CASA KENDRIK
Ineludibles como el invierno
DEFENSA: 28
FORTUNA: 18
INFLUENCIA: 30
LEY: 11
POBLACIÓN: 13
PODER: 23
TIERRAS: 44
Defensa
Fortaleza (20)
Torre de madera (10)
Influencia
1 Primogenito (20)
2 Otros hijos (10)
Tierras
Colinas, Aldea, Arroyo (7+10+1)
Llanuras, Pueblo Pequeño (5+20)
Ley
Vicisitud -10
Población
Vicisitud +0
Poder
Guardia Personal Veterana (11)
Guarnición competente (5)
Infanteria competente (7)
Fortuna
Mina (10)
+ 5 tiradas de Vicisitud
Bosque de Dioses (5)
+2d6-6 tiradas de Vicisitud
Reservado para historia de la casa
Fundación: Ancestral
Suceso 1: Victoria
Suceso 2: Declive
Suceso 3: Villano
Suceso 4: Locura
Suceso 5: Favor
Suceso 6: Infraestructura
Suceso 7: Conquista
Suceso 8: Escándalo
Uno de los guadias salió a por Bryant tras informar al Lord.
- Señor, Lord Roger Kendrik os espera en el salón
Al llegar allí, encontraste al señor de la casa acompañado por su heredero.
Continuad aquí.
Se aproximó a ellos y se ubicó en un lugar correcto, a la distancia correcta, para mostrarles su respeto.
-Mi señor -hincó la rodilla en el suelo y agachó la cabeza paulatinamente-, es un honor volver a veros.
Y allí se quedó, con la cabeza baja y la mirada clavada en el suelo de la estancia, esperando una reacción de su anfitrión. O anfitriones.
*Edwar se mantiene serio, con su gesto sereno y calamado. Deja el hidromiel y recive con una leve reverencia su primo sin decir nada y cediendo la palabra a su padre*
Hizo un gesto a Bryant para que se pusiera en pie, mientras regresaba uno de esos ataques de tos. El frío se le cogía a los pulmones aún en verano, nadie creia que fuera a sobrevivir al duro invierno que se avecinaba.
- En pie... - dijo en voz queda, al conseguir apagar la tos - contadnos, ¿que os trae de vuelta a estas tierras?
Parpadeó, extrañado.
-Os mentiría si dijese no esperar un recibimiento más cálido; nadie diría que la misma sangre corre por nuestras venas. Pero no os culpo... -se puso en pie sin mediar mucho más y cruzó las manos a la altura de las caderas-, comprendo que tengáis asuntos más importantes que atender.
Hizo el silencio en la sala por un breve instante. Luego continuó.
-Respecto a mi visita, no tenéis de qué preocuparos. Es meramente circunstancial. Podría decirse que pasaba de camino y me detuve a saludar.
-Bryant, las puertas de nuestra casa nunca estan cerradas para los que llevan nuestra sangre, aunque tu visita sea meramente circustancial si deseas alojamiento o necesitas algo no dudes en pedirlo.-
Asintió con un lento movimiento de cabeza.
-Es un placer escucharlo. Dejando a un lado la formalidad, ¿qué nuevas corren por estos lares? -Se detuvo a tragar saliva. -Ha pasado mucho tiempo desde la última vez... Seguro que tenéis algo interesante que contar.
Sus labios esbozaron una leve sonrisa.
- Tomad asiento - ofreció
Hizo un ademan a su lado
- Comeréis con nosotros hoy...
Hizo que una de las sirvientas rellenara su copa
- ... los bandidos azotan nuestras tierras, no son buenas las nuevas...
-Y siendo franco, tampoco tampoco se trata de ninguna nueva. Pero es una realidad; una que debemos subsanar cuando antes. Lamentablemente tenéis algo más que bandidos en vuestras tierras, y si creéis que el problema se limita al pillaje, podéis ir colgando de los pulgares al usurero que hizo entrar semejante idea en vuestra cabeza. -Rió por lo bajo alternando la mirada entre los dos individuos frente a él.
Se acercó a la mesa donde estaban padre e hijo y se ubicó junto a las sillas destinadas a los invitados.
-Permiso. -Esperó que Lord Roger Kendrik volviera a repetir algún deje que lo permitiera sentarse a la mesa. Una vez lo hubo hecho, se sentó y continuó: -Puedo asegurar haber visto muchas cosas a lo largo de la vida, pero la quietud que se respira en vuestros dominios es algo tan sólo comparable con las tierras más allá del Muro; eso dando por sentado que las historias sobre aquel lugar sean ciertas. Hay quienes piensan dos veces las consecuencias al aventurarse fuera de sus hogares...
-¿Que quereis decir exactamente?- Edward comia mientras apremiaba de forma cortes a su primo para que fuera algo ams conciso.
-¿Queréis la respuesta corta o la larga?
Alentó a la sirvienta para que le sirviese algo de tomar, sumado al pan y la sal que cualquier visitante ha de pedir por modales y cortesía. Luego vendría el plato fuerte.
-...Los pueblerinos temen. Tienen miedo a salir de sus hogares y perder algo más que un saco lleno de calderilla, y como consecuencia se deja entrever una tranquilidad nada agradable. -Miró a ambos mientras comían. -Y si el pueblo no produce...
Bryant frunció los labios.
-No es muy difícil discernir que los únicos que perdemos somos nosotros, los encargados de la administración de las tierras. Por eso creo que deberíamos salir de esta fortaleza más a menudo y comenzar a repartir justicia, como nuestros antepasados hicieron antaño. Unos acechadores sin preparación no deberían amedrentarnos.
-No son buenas noticias lo que trais, y si son ciertas estas nuevas pudiera volverse una problematica. El asunto debiera ser tratado de inmediato.- *miro al padre esperando confirmacion.
- Si, sin duda hay que intervenir...
Asintió
- ...pero yo ya no estoy en edad de cabalgar con mis tropas
-Gustoso me pondre al frente de vuestras tropas si me dais el beneplacito padre.-
- Es tu deber hijo mio.... es tu deber...
Año a año iba delegando más tareas, sentía cerca la sombra de la muerte.
*Asintiendo levemente con la cabeza volvio a centrar su atencion en su primo.*
-Por que no me explicais con algo mas de detenimiento lo que ocurre, asi podremos decidir con detenimiento que hacer.-
Offrol: ¿Tengo información privilegiada sobre lo que ocurre en el exterior o puedo improvisar al respecto?