Partida Rol por web

Zonbichos y Zonbillones

Capítulo 1: Descubriendo un nuevo mundo

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12/09/2012, 11:36
Grant

-¡Los Angeles!- dijo con una sonrisa exultante por haber logrado su cometido antes de olvidarse. Se levantó y limpio su ropa llena de mugre mientras canturreaba-. Lo logre, lo logre, oh si, lo logre- de repente se quedo callado y miro a su alrededor confundido-... ¿Que es lo que habia logrado?

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12/09/2012, 12:17
Deivid

- ¿Qué más da? -pregunto el muchacho dando saltos con los brazos en alto alrededor de Grant -¡Lo lograste, lo lograste, lo lograste! -canturreaba con alegría.

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12/09/2012, 14:31
Sra Palmer

La Señora Palmer siguió a los demás ahora mansamente, desvanecida momentáneamente su ira, si bien no era otra cosa que una bomba de relojería, que podría explotar en cualquier momento. Pero ahora, obviando la sangre, la blusa desgarrada, la oreja desaparecida y la mirada gélida, casi podría pasar por una adorable ancianita. Casi.

Acogió con indiferencia la noticia del apocalipsis zombie, es más, una parte de su interior casi se alegró. Zombies significaba muertos, muertos significaba menos gente y menos gente significaba más paz y tranquilidad. Sólo tenía que preocuparse de no ser despedazada, y a lo mejor hasta podría ser medianamente feliz.

Los demás propusieron amagos de planes, desde ir de compras hasta saquear casas. La Sra. Palmer se abstuvo de intervenir, si bien les vigilaba a todos bien de cerca con los labios apretados. No tenía el menor interés en confraternizar con esa gente, pero su parte pragmática sabía que, al menos transitoriamente, eran un medio para proporcionarla recursos y seguridad.

Sin embargo, mientras pensaba aquello, una idea fue germinando en su cabeza, incómoda al principio, como el zumbido de una mosca, y luego atronadora y desagradable, como la música de Richard María. Miró alternativamente al periódico, luego a las puertas cerradas cercanas, y después a sua compañeros y a sí misma, para repetir de nuevo el ciclo. Al final no lo aguantó más, y lo terminó diciendo en voz alta:

-¿Cómo es qué estamos vivos?

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12/09/2012, 16:09
Narrador

El niño correteaba de un lado a otro al grito de "¡Lo ha conseguido!". Grant no sabía a qué se refería pero el entusiasmo del chaval lograba contagiarle ligeramente y se le escapaba una sonrisa mientras murmuraba "Niños..." con gesto de comprensión.

La doctora escuchó lo que Grant acababa de decir de modo que cogió la hoja del periódico y lo comprobó.

- Parece que estamos en Los Ángeles -confirmó viendo el periódico -"Los Ángeles Journal. Edición Los Ángeles."

Aquello pareció convencer a casi todos de su ubicación, aunque siempre era posible que la hoja hubiera llegado volando desde los Ángeles hasta allí, del mismo modo que los demás habían llegado hasta aquel lugar, al fin y al cabo, no todos eran de Los Ángeles ni se encontraban en Los Ángeles cuando los zombis comenzaron a dominar el mundo.

La señora Palmer hizo un comentario que caló hondo en la mente de todos ¿Cómo era que estaban vivos? Presentaban numerosas heridas de mordeduras, arañazos y miembros perdidos y algunos de ellos recordaban el momento en que fueron atacados de modo que si lo que se comentaba de aquellos bichos era cierto, todos ellos deberían seguir siendo zombis, y resultaba evidente que no era así. La doctora fue la primera en pronunciarse después de recuperar la verticalidad tras el traspié de Grant.

- Eso es algo que debemos averiguar, señora, pero ahora tenemos otras prioridades. Debemos encontrar comida, bebida y ropa limpia. Nos convendría también contar con algo de lo que defendernos ya sea de zombis (si es que aún se encuentran por ahí) o de animales salvajes que puedan haberse instalado en la ciudad. Un centro comercial sería un buen sitio para hacernos con todo ello ¿Alguien conoce Los Ángeles?

