Partida Rol por web

Beros asiente sin mirar ante las palabras de Kanlil y de su hombre y sigue pendiente de la contestación de Sortien.

No recuerdo si llevaba botas, la verrrdad.
Pero si se ha escondido tiene que ser un sitio oscurrro, lugubrrree y humedo, digno de una rrrata

¿Será buena idea darles pistas para que lo encuentren? La verdad es que podrían llevarnos hasta el, por que por nuestra cuenta me parece que nunca lo vamos a encontrar...- piensa Kanlil recordando los frustrados intentos de el y de Ankor por encontrar alguna huella.

Ahora que lo dices, si, si que llevaba botas. Eran unas botas de piel, bastante grandes, cruzadas por una cuerda a lo largo del pie.

Bueno, espero que estés haciendo lo correcto, Kanlil, y que tengamos oportunidad de librarnos de ellos una vez encontrado a Forad...

Beros asiente, aferrado a su lanza, tras escuchar a Kanlil.

-Eso ayudó mucho a encontrrarrr al guarrro. Honorr parra tus ancestrros porr tu buena memorria. Esperrrásteis aquí a que sigamos los rrastrros en la casa de maderra.

Luego se desliza con los dos acompañantes en el interior de la Posada de Yerro.

Bueno, quizás debamos aprovechar a estos para encontrar a Forad...pero que hecer luego?? es lo importante?

¿Que pasa si se llevan a Forad?

Kanlil espera a que los bárbaros entren en la posada.
Si, nos podrían venir bien para localizarlo, ya que nosotros parece que estamos un poco perdidos... ¡Pero luego no podemos dejarlo en sus manos! Tendríamos que deshacernos de ellos de algún modo. Aunque son demasiados para intentar un ataque abierto. Si pudiésemos hacer que se separasen, en vez de ir todos juntos a buscar a Forad… Podríamos colocar alguna pista falsa, y sugerir que dos o tres de ellos sigan esa pista.
Kanlil se rasca el mentón, pensativo, intentando lucubrar la forma de dejar una pista que los bárbaros consideren interesante seguir.

A que tipo de pista falsa te refieres kanlil?? Debe de ser muy buena, recuerda que son rastreadores y si descubren que la hemos puesto nosotros estaremos en un lio.
Sortien hace un ademán de darle un capón a Kanlil

Kanlil echa un paso atrás cuando su maestro hace ademán de darle un capón. Luego continúa exponiendo su idea.
Pues no se… tal vez podamos poner, el alguna de las calles que se alejan, algún trozo de tela, que pueda asemejarse a la piel de las botas de Forad, como si se le hubiesen roto en la huida. Aunque es verdad que puede salir mal… pero si no los separamos, vamos a tener a los seis bárbaros encima.

Beros sale finalmente de la posada, seguido de cerca por sus hombres. Mira secamente a Kanlil y Sortien.

-Un Hombre del Pueblo entrró en la casa de maderra. Sorrrpendió al acogggedorr y usó un cuchillo de hueso de Cálera parra corrtarrle el cuello. Llegó arriba de la casa y converrsó durante un cuarrto de danza con el guarrro. No se lo llevó a la fuerrrza de aquí, si no que lo acompañó porr voluntad prropia. El guarrro pintó cagarrrutas de pájjarrro en el suelo, un mensajje parra vosotrrros, supongo, antes de salirrr de la posada. ¿qué pone en ellas?

Mierda!- maldice Kanlil para su interior, al ver que los bárbaros salen antes de tener tiempo de llevar a cabo su plan.

¿Cagarrutas de pájaro? Si, creo que dejo unas palabras escritas, pero nada importante, verdad maestro? No al menos nada que pueda ayudarnos a saber donde está. Si no ya habríamos seguido esa pista, en vez de andar rebuscando por aquí…

No se lo que ponen yo no se leer, nos separamos y así encontrasteis antes al guarrrro

-No crreo tus palabrras, viejjjo. El niño dice que leísteis las cagarrrutas. Si no sirrrven de nada, al menos dime qué ponen-, insiste pesadamente el bárbaro.

Pues creo que era un mensaje para el- comenta Kanlil señalando a Sortien-. La verdad es que no se llevan muy bien, y antes de marcharse quiso dejarle un mensaje… ¿reconciliador? Decía algo así como que esperaba que tarde o temprano cambiase de opinión de los suyos y de lo que sucedió hace años… Como ya he dicho poco nos ayudará ese mensaje a encontrarlo- comenta Kanlil encogiéndose de hombros, intentando quitarle importancia al mensaje, y obviando parte de este.

Beros parece levemente desilusionado. Se pone a pensar en voz alta, hablando para sus hombres y prácticamente ignorando vuestra presencia.
-Hmmm. Entonces no erra prrisionerro vuestrro, no intentaba huirrr de vosotrrros. El Hombre que le guía no tiene tanta prrrisa porr alejjarrse. Lo llevó a algún escondite y allí planearrron porr dónde salirr. Si yo fuerra él, esperré al comienzo de la rreunión parra irrme. Y salí porr donde la viggilancia es peorr: la tumba de piedrra del grran come-hierrba- entendéis que habla del mausoleo que Hos mandó costruir para su extinto rival, el General Feleppo.

-En marrcha, a la tumba de piedrra-. Por fin el bárbaro vuelve su atención a vosotros - Vinísteis con nosotrrros. Conocéis los rrrasgos del guarrro. Nos ayudásteis a darle caza.