Partida Rol por web

:|: Sala de Seguridad :|:

- Yo tambien lo prefiero – le digo tranquilamente a ese tipo (Doc) y salgo de la habitación.
Mientras estabamos atendiendo a la chica la gente habia comenzado a buscar objetos que pudiesen servir de algo o salidas hacia un lugar mejor.  Un chico (Noah) habia abierto la rejilla de el conducto de ventilación y invitaba a todo aquel que quisiese a tomar esa ruta con el, cosa que varios hicieron con la esperanza de escapar. Me pare un rato a pensar que camino deberia tomar…¿salgo con parte del grupo por el conducto de ventilación o me quedo aquí?... difícil decision, por una parte salir fuera tenia la ventaja de descubrir el entorno y el grupo parecia lo suficientemente grande como para no caer en las garras de los zombies, por otra parte, quedarse aquí suponia poder observar la evolucion de la chica a la que habian mordido y conocer los pasos que siguen para “transformarse” en uno de ellos, “porque realmente, la chica ya esta muerta..”. Despues de pensarlo un rato decidi seguir al grupo del conducto de ventilación y entre detrás del ultimo, rezando mentalmente para que a la vuelta me diese tiempo de ver como la chica se zombifica.

"Y dicen que cada salida es una entrada a otro lugar. Pobres de ellos que no saben qué puerta están escogiendo..."

:|: Sala de Seguridad, Centro comercial de Routherville :|:

Uno a uno, son seis las personas que al final deciden abandonar la Sala de seguridad en rumbo a lo desconocido partiendo por el conducto de ventilación. En orden de entrada, son Noah Hammer, Katherine Locust, Matthew Ellman, Adam Moore, Adrian Lynx y Jhon Kaine, que entra cuando parece que ya no hay nadie más que quiera ir. Sin embargo, en el último momento parece cambiar de decisión de repente, y Darius Levas se mete detrás. Así, en una fila y a cuatro patas acaban abandonando la escasa seguridad de que disponían por un motivo u otro, pero todos ellos con grandes pretensiones de lograr sobrevivir a este fin del mundo.

Al otro lado de la Sala de seguridad, subiendo una quincena de escalones, Ivanov Kauton decide no quedarse a esperar impulsado por un pensamiento que no se puede sacar de la cabeza y que lo impulsa y guía en esa dirección. Una vez arriba y con la puerta abierta, contempla frente a él un tejado plano gobernado por un helipuerto vacío y todo ello rodeado por una verja metálica a través de la cual se puede ver buena parte de Routherville. Acuciado por el instinto, una fuerza misteriosa le insta a acercarse al armatoste de acero y cemento del que un helicóptero puede despegar o posarse. Pero no es la parte superior lo que le llama sino la sombra de debajo, que ni el sol deja pasar a través...

[Sala de Seguridad]

Me han dejado solo en la habitación con una chica que de un momento a otro podría convertirse en uno de ésos monstruos. La idea de quedarme a esperar cuánto tarda en zombieficarse es verdaderamente fuerte, pero no me voy a quedar de brazos cruzados mientras espero a que me devore. Para investigar, a veces hay que mancharse las manos.

Me levanto y corro todas las cortinas de la sala para que no puedan ver, compruebo mis guantes de látex y mi máscara y vuelvo hacia la chica. Agarrando otro sedante, le coloco una pequeña dosis para aumentar su insensibilidad al dolor, dado que ya no era aguantar un mordisco en la pierna, sino que tendría que soportar una intervención quirúrjica de tercera en un lugar falto de higiene. Claro que, para higiene, la que te faltará cuando devores a la gente a mordiscos.

Dejo los utensilios muy cercanos al cuerpo, al que muevo para dejar boca abajo con mucho cuidado. Así, con la "almohada" en la frente para que no se le corte la respiración. No interesa que muriese. Éso me lleva a preguntarme si aceleraría el proceso. Algo más que investigar, si es que es demasiado duro pensar en el bien de la ciencia.

- Bueno, bueno... ya estamos aquí... mi primer contacto con un pre-zombie -Susurro, mientras comienzo a desinfectarle la zona de la nuca que voy a intervenir-. Ni siquiera vas a saber lo que ha pasado, con la cantidad de morfina que tienes en tu interior, ni siquiera notarás que te conviertes en uno de ellos.

