Partida Rol por web

Deimos trató de esquivar el golpe, pero la espada consiguió alcanzar el rostro de Deimos...

- Oh... Deimos... ¿cómo un Dios del Pánico como tu puede dejarse herir por una triste mortal...? - dijo el héroe bizantino mofándose de Deimos.

- IM....¡¡¡IMPERDONABLE!!! ¡UNA MORTAL HIRIENDO LA CARA DE UN DIOS! ¡PAGARAS CARA TU INSOLENCIA! - bramó Deimos con una furia que parecía hacer temblar el mundo mientras notabas claramente como su energía se elevaba hasta niveles que llegaban a abrumarte.

Eilish enseguida se apartó asustada y sin darse cuenta, quizás porque nunca había herido a nadie, dijo tímidamente: -¡Lo... lo siento...!

Pero entonces, al decir eso fue como si reaccionara: tenía que echar a Deimos como fuese, y si implicaba hacerle alguna herida más... Tendría que pasar por ese mal trago. Con firmeza sujetó su espada y añadió: - Váyase Deimos, ¡¡no quisiera tener que hacerle daño!! ACABE DE UNA VEZ CON ESTA FARSA Y MÁRCHESE.

Deimos termina de concentrar su energía y la libera hacia ti en un torrente de terror que te rodea...

- TERROR ABSOLUTO... Toda aquel que cae presa de esta técnica ve revividos todos sus mayores temores y terrores... de modo que tu pequeña discípula ahora se encuentra a mi merced... antiguo guerrero...

En esos momentos tu mente empieza a llenarse de malos recuerdos... de pesadillas... de ver como pierdes todo lo que añorabas... padres... tu hermano... todo... pero en medio de esa desesperación escuchas la voz de Maëlys...

- No te dejes engañar por esas ilusiones... tu estás más allá del alcance de pequeñeces como esta... es hora de que liberes tu verdadero poder...

En ese momento vuelve la lucidez a tu mente y te ves envuelta en una armadura con motivos vegetales e ígneos... sintiendo una gran calidez y poder al portarla...

- ¡Qué significa esto...? -. exclama Deimos alterado al ver como has escapado de su técnica...

Con gran asombro, Eilish se miró a sí misma vestida con esa preciosa armaduraa la vez que la admiraba y sonrió dulcemente. Con voz con un tono amable dijo: - ¡Es... increíble...! Esta es la zarza ardiente... la armadura de la Zarza del Ángel... Ahora entiendo todo. Gracias, Maëlys, de verdad... No os fallaré, ni a ti ni a Andrónicos.

Luego se dirigió a Deimos con cautela pero con la misma expresión amable: - Ahora parece que podremos estar más igualados. Quizás... Esta armadura es un regalo del cielo. La usaré con prudencia y emplearé la fuerza que me da para echarte de aquí. Os lo pido por última vez, no quiero dañaros, váyase con su señor Ares. Dígale que aun está a tiempo...

- ¿Igualados? Debes de estar delirando muchacha... ¡una mortal como tú jamás estará a la altura de un dios! - dice Deimos desafiante ante tu nuevo aspecto.

Deimos en ese momento materializa una lanza y empieza a concentrarse para lanzar su siguiente ataque.

Eilish miró con ojos tristes a Deimos: - Nunca he dicho que pueda compararme siquiera con usted... Pero no hay más remedio que hacerle frente. Se lo he advertido.

Con un pequeño cántico dulce y suave se formó en el brazo de Eilish un látigo de espinas, hojas y frutos de la zarza que de repente se lanzó contra Deimos envolviéndose en una potente luz, atrapándole y haciéndole daño. 

- Confutatis maledictis... El Ángel de la Zarza no te dejará escapar, Deimos, al menos no lo hará fácilmente.

Deimos trata de esquivar el ataque, pero la velocidad de Eilish le pilla por sorpresa y el látigo consigue rodear el cuerpo de Deimos y envolverlo en llamas y luz. 

