Partida Rol por web

Atravesáis el extraño y excesivamente iluminado puente sin demasiados problemas ya que por suerte es amplio, ayudándoos unos a otros para avanzar debido a las heridas.
Cuando la luz queda atrás, resulta imposible distinguir el otro lado del puente sin embargo las torres de vigilancia metálicas se alzan imponentes y podéis distinguir a sendos guardias de vigilancia con rifles francotirador que aún así no parecen con intención alguna de dispararos.

Frente a vosotros tan sólo podéis distinguir un alto rascacielos en perfectas condiciones hecho de acero y cristal reflectante que impide contemplar el interior. Sus puertas dobles correderas enseguida se abren con un ruido amortiguado y sordo dándoos la "bienvenida".

El interior está tan iluminado como cabía esperar, y sin embargo después de tantos años sin una iluminación eléctrica "real" y en buen estado os sorprende.
Se trata de una extensa sala parecida a una especie de recepción, cuyas paredes blancas y muebles del mismo color confieren algo de frialdad al lugar.
Las baldosas que pisáis resultan tan limpias y brillantes que podéis veros parcialmente reflejados en ellas. La verdad es que da la sensación de que podríais ensuciar cualquier cosa con sólo rozarla.

Una mujer vestida del mismo blanco impoluto que el lugar se levanta de su puesto en el mostrador que queda a vuestra derecha, sobre el cuál se despliegan varias pantallas de forma holográfica... y eso sí que es totalmente nuevo para vosotros.

-Buenas noches y bienvenidos a Hope, mi nombre es Naomi- la mujer que se encontraba tras el mostrador se mantiene frente a vosotros mirándoos uno a uno con detenimiento pero al parecer sin inmutarse demasiado por vuestras evidentes heridas.
A pesar de que su tono es educado o incluso amable, no distinguís ninguna emoción en él, ni siquiera alegría por encontrar más supervivientes o simple fastidio por tener que levantarse de la silla.

-Sigánme por aquí, les atenderé y trataré sus dolencias- extiende su brazo a modo de invitación y comienza a caminar con paso ligero hacia una puerta lateral que desemboca en otro pasillo de blanco impoluto. Llega a parecer una imagen onírica.
Tras pocos metros golpea con suavidad una de las muchas puertas que apenas destacan en el lugar y la abre dejando a la vista una especie de consulta médica.
Al menos eso parece puesto que apenas hay armarios repletos de medicinas cómo es habitual, sin embargo la camilla central sí está ahí, aunque rodeada de varios monitores extraños y otra maquinaria que ni siquiera Drew reconoce.

para ti hay algo mucho más extraño en todo esto que el lugar y la aparentemente avanzada tecnología que se ha llegado a producir en apenas ocho años.
La mujer tan distante y fría que se ha presentado como Naomi es sin duda la teniente Marina Gallardo, pero no parece haberte reconocido en absoluto y del mismo modo ésta tampoco es su forma de ser natural pero decir o hacer algo al respecto no sabes si podría considerarse "locura", cómo dijo Ziyak.

Observa con los ojos muy abiertos todo el lugar, parecía que estuvieran en otro planeta y en cualquier momento fueran a salir unos cuantos extraterrestres. Las puertas se abren y son recibidos, no muy cálidamente pero se esperaba algo peor. De hecho se esperaba que les recibiera un pelotón armado apuntándoles, desnudándoles y despiojándoles... quizás había visto muchas películas de pequeña o quizás no les tomaron como ninguna amenaza aquellos francotiradores.

No puede evitar meter un dedo en la pantalla holográfica para traspasarla una y otra vez, hasta que se detiene algo avergonzada y carraspea. A pesar de su tristeza por la reciente despedida trata de ser amable y correcta con la mujer, tal y como les dijo Ziyak.

Hola Naomi-san.. ella es Drew-san, él John-san y yo Kyuu.