Me pregunto si dolerá, la transición. Imagino que éso depende de la forma en como mueres, es una explicación más que lógica. ¿Le duele morirse a un hombre que se atiborra de pastillas contra el insomnio? No, ¿se zombifica? Puede. Otra gran incógnita...

En fin, no hay tiempo que perder, comienzo a hacerle lentamente un corte a la altura de la primera cervical, dispuesto a cortar un nervio que dejase a ésta chica tetraplégica. Así, evitaríamos que el zombie se moviese, con lo que podríamos estudiarlo mejor. La operación en sí no tarda demasiado, no es muy complicado, pero tampoco es como para tomárselo a risa o podría acabar rebanandole el cuello, lo que no interesa. Taparle la herida no es nada complicado, pero me limito a impedir que sangre y poco más, no quiero gastar demasiados útiles en alguien muerto.

Vuelvo a darle la vuelta y la dejo boca arriba, antes de coger mis cosas y salir a fuera, buscando a los demás. Quedan pocos, casi nadie, pero una mujer teclea el ordenador con tranquilidad, así que asumo que es zona segura... de momento.

- ¿Y los demás?

Después de probar todo lo básico y sencillo y que debiera de funcionar en los diez primeros segundos frente al ordenador, te pones a cacharrear con el hardware ya que toda la parte de software parece no querer funcionar un ápice, y curioseando, curioseando, te encuentras de repente con un aparato que no has visto nunca en todo el tiempo que llevas dentro de la informática, y del que si acaso has oido hablar alguna vez, un lector de tarjetas IBM (viejas) que parece tener lo mínimo una veintena de años, lo que implicaría que era una de las más modernas, donde solo había que meter la tarjeta hasta el tope para que pudiese leerla, en vez de tener que andar enganchándola en un rodillo como en sistemas más viejos.

Aunque es un hecho que te deja un tanto perpleja, sin duda la falta de una tarjeta legible parece ser el único concepto que existe para que el ordenador no funcione, porque en definitiva el resto parece estar en unas condiciones aceptables, para un ordenador que tiene al menos un lustro, todavía con una pantalla de las enormes.

|Sala de Seguridad-Frente al ordenador|

-¡Venga ya! ¿Cuál es tu problema?-replico, frustrada con el sistema porque no me deje entrar con los comandos más básicos, ni siquiera para entrar en modo seguro. Tampoco he intentado nada más complicado, porque tampoco es como si el tiempo fuera gratis ahora mismo.

Me echo atrás en la silla, apoyando sólo la parte alta de mi espalda, y es cuando veo el lector de tarjeta perforada, la cosa más vieja y obsoleta que podría echarme nadie a la cara. Porque, joder, sé lo que es, pero aún así es hasta raro...no parece servir para el tipo de tarjeta perforada que yo he visto; parece para algo más pequeño, y por lo tanto, más moderno en el concepto de lo que debía ser hace veinte años o así.

Una tarjeta peq...Me llevo enseguida la mano al bolsillo de la chaqueta y saco la tarjeta que me había encontrado hace un rato ahí mismo, la que se había materializado de la nada.

Tendría narices que funcionase. Pero tampoco me parece que el ordenador me deje acceder de otra forma que no sea pasando lo que tenga que pasar por el lector.
Engancho la tarjeta azul en el lector, porque al menos parece del tamaño indicado.

Sé que lo hago tarde, porque tengo esa bella habilidad social de escuchar las cosas y decidir que contestaré cuando me salga de entre las piernas, pero he oído una pregunta hace un instante, así que en la que espero resultados, musito:

-Por ahí. He oído algo de irse, pero no sé si alguien se habrá ido o quienes...

- Genial, eres de mucha utilidad -Ironizo, volviendo sobre mis pasos para observar la evolución de la chica.

Tras comprobar que no hay ningún puto monstruo nada más salir de la puerta, comienzo a caminar paso a paso hacia lo que sea que haya en ésta especie de azotea. No quiero sorpresas, es por éso que tomo todas las bifurcaciones por el lado opuesto al que se bifurca, para ver con distancia si hay algo tras cualquier recodo.

Chasqueo la lengua cuando ante mis ojos se alza Routherville en su "plena esplendor", llena de incendios de aquí y allá, cristales rotos y puertas tumbadas. El párking del Centro Comercial está lleno de ésas cosas, por lo que está claro que estar en la otra punta del pueblo ahora mismo sería lo ideal. Venir al Centro Comercial ha sido un error, es un lugar cerrado con fácil llegada para ésos seres y tarde o temprano, acabarán llegando o nosotros nos quedamos sin reserva de suministros. Debería haber tirado por otro camino.