La doctora dio un pequeño traspié y a punto estuvo de caer.

- ¿Nadie conoce los Ángeles?

Un nuevo desequilibrio a punto estuvo de hacerla caer.

- ¿Nadie sabe dónde hay un centro comercial aquí cerca?

Otra vez. A punto estuvo de caer. Bajó la vista dispuesta a llamar la atención a Maic, pero cuando lo hizo lo vio con la mano levantada guardando un precario e inestable equilibrio mientras jadeaba diciendo algo así como "Yiiiiiiioooooooo, joddddiieeeeeeer".

- ¡Oh, Maic! ¿Eres de los Ángeles? Genial ¿Donde hay un centro comercial?

- Por allíiiiiiii -pudo pronunciar entre jadeos.

- ¡Adelante pues! -dijo la doctora con entusiasmo tras lo cual Maic empezó a gatear con ella encima en la dirección que señalaba.

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12/09/2012, 16:38
Narrador

El centro comercial no quedaba muy lejos de allí, en cualquier caso, la doctora se bajó a los pocos metros a lo que Maic hizo uno de sus extraordinariamente elocuentes comentarios:

- Jooooder, mi espalda -comentó sonriendo mientras se retorcía haciendo crujir sus vértebras de modo ciertamente preocupante.

Alcanzaron el centro comercial. Las puertas del mismo eran de las que tenían un sensor que detectaba la presencia ante ellas y se abrían de modo que la doctora se situó ante ellas. Los cristales estaban rotos y las enredaderas se habían adentrado en las guías del suelo por las que se desplazaban las puertas. Aún así, éstas habían comenzado a abrirse lentamente y con un incómodo chillido. Todos atravesaron la puerta por el hueco del cristal totalmente roto y despedazado en el suelo, pero tanto la doctora como Maic esperaron los seis minutos que tardaron las puertas en abrirse por completo.

El interior del centro comercial resultó estar dominado por el caos. Los escaparates estaban rotos, había rastros de sangre por el suelo, los cubos de basura estaban tirados y su contenido desperdigado... Frente a ellos había dos tiendas de juguetes para niños, una joyería (cuyo escaparate era el único que permanecía intacto), una tienda de golosinas y unas escaleras mecánicas que parecían funcionar con normalidad, tanto la de subida como la de bajada. Además, frente a la puerta podían ver un mapa del centro comercial. Aquella planta contenía tiendas de ropa, calzado, joyas, telefonía, golosinas, juguetes y otros locales que aún no se me han ocurrido pero que puedo necesitar más adelante. En la planta superior había cines, una amplia zona con locales recreativos (bolera, billares, futbolines, etc.) y varios restaurantes. En la planta inferior, había más tiendas variadas y un enorme Carrefour ¿En Los Ángeles? ¡Sí, en Los Ángeles!

Notas de juego

Podéis postear. Indicad si os separáis y a dónde queréis ir.

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12/09/2012, 18:13
Ángela

El gesto de absoluta decepción que reflejó el rostro de Ángela al encontrarse frente a aquella ruina hubiera sido evidente para todos si no fuera por el sujetador que aún le tapaba la cara. Sí, aún cuando la ciudad mostraba signos incuestionables de abandono, destrucción y caos, su pequeña mente TOC esperaba encontrar un resplandeciente centro comercial, repleto de tiendas intactas, impoluto, con olor a desinfectante de pino, los suelos relucientes y el hilo musical sonando por los altavoces. 

Con cierto temor y maldiciendo de nuevo su mala suerte, atravesó las puertas rotas; después de echar un vistazo general, se acercó al plano, identificando en él las tiendas que más le interesaban. Tras unos minutos de duda, se decantó por el Carrefour. Encontrar un lugar que le resultara remotamente familiar en Los Ángeles ya lo consideraba un triunfo y además podría abastecerse de casi cualquier cosa. Identificó en el plano también los aseos que se encontraran en la planta baja, para hacer uso de ellos en cuanto tuviera ropa limpia. Ya tendría tiempo después para recorrer el resto del edificio. 

