Partida Rol por web

Kizziar falló su segundo ataque por los pelos a la vez que Alfheim no lograba tampoco golpear; sin embargo Eddie subió encima de la mesa que tenía al lado y rodeando y subiéndose a otra* le propinó un fuerte golpe que no fue suficiente para derribarlo.

Los atacantes prepararon sus guadañas... solo les era necesario tener un poco de suerte y probablemente alguien moriría...

Cimitarras, malos y Madre suena a Urgathoa pero tiro por religión por si acaso...

¿Pa que tiras si ya lo sabes :P?

Alatriel apoya su pie en la mesa para saltar hacia detrás de una de los encapuchados. Justo en ese momento recuerda que las mesas de esta posada tenían el pie en el centro. Mientras cae hacia el suelo piensa en lo fácil que es hacer mesas con cuatro patas y en lo estables que son.

En cualquier caso logra para la caída con los brazos y con una voltereta rápida situarse en el lugar que quería.

A pesar de que la elfa se lo puso realmente facil, el esbirro, medio muerto por sus heridas, no logró alcanzarla con su guadaña.

La cancion, lejos de apaciguar a la jefa de los guadañeros, la cabrea aun mas.

Concentrado en el semiorco, el esbirro encapuchado no logró ver a Alatariel... y ese fue su último error, la elfa le atravesó con su estoque y contemplo como se derrumbaba.

La suerte estaba con ella, porque los otros dos, ignorándola, se acercaron a cumplir las órdenes de su jefa y matar al clérigo, que logró detener un golpe con su escudo, pero sufrió el golpe del otro arma en sus carnes al no poder estar atento a dos oponentes a la vez.

Lonna no iba a dejar que hirieran a su amigo, así que avanzó y sanó las heridas del ya no tan joven clérigo.

- Joder... pero que inútiles sois... al final lo voy a tener que hacer yo todo. ¡Maramaga! ¡Dame tu poder! - La mujer murmuró unas palabras arcanas... y un campo de energía apareció protegiéndola...

¿Por qué no? ¿Tienes algún poder o algo?

El clerigo sonrió, asintiendo hacia Lonna a modo de agradecimiento, y dio un paso hacia atrás, posando la mano sobre el símbolo de su Diosa que llevaba sobre la armadura.

Sueltala. - ordenó al atacante que se encontra a su izquierda, junto al tabernero.

Lo siento de veras, pero os lo habéis buscado.

Alfheim podía fallar el primer golpe, pero no el segundo. El paladín hundió su martillo en la cabeza del tipo de enfrente, que reventó como si fuese un fruto maduro. Después se dirigó hacia la cabecilla del grupo.

- Jamás soltaré el arma de mi señora. Juro que la clavaré en tu corazón. ¡Has sido señalado y vas a morir! - El sectario, el cultista, o lo que fuera resistió apretando los dientes la magia del clérigo...

... justo a tiempo de ver como, delante suyo, la cabeza de su compañero explotaba como un melón, con tal violencia que parecía que había sido decapitado... y un martillo que subía de donde antes estaba la cabeza.

Solo un paladín se disculparía por semejante atrocidad. Solo alguien así podría cometerla y lamentarlo.

Vasaro iba a tener problemas para limpiar las manchas que habían llegado hasta el techo.

Me muevo por la sala en busca de una buena posicion para asaltar a la lider de los atacantes

Animado por los éxitos de sus compañeros, Piotr se adelanta colocándose a una prudencial distancia y abre las manos hacia el guadañero que quedaba en pie. Comienza a pronunciar un encantamiento y de repente unas luces blancas cegadoras, como la que hay cuando el sol impacta sobre la nieve golpean sobre el hombre que, incapaz de cerrar los ojos a tiempo se ve cegado por completo...

- Luces de colores... que se encienden y se apagan, que se encienden y se.... - 

Las palabras del esbirro quedan interrumpidas por su impacto contra el suelo, ya que cae como un leño.

Alatriel se mueve hacia la puerta como si quisiera huir y lanza una daga hacia Tieranda que pasa cerca de la cabeza de la extraña joven.

- Sera mejor que lo dejes.