Veo algo, algo se mueve bajo la plataforma para los helicópteros. Volviendo a apuntar con la pistola, me acerco paso a paso, muy pendiente de ésa cosa, que no parece medir más de metro y poco.

- Sal que te vea -Gruño, apuntando a lo que imagino que será su cabeza.

El ordenador tarda varios segundos en reaccionar cuando introduces la tarjeta, pero la torre parece volverse loca encendiendo todas las luces que indican que se está llevando a cabo alguna clase de proceso que requiere de mucha, por no decir casi toda la memoria de procesos, antes de que todo ese esfuerzo se refleje en la pantalla, cuando las letras se desintegran de izquierda a derecha en pequeños cuadraditos negros, cual animación hecha por un niño, y debajo aparece la frase de Welcome, justo antes de desaparecer todo el fondo azul y encenderse un sistema operativo de windows XP totalmente normal, con una media docena de iconos en el escritorio y sin barra de tareas ni de inicio. Y el teclado es lo suficientemente viejo como para no tener siquiera un botón de inicio tampoco.

En el tejado de la Sala de Seguridad, Ivanov ha descubierto una imensa cantidad de... nada. Coronado por un helipuerto vacío, el tejado plano solo ofrece unas vistas decentes y una temperatura agradable al sol de la mañana, que se alza imperioso sobre el pueblo. Sin embargo, por alguna razón ni una parte de esa potente luz consigue iluminar el bajo de la plataforma de aterrizaje, elevada algo más de un metro sobre la grava y a la que se accede por una escalerilla. Y es precisamente bajo esta superficie, en la total oscuridad, que algo llama la atención de Ivanov que se vuelve hacia ahí apuntando con su pistola, amenazante. Por desgracia para él, antes de que pueda hacer nada más, una forma oscura lo ataca de repente, como un látigo pero más fuerte y grueso, tirando de él hasta que desaparece en la oscuridad, antes incluso de que pueda gritar.

En un momento estás alzando tu pistola hacia la oscuridad que hay debajo del helipuerto, y al instante siguiente algo te engancha la pierna con un agarre más fuerte que el de un oso y tira de ti hasta la oscuridad sin dejarte siquiera arrastrarte por la grava que cubría todo el suelo. Te ves envuelto en oscuridad durante un tiempo indeterminado, preso de una fuerza que te arrastra sin poder apenas moverte, y cuando ese frío abrazo desaparece de tu pierna y dejas de moverte aún te mantienes preso por el invisible agarre durante varios segundos más, hasta que apareces de repente en una cámara de horripilante aspecto y dimensiones titánicas, con enormes pilares soportando las paredes y lo que parece una única salida, y sin embargo tu paso en esa dirección está impedido por la figura de un hombre anciano ataviado con una túnica y que porta un extraño bastón rodeado por una serpiente. Antes de que puedas alzar del todo tu pistola, o llevar a cabo cualquier acción, el hombre extiende el báculo hacia ti y sientes tu cuerpo otra vez prisionero de una parálisis glaciar. Por fortuna para ti, parece pensárselo mejor tras varios segundos de meditación, y vuelve a apoyarlo a su lado liberándote del congelamiento mientras suelta unas pocas palabras de tono grave.

-Vamos, no creo que tengamos que volver a pasar por todo esto otra vez, ¿no crees, Ivanov?

:|: Sala de Seguridad :|:   

Todo el mundo se ha impacientado y han decidido buscar una salida. Durante largo tiempo dudo de que hacer, que camino elegir, que decisiones tomar...En un principio había pensado quedarme con la mujer herida hasta que hubiera fallecido por la infección, pero no sabría que hacer después cuando se hubiera levantado convertida en uno de ellos. Cuando Doc corre las cortinas de la sala dedico una breve oración por el alma de aquella joven, esperando que la ayude a abandonar ese cuerpo corrompido y librarse de todo mal.

Un grupo ha decidido partir por los conductos de ventilación, mientras que el matón del ruso Ivanov ha optado por seguir escaleras arriba. Esta última opción no era una tan mala...salvo por la compañia. Cuando veo que Darius también se introduce a última hora por el tubo lo tengo claro...Si hay que huir mejor con gente de confianza...Antes de seguir al grupo intento convencer a Valentine para que se una a nosotros, pues la puerta no va a aguantar eternamente:

- Vamos, sigamos al grupo. Esto se mantendrá seguro por muy poco tiempo... - digo mientras me mantengo un poco agachado a un lado de la entrada al conducto y le hago gestos para que pase delante.

