Partida Rol por web

Cuando entran a la forja, pueden ver a un enano, trabajando de espaldas a ustedes en la forja del sur.
En este momento, está terminando de forjar una punta de lanza.
En eso, una gota de sudor cae del codo de Henutsen sobre un charco de lava.
chshhht!.

El enano, se vuelve hacia el grupo, evidentemente sorprendido por vuestra presencia.
Dejando la pica sobre un yunque, sonrie extrañado...

Ehhhrhumm.....Hummmm....¿Quienes son ustedes? Pregunta alzando una ceja gruesa y poblada de pelos, que casi parece una de las patas de Kasr

 Dranger mira sorpendido al enano, en verdad era lo último que esperaba encontrarse en medio de este maldito desierto y con asuntos relacionados con péfidos dioses e ídolos malignos.

 - Yo soy Dranger, del clan de los Barbacobriza, y estos son unos aventurrerros. Estamos dando un vistazo a esta ciudadela de las llamas que ha rreaparrecido trras varrias décadas.- Tras esta escueta presentación pregunta.- ¿Y tú, qué carrajo haces en medio de tanta arrena y calor, en medio de ninguna parrta?

Leila miró sorprendida al posible herrero. Sin embargo, sus modales cortesanos aparecieron de inmediato al ver que era el primer ser vivo de la ciudadela que no intentaba matarlos.

- Perdonad que ni siquiera nos hayamos presentado como corresponde a los recién llegados. Mi nombre es Leila Roblefrondoso, sanadora ¿Puedo conocer vuestro nombre por ventura?

Permanezco en segundo plano, sin fiarme mucho del forjador que acabamos de encontrar y haciendo una señal al leon para que siga aguardando fuera.

Lo cierto es que lo que menos se esperaba encontrar Owen aquí era un enano. Aunque si el lugar era una forja tenía sentido ya que esta raza es famosa por sus creaciones.
Prefirió que Dranger llevase la voz cantante en el asunto, aunque no dejaba de mirar a otros lados por si acaso salia algun ser como el de ayer.

Rrrmmm....rumia el enano ante las palabras de Dranger. Yo que hago? Trrrabajo acá en la forrja...

El armero mira a Leila apenas un instante, y volviendo a ver a Dranger dice aunque a regañadientes...
Vulcus.

Todos presuponen que ese será su nombre...aunque él no aclara demasiado. El enano, los mira con un unico ojo, (el otro es solo una cuenca blanca y ciega), y pregunta con una expresion algo maligna en su inquietante rostro...
Rrrrmmmmm.....y que buscan ustedes porrr acá?...mjmjjmjijjmmm Pregunta él a su vez, con una risa algo estremecedora....

Parecen aventureros con ganas de saquear éste lugarrrr...aunque...aventurreros en medio de éste desierto desierrrrto?...Extrrraño. Lo cierrrto es que no parrrecen trrabajar para Hafshi...

Todo el mundo parece pensarselo demasiado, y el engaño no ha sido nunca una de mis artes, asi que pongo nuestras cartas sobre la mesa para intentar ver de que lado se posiciona Vulcus.

- Hemos viajado hasta aqui para recuperar el idolo de Moloch - le explico muy lentamente - ¿sabes donde esta? ¿para quien fabricas esas armas? ¿tienen algo de especial? - le comento sin separar mi mano de la cimitarra...

Al parecer el enano estaba tan sorprendido como el resto del grupo por la presencia del herrero. Por lo que Henutsen tomó cartas en el asunto y explicó la presencia de estos en la ciudadela.
Lo cual estaba bien para Owen. No tenía tacto suficiente como para ser diplomatico, y mentir no se le había dado nunca bien. Con lo que la reacción del druida le pareció coherente. Si se tenían que enfrentar al enano mejor ahora que eran cinco contra uno que no más adelante cuando pudiera tener compañia.

A punto estuvo de lanzar un hechizo, pero al final se lo pensó mejor y prefirió no soliviantar al herrero de momento. Y se quedó esperando una respuesta de este.

El ídolo de Moloch? Rrrummmmm....Pues yo no lo tengo! Responde algo mosqueado por vuestra presencia.
El verse rodeado por extraños, armados, y preparados para desenfundar sus armas y arrojarse sobre él no ayuda demasiado.

Las fabrico para quien me contrató. Ni se te ocurra tocarlas! le grita al druida, al verlo preparado y con la mano sobre el puño de su cimitarra.

Tranquilo, enano. No venimos a robarte, solo a acabar con los cultistas de Moloch y tu no pareces uno de ellos.
Si nos ayudas, te podrás ir de éste desierto espantoso, no es eso lo que quieres? Podrias llevarte algunas de éstas armas contigo.

Rrrrmmmm....Rumia el enano. En realidad eso suena muy bien. Ya me cansé de éste lugar...más que una forja es una celda para mi. Mmmm.
La verdad, es que no estoy muy a gusto con éste culto tan fogoso, hohohohohoho.... confiesa Vulcus rascandose el ojo que no lleva emparchado.

