Partida Rol por web

A un ergido contra el nigromante xD

Hércules toma por sorpresa a uno de los Érgidos que se acercaban a raudo paso y lo levanta en el aire. Con un grito enorme el hombre vuela por los aires y golpea en el pecho del Necromante quien se cae de su trono. El golpe fue tan impactante que la columna del guerrero se quebró en dos y el Mago recibió la herida de varios huesos, clavándose en su torso.

-Malditos guerreros... ¡Vosotros acabad con ellos!!

Gritó, pero atemorizado, salió por detrás del trono. Quedaban solo dos Érgidos prestando combate pero ellos tampoco parecían tan seguros de vencer, solo que por órdenes del Casco debían seguir peleando.

Xena sabia que no importaba lo que le hicieran al ejercito, mientras la cabeza no cayera, todos seguirian peleando, hercules se le habia adelantado, pero ella no se quedaria atras.

Xena salta sobre las rocas que aplastaron al erguido que activo la trampa y se impulsa hasta donde esta el nigromante cayendole con su espada

Mis amigos se enfrentaban con valor, y yo no iba a ser menos. Tras terminar con el érgido anterior, me encaré a uno de los érgidos, y de nuevo apunté con mi mano hacia él, esperando ver surgir las llamas que habrían de purificar su cuerpo y su alma..

De nuevo la sensación me recorrió. No lograba acostumbrarme a ella. La llamarada alcanzó al érgido, pero no con mucha fuerza, y esperé a ver si debía rematarlo..

Gabrielle trata de dañar al Érgido contra el cual combat Calisto, mientras le da tiempo a Xena para ocuparse del Necromante. El golpe de su bastón da en una pierna del guerrero al que las llamas de Calisto mandan a mejor vida. Solo queda otro guerrero que está combatiendo contra todos, y aunque sus posibilidades son bastante nulas, intenta hacer un ataque. A decir verdad es bloqueado por un golpe de Ares que, luego de tirar al suelo a este guerrero, corre junto con Xena para atacar al Necromante.

Éste intenta llamar a otros combatientes pero Ares lo distrae acercándose peligrosamente mientras que Xena lo rodea por otro flanco. El hombre comienza a ver que le han cerrado la salida y saca una espada corta de su túnica, intentando defenderse.

Apenas vi que mi ataque había rendido frutos y como mis compañeros supieron aprovecharlo, me estire para luego ir corriendo y dar un gran salto, con fuerza, buscando caer con un fuerte manotazo, justo en el pecho del Nigromante... 

Sin más enemigos que el Necromante, ya sentía la victoria en nuestras manos.. Había que impedir que más érgidos viniesen a ayudarlo, o esto sería una historia sin fin.

Xena y Ares estaban contra él, yo también fuí a ayudarles, por otro flanco.

-Estás acabado, Necromante -me atreví a decir, antes de enarbolar mi espada e intentar dañarle.

Xena aprovecha que el nigromante se distrae con los demas para rematarlpo con su espada, teniamos la ventaja, eramos mas y el estaba solo, la victoria aera clara, no habia nada que el pudiera hacer, hora de acabarlo

El Necromante vio en los ojos de la princesa guerrera que no quedaba mucho de su vida para escapar. Xena levantó su espada y dio un giro de 180 grados luego de lo cual la hoja de su arma se clavó en el cuello del mago oscuro. Calisto no se quedó rezagada y su espada también hizo un movimiento raudo y fuerte, y lo hirió en el torso.

Los golpes de Hércules le dieron en el rostro y lo tiraron hacia atrás. El Necromante cayó, incluso antes de que Gabrielle tuviera su chance de atacar y entonces...

En ese momento...

El casco salió de su cabeza, rodó por el suelo y quedó a una distancia cercana a las chicas. Ares aplaudió, sin hacer demasiado ya que el único Érgido que quedaba en pie se tumbó ni bien el dueño del casco ya no lo tuvo en su poder.

-Creo que debemos incinerar a estas almas en pena. -dijo el Dios y tomó al Necromante de su túnica.

-¿Quién te ayudó en el robo del casco? Dímelo y haré que Hades tenga piedad...

El hombre, entre sofocaciones debido a los poderosos dedos del Dios contestó: -Una de las ar... pías...

Las arpías eran tres en el inframundo y cuando una vida tocaba a su fin, se dedicaban a cortar los hilos que anclaban el cuerpo al espíritu.

-Bien, niños, si me dáis el casco lo devolveré a su dueño junto con esta escoria. 

Sentenció el Dios.

Aún no me lo podía creer, ¡habíamos vencido! Aún jadeante, miré a mis amigos y respondí a Ares:

-Por mí puedes devolvérselo, hará mejor uso de él que el que hizo este ser inmundo.. -digo, refiriéndome al Necromante vencido-. Salúdalo de mi parte y agradécele su ayuda.. ¡y dile que lo guarde a mejor recaudo del que lo tenía!

Tome el casco y se lo tendí a Ares, pero antes de entregárselo lo aparte hacia mi de nuevo:
-"Sabes? Si hay mas gente envuelta en esto, me gustaría hablar con Hades y devolvérselo personalmente, porque no nos llevas allá?"- 

Ares asintió y, en un gesto que indicaba que podían confiar en él, los teletransportó hacia el Hades, junto con el Casco y el mal nacido que había tenido la intención de quedarse con él. Llegaron a la antesala del palacio en un santiamén, puesto que siendo Ares un Dios no necesitaba pagar su viaje a Aqueronte, tenía el poder de teletransportarse tal cual lo podían hacer Artemisa, o cualquier otro miembro del Olimpo.

Hades los recibió con los brazos abiertos, realmente agradecido.

-No tengo palabras para deciros lo importante que es haber recuperado este objeto. Sin él el mundo estaría en total caos y ni siquiera yo, Dios del Inframundo, habría tenido el poder de ayudar a las almas que ya no moran el cuerpo físico. Sobre nuestro amigo Necromante, lo he llevado ante Zeus para que él decida su justo castigo. La arpía que lo ha ayudado a entrar a mi Reino para llevarse el objeto ha sido denigrada de su cargo. El deseo ilimitado de poder siempre tiene su precio, ahora está reencarnada en una oveja, ya sabéis para que sea algo inofensivo. A Zeus le ha hecho gracia, y a mí también.

Hades finalmente acompaña a los Guerreros al lugar en el cual el Casco es guardado en el Inframundo, un sitio en donde nadie puede usarlo, en donde solo los dioses podrían acceder a él si volviese la guerra con los Titanes como lo hicieron en un pasado.

-Bien, amigos míos... podéis partid ahora. Os debo un gran favor, el mundo os lo debe en realidad: dioses y humanos. Así que si en un futuro necesitáis la asistencia de este Inmortal ya sabéis. Solo haced el llamado.

Hades entregó una campanilla negra a Xena, así como Artemisa había entregado a Gabrielle el cuerno que permitía oír a los Érgidos cuando se aproximaban, este otro objeto permitía llamar a Hades de ser necesario.

-Por si alguna vez precisáis de mi servicio o asistencia- dijo el Dios.

Luego Ares los llevó de nuevo al mundo de los hombres y él se fue a sus cosas, despidió a Xena con esa mirada pícara que tenía el Dios de la guerra. Hércules viendo su trabajo terminado, decidió retornar con su amigo Iolaus, a buscar nuevas aventuras. Calisto fue a ver a Artemisa para que le enseñara a usar mejor sus recién adquiridos poderes y Xena...

Xena fue junto a Gabrielle a buscar una misión más... porque el mundo la seguía necesitando.

FIN