Si la respuesta es negativa vuelvo a insitir más seriamente, pero si se demora en exceso en su decisión o se niega en rotundo me introduzco en los tubos de ventilación siguiendo al grupo.

Me quedo mirando al Padre cuando me habla, sin llegar a escucharlo. Desde el momento en que han encontrado a la chica mordida me he quedado como congelada, dandome cuenta de que todo lo que me habia pasado en la entrada no habia servido para nada porque no soy capaz de repetirlo. Cuando me lo vuelve a repetir, me doy cuenta de que tratar de salir seria un suicidio.

- Yo... me quedo - alcanzo a decir - salir afuera y lanzarse contra los zombies es de locos, y si hace falta aqui hay un sitio seguro al que volver a refugiarse. Y si encontrais comida, yo podria prepararla. -No sirvo para mucho mas. Me aparto del Padre Stark, negando con la cabeza ante sus intentos de que me vaya con el, y lo miro marcharse por el tubo de ventilacion para reunirse con el grupo que se ha ido.

Incapaz de convencer a la joven, y tras soltarle un último vistazo para asegurarse de que no viene, el Padre Stark se asoma al conducto de ventilación, viendo a la izquierda que la máquina de aire corta el paso, y convenciéndose así de qué camino ha de tomar. Con eso en mente, Stark entra en el conducto y se pone a avanzar lentamente, transformándose así en el octavo pasajero del grupo que sale a investigar.

[Conjunta Ivanov - Master]

~ Azotea - Caverna de los horrores - ? ~

Ivanov: Suelto un "¡Mierda!" en el mismo momento que noto una fuerte sensación de sacudida en el estómago y caigo al suelo, para poco después no poder ver nada al volverse todo negro. Descubro con horror que no puedo moverme y, aunque intento con todas mis fuerzas soltarme, no lo logro. Me importa un carajo que todo esté oscuro mientras pueda estar suelto, "yebat", ¿qué coño...? ¿Dónde estoy?

Por acto de supervivencia, miro primero mis proximidades y luego en la lejanía, en busca de salidas. Veo una y, cuando me acerco, un tipo con ropas muy raras está esperando. Pienso en pegarle un tiro, pero ni siquiera he aumentado la fuerza de agarre de la pistola que de nuevo estoy paralizado. "Derʹmo" parece que la suerte no está de mi cara.

- ¿Nos conocemos? -Gruño, sin alzar la pistola pero con ella en la mano y fuertemente agarrada. El seguro quitado, genial-. ¿Quién o qué coño eres?

Master: El anciano te mira por debajo de su capucha, y puedes notar sus ojos fijos en ti pese a que no puedas siquiera verlos bien. Os separan una veintena de pasos, pero en un ambiente tan basto esa distancia parece hasta pequeña. 

Parece tomárselo con tranquilidad, como si le gustase la posición de dominante, o bien no le importase en exceso perder tiempo. Tras alrededor de un minuto de fija contemplación, su rostro se desvía hacia la izquierda, como si escuchase una voz, y hasta a ti te parece escuchar un suave susurro ininteligible.

-Vaya, vaya.  No me sorprende que me hayas olvidado a mi, pero Él se siente un tanto defraudado con tu falta de memoria. Pero al fin y al cabo, una reversión siempre puede conllevar estos riesgos si las fuerzas son grandes, y sus controladores incautos. Ya que no te acuerdas, -mientras empieza la nueva frase, apoya el bastón hacia su derecha, y empieza a caminar en un círculo perfecto a tu alrededor con pasos lentos y deliberados mientras continúa hablando -volveré a presentarme. Mi nombre es Moebius, siervo de nuestro Señor, pues lo compartimos. Si no lo recuerdas ahora, lo harás cuando lo veas, pues él es Motor de la Vida. Es el mismo Eje de la Rueda, el origen de toda Vida, el devorador de toda Muerte. -Se detiene cuando ha dado la mitad de una vuelta a tu alrededor, y te mira desde ahí. Es el mismo punto exacto donde tú has aparecido.