Tras la breve presentación sigue a la mujer como puede hasta la sala médica, donde se apoya en una de las paredes observando la maquinaria totalmente desconocida.

Tenemos contuchiones y algunas heridas de cuchillo que nos hicieron saqueadores y chacales..

Poco antes de que las luces quedaran atrás miré por encima de mi hombro una última vez, las siluetas de Axel y Ziyak aún se distinguían. Esbocé una sonrisa y respiré profundo volviendo la vista al frente. Yo iba en medio, John y Kyuu se apoyaban en mí, era lo lógico, después de todo yo era la única que no tenía una herida de la cual cuidar y podía esforzarme sin temer a que algo malo me pasara.

Estaba nerviosa, no lo niego, pero ya no existía posibilidad de arrepentimiento, estaba ahí. A medida que avanzábamos la sorpresa iba en aumento, tanto tiempo había pasado que hasta medio había olvidado lo que era disfrutar de cosas como las que nos rodeaban, pero no era sólo eso, estaban esas pantallas que carecían de soporte y una estructura sólida, algo así como halos de luces condensados de tal modo que formaban una imagen.

Kyuu fue la primera en hablar, yo estaba digamos que embobada mirándolo todo, analizándolo todo, segura que si Joe estuviera con nosotros lo miraría todo igual.

-Hola, buenas noches... -respondí pero ya no seguí hablando pprque al ver la maquinaria que estaba junto a la camilla me acerqué a verla, además que consideré prudente omitir, al menos de momento, mi condición de doctora. Antes tenía que dilucidar que tan ventajoso o no resultasba el que aquello fuera conocido por esas personas.

El camino por el puente es duro para todos, John mira con una pequeña sonrisa a Drew y a Kyuu. "Dos mujeres de acero".

Pasan por el puente, torres de vigilancia, una habitación blanca y el desconcierto para John. "Esa mujer...¿Marina, es ella?" por la mente de John pasan un sin fin de recuerdos, la cara de asombro es innegable en el, comienza a levantar la mano para hablar pero la oportuna intervención de Kyuu, salva el momento. "No me a reconocido". Terminan de seguir a la mujer llegando a una habitación con más equipo que la enfermería de la estación espacial y mas moderna que esta.  "parece una autómata" los pensamientos de John se dirigen hacia Naomi. "Tengo que tantear la situación". Se nota el conflicto interno de John "¿que hago, le pregunto o no?" La imagen de Ziyak aparece en su mente"-Niños obedientes" los recuerdos de la frase llegan a John. - ¿Naomi dijo que se llamaba?...

Naomi asiente a cada presentación que Kyuu realiza, aunque en realidad bien parece que poco le importa el detalle de vuestros nombres pero aún así se muestra relativamente educada hasta llegar a la extraña consulta, donde enseguida enciende varias pantallas alrededor de la camilla siendo observada con atención por Drew.
Si esta es al nueva tecnología médica desde luego la suya ha quedado algo desfasada y obsoleta...

-Así es- responde escuetamente a John, pero esta vez le mira y alcanza a esbozar una ligera sonrisa señalándole la camilla -Por favor, tome asiento. El procedimiento será rápido e indoloro- sigue pulsando teclas aunque en algunas de las pantallas no alcanza a verse nada, pero es normal dado que no hay nada conectado a nadie que pueda indicar sus funciones vitales, sin embargo un delgado y manejable brazo mecánico empieza a moverse un poco mientras John se tumba intentando relajarse.

-Muéstreme su herida- espera pacientemente a que lo haga, quizá incluso le ayudáis en el proceso de desvestirse para que el corte quede expuesto y ella se limita a asentir tranquilamente a pesar de la gravedad de la herida.
Retira el vendaje pero no los puntos, volviendo a los controles para acercar esa "mano" metálica hasta que se posa en la herida.
Al principio el frío y el pinchazo que produce resultan algo desagradables pero esa sensación enseguida cesa y la máquina resigue la herida con precisión a través de la consola táctil que está usando Naomi, la cuál le muestra le herida en cuestión de forma ampliada. Probablemente ésa máquina tenga algún tipo de cámara microscópica incorporada.

