Partida Rol por web

Estas andando por la ciudad Nexo, una bulliciosa ciudad que conecta con otros mundos mediante extraños portales magicos

Todo el mundo que andaba por ahi se reune en circulo entorno a una gran caja , mas por curiosidad que por otra cosa , como el que mira un espectaculo callejero de malabares de fuego

En eso que una figura armada y en armadura completa que para sorpresa de todos es una mujer , con el emblema del ejercito del archiduque , con una trompeta se sube a la caja y anuncia lo siguiente

Se hace saber a la ciudad de Nexo mas conocida por  "La ciudad de los portales magicos" que se buscan valientes para engrosar las filas del ejercito de el archiduque Jilokasin, Se ofrece su formacion militar , para ellos se valorara positivamente a los apuntados en las pruebas, pero tambien pueden engrosar las filas directamente si creen que tienen suficiente valia

Los heroes van acercandose a una tienda especial a una reunion, como si fuera una tienda mas de la feria , el ambiente en el area circundante a esta es un poco mas tranquila y relajada, pues juegos malabares y gente disfrutando de los entretenimientos y el convite, llenaba la area de alrededor por la celebracion de la feria

Como comprobante de que esta zona era mas sosegada, habia al menos un par de soldados custodiando su entrada y es que aprovechando la gran afluencia de gente a las festividades , el archiduque habia incorporado un puesto de reclutamiento cercano en la zona mas tranquila , para atraer nuevos reclutas

Los heroes habian sido citados alli, bien por pertenecer ya a la orden militar o por ser convocados por esta por sus especiales habilidades especiales, pues les habia llegado una invitacion a este lugar y era logico tambien si pertenecian ya a esta organizacion que se les convocara en un lugar centrico de la ciudad

Bienvenidos tomen asiento, gracias por atender la misiva, se les ha convocado para una mision,. Segun nuestros informes una nueva amenaza se esta cerniendo sobre uno de los sectores bajo nuestro protectorado.....Tomemeos unas bebidas y les sigo contando

Conforme todos toman asiento y se sirven de unas buenas cervezas heladas, continua la conversacion de la sargento que toma un largo trago de cerveza fuerte fria , sin duda para preparase para un largo briefing, Quizas no era la mejor idea dar cerveza a aquellos hombres,pero por su reputacion bien les merecia una ronda gratis al menos

-Ademas un nuevo portal se ha abierto,  aunque no nos preocupa en demasía, pues en esta ciudad estamos acostumbrados a seres extraños de otros planos, y su comercio con los planetas de origen, tememos que la historia se vuelva a repetir, ya que una fuerza que trastoca los planos de existencia, puede influir en los multiultiversos menos desarrollados de manera radical, afectando al equilibrio de convivencia entremundos , del que tanto en la ciudad de los portales hacemos gala, portanto vamos a mandar nuestros mejores hombres a Numeria , en una mision de reconocimiento y evaluacion. Se dice que un nuevo peligro esta creciendo en esa zona ¿Te animas a engrosar el ejercito del archiduque Jilokasin, por la paz interplanaria? No veo porque no tienes pinta de venir de uno de los planos mas avanzados por tu indumentaria. Si es asi te contare un poco mas sobre Numeria encantado.

Al no recibir respuesta y estar todos callados , le pega otro trago al brebaje y sigue hablando