Ivanov: Me quedo en silencio, sin saber qué decir, hacer o expresión poner. ¿Qué? ¿Que le he olvidado? ¿Nuestro señor? ¿Motor de la Vida?

- ¿Eh? ¿Perrro qué dices? ¿Le has estado dando al vodka? ¡Explícate mejorrr, chiflado! -Musito, cabreado de tanta tontería. ¿De qué habla? Yo nunca he visto a un tipo como éste-. Y lo más imporrrtante: ¿qué hago aquí? ¡Ni siquierrra sé dónde estoy!

Master: En cuanto te oye hablar, alza el rostro mirando hacia arriba con una expresión de lasitud en el rostro. Luego vuelve a bajarlo para mirarte, y se apoya en el bastón antes de hablar.

-Te dije que te lo diría una sola vez, y me obligas a romper mis palabras. Escucha bien, pues, ya que si tengo que volverlo a hacer una tercera lo harás desde el suelo y aplastado. Nuestro señor te ha convocado desde otro terreno, y por ende tu tiempo es limitado. Ahora te encuentras en la antecámara de una de Sus localizaciones, en el Abismo. Y es la segunda vez que vienes aquí, después de otro tiempo y otro lugar. Sin embargo, esta vez carecemos del suficiente tiempo como para explayarnos otra vez, y Él te reclama una vez más. Dado que es una de las cosas que esperas oir, sírvele, y serás gratamente recompensado.

Mientras vuelve a hablar, ha completado el círculo que había iniciado, y desde ahí te contempla un momento, y luego camina en dirección a la salida que has visto antes, sin volverse siquiera para confirmar si le sigues o no.

Ivanov: ¿¡Pero de qué coño habla!? Por sus palabras, me está confundiendo con alguien, sin duda. Él cree conocerme pero yo a él no lo he visto en la vida. ¿¡De qué demonios habla!? Creo que no debí meterme ésa botella de vodka tras capturar a la presa (que por cierto, se me ha escapado por la puta mierda de plaga ésta. Espero que le hayan mordido), me ha comenzado a sentar mal.

Sigo sin entender de lo que habla, y me está comenzando a cabrear el tener que girar en un círculo sobre mi sitio para tenerlo a la vista. Y, sin embargo, tengo ésa puta sensación de que me aplastaría con un dedo si hago cualquier gilipollez. Pistola en mano sigo, pero ni intención de usarla.

- Me parece que estás como una puta cabra, yo no he estado nunca aquí. Sin embargo, éso de la recompensa suena bien -Comento, siguiéndole. ¿Mi tiempo es limitado? ¿De qué habla?-. ¿Dónde aprendiste ruso? ¿Y qué coño significa lo que has dicho?

Master: En cuanto avanzas tras de él, te adentras en un pasadizo mucho más estrecho, pero por el que todavía podría circular sin dificultades una furgoneta, en el cual las paredes mantienen la misma consistencia que la sala que has abandonado. Hablando mientras camina, el viejo se mueve a una velocidad mucho mayor de la que podrías esperar de alguien de la edad que aparenta.

-Estuviste una vez aquí, pero lo has olvidado. -Luego, parece saltarse deliberadamente tu segunda pregunta, y pasar a la tercera. -Y todo lo que he dicho significa que eres un insecto muy pequeño para Nuestro señor, pero le pareces práctico y quiere volver a utilizarte. Y para ello, necesita una mano ejecutora fuerte, no un simple humano como eras antes. Pronto podrás hablar con Él, y lo entenderás todo. Y -suelta una pequeña risotada- yo hablo ruso desde antes de que lo hiciese Ivan IV el Terrible.

Ivanov: ¿Estuve yo una vez aquí? Ya comienzo a creerme incluso éso, después de todo... ¿no eran los zombies ciencia ficción? ¿Antes que Ivan IV el...? ¿1500? ¿Tiene más de 600 años? ...¿qué?

- Entonces... ¿estoy muerto? -Igual es ésto lo que notas mientras tu cuerpo deambula en busca de carne humana como banquete-.

No sé si quiero verle a Él. ¿Por qué me da tanto miedo alguien que ni conozco? O algo... o... a saber. Sé cuándo es momento de no hacer más preguntas, ni siquiera quiero hacerlas, por lo que me callo y continúo todo el camino en absoluto silencio. Pero sí me las planteo. "¿Soy un zombie? ¿Ya estuve muerto? ¿Quién era? ¿Era Ivanov Kauton? ¿Por qué le soy útil? ¿Qué clase de trato hice?". PEOR aún: ¿por qué no podría estar pasando ésto con una buena botella de verdadero vodka? Sería más soportable.