Pero el centro comercial era muy grande y, aunque parecía bastante tranquilo y abandonado, nada aseguraba que a lo largo de sus pasillos y detrás de cualquier esquina pudieran aparecer zombis o animales salvajes, como bien había comentado la doctora. 

- Propongo que noz dividamos en grupos – dijo tras levantar la mano de nuevo – para recorrer las diversas plantas y asegurarnos de que estamos a salvo aquí. Yo tengo especial interés en vizitar el Carrefour, que está en la planta inferior... ¿Alguien más se apunta?

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12/09/2012, 18:45
Deivid

- ¡Yo! ¡Yo! ¡Yo! -empezó a gritar Deivid dando saltitos con la mano alzada.

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12/09/2012, 19:15
Fernanda Fernández

La pequeña circense se dirigió junto a sus amigos hasta el centro comercial, dando saltitos y jugando a no pisar las lineas de las baldosas en ningún momento. Era un juego tonto, pero muy entretenido. En ocasiones, había jugado en un suelo de varios colores pisando solo uno de ellos. Era muy difícil cuando se encontraba que tenía que saltar tres losas seguidas para no pisar las del color prohibido, porque obviamente, si pisabas el color prohibido una jauría de cocodrilos hambrientos del amazonas se zampaban tu pierna y te desangrabas intentando aferrarte a una de las baldosas de las buenas.

Un imponente centro comercial se alzaba ante ellos. Las puertas estaban rotas y montones de plantas jugaban entre sí enredándose entre los hierros, puertas y ventanas del edificio. Fernanda introdujo una de sus piernas por el hueco de la puerta automática con cuidado de no cortarse, después metió su cabeza y finalmente el resto de su cuerpo. 

Aunque el estado del centro era lamentable, las tiendas aún conservaban artilugios que antaño fueron ansiados por muchas personas: ropa, joyas, perfumes, maquillaje de calidad, comida... ¡incluso gominolas!, ¡deliciosas gominolas con azúcar y pica-pica!. Fernanda no se lo pensó dos veces y en cuanto estuvieron de acuerdo en recorrer el centro comercial para buscar material, corrió hasta  la tienda de golosinas que había justo a un costado del grupo, apenas veinte pasos la separaban del compositor, la mujer sujetador, la abuela, el olvidadizo y la de las tetas grandes.

La pequeña andaba agarrando gominolas cuando comenzaron a decidir lo que hacer. Fernanda recogió chicles, momias, almejas, dentaduras, pica-pica, palitroques, caramelos y besitos, todo lo que le cabía en las manos, la boca y los bolsillos. Salió de la tienda y habló con la boca llena de gusanos de gominola.

- Puez... - dijo intentando tragar el amasijo de goma - yo quiedo midad la tienda de peluchez. - comentó seria y mirando a los demás con los ojos entrecerrados intentando adquirir apoyo de alguno de sus compañeros. - ... Aunque acepto ofeztaz...

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12/09/2012, 20:14
Narrador

La visita de Fernanda a la tienda de gominolas terminó con la niña comiendo golosinas a puñados. Debía hacer verdadera fuerza para separar una de otra ya que estaban pegadas entre sí. Además observó una curiosidad. Todos los cajones de gominolas estaban intactos excepto uno que se encontraba vacío. En dicho cajón una etiqueta mostraba lo que antes había contenido: "Cerebros de gominola".

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12/09/2012, 21:14
La Jessy

La Jessy había entrado llamando la atención...y es que esos tacones de vértigo con los que andaba mejor que un crio con chanclas resonaban en el suelo, y más si este estaba abandonado y tenía una cierta probabilidad de que tuviese un poco de eco por las planchas de metal. Observó mientras mascaba el chicle las tiendas con ropa..de fondo hablaban los demás, aunque tampoco era tan gilipollas como para separarse del grupo. 

