Partida Rol por web

Pasaron varios días desde que empezaste a practicar, pero dadas tus habilidades previas, pudiste comprender el secreto tras la técnica y las piedras dejaron de ser un reto para ti tras una semana de entrenamiento.

- Impresionante... otros tardaron años en dominar lo que has tu has hecho en una sola semana... pero el tiempo apremia y los dioses no pretenden darnos mucho margen... así que vamos a la siguiente lección... ahora toca arrojarte a una hoguera... para ver si prendes o no... - dijo burlonamente, pero en vez de eso te arrojo otra piedra a la mano que cogiste con facilidad, solo que notabas que emanaba algo de calor.

- Así que es cierto... esa piedra llevaba en la chimenea 4 días y apenas sientes el calor que desprende... así que tu afinidad ya está más que clara... así que ahora trabajaremos en la manipulación de tu energía para convertirla en fuego... - dijo mientras pensaba en como hacerlo...

La joven francesa jugueteaba algo con la piedra que supuestamente estuviera en la chimenea 4 días de manera graciosa y algo despreocupada. Al oír el término afinidad sonrió: - ¿Así que el fuego es algo a lo que soy afín? Es extraño oírlo, pero de algún modo parece que siempre ha sido así. De todas formas ¿hasta que punto tiene importancia esa afinidad? Es algo a lo que deba de sacar partido, por lo que me está diciendo...

- Digamos que tus técnicas serán más poderosas si las asociamos a dicho elemento sí, pero al ser un elemento puramente ofensivo, no tienes porque limitarte, hay muchas formas de manifestar el Cosmos... así que empezaremos a entrenar con ello... - dijo tu ancestro antes de comenzar.

Pasaron alrededor de dos meses, en los cuales Maëlys te estuvo entrenando sin descanso ante la amenaza que se cernía sobre la humanidad, pero por fin dominaste una de tus técnicas, el "Ángel de la Zarza".

Fue entonces que notasteis un cambio en el bosque... como si todos los animales que lo habitasen estuviesen alterados... y un extraño cosmos rodeaba la cabaña donde entrenabais...

Eilish miró a su alrededor y luego a Maëlys: -¿Qué ocurre? Parece que alguien viene, pero... está inquietando mucho a los animales. No creo que eso sea... una buena señal.

Avanzó un poco su posición, pero se mantenía en guardia: ¿otra vez... sería él? Al pensar en el rostro de Ares, Eilish bajó la cabeza con gesto apesadumbrado: no quería enfrentarse a él...  

- Sí... parece que han enviado a alguien a interrumpir tu entrenamiento... pero no van a salir indemnes... - Maëlys en ese momento ves que concentra su cosmos y ves aparecer hojas otoñales que tocan unas siluetas que se acercaban hacia la cabaña y las incinera.

- Llantos de otoño... a su debido momento tu también dominarás esta técnica... - sus palabras fueron interrumpidas por los fuertes pasos de alguien que al parecer había sobrevivido al ataque...

- Al parecer Ares ha mandado a uno de sus mejores acólitos ¿verdad?... - dijo mientras aparecía un hombre de tez morena y armadura rojiza y dorada saliendo de entre los árboles.

- Mi señor Ares me informó de que la niña que debía morir se escondía en este bosque... pero no sabía que tenía como guardiana a la antigua guerrera de leyenda... como es que sigues con vida después de 1400 años... ¡responde! - dijo con un tono bastante amenazador y hostil.

Te podías dar cuenta de que su poder era inmenso y en estos momentos no eras adversaria para él...

Eilish parecía conservar la calma, pero sin darse cuenta retrocedió unos pasos y por dentro estaba algo asustada. Con duda miró a Maëlys y volvió a mirar a aquel extraño: - ¿Quién eres? ¿Qué quieres de nosotras? Márchese, por favor, y dígale a Ares que por su propio bien y por el nuestro... Se rinda a lo evidente. El resultado será el mismo haga lo que haga porque... las mentiras no duran para siempre.

Aquello lo dijera con voz amable y respetuosa a la vez que tenía agarrado su colgante con la cruz, como si aquello le diese más seguridad a la hora de hablar.

El hombre mira con furia a Eilish: - ¡Niña insolente... no serán unos meros humanos quienes juzguen las palabras de mi señor!