Trabajo aqui porque me contrataron para forjar armas para el ejercito de Hafshi, pero hace tiempo que estoy trabajando y comienzo a sospechar que esa cleriga traicionera no va a pagarme más que con una hoguera...
Si piensa que voy a trabajar solo por lealtad a su fueguino Moloch,....se equivocó de enano. Rrrrummmmm.

Vulcus, toma de nuevo la lanza que estaba armando, y observa el filo con ojo experto...
Hmmmrrrrmmm. De todas formas, mi trabajo aqui me obliga a impedirles el paso...rrrrrmmmm, pero por todas las chispas que no me importaría demasiado si este culto cayera...Mmmmrrr.

- Ooooh, venga, si quieres puedes acompañarnos mientras profundizamos en este infierno. O si lo prefieres, puedes irte por donde hemos venido. El guardian de la entrada y el demonio del puente ya han caído, tienes vía libre para salir. Llévate tus armas contigo, parecen francamente buenas, y en cualquier lugar civilizado te pagarán bien por material de tan buena calidad. Y si cargar con todo es difícil, al menos déjanos pasar, y cuando volvamos prometo que te ayudaremos con la tarea. Y si morimos en el intento, simplemente dices qeu el mago conjuró un hechizo de sueño y no pudiste detenernos... No tienes nada que perder.

Dorrrmirme? A mi? Yo nunca me duerrrmo en el trrabajo! Le responde muy molesto.
Que no me gusste este culto no significa que vaya a hacerr mal mi trrabajo humana!

Vulcus sostiene ahora la lanza, aunque no hace ningun amague por atacarles.
Yo no me duerrmo, nunca lo hice! Agrega en voz baja como para si, como si recordara algun mal hecho del pasado.

Al parecer el enano llevaba demasiado tiempo aquí metido y el calor le había pasado factura. No se aclaraba con lo que quería. Owen prefería no tener que pelear con él. Ya que seguramente esa clérigo de la que hablaba ya sería lo suficientemente peligrosa ella sola, si es que estaba sola.

Mira Vulcus. Nosotros vamos a pasar y a llevarnos el idolo. Tienes dos opciones, o dejarnos pasar y seguir a lo tuyo hasta que derrotemos a esa Hafshi o ella nos mate a nosotros. O puedes tratar de impedirnos el paso y acabar mal parado.
Tú decides.

Estaba claro que la diplomacia no era una de las virtudes del mago.

Me coloco cerca de Owen, con mi mano en la cimitarra y aspecto desafiante, dando a entender que apoyo cada una de sus palabras.

Rrrmmmmm rumia el enano aferrando con fuerza la pica casi terminada.
Mira fijamente a Owen...

A ese le puedo atravezar ese fragil cuello desde acá. Y luego tendría que matar rapido al leon para poder luchar de igual a igual. Pero aun asi....mmm.

Mira entonces a Dranger, y afloja el puño.
¿Y luego que? Seguir trabajando para que un dia me vengan con que no van a pagarme nada? Mmmm.
No me molestaria que pasaran de largo sin que me diera cuenta, por el ruido...y si tienen suerte y acaban con esa sacerdotisa, pues mucho mejor....Mmmm

De acuerdo. Murmura el enano volviendose de espaldas.
Yo estoy concentrado en fabricar las armas que me encargaron...si ustedes pasan sin presentarse, no tengo porque escucharlos...
El enano, se pone a golpear el yunque, con mucha más fuerza que antes, haciendo un ruido ensordecedor.

Evidentemente no le gusta mucho la situación, pero se calla de una vez y se pone de espaldas a las escaleras en caracol del centro de la forja...

 Tras las palabras de Vulcus, Dranger dejó escapar un ahogado suspiro. En un gesto mudo pero enérgico y respetuoso asintió ante el fojador. Sin decir más el enano emprendió el camino hacia la rampa.

 - Cuando esto terrmine me gustarría verros de nuevo, maese forrjadorr.- Y sin decir más emprendió la ascensión.

El corredor va ascendiendo y ensanchándose. Las paredes están decoradas con una figura femenina. La peregrina lleva un idolo de Moloch en el hombro. Muchos otros dibujos adornan los muros a medida que van ascendiendo.

De pronto, en una fisura en la pared exterior sopla aire calido, seguramente proveniendo de la forja del piso de abajo...a un lado de la fisura, hay una pila de arena ennegrecida.

Cita:

Antes de subir hago una señal al Leon para que nos acompañe. Intento ir detras de Imdlara y Dranger. La picara es quien mejor pede detectar cualquier dispositivo y Dranger es capaz de llevarse por delante cualquier asaltante... Cuando pongo un pie en el corredor, echo un vistazo general, deteniendome en las cenizas negras, a ver si puedo averiguar de donde han salido.