Partida Rol por web

Afinas tu puntería un ¡BAM! aciertas al troll en un ojo, haciendo que se retuerza de dolor. La fétida criatura retrocede unos pasos y al pisar una piedra da un traspies y cae al suelo de espaldas. Los gritos de agonía os ensordecen e incluso hacen retumbar un poco el suelo.

- ¡Bien echo hijo! - clama tu padre cuando ve caer al troll - No creo que podamos matarlo pero nos has dado un tiempo valioso. ¡Salgamos de aquí cagando hostias!

Volk se levanta y se acerca hasta vosotros cojeando. El golpe que ha sufrido no es mortal para él pero tardará en recuperarse.

- ¡Sí! Exclamo cuando acierto al troll en el ojo y eso provoca que caiga al suelo. Como me gustaría acabar con él y volver a su cueva para ver si esconde algún tesoro. Pero padre tiene razón, es demasiado fuerte. Además ya la he liado bastante por hoy… Pienso mientras me giro y comienzo a Correr. - Vamos Volk. Apremio al lobo. Aunque el golpe que ha recibido ha sido duro, yo sé que él puede resistir mucho más. Seguro que no ha sido para tanto y el muy listo cojea aposta…

Mientras sigo corriendo, me permito el lujo de alabar mi último disparo. - ¿Habéis visto que puntería? Más os valdría aprender un poco. ¡Si no es por mí, ese bicho nos come! Me chuleo con total descaro, a pesar de que si nos hubiera comido, en verdad habría sido mi culpa por insistir en entrar a la cueva.

Corréis durante un buen trecho, todo lo que vuestras pequeñas piernas dan de si, hasta dejar bien atrás los gritos del troll y su fétida guarida. Cuando paráis tras el sprint que os habéis pegado, tu padre comienza a toser, jadeando por el esfuerzo - ¡Estoy viejo para estos trotes, joder! Será mejor que nos alejemos de aquí todo lo que podamos, no quiero que ese bicho verdoso le de un bocado a mi culo - Khota escupe al suelo y se recompone para seguir la marcha - Mantened los ojos bien abiertos. No me gustaría volver a casa sin una maldita presa

- Padre deberías ir pensando en la jubilación. Ja-Ja-Ja. Me río sarcástico.

Rápidamente me pongo a buscar un rastro. Miro a Volk para ver si seguía cojeando y le toco el lomo. - ¡Agudiza el olfato! Esto no ha sido todo por hoy amigo. Le susurro para pedirle ayuda.

Intento no perder detalle según vamos avanzando. Tengo que ser yo el que encuentre un buen rastro, bastante la he cagado ya… Aunque pienso así, nunca lo voy a reconocer. De hecho, de mi mente para afuera deberían estarme agradecidos porque el troll no los comiera vivos.

Os desperdigáis un poco para cubrir más terreno entre los cuatro. Al rato, uno de los compañeros de tu padre comienza a gritar.

- Khota, he encontrado algo - el enano señala en dirección a una arboleda que se extiende en dirección sur. Cuando os acercáis hasta su posición podéis ver claramente las pisadas de dos o tres jabalíes. El rastro es bastante reciente.

Volk olfatea las pisadas y, todavía dolorido por el golpe del troll, gruñe también en dirección a la arboleda.

A pesar de poner todo mi empeño, la suerte no está de mi lado esta vez. No consigo encontrar un rastro y es uno de nuestros compañeros el que lo hace…

Cuando veo las huellas de los jabalís, me regocijo por dentro. Bien, parece ser que no volveremos con las manos vacías. Pero hacia afuera mi actitud es diferente. Me molesta no haber sido yo el que haya encontrado el rastro, así que intento apoderarme del mérito final. - Vamos, vaya rastro… Digo haciendo ver que era bastante malo, a pesar de que se veían con claridad las huellas. - Menos mal que Volk podrá guiarnos por su olfato, que si no… Intento dar a entender que si no es por Volk, volveríamos con las manos vacías.

-Vamos Volk, haz un último esfuerzo y llévanos a los jabalís. Ordeno al dolorido lobo y comienzo a moverme silenciosamente siguiendo el rastro, que es tan claro, que no tengo que estar muy pendiente de Volk.

¿Cómo que vaya rastro? - pregunta indignado el enano - ¡Al menos he encontrado algo que no pretende matarnos!
Tu padre y el otro enano le ríen la gracia y enseguida se ponen en marcha, en dirección a la arboleda.

- Vamos a separarnos para cubrir más terreno. Nos encontraremos en este punto a la caída del sol - dice tu padre - Buena caza, señores

- Psssiiii. Ya me lo dirás cuando cace más que tú porque pierdas el rastro… Le replico antes de irme por la zona que me ha tocado.

Ya solo, me concentro y pongo todos mis sentidos alerta. Tengo que demostrar que soy el mejor y no me voy a permitir ni un fallo. -¡Volk, Manténte alerta! Aviso a mi compañero.

Va pasando el tiempo y no consigues dar con ningún rastro. ¿Acaso los animales se habían desvanecido en el aire? No podía ser...

Sigo intentando hallar un rastro con insistencia y al fin consigo un buen rastro. Lo sigo con paciencia intentando ir en silencio para no ahuyentar a la presa. Una vez veo al jabalí me intento acercar con cuidado de no hacer ruido, hasta ponerme a distancia de disparo.

Cuando estoy a punto de disparar, el animal se percata de mi presencia y echa a correr. Yo ya iba apuntando previamente, así que me da tiempo a hacer un disparo desesperado por darle.

- ¡Bingo! ¡A por el Volk! Apremio al lobo para que acabe con él animal.

