Partida Rol por web

Forad hace caso omiso de las palabras del bárbaro y se lanza de nuevo sobre la empalizada. Con uñas y dientes se lanza como un salvaje hasta la parte superior.

Una vez arriba se afianza lo mejor que puede y comienza a gesticular.

- ¡¡PARAD NIÑOS, ARDISTEIS EN EL INFIERNO!! - Forad confía en que sus artes, sus palabras y su aspecto contribuyan a ganar un precioso tiempo para el manco.

De una de las antorchas se desprende una llamarada que golpea al bárbaro más cercano a Sortien.

Ante la súbita aparición del salvaje loco y su grito, los Uros ceden momentáneamente su empeño en rebanar los tobillos de Sortien.

Cuando al agitado movimiento de una de las manos de Forad sigue una inflamación súbita de la atmósfera en torno a la antorcha de un bárbaro alto y barbudo (con el consecuente incendio de tal apéndice capilar), para luego salir proyectadas las llamas hacia el único bárbaro que todavía pretendía ensartar a Sortien en su lanza y prender su pelo, los Uros retroceden aterrados y confusos.
¡FUEGO!¡Argar!¡Argar!¡Llamad a los ancestrrros y pedirrrles prrrotección!, son algunos de los gritos que se escuchan entre ellos.

Sortien al ver lo que se le echan encima esos desviscerales animales decide no pasar por alto tal ofensa y pisarle la cabeza a uno de ellos para darse impulso y saltar la empalizada.

Aprovechando la confusión creada por su "amigo", Sortien se apoya en la cabeza del bárbaro cuyo pelo ha prendido y que da vueltas bajo él soltando alaridos. Se impulsa con fuerza y ayuda a que Ankor termine de auparle.

Dos flechas salen en dirección de Forad, Ankor y Sortien, que son ahora un buen blanco en la iluminada noche, pero los pulsos de los arqueros tiemblan ante lo que acaba de suceder y las flechas se pierden en la oscuridad por encima de la empalizada.

Con cuidado, Ankor y Sortien se descuelgan por fin en el foso. Forad parece descontrolado y todavía no se ha bajado, sigue gritando algo sobre lo inapropiado del sexo sodomita y las llamas que castigarán a sus practicantes.

Forad intercambia miradas con Ankor ante sus comentarios. Al principio lo mira con una mirada que parece más ignorarlo que otra cosa pero cuando Ankor adopta la personalidad de su madre Forad parece caer en la cuenta de la situación y asiente.

Permance increpando a los bárbaros mientras Ankor termina de bajar y luego baja de un salto

Kanlil intenta hacer un esfuerzo para seguir el ritmo de los demás. Los bárbaros perseguidores están demasiado cerca como para flaquear ahora. Sin dejar de sujetar el arco, Kanlil hecha una mirada rápida hacia atrás.

Sin más remedio me detengo unos instantes para intentar detener a esos barbaros disparandoles con mi ballesta

Los tres bárbaros en cabeza cambian el rumbo y se lanzan en pos de Kanlil. Sortien se aventura a detenerse unos instantes y disparar su ballesta contra uno de ellos. El virote debe haberle alcanzado, por que el bárbaro mira hacia el cielo y se lleva las manos al costado en un gesto de claro dolor. Aun así, Kanlil tiene a los otros dos bárbaros detrás.

Pelarum no tiene intención de detenerse. Sigue corriendo en paralelo al río, se dirige de cabeza a un montón de vegetación, juncos, achaparrados árboles y maleza que crece a ambos lados del estrecho río, uniéndose sobre sus aguas.

-¿Quemar? Arderán en mil llamas. - La descompuesta cara de Forad da miedo. - Sobre todo cuando Hadros me ayude. - Forad indica con un gesto firme a Sortien y se dispone a trepar. No quiere arriesgarse a tener que nadar.

Los movimientos combulsos de Forad le permiten atravesar el rio a duras penas y al situarse en tierra firme comienza gesticular sin separarse del bárbaro o quedándose cerca de alguna planta.

Sigo tras Forad sin perder de vista a Ankor, cuando llego al río intento saltarlo pero antes de hacerlo echo un vistazo a Kanlil y a Ankor cosa que me hace caer al agua, chapoteo por el susto unos seguntos, pero acto seguido comienzo a nadar hacia la otra orilla.

Mira, Ankor, están cruzando el río!- dice Kanlil señalando al grupo de delante. A su vez hecha un mirada hacia atrás, hacia los perseguidores, para calcular las posibilidades de llegar a tiempo a la otra orilla del río. Al llegar a este, kanlil se vale de las ramas y árboles para intentar cruzarlo, trepando por estos, pero las prisas le hacen resbalar y caer al agua, con lo que comienza agitar los brazos desesperadamente. Los nervios y el peso de la cota de mallas, le impiden moverse con libertad, con lo que Kanlil comienza a hundirse, entre gritos de socorro.
SOCOghhh…SOCORRO…!!

