Partida Rol por web

Viendo al osgo mientras se acerbada de arriba a abajo y de vuelta, no con aires de superioridad sino de claro análisis de su oponente, termino respondiendo mirándolo directamente a los ojos

Mugriento te llamare entonces si no te importa... Luego sonriendo de medio lado, casi en gesto burlon continua... Venga y aquí obedecen las reglas así de bien?!?! aunque ahora que lo pienso con lo que paga el patronazo es lar el porque...

Luego pone cara de pensativo... Así que pujatu - pujayo... lanzando una mirada a los otros 7... siempre que estos cabronazos no se muevan todo bien!

Desenfunda el arma y busca donde apoyarla, para terminar clavandola en un árbol, y guindando de ella su bolso... El que la toque se puede dar por muerto... suelta al aire el minotauro viéndolos a todos ojo a ojo... vuelve a entrar al circulo y tiende la mano ahora si listo para comenzar... Ah ver que tienes que ofrecer!?!?, la sonrisa no la podía ocultar, no era precisamente lo que buscaba pero servia para entretenerle y terminar de gastar las energías antes de dormir...

Brisa aceptó la derrota de su idea con un alzamiento de hombros, una sonrisa y un movimiento de cadera tras el cual salió de la tienda.

Fuera de la tienda se estaba montando todo un espectáculo. Brisa sonrió al ver la que se avecinaba.

Bien torito... veamos de verdad de qué estás hecho. - pensó mientras buscaba un buen sitio desde el que no pudiera perderse nada.

Cuando parece que esta decidido la cosa, y que la gente comenzaba a salir decido salir para ver que ocurria con el minotauro ... y claro esa voz, me sonaba y no me gustaba ..., asi que sali para ver que ocurria alli.

Sonrío al ver la marca de Hamakok. Sabía que Gond no me defraudaría. Miró a Brisa sin disimular mi alegría pero sin intención de regodearme en ella. Le dedico un silencioso asentimiento reconociendo su deportividad al aceptar la decisión del grupo.

Oigo el grito dirigido al minotauro y salgo tras la exploradora para mezclarme en seguida con las sombras y pasar desapercibida en el exterior. Veríamos si aún no había que evitar una pelea esta noche antes de dormir en paz.

Nada más salir de la tienda, Brisa y Vanielle se habían encontrado con una escena que podía definirse con muchas palabras, entre ellas varonil, innecesaria, emocionante, pueril... Vamos, lo que era una pelea "amistosa" entre hombres. Aquello le traía recuerdos. Cuando vivías con muchos hombres, acababas presenciando una pelea de esas al menos una vez al mes. Y siempre eran por chorradas, como tal comiéndose los pasteles de pascual o fulano molestando a mengano al silbar. Aquella pelea parecía haber empezado por razones de similar peso.

La clériga miró a la muchacha azul y dijo:

 -¿Crees que deberíamos decirles algo o dejamos que todo siga su curso?

- Déjales... supongo que tienen que soltar toda esa energía por algún lado. - Respondió la muchacha a la sacerdotisa - No creo que se hagan mucho daño y luego dormirán mejor.

Aprovechó para hablar más en privado y agradecerle su apoyo.

- Gracias por tu apoyo. Creo que se equivocan al buscar la lucha directa - señaló a Gaidar - pero ya ves de qué va esto, prefieren mancharse las manos en vez de hacer un trabajo limpio. - Suspiró - Por supuesto que acepto la mayoría, al menos de momento, y les guiaré por el camino que han elegido. Pero me consuela saber que alguien aparte de mi se preocupa por evitar violencia innecesaria.

No pudo evitar sonreír a la sacerdotisa, lo mejor de todo es que quizás era la primera sonrisa franca que había hecho desde que llegara al campamento.

La clériga asintió y sonrió a Brisa.

 -No tienes que agradecerme nada, tu decisión era la más sensata. Sólo un camorrista o un idiota va buscando el conflicto directamente. Ilmater nos enseña que tenemos que usar nuestra fuerza para aguantar las adversidades y conservar la vida, no para destruirla.

Pero claro, viendo lo que Giadar iba a hacer en esos momentos, pegarse con un montón de hombres de Malk'Evar, a la clériga le iba quedando cada vez más claro el tipo de grupo en el que se había metido: camorristas idiotas, Brisa y ella.

 -¿Te quedarás a ver el resultado del combate o te irás ya a descansar?

