Partida Rol por web

Ankor permanecía inmovil con espada en mano tras ver al gigantesco Ogro que cerraba el grupo, cuando una enorme piedra le pasa rozando los pies y lo saca del trance. ...Es enorme!! Ankor resopla fuertemente.
Bueno, como no espabiles ni siquiera vas a tener la oportunidad de enfrentarte con él.
Ankor cierra los ojos apenas un segundo, respira hondo y parece como si mascullara para sí unas palabras del todo ininteligibles cuando se lanza a por el ogro que le lanzó la piedra grito de MUUUEEEEEERTEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!

Forad
El gran ogro va chapoteando hacia la parte más profunda del río con intención de apagarse el fuego. Mirando al frente, algo más arriba en la garganta te parece ver la forma de otro ogro más pequeño, de espaldas a ti y que rebusca piedras en el suelo y las lanza. Se escucha también el fragor del combate más arriba, con gritos de MUERTEEEE por parte de Ankor y bramidos de dolor de algún oponente.

Parece que ningún ogro ha reparado en ti todavía.

Kanlil mira la figura que parecía envuelta en llamas, la cual se aleja hacia el río. Una idea pasa por su mente. ¿Será cosa de Forad?
Kanlil, será mejor que te concentres en el combate. Ese maldito bicho ni siquiera a sentido mis flechas. O las lanzo más fuerte, o será mejor que me olvide del arco. Lo intentaré por última vez.

Kanlil se dispone de nuevo a lanzar dos flechazos al ogro lanzador de rocas, pero esta vez tensa la cuerda con mas fuerza, con esperanzas de poder atravesar su coraza.

El ogro brama, sus ojos entrecerrados del dolor y la sangre que le mancha el rostro. Escupe su fluido vital hacia Sortien y da dos pasos decididos hacia él para golpear así con la fuerza del impulso. Lanza un barrido con el tronco de pino contra Sortien. El golpe es tan fuerte que el espadachín manco escucha el aire rompiéndose décimas de segundo antes de que el garrote llegue a su objetivo. ¿Podrá el hábil luchador de esgrima evitar el mortal golpe?

El ogro más retrasado sigue cogiendo piedras del suelo y arrojándolas con saña. El primer pedrusco que lanza va dirigido a Faldoras, que se está levantando en ese momento para ayudar al manco.

Tras eso, una flecha de Kanlil se le clava en la mejilla. El ogro ruge de dolor y arroja la siguiente piedra a Kanlil.

Al ver la dirección de semejante golpe y la potencia que este arrastra no me da más obción que ponerme a un lado facilmente aprovechando y poniendome entre ambos enjendros horribles.
Tras lo cual y levantando el brazo de mi estoque(el único) realizo varios arcos en torvellino que desencadenan el ataque Jerold.

El ogro que se enfrenta a Ankor blande su garrote contra él. A primera vista parece un duelo igualado, tanto en estatura como en corpulencia, pero tras los primeros golpes está claro que la habilidad está de parte del humano y la fuerza bruta del lado del ogro.

El sentido común de Forad le dice que no debe hacer eso pero en ese momento lo hierve la sangre y tiene ganas de demostrar al manco lo que puede hacer así que concentra su mente en el ogro grandullón esperando que le de tiempo a hacer lo que desea antes de que se apague el fuego.

- Rego Ignem Flamae - Recita Forad poco antes de que de entre las llamas del ogro ardiente salga una lengua de fuego en dirección al ogro que acosa a sus compañeros con piedras.

Ankor interpone la espada entre el garrote del Ogro y su abdomen para intentar evitar tan mortifero golpe.

Kanlil observa como los ogros huyen o agonizan en el suelo. La batalla parece ganada. Tampoco han parecido tan peligrosos esos seres que tanto miedo le habían dado al principio.
La lava arrojada contra el ogro lanzador de rocas le hace pensar a kanlil que Forad puede andar cerca.
FORAD,… –grita Kanlil con las manos en la boca- …¿ERES TU?
Kanlil echa una mirada a su alrededor, por si viese al conjurador.

Avanzas hacia donde el incauto alzó la voz, siempre vigilando la ladera por donde se fueron los Ogros. Parece que de momento no hay respuesta. Por ese lado.

Medio minuto más tarde la agonía del ogro que ha rematado Ankor finaliza. Y sabes que ha sido él por que ves cómo retira cansado la hoja del decapitado cadáver.

Ankor
Tras rematar al ogro para que cese en su agonía, observas preocupado la falla que hay ahora en tu hoja. Mientras piensas en cómo arregrarlo, ves una figura menuda que se perfila en la niebla y avanza hacia ti a paso resuelto. ¿Podría ser el conjurador que Kanlil llamaba a gritos?

Kanlil se queda mirando a Forad que sale entre la niebla. Ignorando la mirada seria del conjurador, Kanlil se acerca donde este.
Me imagine que eras tu cuando vi al grandote que dices envuelto en llamas. Parece que nos has ido pisando los talones…
Kanlil mira a su alrededor, a la vez que agudiza su oido, temeroso de que alguna otra bestia salga de repente.
He de admitir que al principio esos monstruos me asustaron un poco… pero solo un poco ¿eh? En las historias que me contaban de niño parecían mas temibles, je.- Kanlil, por supuesto, obvia el hecho de que nada mas verlos salió corriendo con el rabo entre las piernas.-[b]De todos modos será mejor que salgamos de aquí cuanto antes.
Por cierto, te sangra la nariz, Forad. ¿Te encuentras bien?

Al ver el estado de Ankor y Faldoras, Fora se gira hacia ellos.

- ¿Estais bien? ¿Puedo hacer algo por vosotros? - Forad mira la pierna de Faldoras tratando de ver si puede hacer algo por ella. - Si se encuentra mal puede retrasarnos la marcha y esto era sólo una avanzadilla. Pero creo que no puedo hacer nada por él. ¿Cuanto tiempo nos queda para llegar a zona segura? Si queda bastante tendré que recurrir a la magia.

Kanlil sonríe ante la propuesta de su maestro. Mira hacia el lago, para asegurarse que Faldoras esté entretenido, y tras coger la cantimplora de su mochila, se acerca a las pertenencias de Faldoras.
Si termina antes de que haya echado algo de agua en el vino, intenta distraerlo.

Kanlil se hace con el pellejo de Faldoras mientras el caballero muerde con avidez un chorizo de sus viandas. El joven vallés es ágil y lo hace sin apenas desplazar la espada que Faldoras había dejada apoyada en el pellejo.

Con la tranquilidad propia de aquellos que se han dedicado al carterismo y saben que el peor aliado es la precipitación, se dirije a la orilla y allí, haciendo como que rellena su mochila, rebaja un tanto el vino del caballero.

A la vuelta no le cuesta nada dejar el pellejo junto a Faldoras a la vez que le da una palmada en la espalda y le pregunta con una inocente sonrisa si se encuentra repuesto de su pierna.

Mientrar recogen los bartulos para marchar Forad ojea la vegetación en busca de alguna planta que pueda aliviar al moratón que poco a poco está creciendo en la rodilla de Faldoras.

Veis como Ankor habla con Kanlil durante algunos segundos y tras eso va reduciendo al marcha hasta ponerse a la altura de Sortien.