-Numeria hoy es una tierra de bárbaros sombríos y magia oscura, su gente feroz gobernada por una camarilla de magos dedicados a los artefactos que no entienden. Estos secretos no son de este mundo, traídos a Golarion con el dramático choque de una colosal montaña de metal desde el cielo, que se dispersó por todo el país. Si bien su paisaje árido deja poco para el comercio, Numeria es famosa en las tierras más civilizadas del sur como la principal fuente de metales celestes, siete aleaciones metálicas raras cortadas de la montaña de metal que cayó del cielo. Estas aleaciones son todas útiles en la creación de armas y artefactos únicos, y cada una tiene sus propias propiedades. De estos, la adamantina es la más común, y la noticia de las maravillas del "acero numérico" se ha extendido desde hace mucho tiempo a los rincones más lejanos de Avistan y Garund. La capital de Numeria, Starfall, es un lugar sombrío y brutal, una burla decadente de las cortes reales. Aquí, el rey bárbaro conocido como el Soberano Negro reina sin oposición, apoyado por los perversos hechiceros de la Liga Técnica y sus sirvientes artesanos. En sus calles sucias, extraños hombres de metal del Monte Plateado hacen cumplir los decretos del dictador, mientras que aquellos que se deleitan en las celebraciones carnales del rey engordan con el trabajo de los demás o se vuelven adictos a los líquidos viles e intoxicantes que se hayan y compran como drogas disfrazadas de medicina que se estilan apartir de emanaciones de la Montaña de plata

Desde un lugar apartado escucho a la sargento, tras rechazar el trago que nos ofrecieron, observo a todos los presentes y guardo silencio hasta que la mujer termina su discurso.

Ahora cualquier idiota con medio cerebro se cree mago, esos pseudo investigadores tienen de mago lo que yo de un jodido balor. - pienso mientras me pongo en pie y dejo escapar una risotada.

Esos que sirven al rey bárbaro no son magos, son sólo meros investigadores que trasteando con chatarra,  mi familia ha servido al archiduque  en el pasado y con gusto lo volverá a servir.

Dígame a que hora está programada la partida y allí tendrá los servicios de un verdadero arcanista. - sentencié con una mezcla de altivez y total seguridad en mis palabras.

La verdadera magia es como la más temperamental y apasionada de las mujeres pues premia con sus incomparables dones a quienes la veneran y profesan toda su devoción, a la vez que castiga con toda su furia a quienes la corrompen y pervierten, intentando emplearla para desentrañar los secretos del cosmos, cuando a penas si son capaces de atarse las cintas del calzado.

Con el despertar de la ciencia, muchos investigadores y técnicos ahora se hacían pasar por magos, pero eran incapaces de realizar el más  simple encantamiento, ya quisiera ver a uno de ellos luchar contra mi sin sus artilugios complicados.

A ver si podían conjurar siquiera un proyectil mágico, ni que decir de una bola de fuego. - pienso mientras vuelvo a tomar asiento.

Como una cuba, con la lengua gorda y torpe, casi atragantado, con la mente racional adormecia por el abuso del licor; andando de lado a lado y sin gracia, Joseph se abre paso entre la muchedumbre. Los aparta sin modales, como buen borracho despistado con innecesaria brusquedad e inoportunando no a pocos de los allí apostados.

Con la mirada turbia y entrecerrando los ojos mientras intenta mantener una postura erguida con discutible éxito, tambaleándose, por el impulso de ese instinto inaplacable de autidestrucción, Joseph se inscribe con pulso tembloroso en calidad de veterano en la guerra del orgulloso cuerpo de los Fantasmas  Psicodélicos de Xeraz.

Tras su logro y sin mirar más allá del tulgente pecho de la mujer acorazada, se sonríe ante su azaña, alza la mano con una copa ya vacía pues la había desparramado mientras avanzaba entre la muchedumbre y brinda por la salud del archiduque.

Tras ello, si no es detenido, acabará la jornada bebiendo hasta desfallecer en algún tugurio carente de higiene y de dudosa reputación.

El retorno había sido un duro trance emocional, volver a mi lugar de nacimiento a las calles que me habían visto crecer, con hambre, dolor, sufrimiento  alguna que otra vez con sangre pero siempre con la pujante fuerza de la juventud y una voluntad inquebrantable de agarrarse a la vida y tomar de ella lo que pudiera  antes de que la muerte me llamara.

 Perdido en ese torbellino de emociones y recuerdos entré en la ciudad, varios lustros habían pasado desde que deje aquellas calles y poco o nada me parecía en la actualidad con jovencito que salió de allí, instintivamente sin pensar me sumerjo en callejones y callejuelas, las sombras acechantes parecen ocultar peligros sin fin,  pero algo en mi porte y mi forma de andar indican a los rateros y matasietes baratos que no soy una buena presa, y la suerte me sonríe ante el hecho de que nada verdaderamente aterrador se oculte en las sobras de la naciente noche.