A medida que el brazo avanza, forma en la herida una película transparente y algo viscosa, parecida a la vaselina, que se endurece de forma inmediata adaptada al cuerpo de John, permitiéndole moverse con facilidad y seguridad sin que el corte tenga posibilidad de abrirse.
Después llega el turno de Kyuu, cuyo proceso es similar pero incluso más corto. Hay que admitir que es muy extraño pero a la vez muy efectivo, ambos os sentís realmente mejor después del tratamiento así que os vestís vosotros mismos y ya no necesitáis ayuda.

Sin embargo parece que la cosa no ha finalizado y tras esto salís de la sala y andáis nuevamente por el pasillo lleno de puertas hasta unas dobles en las cuáles Naomi se detiene quedándose a un lado.
-Ahora será llevado a cabo el proceso de limpieza. Cuando éste finalice les estaré esperando para asignarles su trabajo idóneo así cómo otros datos relevantes para su nueva y relajada vida en Hope- sonríe como lo haría alguien en un anuncio y espera a que atraveséis la puerta.

-Sorprendente -me digo al ver lo que hacen a ambos-... Realmente sorprendente... ¿Qué será eso que les está poniendo?

Cuando el proceso acaba mi asombro es total. No se qué cara debo tener en ese momento, pero mínimo debo estar boquiabierta porque al ver la movilidad que John y Kyuu tienen ahora por poco se me desencaja la mandíbula. Si no es porque yo misma vi y traté esas heridas, por lo tanto conozco su gravedad, juro que les estaría diciendo que eran exagerados y que éstas no pasaban de un rasguño sino basta ver la facilidad con la que se están moviendo.

-¿Eeee... están bien? -pregunto titubeante, todavía no me creo lo que acabo de ver.

Pero la cosa no termina ahí porque ahora nos llevan a los tres a otro lugar para limpiarnos. Igual se entiende, podríamos venir contaminados con algo desde fuera, sin embargo me llama la atención que si ellos lo ven así la tal Naomi no se encuentre usando mascarillas y guantes, al estar cerca de nosotros bien podríamos contaminarla.

Arrugo frente y cejas, una de las cosas que ha dicho Naomi me provoca desconfianza.

Wow, vaya, esta gelatina es genial.

Sonríe mirándose la herida de la pierna totalmente cicatrizada por esa cosa, por fin se habia librado del dolor de los puntos rechinando en su piel. Asintió agradecida a Naomi y terminó de ponerse el pantalón de nuevo para despúes bajar de la camilla. Por las miraditas entre John y la nueva doctora parece que haya algo entre ellos - ¿quizás se conocen? Qué raro, bueno, da igual.

Les conducen de nuevo por los pasillos y al final acaba sucediendo lo que se temía, les iban a quitar las pulgas como si fueran perros callejeros. Mira a la mujer alzando una ceja y murmurando tímidamente.

¿En qué consiste .. proceso de limpieza?

-Ahora estarán mucho mejor que antes, se lo garantizo- Naomi toma la iniciativa de responder de forma tan escueta y educada como de costumbre antes de detenerse junto a la puerta doble entrelazando las manos a la altura de su regazo en actitud relajada y paciente.
-La prótesis se desprenderá sola dentro de aproximadamente una semana, cuando sus heridas ya hayan sanado lo suficiente. Podrán presentarse en cualquier hospital si encuentran algún problema o quieren consultar sus dudas, la atención sanitaria en Hope es gratuita- sonríe ampliamente al decir esto, como si fuera un gran logro... Y en realidad lo es puesto que vosotros estáis acostumbrados a que sea privada y cada consulta o intervención cueste lo suyo.