Master: El anciano te mantiene en silencio durante los pocos minutos que dura el paseo, hasta llegar al final del pasillo. Ante ti, se abre otra sala de colosales dimensiones en la cual hay una plataforma circular, y más allá se alza un vacío, pudiendo ver al fondo el final de la caverna. En la distancia que separa plataforma y caverna, como si siempre hubiese estado ahí, percibes una forma difusa y vagamente perceptible. Y entonces escuchas una voz cavernosa que se te mete directamente en la cabeza, hablándote con la fuerza de un huracán.

-DESPIERTA, IVANOV, Y RECUERDA. -Una multitud de flashbacks pasan por delante de tus ojos, pero las escenas que más vívidas se te quedan son tres, la de un muerto viviente mordiéndote la mano en la puerta del centro comercial, por culpa de que tu pistola se había encasquillado, la de ti mismo, con el rostro pálido y el cuerpo agarrotado y tirado en el suelo, notando una oleada de dolor mientras sufres una transformación, y por último una figura que se parece a ti, pero haciendo gala de unos poderes muy superiores a los tuyos, enfrentándose a una figura ataviada de negro, y cómo esta última lo atraviesa de parte a parte con una espada de color sangre. En cuanto todo pasa, te descubres arrodillado en el suelo, y puedes ver que la forma difusa se ha definido en una especie de abominación de tamaño colosal, con multitud de tentáculos y ojos gigantes que te observan. La voz se retoma una vez más:
-SÍRVEME, Y RECUPERARÁS TU PODER. SÍRVEME, Y OBTENDRÁS TU VENGANZA.

Ivanov: Estoy paralizado, pero ésta vez no por algo raro. Es de miedo y... miedo. Puro terror. ¿Me mordió un zombie? Pero si mi arma estaba bien hasta entrar dentro... y a mí no me habían mordido. ¡No pasaron ésas cosas! Además, nadie vio que me hubiesen mordido... Aunque con lo que sucedía, nadie miraba otro culo "excepto ésos hipócritas que van de héroes".

No entiendo qué está pasando, quiero respuestas pero... sobretodo, quiero cazar a Riddick. No me importa vender el alma al diablo si éso conlleva poder pasar el resto de la eternidad cazando a gente. Es lo único que sé hacer. Por lo que me arrodillo ante el ser tentaculado.

- ¿Qué debo hacer?

Master: Moeibus se acerca a ti por la espalda y, mientras estás con la rodilla incada, apoya la esfera de su bastón sobre tu hombro. Al momento siguiente, notas cómo todo tu cuerpo se transforma lentamente, la piel se vuelve más oscura y con un brillo apagado, y te sientes fortalecer por dentro. Después de eso, se retira y desaparece por el corredor mientras el ser que tienes delante, al que ahora sí recuerdas haber jurado lealdad una vez antes, vuelve a hablarte.

-OBTENDRÁS TU VENGANZA, IVANOV. PERO TU DESTINO PERMANECE TODAVÍA EN EL LUGAR DEL QUE PARTISTE, DONDE UNO DE MIS ENEMIGOS RETOZA EN LOS CAMPOS QUE HA CREADO. BUSCA A SUS TRES SÚBDITOS Y MÁTALOS, Y LUEGO ACABA CON ÉL, Y PODRÁS ENFRENTARTE Y CAZAR A AQUEL AL QUE PERDISTE DE TU YUGO.

- NO SOLO ESO, PUES CON CADA VICTORIA QUE ME CONSIGAS TE VOLVERÁS MÁS PODEROSO, POR ENCIMA DEL RESTO DE LOS MORTALES QUE TE RODEAN. BUSCA A OTRA DE MIS SÚBDITOS, AUNQUE ELLA DESCONOZCA QUE LO ES, Y CAZAD AL PRIMERO DE ESOS APÓSTATAS. DESPUÉS, PUEDES HACER CON ELLA LO QUE TE PLAZCA, PUES PODRÁS PROSEGUIR POR TI SOLO TU CAMINO. MIENTRAS TANTO, TE SEGUIRÉ GUIANDO DESDE LA OSCURIDAD, ASÍ QUE NO TEMAS A MUERTO ALGUNO, Y CUMPLE TU COMETIDO.