Joder macho..oye..quien de vosotras quería ir de compras? aquí hay ropa que no parece de abuela!! se giró hacía el grupo de gente y buscó con la mirada a la rubia de antes, putas rubias, seguro que era modelo o algo así, o mínimo hija de papa y mama. Que aquí hay una tienda que mola!! y todos necesitamos ropa nueva, y estamos muy cerca del grupo!! lo primero es mirar ls tiendas cercanas , para no dividirnos mucho eh! Miró al chico chino/japones/erantodosiguales de arriba a abajo oye pues tu....creo que dentro hay cosas para ti eh, si si, venga arreando que es gerundio se acercó al grupo y pilló a la chica rubia del brazo con la suavidad de un camionero e idem con el muchacho ese de razaojosachinaos, se paró ante la mujer mayor ....ah...esto señora..igual hay algo para usted allí dentro si quiere le busco algo que tengo muy buen gusto pa la ropa ..hasta cuando hablaba se escuchaba ese maldito sonido de los dientes contra dientes. Tambien miró a la chica que basicamente se había desnudado en la parte donde habían despertado 

maja...vente a pillar ropa tu que eres escrupulosa chata 

y con esas palabras..se los llevó (al menos a los que tenía agarrados) a la tienda de ropa a buscar algo mas decente y menos manchado

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12/09/2012, 23:59
Grant

Siguió al grupo despues de observar como un niño cantaba a su alrededor y cantaba con gran alegria. Los niños eran increibles, se divertian con cualquier cosa. A veces se preguntaba porque seguia a todas esas personas, en una ciudad destruida y con un mordisco en el hombro. Al menos no se encontraba con su suegra.

El centro comercial mostraba el mismo aspecto deprimente de toda la ciudad, aun no sabia de que ciudad era... o eso creia. Esta decidiendo hacia donde ir, aunque cada vez que tomaba una decision la olvidaba y tenia que volver a comenzar. Pero la chica con la gruesa capa de pintura y el busto prominente, se le acerco y le agarro del brazo. Grant trato de protestar, pero era una mujer muy fuerte y su pecho enorme le distraia y olvidaba que protesta iba a decir.

-Mi nombre es Grant- logro articular mientras era arrastrado hacia un destino desconocido-.

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13/09/2012, 01:43
Sra Palmer

La señora Palmer siguió al grupo a una distancia prudencial hasta un centro comercial, o lo que quedaba de él. Rápidamente todos empezaron a moverse hacia las tiendas, incluso una chica se le acercó y tuvo la osadía de hablarle. La señora Palmer arqueó una ceja, la miró de arriba a abajo destilando desprecio y resopló.

-Cielo, cuandp quiera trabajar en club de alterne, te avisaré, descuida. Lo que yo necezito zon unaz gafaz.

Se dirigió con decisión hacia el plano a buscar una óptica, haciendl aspavientos con la  lengua, parecía que se le había metido algo en la boca.

Notas de juego

¿Hay óptica?

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13/09/2012, 08:44
Narrador

Notas de juego

Si, hay una óptica en la planta de abajo, frente al Carrefour.

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13/09/2012, 09:53
Richard María von Souflé

 

Richard María había escuchado decir que Los Ángeles, la meca del cine, era una ciudad sórdida. El compositor no pudo evitar estar de acuerdo con aquella afirmación cuando entraron en aquel desvencijado centro comercial, que, por otra parte, podría proporcionarles todo lo que necesitaban: ventajas de la vida moderna.

-Parece que te ha picado el gusanillo, muchacha. -le dijo a Fernanda cuando esta habló con la boca llena de gominolas.  En la mente de von Souflé había una idea fija. Sus manos se movieron nerviosas y sus dedos juguetearon -¿Hay regaliz?

El compositor revolvió en los cajones de gominolas sin encontrar lo que buscaba. Su temperamento se agitó como cuando tocaba su Quinta Sinfonía a Pelo, y un ánimo pesaroso se hizo dueño de su pecho. Se llevo las manos a las sienes en gesto dramático mientras el resto decidían a donde querían ir. Se recompuso con dignidad, carraspeó y anunció:

-Voy a buscar el Conservatorio.- Richard María señaló unos carteles de ofertas del Carrefour, carteles que su privilegiada mente confundió. Un tres por dos en latas de conservas. Un timo en toda regla: pagabas tres y te llevabas dos. -Pero primero acompañaré a la señora Palmer, quizás encuentre un buen monóculo. 

