Partida Rol por web

Tras un momento de incertidumbre y silencio, el dispositivo no esplota, a lo que la mayoria pone cara de alivio, pero salamandra no parecia contento ni aliviado, mas bien al contrario... -"Oh no, no no... si no se activo el detonador, lo que se acivo fue localizador (GPS), este sitio no es ya seguro..."-, entonces se gira hacia Ariadne, -"Señora... creo que deberian marcharse ya..."-, dice señalando hacia la gigantesca y redonda puerta que hay al fondo de la sala...

La expresión de preocupacion de la dama tambien invade su rostro... -"Tienes razon, son mi unica esperanza de recuperar a mi hija, no podemos arriesghar mas su paradero, debeis huir lo antes posible..."-, dice mientras pulsa un boton y la puerta rueda sobre sus ejes para abrirse... Tras ella se veia la luz del sol... -"Confio en vosotros, no me defraudeis, mi hija os necesita y yo tambien..."-, salamandra se coloca en la puerta mientra os da prisa, luego le entrega a DuAl una especie de aparato transistor... -"Esto solo funcionará cuando yo conecte el mio, y eso sera solo poara comunicarnos si es realmente importante, si teneis que comunicaros, apretad el boton rojo y una luz me avisara de que necesitais hablar, pero no responderé al momento, pues solo lo hare cuando sea realmente seguro..."-

Rapidamente salis del recinto siguiendo las indicaciones de la mujer, con la esperanza de escapar de alli antes de que los PURE os dieran caza... Tras vosotros queda el porton que se cerro tras salir el ultimo de ustedes, dejando atras a la dama y su esbirro...

Y delante vuestro, un inmenso e infernal desierto en el que teneis que internaros para aventuraros a vuestra suerte...

- ¿Y ahora que? - digo al ver la inmensidad del desierto delante nuestra. ¿Hacia donde vamos?

- Deberíamos ver si hay algún vehículo cerca. Y agua. No duraremos mucho si no encontramos un vehículo, agua, o gente. Supongo que nuestros libertadores no han venido por arte de magia, aunque si alguno de los dos se puede teletransportar a largas distancias estamos jodidos, ya que nos han dejado aquí tirados.

Tar echa un vistazo a los alrededores para ver si hay alguien vigilando el exterior y si encuentra algún rastro de vehículos o algo aprovechable. Sin embargo la luz del desierto no lo ayuda precisamente.

Ante las palabras de Tar intento teleportarme a un punto elevado en las cercanías y mantenerme oculta de posibles observadores no deseados mientras observo a mi alrededor en busca de algo que nos sea útil para seguir vivos.

Parece que finalmente no era el explosivo lo que se activo sino algo incluso peor asi que tenemos que ponernos en marcha pero tenemos la inmensidad del desierto por delante. Los otros se preguntan que hacer, todo es más sencillo con el conocimiento adecuado.

Por ahora tan solo debemos alejarnos. Cojo un puñado de arena del suelo. ¿Cuanto tiempo creeis que lleva esta arena en el desierto... ¿que rincones abra visto? Digo antes de que mis ojos se queden en blanco. Ver el pasado de algo como la arena no era sencillo y no siempre funcionaba pero merecía la pena intentarlo si con ello podía saber que había en los alrededores aunque fuera un mapa de hace años... 

Cuando el pitido del collar llegó a su tono más agudo y dejaba de ser intermitente para convertirse en un insoportable chirrido continuo, Boris estaba convencido de que se iba a producir una devastadora explosión. Todo su cuerpo se tensó preparándose para absorberla. Solo esperaba que no superase su capacidad máxima…

Pero no pasó nada.

Quedó tan embotado por la descarga de adrenalina que le cuesta reaccionar cuando la llorona y su mascota advierten que sus carceleros pueden haberles localizado... y les dan la patada.

Porque menuda forma de dejarnos tirados, nos sacan del complejo, nos echan al puto desierto… y se esfuman.

Pues muchas gracias, zorra telépata. Y luego ven pidiendo favores…

Pero bueno, la cuestión es que aquí estamos. Sin equipo, pero también sin ese puto collar inhibidor, es decir de nuevo dueños de nuestros poderes. Sin comida ni agua, pero con el estomago por fin lleno, saciado después de años de sufrir un hambre y desnutrición permanentes…

Todavía no soy el que era, pero dame tiempo.

Así que Boris, malcarado como siempre, se vuelve a sus compañeros y pregunta a las claras:

- Bueno, gente… ¿Cuál es vuestro plan ahora? – grazna con voz quebrada – ¿Pensáis poner tanta distancia con toda esta mierda como sea posible? ¿O es que alguien todavía se plantea cumplir los deseos de aquella zorra, intentando rescatar a su jodia cría?

Avanzo hacia la salida decaído, frustrado por no haber conseguido descifrar el mecanismo del collar y afligido por creerme culpable de activar el localizador. 

