Partida Rol por web

 - ¡DIOS! ¿PERO QUÉ COÑO...? ¡Suéltame, por los dioses!

Intento zafarme de las garras de la "mujer" que intenta atraparme, mientras intento pegarle una patada o un puñetazo.

Al soltarte de los zarcillos de un traspies caes al suelo. Cuando abres los ojos la habitación esta todo en orden. Hace buen clima en la ventana, la cual esta abierta y ves la silla en la cual te sentastes antes de que empezase todo. Sin duda una pesadilla, pero joder que miedo has pasado.

 Respiro profundamente y cierro los ojos... <<Dios... Qué locura...>> Me reconpongo un poco, y, antes de volver a la cama, miro el reloj para ver que hora es...

No me esperaba este encuentro. Ya tengo el pijama puesto pero no quiero dejar pasar la oportunidad.

-Vale, espérame que me pongo algo más decente- le digo guiñando un ojo y entrando a toda velocidad a la habitación nuevamente para cambiarme.

Tomo lo primero que encuentro (unos jeans, una musculosa  y un saquito de hilo) y salgo en menos de cinco minutos.

-Vamos César, muestrame la noche en este lugar-

César te pone el brazo para que se lo cojas, es todo un caballero. Salis del hotel y vais a pasear por alrededor del lago mientras veis las estrellas

- ¿Y como es que os ha dado por venir a este hotel a ti a tus amigos?

Además de guapo, ¡todo un caballero! Contenta con mi suerte, camino tomada del brazo de Cesar apreciando la belleza del lugar y de la noche.

-Fue una especie de "vacación" que decidimos tomarnos con varios amigos. El estrés de la ciudad, las corridas, el trabajo rutinario... todo eso te lleva a querer escaparte por un rato aunque sea. Y no recuerdo quién, nos recomendó este sitio como un buen lugar de relax, así que tomamos los autos y salimos para aquí. ¿Tu pasas todo el año acá?

- Claro, los de plantilla vivimos aqui, nos hemos buscado la vida para ello. Este pueblo es muy tranquilo y muy bonito por lo que aqui estamos a gusto. Y cuando viene una hermosa mujer pues nuestra estancia es más llevadera, aunque sólo sea por la compañia de una bella mujer como es tu caso.

Siento como mis mejillas se van tornando rojas ante sus halagos. Soy una oficinista modesta que suele caer ante los buenos modales y las actitudes caballerescas.

-Gracias por los halagos, me haces sonrojar... Por cierto, ¿hacia dónde me llevas?

- Queria que vieras el paisaje nocturno. Es realmente bonito ¿no crees?

Apenas han pasado 5 minutos...

Realmente el paisaje es hermoso y la noche, aunque fresca es agradable. Sin apenas reparar en ello, recuesto mi cabeza en el hombro de César al tiempo que me aferro a su brazo.

-Sí, es muy bonito... no dan ganas de volver- digo en una semi ensoñación.

- Empieza a hacer frio ¿no te parece?.- Cesar te pasa el brazo por encima de los hombros. Sientes un agradable estado de confort. - Me encantaria quedarme aqui contigo toda la noche, te lo aseguro, pero mañana trabajo por la mañana temprano. Si quieres podemos quedar y nos hacemos una ruta de senderismo que tambien te regala unos atardeceres únicos.

De nuevo vuelven a sonar unos golpes en tu puerta, esta vez algo mas fuertes.

- ¿Sigue usted ahi?

Pasas una agradable noche y duermes profundamente.

Lamentablemente el momento agradable llega a su fin. Yo estoy de paseo pero César no, así que debemos volver al hotel para que no se le haga tarde.

-Me parece muy bien. Me encantaría conocer estos paisajes... y volver a disfrutar de tu compañía- sonrío pícaramente -seguramente sabrás mostrarme los mejores lugares, esos que siempre quedan ocultos a los turistas- le guiño el ojo al tiempo que caminamos de vuelta hasta el hotel, yo aún tomada de su brazo. Quien sabe, tal vez un affaire de fin de semana me saque el aburrimiento que provocó esta escapada.

 Regresas al hotel, acompañada por César. A la entrada del hotel César señala una buhardilla que esta separada de lo que es el edificio del hotel. 

- Yo duermo ahí, ¿nos vemos mañana para el desayuno?

-¡Por supuesto!- me despido de él rozándole los labios con un beso y entro rápidamente al hall del hotel. No sé por qué me siento como una chiquilla de escuela en su primera cita.

Creo que debería estar actuando como adulta, me digo mientras subo a mi habitación. Pero el juego me gusta y me siento bien tonteando un poco con este lindo chico que he encontrado entre las montañas.

Entro a la habitación y a toda velocidad me meto entre las sábanas. Ya va siendo hora de que duerma un poco si mañana vamos a excursionar todo el día.

Sigo mirando por la rendija, todavía somnoliento, y pregunto, todavía con el tono asqueado, una voz femenina, sonaba. No la conocía. Y además, el servicio viene si lo llamas, no según quieren:

-¿Y qué quiere, a estas horas? No he pedido nada, ¿sabe?-Suelto un bufido poco amigable, esperando a que se digne a responder la del servicio.

Nadie contesta a tu llamada. En parte porque no hay nadie en el pasillo.

Al dia siguiente, te despiertas con una sonrisa en el rostro en parte por lo bien que has dormido. Miras el reloj y son las 9 de la mañana.