 Así mi travesía resulta segura hasta la puerta de la posada, un aluvión de imágenes de tiempos pasados asalta mi mente de nuevo. Siempre había tenido una cierta nostalgia de las calles y de la posada nunca pensé que dichos recuerdos estuvieran tan profundamente unidos a mi ser, llegando a perturbar la serenidad de mi ánimo.

 Así pues abro la puerta y entró, salvo las caras de los parroquianos nada parecía haber cambiado, bueno si tal vez la roña de la barra y del suelo había crecido una pulgada o pulgada y media desde que estuve por última vez aquí. Aun es pronto y hay varias mesas vacías así que busco una  en la que mi espalda quede contra la pared  y pueda ver la entrada.

 Una jovial moza se acerca contoneando las sinuosas formas de su atractiva figura: ¿Digame el señor que quiere  que le sirva?        

El grupo de forjados envió a su emisario.  Era un druida que había trascendido la segunda fase, el descargar su conciencia en el cuerpo de un animal, aunque fuera una vez al día, para comenzar a experimentar la conexión de todo lo natural. 

Powaqqatsi se llamaba, era un nombre antiguo.  Salió primero en búsqueda de un bárbaro forjado, de los primeros que buscó la respuesta ante la misteriosa amenaza que se cernía sobre ellos desde una de las montañas plateadas. 

Y así, llegó Powaqqatsi a aquel gremio y lugar de reunión.  Necesitaba un equipo de 5 o 6 para lograr su cometido.  El primer lugar de las pistas, sería una aldea tecnófoba. 

Gente que debemos convencer de que no todos los forjados o androides somos lo mismo. 

Mucho que hacer, y no empezaba fácil.

Desde la ciudad de Torch, la ruta más directa a Iadenveigh es a través de un camino polvoriento que conduce al oeste hacia Gorum Pots en las cabeceras del río Dagger, y luego baja a lo largo de las orillas del río. Este es un viaje de aproximadamente 140 millas.

La mision: Un nuevo dios de hierro a surgido en Numeria , se logro acabar con el primero pero , informan que uno mas poderoso, puede surgir despues de el, para ello , en vez de esperarle se va mandar un grupo a por el, como medida las pistas son pocas: se conoce de la existencia de un desertor de sus filas que tiene la informacion de sus fortalezas y debilidades , no se cree que sigan vivo , pero se sospecha que este por la zona de Idadennveigh o tambien conocida por la ciudad libre , por ser tecnofobica  y rechazar cualquier tecnologia , mas concretamente en unas ruinas debajo de ella.

Tras un pequeño lapsus de memoria, no sé si por consecuencia del entrenamiento psiónico o del abuso del alcohol, seguramente por ambos; mis piernas me llevan solas hacia un garito. Creo recordar que he quedado... O que he de quedar... Todo esto de ser psiónico y ser alcohólico es muy confuso... ese cartel parece que me mira. Le atizo un puñetazo, no me duele, pero cuando se pase la borrachera dolerá. Por el esfuerzo mi gaznate se llena de bilis y vomito sonoramente de forma abrupta en el portal de un edificio de viviendas. Nadie me ve, o quizá a nadie le importe... Me río, mañana tendrán que darle al mocho.

Medio doblado y apoyado en la pared del portal me limpio los salivajos y acicalo el pelo sin mucho cuidado en que mis manos estén o no pringadas de saliva y otros restos. Con la visión nubla, estrechada y con pasos rápidos pero torpes, caminando a tropezones, mi intuición me conduce de nuevo al bar. No es un bar, más bien es la taberna de una posada.

De repente CArl500, mi psicocomputador de bolsillo me recuerda que tengo que pasar a recoger a James, esta semana me toca cuidar de mi hijo. Mi psicocomputador es un ente cristalino (psicrystal) con personalidad e inteligencia propias. A Carl Le desagrada que beba, que me junte con Jenny o que ignore las llamadas de mi padre. Pero lo que más le irrita es que lo ignore y me gusta mucho irritarle.-¡Cállate Carl! E intento pegarle un empujón infructuosamente. Con la mirada turbia paso a la posada.