Me estoy frotando las manos al lado del cadáver del jabalí por la buena presa que he conseguido, cuando me percato de unas huellas a pocos metros de distancia. Las sigo tan sólo unos metros y al pasar unos árboles, veo otro hermoso y tierno jabalí. Me acerco con cuidado y está vez si consigo ponerme a distancia de disparo sin que se dé cuenta el bicho.

Disparo con rapidez para tener otra oportunidad en caso de fallar. Antes de ver si he fallado ya tengo cargada la ballesta con otro virote y esta vez sí, acierto a mi objetivo. - ¡Toma, dos piezas! ¡A por él Volk!

Junto los dos cuerpos de los jabalís y me vuelvo arrastrándolos al lugar de encuentro. Seguiría cazando, pero tengo que dejarlo ante la imposibilidad de cargar más piezas.

Tras cazar al segundo jabalí te das cuenta que ya se ha echo la hora acordada para reunirte con tu padre y los demás. Así pues, vuelves al punto de reunión con tus dos piezas y allí solamente está tu padre, con una sola pieza.

Al momento aparecen los otros dos enanos, cada uno por un lado, y ambos con tres jabalíes cargados al hombro.

- Parece que nos hemos quedado con todas tus presas, Khota. Estás perdiendo facultades. Hasta tu retoño lo ha echo mejor que tu, jajaja - dice el enano que había descubierto el rastro de los animales hasta la arboleda, riéndose a carcajada limpia.

- Cierra esa bocaza! - le grita Khota bastante malhumorado - Será mejor que volvamos a casa antes de que anochezca.

Al ver a mi padre con un solo jabalí ya me voy riendo por dentro. Cuando estoy a punto de abrir la boca para meterme con él, aparecen nuestros compañeros con tres piezas cada uno. ¡Tendrán suerte! Pienso bastante cabreado.

Mi cabreo aumenta cuando uno de ellos abre la boca para meterse con mi padre. ¿Retoño? ¿Me ha llamado retoño? Empiezo a acumular rabia y no tardo en abrir la boca. - ¿Pero de qué presumes? ¿Qué pasa, que los jabalís se te han puesto delante y se han quedado quietos por propia voluntad? ¿O es que has cazado a mamá jabalí y sus dos bebes? ¡Pssii! Me giro de un modo un tanto despectivo y comienzo a andar junto a mi padre y Volk para volver a casa.

Los dos enanos se ríen a carcajada limpia cuando empiezas a hablarles, pero ninguno responde a tu bravuconería, más bien tratan de quitar hierro al asunto antes de que las puyas degeneren en una pelea.
- Venga, no os enfadéis. Hemos sobrevivido a un troll y aun encima volvemos con las manos llenas. ¡Cuando lleguemos a Mina Argenta lo celebraremos con jarras de la mejor cerveza!

El camino a casa se te antoja largo y la noche os sorprende antes de lo esperado. Es al caer el sol, cuando aún os faltan un par de horas para llegar a casa, cuando sentís como el suelo tiembla bajo vuestros pies. El temblor no dura mucho, a penas unos segundos...

Contesto con mi típica arrogancia a las nuevas palabras del enano. - ¿Quien se enfada? Sabéis tan bien como yo que a beber sí que no podéis ganarme. Ja-Ja-Ja-Ja. Me río con unas sonoras carcajadas.

La noche cae antes de que lleguemos a casa y es algo que no me gusta en absoluto. Voy mascullando que no se les ocurra pensar en acampar, que bajo ningún concepto no voy a dormir en mi cama, cuando un temblor nos sorprende. - ¡Por la barbas de Ebrik! ¿Qué narices ha sido eso?

Tu padre y los otros enanos se quedan tan sorprendidos como tu cuando ocurre el temblor. Por fortuna solo ha sido eso, un temblor, y no sucede nada grave. Avanzáis hasta llegar sanos y salvos hasta las puertas de Mina Argenta.

-Hogar, dulce hogar! - exclama tu padre cuando estáis por fin resguardados bajo el techo de la enorme caverna, como si la estancia al aire libre no fuese del todo placentera para él - Vosotros ir a dejar las presas en la Cámara del Comercio y no olvidéis exigirle a los carniceros un pago justo por los jabalíes! Yo me encargaré de presentar el informe del día ante Lord Ebrik.

Sólo ha sido un temblor o al menos eso parece, sin embargo no me quedo del todo tranquilo con ello.

La satisfacción de llegar a casa con una buena caza, es una de las mejores cosas que se podían sentir. - Buenoooo, pues un purito para el pecho por lo bien que lo hemos hecho.  Digo nada más entrar. Me saco un puro y me lo prendo, dando una profunda calada sintiendo todo el humo en mis pulmones.

- ¡Entendido padre! Contesto escuetamente mientras dejo salir el humo de mi primera gran calada. - ¡Vamos! Digo a los otros dos haciéndome el líder ante la ausencia de mi padre.

Volk sigue a mi lado, siempre silencioso, a pesar de la persistente cojera tras la lucha con el troll. Tengo que mirarle esa herida cuanto antes…  Pienso de camino a la Cámara del Comercio.

Te encaminas hacia la cámara de comercio, el lugar donde se encuentra el mercado de Mina Argenta. El movimiento de gente a estas horas de la noche es bastante pobre en comparación con las mañanas, pero aun así hay varios puestos abiertos casi todo el día.

Bunch, el carnicero, uno de los enanos más influyentes de la cámara de comercio, te asalta como salido de la nada.
- ¡Por fin ha llegado la carne! - grita todo emocionado al verte con los jabalís a cuestas - Bunch se hará cargo de esas piezas, caballero. 100 piezas de oro por ellas, ¡no encontrarás un precio mejor en toda la cámara!