Cuando estoy llegando a la otra orilla escucho como mi panfilo, desaliñado y desafortunado alumno menos aventajado cae estrepitosamente al agua. Con su predecible ahogamiento, por lo cual decido intentar volver para ayudarle

Cruzar por el tronco seco enganchándose a las ramas del retorcido árbol de la otra orilla se convierte una odisea. Sólo los dos primeros que lo intentan, Forad y Pelarun, lo consiguen. Aros cae al agua al romperse con un sonoro crujido la rama a la que se agarraba, pero sale a flote en la otra orilla y corriente abajo medio minuto más tarde.
Sortien intenta saltar apresuradamente corriendo sobre el cenagal causado por la vegetación muerta en descomposición. Sólo consigue que el agua lo arrastre corriente abajo, tragando un poco de agua en el intento. Se agarra a unas rocas algo más abajo de la corriente y sale por allí a la orilla.
Pero Kanlil, al que los bárbaros siguen de cerca, resbala al tener que apresurarse; dos Uros estaban cruzando justo tras él, y los nervios lo llevan al agua. No sabe nadar apenas, así que la corriente lo arrastra. Sortien se introduce en el río hasta la cintura para cogerlo, pero está demasiado lejos para poder rescatarlo desde donde el manco hace pie.

Los perseguidores se dividen en dos grupos; los primeros intentan imitaros cruzando por encima del río. Los segundos van sacando y encordando sus arcos y tratan de hacer puntería con Pelarun y Forad (y Ankor quizás).

Forad trata de cubrirse con la maleza para dificultar el trabajo a los uros.

- ¡¿No tuviseis bastante?! ¡Morireis por el fuego y por el agua! - En ese momento Forad lanza su primer conjuro.

Una llamarada se desprende desde una de la antorchas de los uros hacia uno de los arqueros y al rato, desde otra de las antorchas, sale despedida una nueva llamarada en dirección a uno de los uros que tratan de superar el obstáculo, precisamente aquel que tiene más maleza alrededor.

Kanlil, tras unos segundos agobiantes, consigue, a duras penas, salir al otro lado de la orilla, donde comienza a toser, echando agua de río por la boca.

Ankor que ve como Sortien y el bárbaro salen por la otra orilla intenta alcanzarlos y cruzar el cenagal de la misma manera que ellos. Y de la misma manera que Aros y Kanlil resulta imposible y cae al agua pero como si de un felino que repele el agua se tratara, en el último instante se agarra a una rama de uno de los árboles y se evita un chapuzón seguro de manera sorprendente.
Aprovechando el bamboleo de las ramas del árbol y un tronco medio podrido que aún flotaba en el agua consigue llegar al otro lado sin más dificultades para encontrarse que Kanlil no está allí y que Sortien se dispone a entrar de nuevo en la ciénaga.

Mientras Ankor termina de cruzar y Forad comienza a prender fuego a todo, los Uros lanzan todas las flechas que pueden contra vosotros.

Las llamas que saltan de las antorchas de los Uros se propagan con facilidad por la vegetación, seca por que el pasado día fue soleado, y además siembran el nerviosismo entre sus filas. Temen enfrentarse a los Vientos sin un Argar que contrarreste al que ellos poseen.

A pesar de eso, algunas flechas disparadas alocadamente llegan a alcanzaros.

Peralun lanza un grito sorprendido cuando al asomarse entre la maleza para ver dónde pueden estar los demás una flecha que caía oblicua se le clava en el antebrazo con un sonoro "thub".

Es Forad quien se lleva la peor parte. Un certero flechazo mientras agitaba los brazos intimidando a los Uros le atraviesa su magro bíceps. La flecha queda allí alojada y derriba por el dolor al Argar Peludo. Pelorun no tarda en gritar a Ankor: ¡Come-hierrrbas!¡Rrrecoggge al Peludo y sígueme!. Luego sale corriendo río abajo.

Ankor pone un pie en tierra firme cuando oye unos zumbidos y seguidamente un fuerte quejido proviniente de Forad. Al instante se gira para ver qué ocurre y una flecha le impacta en el pecho rebotando contra su pectoral.

Serán cabrones !!!

Al instante Pelorun se dirije a él y Ankor asiente con la cabeza mientras busca con la mirada a Kanlil y Sortien.

Kanlil, ¿otra vez? ¿dónde coño te has metido?

DEBE HABERLO ARRASTRADO LA CORRIENTE, ENTRÓ EN EL AGUA ANTES QUE YO le grita a Sortien.
Me llevo a Forad, hacia el bosque, date prisa

Ankor carga a Forad y sigue los pasos del bárbaro.

De acuerdo Ankor ahora voy
Echo a correr río abajo para localizar a Kanlilsaliendo entre los juncos, me dirijo a él diciendole.
Vamos Kanlil, ¿estás bien?

Un instante antes Forad estaba forcejeando como un poseso lanzando los peores insultos posibles a los bárbaros como si no le doliera el brazo y, tras un momento en que se tensa de dolor, lanza un temendo grito y comienza a gemir.

- ¿Que... ha pasado? - Es lo único que logra balbucear entre sollozos de dolor antes de desmayarse