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13/09/2012, 10:10
Fernanda Fernández

Nadie se iría del centro comercial sin todo lo que necesitara para subsistir, así que se suponía que se irían rotando por las tiendas para ir cogiendo lo que quisieran. Era bueno que se dividieran en grupos, así ninguno estaría solo frente al peligro de encontrarse con algún zombie que anduviera perdido por las tiendas. Fernanda sonrió al imaginarse familias de zombies yendo a comprar cerebros a las carnicerías, pero pronto lo desechó de su mente por lo asqueroso que se le antojaba. 

Después de observar como cada uno del gran grupo iba dividiéndose para ir a las tiendas que más urgencia tenían por visitar, Fernanda se acercó a la mujer-sujetador. 

- Yo iré contigo para buscar regaliz para el señor del mono-culo sonrió mientras se metía un besito de gominola en la boca - y cogeré también helados, ¿tu crees que haya heladoz? - dijo mirando a la mujer-sujetador. - Si hay nos cojemoz uno de tutifruti, ¡o de fresa!.

 

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13/09/2012, 11:08
Narrador

El grupo se separó. En total eran cerca de unas 20 personas las que se habían encontrado en la nave industrial y habían llegado hasta allí. La Jessy agarró a Grant y a Lily y se los llevó hacia las tiendas de ropa para vestirse como era debido. Maic, ante la perspectiva de ir con un grupo de mujeres (aunque solo fueran dos) dispuestas a probarse ropa con sus respectivos nudos y desnudos, los acompañó con su permanente sonrisa en la cara.

Ángela propuso ir al Carrefour a lo que Deivid se apuntó sin dudarlo. Parecía que el niño le había cogido cariño, pues no paraba de mirarla con una sonrisa inocente. Fernanda también decidió ir con ella y la doctora Güeiss los acompañó comentando algo acerca de que necesitaba algunos utensilios. Varias personas más se apuntaron a la opción del Carrefour. Parecía el mejor lugar para encontrar de todo.

Por otro lado, la señora Palmer decidió buscar una óptica, seguramente buscando reemplazar sus gafas que se habían astillado. En un primer momento parecía dispuesta a hacerlo sola, pero Richard María no tardó en comunicar que la acompañaría en busca de un buen monóculo. Una pareja de ancianos anunció que también los seguirían. El hombre se había despertado sin un ojo y declaró que esperaba encontrar otro que lo sustituyese en aquel lugar. La mujer que no se había soltado de su brazo en todo aquel tiempo dijo que lo acompañaría, que él no tenía gusto para elegir esas cosas.

Un cuarto grupo decidió subir a la planta de arriba, hacia la zona de restaurantes y ocio. Algunos en busca de comida comestible y otros en busca de unas recreativas donde jugar al "House of the Dead", según ellos, para practicar.

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13/09/2012, 11:19
Narrador

El grupo más numeroso se había dirigido a la zona del Carrefour. Bajaron las escaleras mecánicas sorprendidos de que aún funcionaran.

- Mi madre siempre me dice que hay que tener mucho cuidado con las escaleras mecánicas -dijo Devid con el dedo índice extendido hacia lo alto -para que no se atrape el pie en la ranura o la mano en el pasamanos.

Se encontraron en un largo pasillo que se encontraba frente al hipermercado y detectaron movimiento algo más adelante. Avanzaron hacia allí y se sobresaltaron al descubrir a varias figuras sentadas en las cajas, pasando productos por el lector. Lo hacían en absoluto silencio y su mecánico y acompasado movimiento resultaba estremecedor. El roce de los productos al pasar, el pitido del lector y el movimiento de la cinta.

Shiufff. BEEEEP. Meeeeenk.