En ese momento ves como el individuo concentra su energía y la dirige hacia ti... - ¡Endless Fear! - bramó el hombre cuando de repente tus peores pesadillas tomaban tu cabeza... tu hermano desparecido muerto... un mundo inhospito y desolado... todas esas imágenes inundaban tu cabeza... y de repente todo se ve interrumpido... te encuentras con ansiedad, pero eres consciente de que Maëlys ha intervenido para ayudarte...

- Lo siento por ti Phobos, pero no le harás daño a mi pequeña Eilish... ¡Juicio Celestial!... - en ese momento en el cielo aparecen unas puertas que se abren y proyectan un haz de luz que envuelve a Phobos y lo hiere...

- Maldita seas guerrera... pero no podrás proteger por siempre a esa chiquilla, y entonces será nuestra presa... ¡no lo olvides! - dijo Phobos antes de desaparecer... su cosmos se había ido, así que volvíais a estar a salvo.

Maëlys entonces corrió hacia ti para ayudarte... - ¿Te encuentras bien Eilish?... ¿Te ha hecho algún daño? - preguntaba con cierto tono de preocupación maternal.

Eilish miró a Maëlys con una sonrisilla llena de alivio al ver que le habían defendido de aquel hombre: ¿Phobos? Con razón ese poder... Sus manos aun temblaban un poco cuando se acercara su antepasado, pero poco a poco su mente volvía a la normalidad. Con cierta preocupación, respondió a la pregunta de Maëlys: Sí, no se preocupe, no han sido más que... pesadillas, por llamarlo de alguna manera... Sin embargo, no quiero serle una carga y no quisiera que me tuviese que defender de nuevo, ni preocuparse por mi... Imagino que tendré que seguir con el entrenamiento, pero Ares no me dará mucho margen ¿verdad?

Luego bajó la cabeza con algo de pesar: Parece que Phobos al menos se niega a escuchar... ¿Por qué? No se dan cuenta del daño que están haciendo a todos, ¡inclusive a sí mismos! Ellos están sellando su terrible final, porque Él no va a dejar que se salgan con la suya. ¿Qué podemos hacer?...

Maëlys miro a Eilish con cierta lástima... - Y ninguno de los Olímpicos cejará en su empeño... llevan demasiado siglos en el poder como para aceptar ahora que no son los dueños del mundo... pero para eso estás tú y el resto de jóvenes que se unirán a ti... - explicaba Maëlys mientras recuperaba algo el aliento la notabas extrañamente cansada tras el combate con Phobos.

- Necesito meditar y evaluar cual es el mejor camino a seguir ahora que los enemigos saben donde estamos ocultas... tú sigue entrenando mientras pequeña...

Eilish se quedó callada mirando cómo la pobre Maëlys se iba pensativa, y ella volvió un poco a su entrenamiento la preocupación inundó la mente de la joven normanda. ¿Qué sería lo siguiente? ¿Podría convencer a sus enemigos en algún momento de que desistan? ¿Por qué esos seres se habían hecho llamar dioses si no lo eran? ¿Él les perdonaría si alguno de ellos se rendía?

Mientras estos pensamientos se hallaban en su mente, se sentó entre las raíces de un árbol cercano a la vez que miraba preocupada donde supuestamente había fallecido el compañero de Phobos. Aquel ser volvería a por ella y Ares también... Sin duda, tenía que mejorar sus capacidades para poder enfrentarse a ellos pero también para... convencerles, como fuese, de que intentasen salvar su alma. 

Pasaron un par de semanas desde el ataque de Phobos, y el comportamiento de Maëlys era extraño desde aquello... pasaba menos tiempo en tus entrenamientos, enseñándote lo imprescindible... y se pasaba largos periodos de tiempo meditando... pero hubo una cosa de la que si pudiste percatarte según pasaban los días... el cosmos de Maëlys se debilitaba poco a poco, y apenas quedaba ya durante los últimos días.

Eilish se acercó a Maëlys con un mal presentimiento, pero dispuesta a saber qué le podía ocurrir a su antepasado... Verla así era duro, porque ya casi la consideraba como una madre y... aquello no podía ser nada bueno. 