Tras dispersarse el humo puedes ver a un Deimos libre del látigo, puesto que la fuerza no fue suficiente para apresarlo... pero con quemaduras en el cuerpo y algunas grietas en su armadura...

- Una mortal... hiriendo a un dios... y mancillando su divina armadura... mil muertes no serán suficientes para pagar por tu herejía... - Deimos pasa de un estado de furia que tenía antes a un estado de odio... su energía se tiñe de oscuro mientras empieza a elevarse de forma exponencial.

Al ver a Deimos en ese estado, Eilish se asustó algo y se puso a la defensiva, pero quizás era demasiado tarde... Tenía que hacer algo porque sino evitaba el ataque o lo paraba podría caer malherida o... algo peor.

El dios del terror aprovecha la distracción de Eilish para ejecutar su técnica... - Lanza Negra... - la lanza que portaba Deimos se tiñe de negro y sale disparada hacia Eilish, pero con un rápido movimiento, la muchacha consigue esquivar el ataque, dejando a Deimos en una posición comprometida.

Al esquivar el ataque, Eilish vio su oportunidad como única y lanzó un ataque ligero y rápido con su espada, pretendiendo zanjar cuanto antes el combate. Esperaba que, de una vez, su adversario se retirase... Sin embargo, en el rostro de la joven se atisbaba tristeza a la hora de golpear a Deimos...

Deimos trató de parar el golpe pero tu tajo con la espada fue más rápido y clavaste tu espada sobre el hombro del dios que se enfrentaba a ti...

- Esto no debería estar sucediendo... volveremos a vernos Eilish... y cuando eso suceda, sera tu fin... - dijo Deimos antes de desaparecer en medio de una nube rojiza...

Tras su desaparición todo vuelve a la calma, aunque sientes bastante agotamiento tras el uso de la armadura.

- Quizás sea un buen momento para hacer un breve descanso... la primera vez que uno se equipa la armadura suele ser agotador... pero estoy muy orgulloso de ti y de como has despachado a ese fanfarrón - dijo bastante jovial Andrónicos.

- Aunque necesitas aprender algunas técnicas más... pero ya te las enseñare camino a Roma... - dijo mientras buscaba un lugar donde descansar. Mientras tanto... tu armadura empezaba a desaparecer y su energía regresaba al rosario.

Eilish miró a Andrónicos al principio sorprendida, pero después no pudo evitar sonreir a la vez que decía: -Me alegro de haber conseguido echar a ese hombre de aquí... Me daba miedo lo que pudiese hacer...

Enseguida buscó un lugar donde sentarse al lado de su antepasado, y en ese momento notó que aun le temblaban las manos al recordar el combate y la despedida del cruel Deimos... 

- A veces no entiendo nada de lo que ocurre, señor Andrónicos... Sé que han estado actuando como dioses, pero ellos mismos saben que no lo son. Admitir el lugar que les corresponde no debería de ser tan duro ¿no? Puede que me pase de ingenua, pero desearía de todo corazón que al menos alguno de ellos se pensase su situación con más... humildad.

Mientras decía esto, Eilish limpiaba cuidadosamente su espada, a la vez que recordaba las palabras airadas de Deimos y su curiosa despedida: por primera vez parecía que aquel dios se dignaba a llamarla por su nombre. ¿Le habría tomado en serio?

- A ningún hombre le gusta que le arrebate el poder... y menos aún cuando llevan milenios corrompidos por el mismo... no pienses en ellos como almas a salvar... sus almas están más allá de toda salvación por todos los pecados acumulados que llevan a sus espaldas... - dijo Andrónicos serio tratando de quitarte de la cabeza la idea de la compasión hacia los Olímpicos.

Según dejabais atrás tu ciudad tu ancestro empezó a transmitirte las técnicas de Maëlys como el Llanto de Otoño o el Muro de Espinas.