- Lo siento. -

Digo a todos y a nadie, sin saber si me escucharían, sin saber si quería ser escuchado. ¿El tiempo en el infierno había degradado mis poderes? ¿volvería a ser el mismo? ¿tendría que empezar otra vez de cero? Las preguntas me atacaban y luchaba por eludirlas. No quería saber la respuesta. No quería volver a perderme. 

Una vez fuera, enfrentado de nuevo al despiadado desierto y observando como el resto empezaba a movilizarse, me obligue a centrar mis pensamientos en el problema mas inmediato. Eche un vistazo alrededor y la preocupación empezó a hacerse hueco. Los pure venían a por nosotros, conocían nuestra posición y estábamos justo en el exterior de su recinto.

- Ya haremos planes. Ahora movámonos o escondamonos, se asomarán ahí arriba en cualquier momento. -

Hable sin mucha fuerza mirando a todos los presentes, pensando que lo primordial era encontrar un lugar seguro para poder decidir que dirección tomaríamos. Y tenía que ser deprisa, ya imaginaba centenas de pures apareciendo en las terrazas de su complejo para acribillarnos sobre la arena. Ahora teníamos nuestros poderes, pero ellos aun nos superaban en número, y por mucho. 

parece que volvemos a estar solos. Y encima para colmo dentro de nada los tendremos encima su tono mostraba el enfado que sentía.
Parece que si queremos sobrevivir tenemos que colaborar entre nosotros y confiar los unos con los otros. Estamos juntos en esto

Bien por el chaval. Trabaja para alentar la unidad, y eso nos va a hacer mucha falta. Pero no vamos a salir de esta sólo con buenas intenciones, aquí hay que ser más cabrón que nuestros enemigos. Por suerte, me tienen a mí en el equipo...

- ¡Bien dicho, chico! - le felicito - Ahora escuchadme todos, esos mamones están demasiado bien equipados para que tengamos una puta oportunidad corriendo por el desierto tal como estamos, apenas con lo puesto - intento hacerles ver la realidad - Seguro que tienen vehículos que nos darán alcance enseguida y rastrear las huellas de seis fugados en la arena es demasiado sencillo, incluso si no tuvieran equipo electrónico... así que ya os podéis ir haciendo a la idea de que nos van a coger... y pronto.

La cosa no pinta nada bien, eso está claro. Pero no es mi intención hundir sus ánimos.

- Por eso precisamente, tenemos que preparar una emboscada... - explico exultante, con una sonrisa feroz en los labios - Y todas las emboscadas necesitan de un cebo, una presa y un cazador. Está claro que el gato es un cazador, yo estaré en el grupo que haga de cebo e intentaré atraer la primera andanada sobre mí... os aseguro que puedo resistirla... - se relame con una expresión extraña en el rostro, casi propia de un maníaco - Ahora os toca decidir... ¿Dónde estaréis cada uno de vosotros?
 

Sara se agacha para tocar la arena del suelo, esta cierra sus ojos y se concentra, mientras, Tar y Rachel otean el horizonte, ella busca un lugar donde ocultarse y parece haberlo encontrado, entonces decide teletransportarse hasta allí, pero una ventisca cargada de arena en suspensión, pareciera que os atacara lanzándoos minúsculas agujas por todas parte, esto hace perder la concentración de Rachel la cual no logra teletransportarse y a Tar se le mete arena en los ojos cegándolo por unos instantes...

Tras pasar la ventisca, que solo duro unos segundo, pero parecía interminable, varios de los componentes de grupo comienza a dar sus opiniones y a sugerir estrategias a la desesperada... Mientras tanto, Coleccionista seguía aun concentrada de cuclillas palpando la arena...

Logras ver en tu visión, como lo que parece un grupo de rebeldes, salen de la montaña que tenéis al frente vuestro, al parecer de una especie de cuevas, luego los ves regresar por el mismo sitio, como si fuese una ruta habitual para ellos...

Ves una especie de cueva en la montaña que hay frente vuestro, pero no logras teletranspotarte hasta ella...

Cogiendo la mano del viejo y apresurándolos os dice DuAl, -"Rápido, vamos a esa montaña del frente, al menos allí tendremos oportunidad de cubrirnos algo o escondernos, al menos es mejor que quedarnos aquí parados de espaldas a este infierno de donde acabamos de fugarnos..."-

-Si, mejor movámonos antes de que nos vean.

Tar se dirige al lugar indicado por DuAl mientras maldice por lo bajo al no poder ver por donde va.

- En la montaña hay una cueva. - digo señalando en dirección a la misma. Pongámonos en movimiento.

Asiento a lo que dice Rachel, no se exactamente como lo vio ella pero lo corroboro.

En las montañas hay cuevas que suelen usar los rebeldes, supongo que si llegamos hasta allí podremos escondernos y con algo de suerte encontrar ayuda. Les comunico señalando la montaña. Así que andando. Digo empezando a  andar en la dirección en la que "vi" la cueva.