Partida Rol por web

Las hileras de luces azules se empiezan a volver cada vez mas cercanas y nítidas. Al observarlas, se ven figuras humanas que brillan con luz propia y avanzan hacía el poblado armadas con diversas armas. La barricada comienza a estar constituida y el ruido de los caballos de la escolta de Gulfhem suena a lo lejos. Las hileras se dividen y una fila amplia se dirije hacía vuestra puerta, la vista os permite distinguir casi tres decenas de ellos que avanzan con paso firme hacía la empalizada.

Me concentré para crear imagenes de mí mismo que se situasen entre los enemigos y la trampa para atraerlos a ella. Por el rabillo del ojo observaba a Caledan y Yusuf preparándose para el ataque.

Cerré los ojos y esperé a que aparecieran. Con sorpresa observé que aparecían cuatro dobles exactos a mi, pero no a cierta distancia, sino a mi lado, así que apesumbrado corrí a colocarme justo detrás de la trampa, quedando mi cuerpo lo más oculto posible y dejando expuestos a los dobles. Me puse a dar saltos y brincos llamando la atención de las bestias.

El explorador no se lo piensa ni un instante y cuando ve que la fila apelotonada de esas blancuzcas criaturas se acerca, le dispara al primer objetivo en el que clava su vista, por suerte o por desgracia, tenía bastante donde elegir ...

La flecha sale certera de su arco y con una dirección apropiada, pero por la oscuridad y porque aquellas criaturas no se inmutan ante el dolor no pudo distinguir si había acertado o no. Aunque le pareció que su estrategia era un tanto inútil. Por lo que le dijo al mago:

- ¡Baern, quema la brea cuando pasen! - dijo desde su posición.

El podría intentar prender una flecha, pero no tenía munición incendiaria, por lo que se arrancó un jirón de su capa y enrollándolo en la flecha, se dispuso a usarlo en caso de que el mago fallara.

El ladrón se oculta en las sombras lo mejor que puede y coloca un virote en su ballesta ligera. Espera en un lugar estratégico desde donde pueda ver pero no sea visto y espera su oportunidad para clavar la saeta en el enemigo. El vissirtaní acecha en la noche. en cuanto el pelotón de luces azules está a una buena distancia acciona el mecanismo de la ballesta y la saeta sale disparada hacia su objetivo silbando.

Una hilera de humanoides resplandecientes como la plata de un rey, se separa del grueso para dirigirse hacia la puerta del barranco. Las trampas estaban preparadas, el señuelo a la vista, el visirtaní acechante.

El explorador no perdió tiempo y una de sus flecha bailó en el aire antes de perderse en la masa fluyente de brazos y piernas. Una saeta silbó y el bárbaro se hizo una idea de donde se escondía el pequeño asesino. En mitad del camino, parados y expectantes se encontraban el nómada y el siervo de los dioses, uno con flamante armadura metálica. El otro con simples ropajes de pieles. Diametralmente distintos pero ambos de alto coraje y valor.

Frente a Blür, clavada en el suelo se mantenía su gran espada, regalo de lo dioses. En su mano, una de las jabalinas y otra a su espalda esperaba su momento.

Una vez mas, el rostro del bárbaro era presa del júbilo tras la inminente batalla y ésta se prometía épica.

_ Bien, muchachos!! Ahí vienen suficientes para todos, que gane el mejor guerrero!!! Y si caigo, os estaré esperando en los salones de Valion!!!!

_ DIOSES DE LA LUZ!!! ESTAD ATENTOS PUES ESTA NOCHE MI OFRENDA ES DE SANGREEE!!!!

turno 1

Bando 1: 164-25 = 139
Bando 2: 107

Turno 1 - Diferencia: 32

Bando 2 - Bajas: 60% / Se retiran 30 metros / Bastante agotados por el combate
Bando 1 - Bajas: 20% / Se repliega / Medianamente agotados por el combate

Turno 2

Bando 1: 128+10
Bando 2: 66

Turno 2 - Diferencia de 72

Bando 2 - Bajas: 60% / DESBANDADA / Agotados
Bando 1 - Bajas: 30% / AVANZA 30m / Cansancio Medio

Turno 3

Bando 1 131+10= 141
Bando 2 101

Turno 3 - Diferencia: 40

Bando 1: DESTRUIDO
Bando 2: Bajas 0% / Mantiene su posición / Agotados.

El paladín se plantó en su posición con sus armas dispuestas.

La oleada de enemigos se aproximaba. Una horripilante mezcla de carne y huesos que brillaba con luz azulada y ojos opacos avanzaba hacia vosotros. Las flechas de Yusuf y Caledan impactaron en sendos cráneos pero ninguno caía. Unos venían armados con hachas, otros con herrumbrosas espadas...pero todos ellos traían consigo el pestilente horror de la muerte.

Cáledan ve impotente como pese a su gran disparo el enemigo permanece impasible, y eso empieza a ponerlo nervioso, por ello, pasa su flecha con el jirón de su capa amarrado por una antorcha para prenderla, y luego dispara al charco de brea cuando ve que hay un gran número de enemigos sobre él y puede conseguir el mayor daño posible.

Esta vez, vio contento la precisión de su tiro, ya que pudo seguir la llama de la flecha y el posterior fogonazo que surgió una vez se incrustó en el negruzco y pringoso suelo.