-Consiste en desprenderles de toda esa ropa que llevan y lo que portan en ella, así que les aconsejo que si quieren conservar algo avisen a los enfermeros que les atenderán dentro. Les ayudarán a lavarse con desparasitadores y geles variados, quizá sea un poco incómodo pero comprendan que es necesario para no poner en peligro al resto de ciudadanos- mira a Kyuu mientras da la explicación pero cuando finaliza también observa al resto esperando a que os decidáis a entrar.
Parece ser que no será una experiencia excesivamente agradable.

-Impresionante -me digo al oír lo de la prótesis- ¿De qué están hechas esas prótesis? -imposible no preguntar- ¿Aislan por completo la herida? ¿Van a poder mojarse sin temor a infección ni nada?

Me acerco a John, mi curiosidad científica es demasiada para poder contenerla y comienzo a examinar la prótesis que lleva.

-¿Requiere de algún cuidado especial?

Me doy cuenta que estoy haciendo demasiadas preguntas y quizás eso incomode a la mujer, pero es que en verdad son muchas las preguntas que rondan en ese minuto por mi cabeza. Quisiera saber si nos mantendrán a los tres juntos o si de lo contrario tendremos forma de mantener el contacto, son muchas cosas y dudo mucho que las interrogantes disminuyan, por el contrario irán en constante aumento, hay demasiadas cosas nuevas en ese lugar y mucho por aprender.

Sanidad gratuita, eso estaba bien, aunque dudaba que fuera a pasarles algo realmente grave alli dentro más que un resfriado. Pero cuando respondió a su pregunta su cara cambió por completo a una de muerta de vergüenza y rechazo por la idea.

Pero yo no quiero que me quitar de mi ropa... Me gusta mi ropa - entrecerró un poco los ojos y aunque ese no fuera el motivo de no querer desprenderse de ella si que le había cogido cariño a su "estilo" de vestir desastroso, era como su segunda piel -¡Además! Puedo lavarme sola.. no necesito enfermero, no..

Suspira y finalmente se decide a entrar junto a los demás, despidiéndose de la mujer y entrando tímidamente en la siguiente sala. Busca con la mirada al personal de desinfección tratando de convencerles de que no necesita ayuda de ningún tipo.

Ni que fueramos bichos..

Una respuesta escueta y al punto eso es lo que recibe John. "Marina no es así, pero es ella eso puedo asegurarlo". John sigue confuso, la dualidad que representa esta mujer y su amiga es incomparable."Marina era picara, alegre, tierna, esto que tengo al frente no se le compara en nada".                                  

Drew se acerca a John y comienza a revisar lo que recubre la herida, mientras hace preguntas. Kyuu trata de quedarse con sus ropas y Naomi explica el siguiente procedimiento. Una idea se forma en la mente de John. El recuerdo de cuando Marina hacía la revisación medica semanal en la estación, cada vez que  John terminaba de ser revisado mientras se despedía hacia la misma broma. "Muchas gracias Doctora, pero no tendría un caramelo por lo bien que me eh portado" la frase rebota en la cabeza de John una y otra vez hasta que este se decide a actuar. Espera que se despidan sus compañeras y cuando le toca a el las palabras fluyen de su boca.-Muchas gracias Doctora, pero no tendría un caramelo por lo bien que me eh portado ...

-Es impermeable y hermético, aunque les recomiendo que no "jueguen" demasiado con ello para no correr riesgo de desprendimiento. Intenten conservarlo limpio y secarse bien después de cada ducha- se limita a sonreír a las muchachas amablemente.
-Si te portas bien sólo supervisarán que lo hagas bien, no temas- le dice a Kyuu ante las reticencias de ésta a que alguien la desnude y obligue a bañar de forma poco ortodoxa, pero después de todo es la primera en desaparecer por las puertas mientras el resto se disponen a seguirla.

