Partida Rol por web

Nru no estaba tan fuera de lugar como podría esperarse de alguien que fue rescatado de una prisión imperial. Aunque mantuvo una expresión tosca durante la cena —especialmente cuando algún hapano se acercó a darle una opinión que no había pedido— y apenas habló, sus modales —aunque culturalmente distintos— no estaban muy alejados de los de sus anfitriones. Se quedó cerca de Lou y de AQ-78 durante toda la velada, consciente de que rehuían a la mayoría de los invitados. 

Aquello era más por Kyal que por ella misma. De haber sido por Nru, habrían partido aquella misma mañana o habrían aprovechado las horas para descansar y hacerse con la nave. 

Tívna dedicó mucho tiempo a elegir un vestido de su gusto. A decir verdad, disfrutó mucho de ese momento de elección de vestimenta, y los que tuvieron ocasión de contemplarla durante esos instantes pudieron ver a una joven sonriente y muy contenta, charlando alegremente sobre si tal color o tela del vestido la favorecía más que otro. Aquél era su paraíso particular.

También prestó mucha atención al maquillaje, al calzado y a diferentes complementos que decoraran su Lekku, pues la decoración de su coleta para los momentos relevantes era un asunto al que los twi´leks daban extrema importancia.

Sin duda, ese tiempo invertido dio sus frutos, pues su elección resaltaba su belleza, y se presentó radiante a la ceremonia. Al entrar en el salón había en sus ojos un brillo de ilusión a pesar de los amargos momentos vividos en Kessel. Y pareció mantener esa euforia durante todo el tiempo que duró la cena, a pesar del distanciamiento de los hapanos.

Sonrió cortesmente ante los halagos, y en todo momento intentó continuar, quizás infructuosamente, una conversación con aquellos pocos que se atrevían a saludarla.

Sin embargo, el espíritu distante y algo frío hacia ella de los miembros de aquella corte fue minando poco a poco su optimismo y aumentando su inseguridad. Y al final de la noche se alejó solitaria y melancólica hacia alguno de los refinados balcones que rodeaban el salón y desde donde podían contemplarse los jardines del palacio y las hermosas vistas de la ciudad.

Allí se apoyó lánguida en la barandilla de lujoso mármol hapano, mientras sus grandes ojos grises lanzaban una triste mirada hacia el nocturno cielo estrellado.

Uno de aquellos distantes soles brilló con intensidad un momento antes de apagarse de nuevo, y pensó que quizás fuera precisamente en aquella lejana estrella donde se hallara su destino. **suspiro**

Seamus empezó la velada incómodo. Era un hecho que siempre se habia sentido fuera de lugar en las recepciones oficiales y con la nobleza. El piloto no tenia ninguna duda de ello ya que ésta era la primera a la que iba. Miró con cierto desdén a todos esos nobles, que les miraban de reojo, haciendo comentarios. Seguramente decian que parecia un payaso.

Que seamos sinceros - se dijo mirando las ropas de gala que le habian encasquetado - tienen bastante razon. 

Su percepcion de la noche fue mejorando con cada plato, ya que la comida era excelente y sin duda a años luz de lo que iban a comer en la nave. En todos los sentidos. Sintiendose fuera de lugar, se dedicó también a darle con alegria al vino para no pensar en que no pintaba nada alli. De hecho, con alegria creciente.

Camarero! Más vino! - gritó en un par de ocasiones a un hapano. En una de ellas resultó que no era el camarero

Pues si no es el camarero, va vestido de camarero - le comentó a Lou mientras se comía una especie de ostra. A ver si la culpa era suya porque el noble nosequien le gustase ir vestido de camarero.

Concentrado en los manjares y en los caldos, no habló mucho en toda la cena salvo para responder a preguntas directas con monosilabos o frases cortas. Al finalizar ésta, y habiendole cogido la botella entera de orujo hapano al tipo que venia a servirle (ya no tenia claro a quien llamar camarero y a quien no), se repachingó en la silla, mirando a sus compañeros con satisfacción. Así sí, joder, así sí.

Decir que varios hapanos tendrán interesantes historias que contar aquella noche a sus hijos durante la cena era ser redundante. Los intentos por vestir al Wookie fueron en el mejor de los casos, infructuosos. En el peor de los casos, hay cierta escena con 4 hapanos agarrados de los brazos del Wookie mientras este los zarandeaba en el aire. Fuera como fuera, la situación terminó con el Wookie... sin vestir. Pero con una elegante banda atravesandole el pecho, como toda tela que cubría su cuerpo. Al preguntarle, afirmaría que bajo el pelaje llevaba más ropa, pero esa era una idea de lo más... cuestionable. Eso sin decir que nadie se atrevió a comprobarlo.

Restando el asunto del vestuario, la cena fue... singular. Se pasó la mayor parte de la cena dedicando miradas algo hostiles hacia casi cualquiera que se atreviera a decir o hacer lo más mínimo hacia él. La peor parte fue cuando le tocó hablar ocn aquellos lo suficientemente valientes, o con suficiente escolta como para dedicarle alguna palabra de falsa cordialidad. el robot que les acompañaba... bueno, puede que él pensara que no lo entendía, pero se quejó un par de veces cuando traducía las cosas no exactamente como él quería.

Por que cuando un Wookie te dice "Sigue preguntando sobre ese tema y te arrancaré los brazos" no quiere decir "¿Le importa que cambiemos de tema?" ¡Este robot estaba roto! Y si algo había que destacar de la cena era la poca variedad para vegetarianos de la cuasl disponía. ¿Es que nadie pensaba que los Wookies pudieran tener una dieta vegetariana? (Bueno, algunos de ellos). Ahora bien, de lo que podía comer, comió por 30 humanos cuanto menos. Para los cánones Wookies él estaba en los huesos, y uno debía llenar la barriga cuando no tenía claro cuando podría volver a llenarla.

Y por extraño que pareciera, el wookie termino la noche sina rrancarle los brazos a nadie, algo bebido y hablando de hermosas mujeres llenas de pelo y fuertes como diez humanos. El paradigma de la belleza en Kashyyyk.

Si hay una circunstancia en la vida para la que está programado un droide de protocolo es para una velada de gala. Lo que no fue sencillo fue hacer entender a quienes insistían en vestir a Mr. Louwokka que él ya estaba perfectamente vestido y que un cepillado a conciencia era suficiente para comparecer en la velada. Sin duda, tanto tiempo separados del resto de la galaxia había hecho que nuestros anfitriones no tuvieran en consideración tal hecho.

Finalmente, decidió que era mejor que Lou, como lehabía permitido que sedirigiera a él, manifestase en sus propios términos su opinión sobre el vestuario. Y resultó de lo más acertado, pues hay que reconocer que en ocasiones se puede perder parte del significado original cuando estamos traduciendo. A pesar de concentrarse principalmente en sus labores de traductora del wookie, AQ-78 no olvidó en momento alguno al resto de sus compañeros, informando en profundidad de las costumbres hapanas para evitar así momentos tensos posteriormente. Aprobó sinceramente el aspecto de Tivna, elogiando su buen gusto e hizo todo lo posible para conseguir que Nru se sintiera integrada, proporcionando a la joven conversación de su interés. Oh, y el capitán y el vino... muy poco aconsejable. No obstante, al ser requerida casi constantemente por Lou para integrarse en los grupos de conversación poco  o nada pudo hacer. No estaría bien visto que un miembro de la tripulación reclamase nada a su superior en público.