Esperaba que eso causara una mayor destrucción en los enemigos, pues parecía que las flechas normales no servían de mucho.

Pegado a la brea, observó mientras hago exagerados gestos de mímica como el explorador pierde los nervios y lanza una flecha incendiaria hacia mi posición.
Aaaarggghhhh- es lo que artículo a decir mientras intento no abrasarme vivo.

La gran bola de fuego provocada por la alta concentración de brea desata un horrible fogonazo que envuelve a Baern prendiendo sus ropajes que estaban impregnados en tan inflamable material. El mago realiza un torpe y lento movimiento para evitar el fuego pero le resulta imposible, arde y su piel se consume con velocidad. Sus gritos de dolor se clavan en vuestros oídos, se retuerce en el sueño mientras poco a poco se convierte en una piltrafa carbonizada por donde asoman huesos descarnados y quemados. Baern ha muerto y vuestra moral esta bajo mínimos.

El paladín sorprendido por la deflagración se cubre tras el escudo, ocho de las criaturas saltan en llamas hasta consumirse. Las trampas colocadas por sus compañeros se queman y parte de la empalizada esta ardiendo. El guerrero sagrado miro los restos carbonizados del mago y sin alterarse dijo.

El que con fuego mata dijo con altivez añadiendo una pausa dramática Con fuego muere

Los enemigos se habían detenido inertes ante el muro de fuego, pero no huían y el humo impedía verlos.

Los primeros guerreros óseos hacen su aparición, y cuando están pegados a la empalizada, una flecha flamígera surca el aire nocturno. Provocando una instantánea deflagración que consume en el acto a varios de ellos. Pero una baja inesperada se cruza en el camino.

Baern, el mago. Cae por la proximidad presa del fuego, los gritos de dolor e incertidumbre calan hasta mas allá de los huesos de nuestros aventureros. La ironía cósmica o la decisión de los dioses, hizo que aquel que fuera apodado "el pirómano", descansara para siempre en un manto ígneo.

El rostro del bárbaro estaba desencajado, no podía entender como Cáledan se precipitó en su acción. Quizás, por nerviosismo, quizás por emoción, o por puro despiste, desencadenó la primera baja de la compañía del concilio de la Roca Blanca.

Un cruce de sentimientos batallaban en el corazón de Blür, por una parte un camarada, una pieza clave en la contienda había caído. Por otra, los dioses habían tomado su decisión, el nómada no tenía que ejercer lo jurado y el que fuera asesino de inocentes, no debía esperar mas por su juicio divino.

Valion apiádate de su alma, pronto lo has separado de mi lado. Yo mismo hubiera usado mi acero, para que se encontrara con vos y respondiera por sus crímenes, así como di mi palabra. Pero demostró arrepentimiento, valorar sus actos y los que no pudo terminar.

El cuerpo estaba ennegrecido por las llamas, el bello que recubría su cuerpo chamuscado, pero sus ojos casi salían de sus orbitas. El norteño mantuvo fija la mirada sobre la horda que se les venía encima, con la mandíbula bien apretada que formaba con los músculos en tensión, un riptus terrorífico.

_ ¡¡Que no decaigan los ánimos!! ¡¡¡En todas las batallas mueren hermanos!!! Los dioses han hablado y la magia no será participe de nuestra victoria!!! ¡¡¡Pero si podemos dedicársela!!! ¡¡¿¿Estáis conmigo??!! _ Y sin esperar respuesta alzando la jabalina, bramó con todas sus fuerzas: ¡¡¡¡POR BAEEERN!!!!

  Las palabras surgieron desde lo mas profundo de Blür ghun Dhür, pero no calaron como el hubiera deseado. Pero es que el espectáculo fue dantesco. Salpicaduras de brea cubrieron el cuerpo de su compañero, entre alaridos y aspavientos, se retorció hasta que su cadáver yació inmóvil en el suelo, consumiéndose poco a poco por las llamas que ellos mismos habían provocado.

Pero lo peor de todo era el olor, la fragancia de carne quemada impregnó sus fosas nasales hasta anular el resto de esencias. Un duro golpe que difícilmente recompondrían nuestros héroes.

La batalla, la noche, no habían hecho nada mas que comenzar.

El Visirtaní mantuvo el puesto, horrorizado por lo que veía. Aprovechó para recargar su ballesta mientras se esforzaba por distinguir algo entre la densa masa de humo.

Tras la muerte del mago todo queda en silencio. En la puerta principal parece haber empezado una tensa tregua, llevaban casi media hora combatiendo sin cuartel y ahora el ruido de la batalla cesaba. Mientras tanto, la puerta del barranco permanecía sellada por el fuego que ardía en las barricadas. Los retornados aguardaban inquietos, sus lamentos se oían desde el interior de la empalizada y la luz argentea era cada vez más intensa. La noche resplandecía como un día bañado por un sol plateado, el brillo por momentos era cegador.

En las cercanías algo extraño ocurría, no podía ser... El Bárbaro intentó balbucear unas palabras de ánimo pero le resultó imposible. Algo no estaba bien, un temor inexplicable os invadía y solo percibíais su maligna aura.

Nada fuera de lo normal.