Cuando entro me doy cuenta que ya he estado aquí. Este es uno de tantos bares que frecuento: pues en muchos no me quieren, en otros no me fían, y en otros no me dejan ni entrar...

Con dificultad me abro paso y me siento en un taburete.

La mesa está ocupada. Miro al ocupante con expresión malhumorada, me fijo mejor e incrédulo me acerco más para disipar toda duda, cogiéndole de un hombro, situándome cerca hasta la incomodidad y echándole mi pestilente aliento grito efusivamente-¡No puede ser! ¡Pero si es Argis, el Argis de la calle del Torcuato!-

-¡Camarera!- eructo sin querer- de lo que le hayas servido, que sea uno más.

Parecía que el bárbaro no iba a llegar, así que buscó a los otros tres aventureros que sus conexiones con los portales le habían dicho que acudirían al llamado. 

Se acercó a cada uno de ellos.

Mi nombre es Powaqqatsi, forjado, druida, de la comunidad de forjados cimarrones que queremos a Numeria y su naturaleza.   Se que venís enviados para descubrir los secretos encerrados en la MontañaPlata, y ayudarnos a destruir el mal que ahí se cierne. 

Esperaba no equivocarse, y que le voltearan a ver con una cara de "¿Qué estas diciendo?"  -le había pasado antes. 

La verdad es que no sé que está sucediendo del otro lado del portal, pero estoy seguro que algo podremos hacer noble forjado, ya verás como con mi magia y tu fuerza, podremos hallar una solución definitiva a este problema. 

Soy Valinor Lorian, un gusto conocerte compañero. - digo estrechando la mano del forjado.

Estrechando la mano del mago, Powaqqatsi asintió, esperando que los demás se presentaran.

tras comer y pagar pregunto por información en la ciudad sobre los últimos años así como si hay ofertas de trabajo, para personas con habilidades especiales, me dicen que La Heraldo de Guerra esta buscando aventures y me indican donde es reunión.

 Así pues recojo mi petate me dirigo al lugar indicado, parece que he llegado el último y tomo un asiento del fondo intentando causar el menor revuelo par no molestar ni atraer la atención de los demás. Una vez ubicado escucho con atención todo cuanto se dice y un vez nuestra interlocutora ha acabado, veo como un hombre de metal y un elfo se presentan para la misión, tras escucharles yo presento mi candidatura     

Presento mi candidatura para participar en tamaña misión soy un hombre de recursos y un combatiente razonablemente bueno.   Digo levantándome de mi sitio y acercándome a nuestra patrona y ofreciendo mi mano a los otros miembros del grupo que se esta conformando.

 Me llamo Argis Releg, esgrimo el poder de la "Fuerza" a vuestra disposición.

-Un poderoso Dios con el que acabar, poca o ninguna información y nuestro equipo...- sonrío con sorna mientras hago un redoble de tambor- ¡Una tostadora!, ¡un pisaverde elfo! ¡y dos ciudadanos anónimos y prescindibles de Torch...! ¿ Qué podría salir mal?

-Me llamo Josephus Miller, veterano de la batalla del Xeraz, antiguo miembro del regimiento psíquico. Ahora un mercenario - no tiendo la mano a nadie, solamente saco mi petate, le echo un trago y se la paso a Argis o a Valinor.

Tomo la petaca y brindo:

 Por los Veteranos. Menudo Veneno. Nada va a salir mal tenemos dos poderosos compañeros, y nosotros siempre podemos llevarles los trastos.

 Digo sonriendo a nuestro amable y desprendido compañero.

-Ser mochilero no es mal trabajo mientras se nos pague- recojo el petate para dar otro trago. Guardo el petate y saco una cajetilla de cuero con cigarrillos liados. Tomo uno y ofrezco otros tantos. Con un mechero de keroseno enciendo mi cigarro y les doy fuego a aquellos que me aceptaran la invitación del cigarro.