- Maëlys, disculpe... Sé que puedo ser algo intrusiva pero... he notado que su cosmos está desapare...

No se atrevió a pronunciar más esa palabra, pero los ojos de Eilish lo decían todo: estaba mucho más preocupada de lo que podría expresar con palabras...

- Supongo que no tiene más sentido querer ocultarlo...- dijo con cierto pesar. - El combate con Phobos me hizo consumir más cosmos del que debiera y mi tiempo aquí se agota... pero al fin y al cabo solo fue un tiempo prestado para ayudarte en tu entrenamiento... - dijo con una sonrisa mientras acariciaba con cariño el pelo de Eilish.

- Y no te preocupes porque aunque desaparezca siempre estaré ahí contigo para ayudarte... - dijo señalando tu corazón... - ...por no mencionar que tu entrenamiento no ha acabado aún... yo ya te he enseñado todo lo que sé... pero ahora debes dirigirte hacia el Vaticano... y tu guía será tu siguiente mentor... - en ese momento empezaste a sentir como Maëlys empezaba a transferir parte de su cosmos hacia ti y empezaba a desvanecerse...

Eilish abrió mucho los ojos y con voz ahogada y desesperada sollozó: - ¡NO, POR FAVOR! No se vaya... Sé que soy egoísta y que usted estará deseando irse con su marido y con los suyos, ¡no es justo que yo la retenga aquí!... Pero... ¡esto es demasiado repentino! Usted es como una madre para mí, una mujer llena de dulzura y bondad que me ha protegido y enseñado. No sé cómo podré continuar, no sé si sabré hacerlo sin sus sabias palabras... 

Las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas y en el rostro de la joven se reflejaba la frustración pero a la vez parecía consciente de que aquello tenía que suceder aunque le doliese... Tras una pausa, susurró de nuevo: - Le doy las gracias por haberme cuidado ¡de verdad! Mejoraré y detendré a los Falsos, se lo prometo. Usted... tiene que ser feliz, se ha sacrificado demasiado cuando no tendría porqué hacerlo.  

- Bueno... a los espíritus el pasar del tiempo se nos hace distinto... pero agradezco tus sentimientos Eilish... y los recodaré siempre... - decía mientras terminaba de desvanecerse...

- Dirígete hacia el río que está al oeste... allí te espera un barquero que te llevará hacia Francia... -y no te preocupes... me han dicho que estarás en buenas manos... -  esas fueron las últimas palabras que escuchaste de tu ancestro y maestra...

Tras ello te dirigiste con pesar y tristeza hacia el río... donde viste que te esperaba una persona encapuchada al lado de un bote... como si fuese Caronte sobre el río Estigia...

Eilish mira al hombre encapuchado con duda en los ojos, pero pregunta educadamente: Señor, me envía Maëlys, ¿es usted quien me ha de llevar a Francia?

Por dentro estaba triste, insegura, cargada con su maleta y un equipaje de dudas... Esperaba encontrar pronto a su nuevo instructor y así conseguir que Maëlys estuviese más orgullosa aun de ella. 

- ¿Llevarte a Francia...? ¡Esa es la más pequeña de mis tareas jovencita...! - dijo una voz joven burlonamente pero con amabilidad... - ¿Es qué no te han dicho quién soy yo? ¡Vas a conocer el verdadero significado del trabajo duro bella joven...!

En ese momento el encapuchado se echa hacia atrás la capucha y deja ver su rostro... y ves un rostro que se parece mucho al hombre de los retratos que tenía Maëlys en la habitación donde dormías.

- ¡Yo... el gran Andrónicos seré tu maestro hasta que llegues a Roma! - dijo lleno de confianza y algo de soberbia el joven... que ya habías conseguido reconocer como el marido de Maëlys... otro guerrero de leyenda del pasado.

Eilish se quedó pasmada, tanto que soltó la maleta y casi se le cae en el pie: - ¡Señor Andrónicos! ¿Cómo es posible? Discúlpeme, ¡no lo veía venir! Siento... siento mi mala educación... Aunque ahora ya entiendo lo que me dijo Maëlys...

A pesar de toda la tristeza de la pérdida de Maëlys, no pudo evitar sonreír al conocer al que también y lógicamente había sido su antepasado.