Ivanov: Con la cabeza gacha, escucho todo lo que me dice con auténtica atención. Mis cinco sentidos están empapadas de sus palabras, pues no sólo es necesario para sobrevivir: quiero hacerlo. Quiero ser más fuerte y matar, matar sin malditas leyes ni moralidades sobre elevadas.

"Pero... ¿A quién debo cazar? ¿Quién es su súbdita? ¿Cómo sabré lo que tendré que hacer? ¿Los zombies no me atacarán?" Elevo la mirada, aún arrodillado, pero no formulo las preguntas. Mi voz me parece tan insignificante frente a Él que prefiero callar.

La titánica figura te habla una última vez, como si supiese todas tus inquietudes y dudas, antes de que la fuerza, como una tormenta de nieve, te abandone.
-CON FACILIDAD RECONOCERÁS A TUS PRESAS, PUES SON AQUELLOS QUE CAMINAN SIN MIEDO MAS NO ESTÁN MUERTOS. EL PRIMERO EN CAER SERÁ AQUEL SOBRE EL QUE TIENES VENTAJA, EL GIGANTE DE METAL. AQUELLA QUE MURIÓ Y ESTÁ CONFUSA ES LA QUE TE AYUDARÁ, LA RECONOCERÁS SIN DUDAR PUES LLEVA MI MARCA EN ELLA. LOS MÍSEROS ENCLENQUES QUE MI ENEMIGO HA CREADO NO TE TOCARÁN, PUES UNA VEZ HABRÍAS SIDO UNO DE ELLOS, EMPERO HABRÁS DE CUIDARTE DE AQUELLOS POSEIDOS POR UN SENTIMIENTO COMO MI SIERVA. -La voz se calla un instante, dejándote madurar todo lo que te ha dicho, y luego finaliza. -SIGUE TU INSTINTO COMO SIEMPRE HAS HECHO, Y SABRÁS QUÉ HACER. NUESTRO TIEMPO SE HA ACABADO, PARTE YA.

De repente, notas cómo la figura del ser gigante tilila, y tardas un segundo en darte cuenta de que no es él sino tus ojos los que fallan, antes de que el suelo que pisas se vuelva como arenas movedizas, que te succionan otra vez a la oscuridad. Sin embargo, esta vez no es tan malo ni dura tanto, y al instante siguiente apareces en una sala vacía y en obras, solo, y con el recuerdo de todo lo que ha ocurrido, y también lo que una vez ocurrió y se deshizo.

