Partida Rol por web

FROM: +18786950632 18:25h

Soy Casey. Para que funcione, necesitarás conectar la línea a un cibermódem. En cualquier tienda de informática podréis encontrar uno. Pregunta por estos modelos, son especialmente buenos para lo que necesitamos: RADDON 660GDS, SPIKEPRO 732/TURBINE, SMC CRACKBOT 552. Nos vemos mañana.

Tras sonar el teléfono de Rafa... él y Katie caminan unas cuantas calles alejándose del hotel. Parece un barrio de clase baja/alta, la mayoría de las casas tienen un aspecto deteriorado o suciono, pero por el ambiente que se respira en él, no creeis que debieran haber muchos más disturbios que los de un barrio turco en Londres o uno magrebí en Sevilla. Finalmente, encuentran un taxi que para delante de ellos.

Tras parar el coche, que parece un antiguo modelo de 1998, gastado y rascado, repintado cien veces por encima de un color amarillo chillón; abre la puerta y sale un hombre de aspecto arabesco, pero más tirando a hindú. Amablemente os abre la puerta que da a la acera Fahassi, fahassi, intren, intren, ustedesh shablan inglésh Una vez habéis entrado el tipo monta de nuevo. ¿A dondi vamosh amicosh? pone en marcha un antiguo marcador que no habéis visto en la vida, pero viendo el coche se puede suponer que es de la misma época o quizá anterior.

Tu dirás..., susurro a Rafa mientras entro en el vehículo. Una vez sentada, saco un segundo la cartera para ver cuánta pasta del lugar llevo en efectivo, ¿llevaré suficiente para estar por aquí estos días?, me pregunto mientras lo hago. Aguardo hasta que tras decir Rafa nuestro destino, el vehículo arranca, Y bien, ¿a que viene tanta urgencia de salir del hotel?, ¿qué te ha dicho la rubia?

Miro al taxista con evidente desconfianza mientras digo, al barrio empresarial, intentando que mi ingles salga natural para no dar pistas de mi procedencia real.

Después miro a mi compañera y le hago una señal de que se mantenga callada, mientras con una sonrisa y mirandola a los ojos le digo, ¿Te está gustando el viaje cariño? Siento tener que atender esta llamada de negocios pero te prometo que te compensaré con una romantica cena esta noche, despues beso su mejilla (Si la pj se deja claro ;-P).

No sé, no sé, respondo con igual picardía, hubiera preferido dar un paseo por las tiendas del centro y no tener que andar por ahí por culpa de tu trabajo. Tanteo que el arma esté en su siento y miro hacia el retrovisor central a ver si veo bien la cara del taxista, haz algo que no debas y hoy será tu último día, le digo mentalmente. Siguiendo con su juego, me siento más cerca de Rafa y recuesto mi cabeza en su hombro, está bien, haré el papel mientras que estemos aquí, pero más vale que después me cuentes todo lo que te ha dicho la rubita, le susurro.

16:50

El taxista conduce a su aire, tranquilamente hasta el barrio empresarial de la ciudad.

No hay atasco o problema alguno. Atravesáis dos puentes que llevan de una isla a otra isla, y allí, se abre ante vosotros un entramado de edificios de diferentes alturas, pero todos muy altos. La luz del sol que aún les toca, hace brillar los cristales o superficies reflectantes de esos colosos.

Pasada una rotonda gira a la derecha y para al lado de la acera de una calle que parece principal, la hojalata marca 7.30$ aquistamos amicush, il bario ijicutivo, grandis rashcaselosh, eshta is avinida principal. Siti treinta dolar por fivor.

Me mantengo tensa durante el trayecto hasta que el árabe detiene el vehículo, ¿es aquí?, pregunto al taxista mientras de reojo miro a Rafa en espera de confirmación. Saco mi billetera del bolsillo interior y, tras darme cuenta de que solo cuento con billetes, le doy al conductor uno de diez con un leve, quédese con el cambio. Muy bien, ya estamos aquí, ¿se puede saber ya qué te dijo la rubia?, le digo a Rafa una vez he visto al taxi perderse entre la multitud.

Miro a Katie y la cojo de la cintura mientras le digo, es muy sencillo querida, tenemos que encontrar un moden e intentar entrar en el edificio de la empresa para poder piratear la linea porque el inútil de nuestro contacto dice que no puede.

Después si ella se deja sigo agarrado de su cintura guiándola hacia alguna tienda informática donde poder comprar la mercancía que necesitamos mientras comento, lo de entrar en el edificio ese solo para paliar riesgos innecesarios y comprobar si es muy difícil entrar, míralo como una tentativa para ver asta donde puedes tocar las orejas del lobo.

Antes de que mi compañero pueda empezar con su discurso, aparto su mano de mi cintura con cara desprecio, si he de hacerme pasar por tu pareja no me importa, son cosas del trabajo, pero como te pases voy a meterte la mano por el culo tan adentro que vas a poder notarte las cuerdas vocales, ¿entendido?, le susurro. Respiro hondo y con expresión de hastío escucho el genial plan de mi compañero, que ¿qué?, ¿que el contacto no puede hacer su mierda de trabajo y nos toca a nosotros comprar un módem en medio de ninguna parte?... y esa es otra, ¿con un solo módem vas a hackearles la línea? Claaaaro... y todo eso después de pedir amablemente a esa gente que nos deje entrar, ¿no?... Tu estas loco, le digo incrédula. Viendo que mis palabras no son muy efectivas y que Rafa sale a la caza del módem, me resigno y le acompaño a su lado, en qué coño me estoy metiendo, pienso.

saliendo ambos del taxi, paráis en la acera. Rafa mira de lado a lado tratando de localizar una tienda de telecomunicaciones o informática. Aunque hay una muchedumbre atravesando de arriba a abajo de la larga y ancha calle y dificulta un poco la visibilidad, Rafa no tarda en divisar el dragón verde sobre fondo amarillo, identificador exclusivo de que debajo de él, se halla una tienda Lucky Dragon. Mientras Katie increpa a su compañero, el semáforo se pone en verde y la marabunta de gente empieza a cruzar por todos los lados aprovechando que el tráfico se ha dentenido. Casi que empujan a los dos turistas que parecen allí detenidos, un par de estatuas Klenney.