Las "cajeras" no parecieron reparar en ellos, lo cual resultó un alivio, pues resultaba evidente que no eran humanas. Estaban demacradas. Su color de piel era tirando a un antinatural violeta pálido. Algunas de ellas mostraban lesiones que hubieran sido mortales para cualquier ser humano. Grotescos agujeros en la caja torácica, músculos y tendones desgarrados y al aire, cráneos hundidos o a los cuales les faltaba una parte...

Eran unas diez "cajeras" y se movían las diez a la vez. En la cinta de la caja había unos pocos productos amontonados, pero al otro lado, donde los clientes debían recoger la compra, había verdaderas montañas de productos. Sin duda era el resultado de años procesando productos sin recoger.

Pero, ¿cómo era que aún tenían productos en la cinta? La respuesta llegó a los pocos segundos. Una zombi con patines llegó de entre los pasillos y fue colocando productos en la cinta de las diez cajas que estaban "abiertas". Acto seguido se perdió de nuevo entre los pasillos sin percatarse de su presencia.

Notas de juego

Podéis postear.

El acceso al centro comercial está libre. Solo veis a la cajeras procesar productos y a la patinadora que va y viene con una cesta con más productos.

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13/09/2012, 11:38
Fernanda Fernández

El grupo que decidió ir al hipermercado descendió por las escaleras mecánicas para continuar su camino, separándose así del resto del grupo principal. 

El supermercado estaba aún bastante lleno de comida. A Fernanda le extrañó bastante, pues por norma general, los humanos que fueran quedando entrarían en los establecimientos para saquear comida, medicinas, ropa... o al menos eso ocurría siempre en las películas de zombies que veían a veces en las noches de cine del circo. 

Las cajeras-zombies daban verdadero repelús. La mayoría de ellas estaban mutiladas en alguna parte visible de su cuerpo, y las que no era así, seguro que la mutilación la tenían oculta. Sus movimientos eran mecánicos y al unísono, como si llevaran realizando aquel trabajo años y años sin cesar. Montones de alimentos se acumulaban en las cajas y el suelo de la zona de recepción de los clientes, mientras otra en patines se afanaba reponiendo productos para pasar por las cintas. La pequeña contorsionista torció el gesto meditando, si querían coger alimentos tendrían que hacerlo de los que ya habían pasado, ya que gracias a todas las películas que ella había visto, los zombies se sentían atraídos por los ruidos. ¿Qué era lo que provocaba mucho ruido en los supermercados?, el pito de la alarma de robos, y lo sabía por experiencia. Varias veces de las que había robado botellas verdes con una J y una B dibujadas en ellas, había saltado la alarma y la habían atrapado en el despacho del de seguridad. Que saltara la alarma en ese lugar significaba tener a casi una docena de zombies dirigiéndose hacia ellos.

- ... Creo que tenemos que tener mucho cuidado... - dijo susurrando para llamar menos la atención. - ... eso puede sonar y esas pueden atacarnos y transformarnos tan rápido como se transforma Zailor Moon, pero en vez de en gerrera luna, en zombiez come cereboz... - comentó apuntando a la alarma de robos y a las cajeras cuando correspondía.

Fernanda miraba a los que habían ido con ella con los ojos entrecerrados, sigilosa y misteriosa. Para ella era como un juego, siempre lo había sido cuando se metía en las tiendas para robar cosas.

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13/09/2012, 12:13
Narrador

Notas de juego

Fernanda. Acabo de hacer visible un post que iba a ser para todos y que olvidé editar. No afecta a tu post, pero para que lo sepas ^^

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13/09/2012, 12:14
Narrador

La Jessy, Grant y Lily se acercaron a los primeros escaparates que encontraron de tiendas de ropa. Los escaparates estaban todos rotos y los maniquís que estaban expuestos mostraban múltiples mordiscos y todos ellos tenían el cráneo abierto por uno u otro lado. La ropa era vieja, aunque no estaba usada y aunque fuera de hacía varios años, no estaba pasada de moda, pues evidentemente la moda no había evolucionado para los humanos.