Los heroes habian sido llamados y enviados a un territorio extraño para ellos, con una mision peligrosa, en la que lo mas probable estuvieran aislados, en unas zonas donde muchas organizaciones se repartian el pastel. Sabian, de algunas, que eran mas o menos poderosas en la zona , y donde tenian que ir a iniciar las investigaciones. Era su tarea hallanar la zona  y buscar potenciales aliados o posibles enemigos, ya que,  Numeria era una zona salvaje y no apta para debiles  Afortunadamente habia algunos oriundos de la zona como Powaq que les hizo de enlace y habian enviado a los mejores...

Joseph , pese al alchohol y la resaca , sorprendio a todos con un gran conocimiento del la localizacion a explorar,. Habia hecho los deberes informandose del pueblo entre trago y trago de abundante vino especiado, y hablando con algunos parroquianos , entre mas copas de vino, he ilustro, a los alli presentes

*Resultado tirada saber: (Tirada saber local 19+7=26). Esto es lo que os cuenta Josephus que sabe 

-Iadenveigh es una gran ciudad poblada principalmente por buenos y legítimos adoradores de Erastil. Los habitantes rústicos y piadosos de Iadenveigh odian y temen la tecnología, al ver como artefactos tecnológicos producen explosiones desastrosas y mutaciones terribles. Por lo tanto, debemos ser cautelosos en la ciudad con cualquier elemento tecnológico.

-Es mas creo que deberiamos presentarnos antes a las autoridades locales, para que no les tome de sorpresa nuestra presencia y la tomen con nosotros al ser forasteros . Es un pueblo pequeño y cerrado, o almenos no creo que vean forasteros armados con buenos ojos , seria mejor buscar una manera pacífica de obtener permiso para investigar las ruinas debajo de Iadenveigh, pero también existen otras vías... 

Continúo con mi discurso estratégico:

-La tostadora tb es una máquina. Pienso que  deberíamos buscar la manera de camuflarla como si fuera un hombre en armadura completa. Quizá este ardid nos ahorre potenciales problemas futuros. Levantaremos menos suspicacias y podremos movernos con mayor libertad.

En su defecto podríamos usar a la tostadora de distracción. Entrar distanciados en el tiempo y por distintas puertas a la ciudad para así alejar miradas indiscretas del grupo de investigación. El problema es que esta opción nos restaría efectivos y nos dividiría.

-Además, seguramente para muchos de los habitantes la tostadora no será más que un objeto, una máquina que funciona mal, pues para ellos está descontrolada y sin dueño- en ningún caso me he dirigido, he opinado o he mirado en dirección al forjado. Para mí claramente es una máquina sin alma. Una máquina útil, pero peligrosa al mismo tiempo por no seguir las órdenes de un dueño de carne y hueso.

¿Sabes una cosa? La tostadora como tan elocuentemente lo llamas es un forjado de guerra un constructo con conciencia lo que lo vuelva tan ser vivo como tu y yo, así que te recomiendo que lo trates por su nombre.

Powaqqatsi, Joseph tiene razón en algo, si esos sujetos te confunden con un autómata, las cosas se pueden complicar un poco, tienes alguna forma de disfrazar tu apariencia, algo que te haga parecer menos mecánico y un poco más natural. - le digo al forjado pensativo, pues algo me decía que las cosas se iban a tornar complicadas si los locales nos veían como usuarios de tecnología.

Esconder mi pistola era asunto simple, sin embargo, esconder al forjado era harina de otro costal

Joseph indignado y alzando su desgarrada voz, sin dejar el pitillo que lleva en los labios espeta:

-Parece que los ricachones aprenden estas cosas en los libros. La gente como yo, miro a Argis, no olvida lo que es una máquina de matar sin alma. Si hubieras estado en la guerra, si hubieras visto como despedazaban a la gente no afirmarías tales cosas de forma tan imprudente.-

Joseph mira al vacío como si estuviera recordando algo y pierde momentáneamente el interés en la conversación.

Se advierten ligeros toques de trauma post-guerra