Avanzo como puedo entre la muchedumbre tirando del brazo de Rafa, sin dejar de mirar a la muchedumbre que parece no tener fin. Una vez llegamos al otro lado de la calle, busco un lugar donde detenernos y suelto el brazo de Rafa, antes de ir a comprar nada, creo que podrías al menos responder mis preguntas, le digo mirando insistentemente el pasar de la gente. Todo esto me recuerda demasiado a África, divago confundida.

Me dejo guiar entre la muchedumbre asta llegar a la tienda donde me quedo mirando los modens del escaparate y escucho que la killer pide repuestas, me giro y le digo, la rubita solo me pasó el teléfono así que no hay mucho que decir y el contacto me confirmó que es un inútil así que poco mas puedo decirte, hago una pausa pensativo y digo, lo cierto es que este curro cada vez me da mas mal rollo y mientras mas horas pasan peor se pone el tema así que estoy empezando a plantearme si no sería mejor rechazarlo ahora que estamos a tiempo.

Vuelvo a mirar los modens y digo, primero vamos a compar el moden y luego vamos a ver hasta donde nos dejan entrar sin que seguridad empiece a sospechar que está pasando algo, miro a la rubia y digo, tus armas no podrán pasar el escáner tendrás que buscar una manera de meterlas dentro y tu trabajo será cubrirme cuando esté metido en el sistema para que no nos cojan.

La miro sonriente porque se que es una locura pero si sale bien tendré medio trabajo terminado, por ultimo digo, si no podemos hacerlo desde dentro esto se va a poner muy feo, pero no imposible.

Llegáis no sin dificultades hasta el señal lumínico del LUCKY DRAGON. Miráis el aparador descubriendo que sólo hay carteles con las listas de productos que tienen dentro, los modelos de router que te ha pedido Casey, no aparecen en esas listas. Rafa revisa la lista mientras comenta aquello que se le pasa por la cabeza, lo que cree que deben y lo que no cree que deben pero deben hacer. Un tipo en la puerta muy grandote, vestido de seguridad y que tapa sus ojos con unas gafas de sol gira la cara hacia vosotros, y con expresión curiosa os mira de arriba abajo.

¿No crees que deberías ser un poco más discreto?, le digo a Rafa manteniendo una expresión discreta en la cara y, moviendo lo más naturalmente que puedo la cabeza, le indico el tipo de la puerta. Anda, sigue buscando lo que nos han pedido, le pido, y me giro de medio lado para poder ver mejor a la gente que pasa.

Sonrió a la primera pregunta y digo en plan coña cerca de su oído, será que me gusta el peligro, después veo como se ladea y mira a la gente pasar entonces me acerco y digo en un tono mas alto sin llegar a gritar ni nada e imitando un tono de mosqueo sin atreverme a sobre actuar, vamos amor necesito una agenda electrónica esos estúpidos del avión me las pagarán por perderme el equipaje.

Después si ella se deja la cojo de la mano con ternura intentando parecer un enamorado o recién casado y entro en la tienda cogido de su mano intentando ver al dependiente con mi sonrisa mas lo mas radiante posible.

Ya estamos en una tienda electrónica, le digo con aire cansado, ¿acaso no tienen lo que necesitas?, pregunto mirando el listado de productos. Respiro hondo y entre la gente intento visualizar a algún dependiente. Sin perderlo de vista, y mirándolo con una amplia sonrisa, ¿que modelo necesitas?, le pregunto a mi compañero que parece más centrado en hacer manitas conmigo que en estar por la misión, este tío es un coñazo, pienso.

El LUCKY DRAGON está abarrotado. Hay todo tipo de gente, contando muchos de aspecto extranjero, como el de ambos. La sección de informática está al fondo, señala un panel con una flecha que indica hacia donde ir. La gente se cruza a vuestro paso, unos llenan hasta un carro de víveres y utensilios aparentemente prácticos para el hogar y la rutina diaria. El pasillo se os empieza a hacer largo entre tanto vaivén. Katie, ya con el entrecejo fruncido, va mirando a Rafa mientras este, la sigue arrastrando cogida de la mano cual enamorado que arrastra a su pareja hacia lo que a ella no le interesa.

El área es un cuadrado rodeado por estanterías llenas de productos, diferentes cajas de diferentes modelos de router y modem. Justo a su lado, minipcs y celulares se disputan el terreno.

Avanzo pesadamente hasta el mostrador de informática, mientras que, de vez en cuando, doy pequeños tirones con la mano a ver si Rafa se da por aludido y me suelta de una vez. Una vez allí, me pongo a mirar las estanterías de los módems y repito de nuevo mi pregunta, venga, tío, no te hagas de rogar y dime el puto modelo. De repente, se me ocurre una gran idea: llamar a la rubita. Saco el móvil del bolsillo, intentando recordar el número de la joven, aquí esta, digo una vez lo encuentro en la agenda. Espero, entonces, a que dé tono y responda.