John sin embargo parece dudar, más pensativo de lo que sería normal en una situación como esta, soltando una frase relativamente inconexa que provoca que el ceño de Naomi se arrugue ligeramente, ladeando la cabeza para mirarle con una extrañeza más humana de la demostrada hasta ahora.
Entonces se lleve las manos a las sienes ahogando un quejido, aparentemente dolorida.
-Disculpen...- se limita a decir alejándose de allí con paso rápido, dirigiendo alguna mirada furtiva hacia vosotros antes de desaparecer por la puerta que conduce a la sala de "recepción".

Un par de enfermeros y otro par de enfermeras enfundados en sus respectivos trajes de aislamiento bacteriológico acaban por abrir las puertas para daros pasos a la amplia sala de duchas y vestidores en la que debéis entrar.
Enseguida separan a John de las chicas, aunque incluso podéis oíros ya que seguís en la misma estancia separados por una pared que no llega al techo.

En caso de que no opongáis resistencia dejan que vosotros mismos os deis al desagradable ducha de polvos y geles desparasitarios bajo su atenta y cercana supervisión, aunque al menos las chicas son controladas por mujeres y viceversa.
En caso de que os mostréis mínimamente reacios la experiencia resulta tan nefasta como Kyuu había visto en las películas, sujetándoos y lavándoos ellos mismos de forma más brusca.

Al final de esto desembocáis cada uno en vuestros respectivos vestuarios, donde os espera un completo set de maquillaje y peines además de largas perchas llenas de ropa variada y de distintivas tallas.
A John además le facilitan una máquina de afeitar y las placas identificativas que había pedido, lo único que os dejan conservar entre todas vuestras cosas.

Lo que John dijo me causó extrañeza, mucha era como si... Meneé la cabeza, seguro que estaba alucinando y viendo cosas donde no las hay, pero había que reconocer que la broma de John era extraña, no lo hubiera sido de estar dirigida a mí, nos conocíamos y existía la confianza para que bromeáramos así cosa que no ocurría con esa mujer a la que acabámos de conocer, pero lo más curioso fue la reacción de ella, aunque bien pudo ser mera coincidencia, pero...

Me rasqué la cabeza, ya habíamos traspasado el umbral de la puerta y lo que me encontré del otro lado no fue nada que me sorprendiera, después de todo hay cosas que no cambian. Para evitar que aquello se transformara en un martirio me mostré de lo más dócil y cooperadora, esperando y deseando que Kyuu hiciera de igual forma, después de todo era lo mejor, si nos llegaban a tachar de personas conflictivas seguramente tendríamos más ojos de los normales puestos sobre nosotros así que mejor era no llamar la atención.

Me quité la ropa, no tenía nada que deseara conservar, salvo una: el reloj de pulsera que traía puesto, había pertenido a mi hermano y era lo único que me quedaba de él. Se lo entregué a una de las enfermeras pidiéndole encarecidamente que me lo devolviera una vez lo sometiera al proceso de desinfección pertinente.

Terminado el proceso de limpieza pasamos a otra sala donde me encontré con cosas que creí ya olvidadas. Ropa, linda ropa y para todos los gustos, además de maquillaje. Escogí una tenida negra. La chaqueta era de cuero y entallada. Me maquillé lo justo, más por darme el gusto de hacerlo que por otra cosa, además con el tiempo que llevaba sin usar una de esas cosas el proceso me tomo bastante tiempo. Opté por dejarme el cabello suelto, pero de todos modos me hice con algo para poder amarrarlo si así me apetecía. Me sentía cómoda y lo mejor de todo limpia.

Finalizado mi proceso renovador fui a donde estaba Kyuu para ver si estaba bien.

-¿Quieres que te ayude con algo?

Tomé uno de los cepillos que había sobre la mesa y comencé a cepillarle los cabellos, con mucho cuidado, procurando no tirar de ellos.