Acabo de dejar el sofá delante de la puerta con la ayuda de dos supervivientes más. Una vez dejado dicho objeto me siento en un rincón dejando mi espalda apoyada en la pared – Esto no esta sucediendo… no puede estar sucediendo… esto no es real… - doblo mis rodillas abrazando las piernas colocando mi frente sobre ellas haciéndome una pequeña bola. Sin poderlo evitar me pongo a llorar mientras golpeo mi frente una y otra vez con un ritmo lento las rodillas – No es real, no es real, no es real… - empiezo a llorar apretando fuerte los puños agarrando la tela de los pantalones que se tensan por la presión.
Van pasando los minutos, escucho de fondo a la gente caminar, hablar – Esto… es un desastre… no puede estar ocurriendo – aprieto los dientes con fuerza y un sonido me hace despertar de nuevo, mis ojos llorosos se deslizan hacia la puerta mientras escucho el sonido de esos “monstruos” golpear la puerta con un ritmo constante y sin pausa. Seco las lágrimas con el antebrazo observando como algunas personas se largan por el conducto de ventilación; me levanto y me empiezo a guiar por el único instinto que tengo, el de la supervivencia – En estas salas… deben de haber objetos… yo soy el que ha de encontrar la utilidad… -  empiezo a caminar observando el lugar dirigiéndome a las taquillas que había visto anteriormente. Abro la primera taquilla de la izquierda y miro el interior mientras escucho vibrar la puerta de las taquillas y me fijo en que mi mano esta temblando, presiono la puerta dejando que el temblor vaya desapareciendo volviendo a prestar atención al interior.
Empiezo a rebuscar entre los objetos, encuentro algunas fotografías y miro la zona de atrás para ver si hay algo escrito que pueda llamar la atención, tiro las fotos fuera y luego observo una barra metálica con una percha vacía, agarro la percha y la tiro hacia atrás. Me fijo en una prenda de ropa y la cojo la palmeo por el interior para ver si encuentro algún objeto, para mi suerte encuentro una linterna negra vieja pero fiable, luego la esparzo desdoblándola moviéndola al aire hasta que la tiro hacia atrás. Me agacho para mirar la zona baja y la encuentro vacía, me pongo de pie y intento arrancar la barra de hierro amarrándola con las manos y colocando mi pie en el fondo de la taquilla para hacer más presión. Me percato de que la gran barra esta anclada a las otras taquillas y dejo de hacer fuerza, compruebo que la linterna funciona y la coloco en la cintura bien agarrada en el pantalón seguidamente abro la siguiente taquilla pero me quedo en el intento ya que hay un candado de combinación múltiple, al ver que me llevará tiempo paso a la última taquilla observando el interior, me fijo en que hay varias perchas colgadas de la barra y que en el estante de abajo hay unas deportivas, las agarro y las muevo para ver si hay algo dentro y las dejo luego la lado. Por último agarro la caja de zapatos y miro el interior, observo el interior lleno de “basura” objetos que no tiene relación entre ellos, dejo la caja en el interior de mala gana y me pongo ahora con la segunda taquilla observando el candado, lo agarro con cuidado y escuchándolo atentamente empiezo a girar la ruedecilla hacia la derecha – Imposible… esto es muy difícil… - decido dejarlo para otro momento y salgo de la sala dirigiéndome a la esquina donde hay unas estanterías con varias cajas, empiezo a observar dichas estanterías entre las cajas buscando algunos objetos, seguidamente miro el contenido de las cajas; en dichas cajas hay ropa barata, lápices, bolis… material de oficina. Agarro dos cajas pequeñas, una de bolígrafos y una de lápices; las abro para ponerme un bolígrafo y un lápiz en el bolsillo. Me levanto y sigo mirando la estantería para ver si se puede desmontar y obtener así una barra de hierro pero la esperanza desaparece al ver que los encajes no son desmontables. Me dirijo a una sala llena de tubos y doy un rodeo en ella observando el suelo y las esquinas para ver si encuentro alguna herramienta u objeto sólido, observo la sala y no llego a encontrar nada suspiro y salgo de ella.

                                                                 :|: Sala de Seguridad :|:

    Todo el mundo abandona la sala de seguridad en busca de... ¿qué coño buscan?-Yo me quedo aquí con vosotros, que no me apetece irme a que me devoren, todavía quiero seguir fumando un rato más- Me apoyo al lado de Emma y me saco un cigarro y el mechero, lo enciendo y despues de algunas caladas, la miro de reojo-Oye, ¿qué quieres hacer con el ordenador?, creo que como mucho encontrarás el porno del conserje-Intento hacer una broma para aliviar tensiones, y espero unos segundos-Era broma, ¿buscas las grabaciones para ver que ha sucedido... no? es lo que yo haría... Mi nombre es Jean, por si te interesaba...-Mi voz va bajando conforme hablo, nunca he sido bueno socializando, la gente suele sudar de mí, seguramente no sea distinto.

Me quedo mirando la rejilla por donde se va el Padre un rato y luego me vuelvo para ver a un chico mirando todas las taquillas y rebuscando entre cajas, y solo con eso seguro que es mas útil que yo que ni puedo controlar lo que me pasó en la entrada. Tal vez me lo imaginé y no valgo para eso. Teniendo en mente querer ser de algún provecho, camino un poco mirando por el suelo a ver si encuentro algo, hasta que veo que el doctor está fuera de la sala y creo que no hay nadie con la chica mordida, así que entro en la sala donde está y me arrodillo a su lado, tratando de ver si se encuentra bien o si puedo ayudarla en algo, esperando a que vuelva el médico para preguntarle si hay algo en lo que le puedo servir, hasta que traigan comida los que se han ido fuera o algo que pueda preparar.

El tiempo fluye lentamente, mientras alguno lo consume en su futil búsqueda, otros lo dedican a la herida y el resto o no hace nada o cotillea a través de las pantallas de las cámaras de seguridad. Y entonces, más allá de la ventilación por la que se han ido el resto se puede escuchar una sucesión de disparos deformada por el rebotar del sonido en el metal, no dejando claro cuántos tiros han sido ni otro sonido que haya podido seguirlo. Pero en general, que hayan sonado tan fuerte significa que no se produjeron muy lejos del conducto, o de alguna de las salidas de éste.