Partida Rol por web

Mifune abrió la botella y te sirvió un poco en una copa para luego pasártela, mientras también le abría el refresco a Angela y lo servía.

El vino tenia buen cuerpo y era rico, era tinto y parecía ser bastante añejo... 

-¡Quema! -exclamó la joven con sorpresa. Lo dejó apartado a un lado con cara de susto y comió un poco más... pero no tardó en volver a probarlo- Pero el gusto es bueno. -se miró la copa con aire crítico antes de apurarla- Ponme un poco más por favor. -dijo sonriendo a Mifune mientras le tendía la copa.

Ángela se empezó a reír, al punto que se tiro al suelo y rodo hacia atrás.

Mifune levanto una ceja y te miro sorprendido cuando le pediste mas, estaba conteniendo una sonrisa por la reacción de Ángela.

-"Estas segura?"- 

-S-sí, claro. -dijo sorprendida ante la reaccion de Ángela, sin comprender- ¿Qué ocurre?

Mifune te sirvió un poco mas de vino y Ángela dejo de reírse para volver a su lugar y comer.

-"Fue muy graciosa tu reacción y la cara que pusiste cuando tomaste el vino"- 

Chi le sonrió-

-Es que lo noté muy fuerte al bajar por el cuello... como si ardiera. -bebió un poco de la copa nueva- Ahora también, pero ya no me sorprende como antes.

Siguió comiendo del plato.

-Tengo que dar las gracias al cocinero. ¡Esto está delicioso! ¡Soy tan feliz! -dijo con una gran sonrisa.

-Oye Ángela... ayer te prometí que te explicaría de dónde vienen los niños. ¿Te parece bien cuando terminemos?

Ángela te miro y asintió ante tu explicación del vino, para luego decirte:

-"Armand ya me conto, dos personas que se quieren se acuestan juntos y le encargan a la cigüeña que traiga un bebe, pasan 9 meses y la madre va al hospital o a la casa a buscarlo, aunque a veces también en el taxi"- comenta algo extrañada. 

Chi alzó las cejas.

-Uhm... no, no es así. Durante esos nueve meses el bebé está en el interior de la madre. Ahí es donde crece hasta ser lo suficientemente grande como para nacer. -sonrió a la pequeña- Pero por alguna razón que aún no comprendo, a la gente le da vergüenza explicar cómo el bebé se introduce en el interior de la madre.

Miró a Mifune.

-¿Por qué hay tanto temor en hablar de ello? Es algo normal y natural. No lo comprendo.

-"Por que hay edades y edades para saberlo, ella tiene solo 5 años- dijo Mifune casi apuntándote con el tenedor, antes de comer un pedazo de carne- todo llega a su debido tiempo"- 

-Mifune... -dijo mirando al hombre- Ángela tiene siete años ya... -se giró hacia la niña- Además, es una niña muy madura e inteligente para su edad.

-Y como ya he dicho es algo normal y natural. -dijo mientras miraba de nuevo a Mifune- Así que sigo sin entender qué importa la edad. Te recuerdo que conmigo te quedaste catatónico cuando saqué el tema, y ni tu ni yo somos menores.

-"Quizás para ti sea algo normal y que tomarse a la ligera, pero no lo es para mi. Ve a saber que clase de crianza has tenido"- comento un tanto despectivo, quizás se tratase de porque era japonés y ya sabias lo recatados que eran ellos... 

Chi se encogió ante las palabras del samurai como si hubiese recibido un golpe físico. Su expresión se volvió desolada y se quedó sin palabras. Ya le hubiera herido que alguien que conociese su historia le dijera aquello... pero que fuese precisamente Mifune el que le dijese aquellas palabras... fue como si la apuñalasen.

Miró el plato de comida, pero sentía el estómago en un puño.

-He perdido el apetito. -dijo con un hilo de voz mientras se ponía en pie.

Se dio media vuelta y se fue alejando lentamente mientras rogaba por que al menos él se diese cuenta de lo que había dicho y se desdijera de ello...

Pero eso no paso y al poco tiempo de irte notaste que nadie te seguía.

Mifune podía ser amable si, pero era muy estricto con algunas cosas y siendo un samurái, de seguro seguiría así.

Al rato sentiste una lamida en la mano y notaste que Yoru se encontraba a tu lado, mirándote con ojos tristes y preocupados...

Chi estaba terriblemente dolida. Ella se estaba esforzando constantemente en comprender a los demás y en intentar moderar sus emociones, y sin embargo, Mifune la trataba mal a pesar de que ella realmente solo pretendía entender cuál era el problema que tenía con el sexo. Además, aquellas palabras habían sido especialmente hirientes...

Cuanto notó la lengua de Yoru en su mano se detuvo y le miró con sorpresa. La joven se tragó su pena como solo ella sabía hacerlo y se puso a la altura del animal.

-No te preocupes, Yoru. Es solo un malentendido con Mifune. -suspiró- Supongo que habrá sido culpa mía. Al menos estoy curada, no debería ponerme así. -le miró en silencio un momento- ¿Vamos a preguntar si tienen algún ordenador? -agregó mientras le acariciaba la cabeza.

Yoru comenzó a caminar a tu lado, mientras tu emprendías el viaje hacia dentro del barco... 

Mientras caminan hacia el interior del barco sienten que el suelo se mueve y el barco tiembla, al parecer algo los golpeo.

Algunos marineros salen a mirar pero no encuentran nada...

-¡Oh! -exclamó Chi mientras se agarraba al marco de la puerta. Cuando pasó sonrió tímidamente- Ya pasó... debe haber sido algún tronco flotante. -comentó mientras entraba del todo y buscaba a alguien de la tripulación.

Entraste en el barco y comenzaste a buscar a alguien con un ordenador, notaste que Yoru se quedo afuera con la cabeza levantada mirando al mar, para luego seguirte aunque mas despacio.

Encontraste a un joven limpiando los pisos, el cual se detuvo en su labor para dejarte pasar... 

La joven le sonrió amistosamente.

-Perdón... ¿Sabes de algún ordenador en el barco que pueda usar? Tan solo lo necesito para escribir. -preguntó haciendo en el aire el gesto de escribir en un teclado.