    Los recién llegados no tardaron en ver de donde provenían aquellas voces, un extraño orcoide de aspecto feral se encontraba frente a Gaidar rodeado de un pequeño grupo de semiorcos, mercenarios. Al parecer iban a participar en alguna clase de prueba, aunque aún la misma no se había iniciado.

    Gu1nz0 sabía algo más acerca del osgo que el resto, se trataba de Zarghokk, el "Mugriento", aquel mercenario no llevaba mucho en con la caravana y aunque sabía acatar bien la mayor parte de las órdenes, el hecho de ser un veterano fogueado y curtido en batalla hacía que muchas otras no las siguiera tan bien.  

    El osgo lanzó un resoplido e hizo crujir sus nudillos, parecía molesto al haber entendido que el comentario del minotauro a que el resto pudiese llegar a intervenir lo dejara caer insinuando que no era capaz de vencerlo por su propia fuerza, llevándolo a rezongar en voz baja alguna clase de insulto ininteligible en su lengua natal.

    Pasado el trago, dio un paso atrás y trazó un semicírculo con el pie para después señalar a Gaidar que hiciera lo propio para terminarlo. -El pujatu-pujoyo ez zencillo, comenzamoz en el centro y noz damoz un brazo mientraz el otro ze queda a la ezpalda, la clave ezta en pujar con el hombro uzando fuerza y aztucia hazta zacar al contrincante del zirculo.- Acto seguido escupió a un lado y se dirigió hacia el centro del improvisado ruedo ofreciendo la diestra a Gaidar. -Y bien, vaz a querer apoztar y jugar o ezcaparaz con el rabo entre laz piernas.- Su pequeña venganza tomo forma en aquella falta de respeto, aunque también podría ser que el juego ya hubiera empezado y tratara de desconcentrar a su contrincante.

- No soy creyente, pero si Ilmater piensa así creo que me caería bien. - Brisa pensaba que se llevaría bien con la sacerdotisa.

- Quiero verlo, creo que es importante saber las capacidades de los miembros de tu grupo. Después iré a descansar, la verdad es que el día ha sido intenso.

Brisa levantó la mano con una sonrisa, un par de monedas de oro brillaban en ellas.

- ¡Dos oros por el cornudo! - grito con fuerza - ¡Animo Gaidar, empuja fuerte!

El cornudo escucho tranquilamente a su contrincante... y ante la pregunta de Zarghokk son pudo mas que soltar una carcajada... Espero tu fuerza supere a tu inteligencia, porque desde un principio estoy buscando alguien para apostar falto de cerebro o de baño... un instante de silencio... aunque con ese nombre creo que queda claro...  dicho esto, Gaidar saca dos monedas de oro y las deja caer al suelo... bastante confiado toma la mano del orcoide y antes de comenzar a empujar mira sus monedas en el suelo y lo mira a los ojos... te toca o eres un bocazas... claramente el minotauro no solo era fuerza, también sabia provocar y astucia no le faltaba... Escucha las palabras de Brisa y sonrie sin siquiera voltear a verle...

Justo en el momento en que el Orcoide suelta sus monedas y antes de que estas cayeran al suelo, el minotauro bajo un poco si centro de gravedad y empujo con fuerza, quizás con demasiada pues al empujar no pareció que tuviera a nadie frente a si, solo aire.

Deseaba parar esto, Zarghokk era un bravucón inutil que ya habia jugado conmigo para ganarse prestigio y acabo con un brazo destrozado, y por tanto 2 semanas sin sueldo por razones evidentes de inutilidad. No quería que algo saliera mal con nuestro enorme amigo cornudo, pero tambien sabia que si paraba esto, solo aumentaría la tensión del momento, y lo que menos necesitara era un minotauro con malas pulgas en nuestro viaje de mañana, refumfuñando y menospreciado por un mierda del campamento.

De tal manera tras ver esto, espere con la esperanza que no terminara herido, pero cuando vi la embestida, no solo me sorprendi, sino que parecia que alquien le daria una leccion aun mayor que la que le di yo mismo aquel dia .. tal vez habia tenido suerte o tal vez no habia calculado su fuerza, pero estaba claro que Zarghokk no volveria a chulear de nuevo a un desconocido.