Después de aquella conversación, la joven normanda se quedó en silencio, como sin palabras... Le era difícil asimilar que aquellos autodenominados dioses existían de verdad, que probablemente no fuesen ni humanos: su origen era un misterio. Pero el propio Andrónicos, su querido antepasado y ahora maestro le decía que ellos estaban más allá de la salvación... Aquello Eilish no se lo esperaba: ella... no sabía qué decir... ¿No se arrepentirían nunca esos dioses? ¿Nunca tendrían un mínimo de conciencia? No era posible... Puede que algunos, en efecto, tuviesen más orgullo que otra cosa; pero otros a lo mejor...

El debate interior de Eilish era intenso, pero no por ello dejó de atender diligentemente a su maestro y seguir su entrenamiento como él le indicaba. Procuraba dejar todo lo posible las cuestiones personales a un lado, para conseguir lo antes posible un buen método para defenderse de Ares... y Deimos. 

Pasaron algunos días más y ya os encontrabais cerca de Roma... es aquellos días habías conseguido dominar las técnicas de Maëlys casi a la perfección, dejando a Andrónicos sin nada para enseñarte... o eso creías...

- Bueno... dentro de poco me tocará volver a donde me corresponde... pero no pienso hacerlo sin dejarte mi legado... las técnicas de Maëlys carecen de contundencia... ella se parecía más a ti... más piadosa y buscando la redención de sus enemigos... pero hazte a la idea de que las convicciones del enemigo al que te enfrentarás es firme... por lo que la compasión puede salirte cara... incluso podrías pagarlo con tu vida... así que te enseñare mi técnica suprema para los momentos donde veas que tu enemigo no merece perdón... - te relata Andrónicos mientras su cosmos empieza a elevarse de forma exponencial.

- Grábate bien en la cabeza la técnica... ¡solo podré ejecutarla una vez! ¡¡Kataphraktos Gortio!! - brama tu ancestro mientras de él se proyecta la imagen de una carga de caballeria bizantina que arrasa con todo lo que se pone delante... haciendo que una pequeña colina que teníais delante aparezca con un cráter enorme por donde pasó la carga.

Después de ver semejante técnica, Eilish se había quedado con los ojos muy abiertos y francamente sorprendida: - La colina... Madre mía, no ha dejado nada más que un cráter. Es impresionante, Andrónicos... ¿De verdad crees que yo podría dominar esa técnica? Es demasiado potente...

- Lo creo no, la dominarás como que me llamo Andrónicos, y la potencia es lo de menos... Esta técnica no es más poderosa que algunas de las que ya conoces, sencillamente emplea todo el poder en la destrucción, de modo que es la técnica perfecta cuando te encuentras ante un adversario que está dispuesto a acabar contigo aunque le cueste la vida... Es en esos instantes en los que debes centrarte en tu objetivo y dejar de lado algo la compasión... aunque te sea difícil... - explicó Andrónicos a su descendiente y pupila mientras seguía avanzando hacia Roma y empezaban con los entrenamientos para el dominio de dicha técnica.

Eilish escuchaba atentamente al que ya podría llamarse su "tutor", y obedecía sin rechistar a la hora de mejorar sus técnicas. Sobretodo ponía mucho empeño en conseguir que la  última de ellas, Kataphraktos Gortio, le saliese perfecta. Pero al mismo tiempo, la joven normanda estaba menos habladora de lo normal y sus ojos se perdían muchas veces en la distancia, con un gesto preocupado. No paraba de pensar que tenía que encontrar a su hermano, porque tenía miedo de que le hubiese pasado algo... Quizás al llegar a Roma podría tener acceso a la información, pero necesitaba comentarle el problema a Andrónicos. Así que, tras un entrenamiento, se acercó a él y con voz tímida pregunto: - Señor, ¿podríais decirme si sabéis algo de mi hermano Bertrand? Disculpe que le pregunte pero... es que, usted sabe mucho más de todo esto que yo y sé que mi hermano andaba metido en algo extraño. Tengo miedo de que... le haya ocurrido algo malo. Él sabía mucho de estas cosas... del cosmo como le llaman aquí, desde muy pequeño. Y fue él quién me guió hasta Irlanda y hacia la espada en Vannes... ¿Y si... le persigue también Ares... como a mi?