Partida Rol por web

Tu torpe manipulación del llavero hace que el guardia se remueva inquieto en su sueño. Afortunadamente no llega a despertarse. Al cambiar de posición, su chaqueta se abre y puedes ver el cuello de una botella de vino a medio beber oculta entre sus ropajes. Al parecer, no sólo la fatiga le hace disfrutar del abrazo de Morfeo.

Las manos le temblaban. El sudor resbalaba por su barbilla, siendo frenado por su incipiente barba. El tufo a vino barato, le inundaba las fosas. No iba a fallar, no podía, y no de albergar lo contrario en su mente. Su atención se focalizó sólo en un punto, la hebilla de la que colgaban esas malditas llaves.

Y lo consiguió, con sutileza arrastró la argolla de metal con una mano experta. El profundo sueño del guardia le había salvado, pero ahora con la llave el poder era suyo. Aunque aun seguía sin conocer lo que esperaba tras aquella puerta, se encaminó a ella.

La puerta se abre con un molesto "clic", que hiela la sangre en tus curtidas venas de asaltador de domicilios. Afortunadamente el vino barato es tu aliado nuevamente. No puedes evitar un pensamiento crítico acerca de los criterios de selección de personal que tiene el dueño de la casa. Mejor para ti.

Subes las escaleras en penumbra y te encuentras ante un largo y ancho corredor. A la derecha puedes ver dos puertas cerradas y a la izquierda solamente una, mucho más grande y mejor ornamentada.

Con el corazón en un puño, y despacio fue poco a poco acercándose a las dos puertas cerradas. La puerta más grande y ornamentada exigía ser un dormitorio, donde el rico noble estaría plácidamente durmiendo. Las otras dos más pequeñas quizás tuvieran algo interesante que enseñar. Con estos pensamientos fue echando mano de las ganzúas.

La puerta no está cerrada con llave.

La oscuridad en el interior es total. Sólo la luz mortecina de las pocas lámparas de aceite que hay en el corredor te permite discernir que este cuarto es una especie de dormitorio. Puedes adivinar la silueta de una amplia cama al fondo, pero no eres capaz de distinguir si está ocupada. Tendrás que entrar para saber más...

Parecía un dormitorio, pero no se atrevería a entrar si no había una buena razón. En profundo silencio, desde el marco de la puerta, ojeó la estancia buscando algo de valor suficiente como para aventurarse.

Tu inspección te revela que esta habitación no está ocupada.

Hay un armario ropero al fondo y un baúl a los pies de la cama.

Tras ver un arcón y un armario interesante, se dirigió a ellos con la esperanza de encontrar finos ropajes de fácil venta, bajo peso y alta rentabilidad. No escuchaba a nadie en la habitación y no distinguía nada en su interior, pese a eso hizo el menor ruido posible. Se fijó en la ventana, hacia dónde daba. Todavía tenía que orientarse y buscar aquella que diera hacia la zona donde su compañera esperaba en guardia a crear un fuego a su señal.

Abres el arcón (que no está cerrado con llave) pero sólo encuentras ropa de cama (de la mejor calidad, eso sí). El armario está vacío.

Decepcionado, sale y husmea en la habitación de al lado. Un poco crispado, se notaba que no tenía muchas esperanzas.

La puerta de la habitación contigua está cerrada con llave. Puedes detectar que la llave está en la cerradura, por el lado de dentro...