas por la estancia, pensando, con el nerviosismo que me seguía a todas partes, a pesar de que para mi era un estado habitual, seguramente, no podría parar quieta ni dormida, pero es que ahora era así.

- Disculpe si me muevo mucho, es que me ayuda a pensar y además no puedo parar demasiado tiempo quieta. - Volví a dar la vuelta de una pared a otra, totalmente perdida en qué papel debíamos tener nosotros en todo esto. Yo apenas hacía unos días que sabia que podía correr así, es más, tuvo que casi atropellarme un coche para enterarme y el chico, Fred, no sabía tampoco demasiado bien controlar esod e volar, que yo misma había comprobado uno de esos aterrizajes.. - Bien, vamos a ver, voy a suponer que ese niño es el causante de lo que pueda estar pasando ahora y que ahora el niño mínimo será de mi edad o mayor ¿no? Pero disculpe si veo todo esto un poco, no sé como decirlo, grande para nosotros. Fred no puede controlarse aún, y tardará algo en acostumbrarse, que no lleva nada bien lo de la velocidad por el suelo, así que imagínate por el aire y yo.. yo sólo corro, no sé hacer nada más que moverme rápido y tampoco es que tenga mcuha práctica, que me he enterado no hace ni una semana.. No entiendo de qué ayuda podríamos ser ninguno de los dos.. y todo esto me plantea otra pregunta.. ¿ A qué clase de catástrofe te refieres?

Sin duda, para Fred, era el momento de convertirse en un heroe de los que aparecian en los libros que leia. Quizas era mas fuerte su entusiasmo que su sentido comun, pero que diablos, se le presentaba la oportunidad de cumplir un sueño.

-Señora Dawson, cuente conmigo para lo que sea. Quizas no controle aun mi habilidad, pero no tengo miedo. Si se necesita de mi ayuda no dude en pedirmela.

Mis palabras suenan valientes pero revelan cierta inconsciencia.

Escucho con atención las respuestas de los dos jóvenes. La de Frederick me la esperaba, pero la chica parece insegura. No puedo obligarla a nada. Y si me arriesgo revelando más información me pondré en un compromiso con ellos.

-Sé que hace poco que habéis descubierto vuestras habilidades. Por eso es preciso que vayamos al grano.- Miro a la chica, algo preocupada. –Si te sientes insegura y no quieres meterte en nada de esto lo comprenderé.

Le doy otro trago a mi taza de té, después de tanto tiempo voy a tener que salir a la luz. Pero no hay otra manera, debo evitar que se cumpla lo que Adam ha visto. –A ver… Si os digo la verdad, ni yo misma conozco la magnitud real de la catástrofe. Pero, ese niño, tenía un poder superior a los demás. De los 7 niños, era el que más lejos llegaría con su habilidad. A los primeros días de haber manifestado su poder ya presentaba una impresionante capacidad telepática. Podía hacer lo que quisiera con las mentes de los demás, en cierta parte. Los científicos intentaron orientar sus poderes hacia algo constructivo, pero su inestabilidad acabó convirtiéndose en un problema demasiado serio. Actualmente, ese chico podría controlar parcialmente todas las mentes de una ciudad entera, solo con desearlo. Pero creo que algo lo retiene, pero si no lo detenemos, acabará saliéndose con la suya. Realmente desconozco su propósito, pero su objetivo no es precisamente algo agradable.

Mis párpados se dejan caer, cansados. Últimamente me siento muy cansada, demasiado. –La organización que custodia al chico está cerca. Uno de sus agentes me ha visitado hará algunas horas, venía a por Frederick. Pero conseguí detenerle. Si lo que decís es cierto, y os han encontrado, deben haber enviado a alguien más. Debe haber mínimo 2 agentes especializados siguiéndoos. Lo primero será encontrar algún lugar seguro. Adam también estará de camino, supongo.