Me alegro de que la competición sea tan "amistosa" y no involucre nada con lo que herirse excesivamente por descuido antes de que podamos intervenir si es necesario.
Gaidar parece muy confiado y Brisa se une rápida a la apuesta.
Pero el osotrasgo dijo fuerza y astucia y no se como andara cada uno de los dos de lo segundo... y de buen seguro esta no es la primera vez que él juega a esto, por lo que habrá aprendido un par de trucos que nuestro amigo cornudo desconozca.
Por ello me reprimo de apostar por él, pero tampoco soy tan estúpuda como para apostar por el osotrasgo y ofender así a mi nuevo compañero de andanzas que había sido tan amable y majo conmigo...
¡Qué demonios! Era verdad, había sido muy majo. Era un buen momento de devolverle el gesto. Saqué un par de monedas de mi bolsa para apostar por él.
- ¡Dos oros más por Gaidar! ¡Dale una lección! - me uní al grito de Brisa para darle ánimos a nuestro grandullón.

    La fuerza desmesurada del minotauro cogió totalmente desprevenido al osgo, que impotente veía como era arrastrado sin remedio al borde del perímetro. Sin embargo, haciendo acopio de su orgullo, pues no estaba dispuesto a admitir que un recién llegado lo pusiera en ridículo, fijó su pie al suelo y agachó su cuerpo, provocando que Gaidar tuviera que frenar en seco.

    -Eztá bien, chiko, erez fuerte, pero veamoz zi lo zufieciente.- Las venas del cuello del orcoide comenzaron a marcarse como las raíces de un viejo árbol a la vez que los músculos de su torso se hinchaban por el sobreesfuerzo. Las pezuñas del minotauro patinaron, algo no iba bien. -Pero zobre todo a ver como andaz de aztucia para frenar ezto.-

    El corrillo de semiorcos se encontraba expectante ante el resultado y más de uno de ellos no pudo evitar dar un respingo al ver salir al samurai de su tienda temiendo que se tomase aquello como una falta grave de indisciplina. Sin embargo, por algún extraño motivo, Gu1nz0 dejó correr el agua en aquella ocasión, por lo que el más avispado de los mercenarios comenzó a fortarse el mentón al oír como iban apareciendo las apuestas, el combate era interesante y para una noche tan aburrida como aquella, unas cuantas apuestas podrían ser la sal que les hiciera la guardia más amena.

   -¡Thorgul, holgazán, ve a recoger las apuestas de las damas! Hagamos esto como es debido y de paso disfrutemos un poco también del espectáculo, yo apuesto tres por nuestro "Apest.. Mugirento" amigo, el resto que se espabile y apueste antes de que la cosa termine.- El mestizo se frotó las manos, tenía fe en el osgo, o al menos lo conocía mejor que al otro y por eso despertaba su confianza. En apenas unos segundos, todos los mestizos habían hecho sus apuestas y el cabecilla había tomado nota de lo apostado por cada uno de los allí presentes, algunos siguieron el ejemplo del más despierto y apoyaron a su viejo compañero, mientras que otros parecían tener mayor fe en el recién llegado, como había sido el caso de Thorgul, quien tras dejar sus tres piezas de oro se aproximó a tomar las de las chicas.

Algo no iba bien... sentía como perdía todo el camino andado ante el empujón sorpresa... al parecer aquel osgo no jugaba del todo limpio... ja y cuando lo hacían?... era la hora de sacar no solo la fuerza bruta sino también lo que hacia a su raza temidos en combate, aquella capacidad de carga y empuje que no venia solo de la capacidad de carrerilla, sino de aquella habilidad de agacharse y aquellas bajas extremidades poderosas...

Se veía ya 1 paso mas atas de seguir así llegaría a estar en el centro... y por su dinero que no cedería nada de terreno mas allá de donde había iniciado... levando ligeramente una de sus patas lo que hizo que perdiera tracción y se desplazara aun mas rápido, pero en menos de un instante pateo el suelo con fuerza, para hincarse, flexiono las rodillas y bajo aun mas si centro de gravedad... como si estuviera preparando una carga y fuera a embestir con sus cuernos el momento siguiente, los cuerpos se acercaron peligrosamente al rostro del osgo, aunque no era algo intencional, era simplemente una consecuencia de las posturas bajas que tenían los dos... pero realmente se debía de sentir algo intimidado o al menos contrariado de tener aquel par de astas filosas tan cerca de un ojo...

Al parecer no eres solo un bocazas... ah ver que tal te va con esto... y en ese instante el minotauro concentro casi todas sus fuerzas en los cuartos traseros y estiro sus piernas, a la vez que las fuerzas restantes las concentraba en el brazo para pegar bien el hombro del pecho del osgo, agarrar bien el brazo y evitar que se soltara y le hiciera caer, una jugada común aunque de cobardes en este tipo de encuentros...