Tras entregar sus cosas se acercó finalmente a las duchas. El proceso de limpieza es bastante incómodo para la oriental, que odia sentirse observada por desconocidos y más aún en la intimidad de su desnudez. Trata de no pensar en ello mientras se embadurna de polvos repugnantes y despúes de geles un poco más agradables. El agua caliente se agradece bastante, era un lujo que hacía mucho que no disfrutaba y el suelo de las duchas fue teñiéndose de negro de toda la mugre acumulada que soltó.

El maquillaje nunca le había gustado, se dió un poco en los mofletes pero no le hizo especial ilusión pero cuando vió los enormes vestuarios se quedó sorprendida de verdad. Allí había de todo , ropa limpia ..¡y de su talla! Por fin podría dejar de vestir con jerseys el doble de grandes que ella y abrigos de mastodonte, pero tenia un problema, ya no sabia cual era su talla. Estuvo un rato probandose varias cosas hasta quedarse con un jersey negro sin mangas muy elegante.

Pronto apareció Drew ofreciendo ayuda. La sonrió asintiendo a su propuesta y comenzó a cepillar y desenredar su caótico pelo , dejando a una chica totalmente distinta a la Kyuu anterior cuando finalizaron el proceso entero. Se miró al espejo con cara rara, como si no se acabara de acostumbrar a esa imagen limpia y pulcra de sí misma.

Estoy rara..

-¿Rara? -sonrío- Te ves preciosa... ¡Pero mira nada más lo que se escondía bajo esas carpas de circo que usabas! -bromeo.

Kyuu se había maquillado puesto un poco de rubor en las mejillas pero éste no había quedado muy bien distribuído así que tomé la brocha y lo difuminé correctamente. Apliqué un poco de brillo en sus labios, muy poquito y cuando hube terminado retrocedí un par de pasos y la miré.

-Ya está, no necesitas más que eso -le guiñé un ojo, procuraba estar y mostrarme animada, ser optimista con toda esa situación, pese a que si me daban a elegir prefería andar toda sudada, sucia y hasta hedionda pero no haberme separado de Axel y Ziyak.

-¡Ya! -exclamé golpeándome los costados con la palma de las manos para dejar de pensar en cosas que me pusieran triste- Tengo curiosidad por ver cómo ha quedado John -arqueo una ceja con picardía- ¿Tú no?

La ducha reparadora hace efector en la piel muy poco cuidada de John. El jabón rehidrata a cada contacto con el. Después de enjaguarse el cuerpo y lavarse la cabeza. John se toma el atrevimiento de estar un par de minutos dejando que el agua choque con su cuello y su espalda relajando su cuerpo, solo su cuerpo, su mente sigue en funcionamiento. “Esto es demasiado bueno, bah, sacando lo de Marina, mi amiga la androide” Una pequeña sonrisa parece vislumbrarse en la cara de John. La primera sonrisa no forzada desde la muerte de Joe. “Como estarán Axle y Ziyak…” el pensamiento se ve cortado cuando uno de los enfermeros golpea el vidrio de la ducha en la que se encuentra. El sonido lo reactiva automáticamente con la desinfección, la costumbre después de cada salida al espacio y entrada a la tierra era un baño de desinfección.
-Perdón muchachos, me relaje de mas. John pasa a los gels y el talco, en cinco minutos esta listo.
En el vestuario lo primero que encuentra son sus chapas identificatorias. La maquina de afeitar cumple a la perfección su trabajo. El tacto con su mejilla rasurada es suave, la ropa elegida le calza bien. La imagen que ve en el espejo es la de una persona que hace mucho tiempo no ha visto. “Parezco humano de nuevo…”

John toca su imagen en el espejo. “Espero no terminar siendo un androide, hay que andar con cuidado…” Los pensamientos de John se pierden al escuchar unas voces acercarse, unas voces que le traen alegría, unas voces pertenecientes a sus compañeras