Partida Rol por web

_-_Distopía_-_

-The great investigation-

Cargando editor
27/08/2009, 21:35
Max "Machete" Aguirre

La Colt AMT M2000 era una gran pistola, por prestaciones y tamaño. Requería de un dueño con mano recia, pues el aquel calibre obligaba a poner el alma para no ceder ante el retroceso. Tampoco se trataba de arma liviana, y apuntar con ella conducía a la impaciencia y, en muchas ocasiones, al error.
Para evitar el inconveniente, Aguirre aprendió de bien chamaco la ley de la sangre fría: la de mantener la calma y, mientras silban las balas de los tensos, colocar las suyas en la madre. Ahí, la Colt valía lo que costaba: el yonki dealer que se la "regaló" no sabía lo que tenía en las manos.

Ahora, desmontada sobre el pequeño banco de trabajo, a Max le resulta perfecta en sus detalles: acaba de montar los proyectiles en el cargador y engrasa la corredera. Lo hace con amor artesanal, paciencia y mimo. De cuando en cuando recoge el cigarro del cenicero y se lo coloca en los labios.

Y prosigue, como un arqueólogo retirando arena con brocha chica. Las partes limpias y engrasadas se depositan sobre un paño seco, inmaculado, y con la yemas de los dedos recoge el muelle. Lo mira con orgullo, ladeando la cabeza cuando suelta el humo para no mancillar su obra: él mismo modificó aquella pieza, acortándola sobre el armazón para que al disparar hiciese un ruido del demonio. Eso callaba bocas y mojaba calzones.

Absorto en sus labores, Max ni siquiera escuchó el primer tono del teléfono. El segundo sí. Sus ojos se apartaron de la pistola para irse al terminal, y esperó...pero aquel aparato infernal insistía.
Machete gruñe, abandona con cuidado la faena y escucha.

-A medianoche.- dice al fin, tras una pausa. Winter. ¿Por qué un poli se agarraba a un buscavidas como él?. ¿Por qué ese antro de música estridente?. Y lo más importante:

...¿por qué carajo te preguntas eso, viejo?. ¿Qué más te dá?. El chico pronunció la palabra mágica y un par de nombres a los que no puedes resistirte.

Facturas, viejo. Facturas y orgullo. Olvidar las primeras y recuperar lo otro.

-Sea puntual, Jefe.- y colgó. El cenicero ya se había fumado su cigarro. Del bolsillo extrajo una pequeña cajita de "Fresh Whisper", la volcó en el gañote...y continuó engrasando su Colt AMT M2000 modificada.

Cargando editor
28/08/2009, 17:53
Max "Machete" Aguirre

A las 23:58 de ese mismo día, Max Aguirre puso un pié en aquel antro. Lo que se adivinaba desde fuera se confirmaba dentro: lo llamaban rock cromático, y consistía en cagarse en lo alto de la clave de Sol mientras se hacía el esfuerzo por reventarle los oídos a la audiencia. Allí estaban, subidos en el escenario, aquellos cuatro gilipollas...con trajes que relucían por el neón y gafas enormes que brillaban en la oscuridad. El cantante, con tachuelas hasta en los cojones, llevaba una cresta de dos palmas de alto. Verde.

Hijo de la gran puta.

Machete aprieta los dientes y frunce el ceño, como si aquel gesto amortiguase la cantidad de decibelios. No era la primera vez que pisaba el garito y siempre, SIEMPRE, resultaba ser noche de concierto. Puta suerte.

Notas de juego

Igual quieres hacer algo con los pipas que pueda haber en la entrada. Lo dejo abierto, con Max en la misma puerta del local.

Cargando editor
28/08/2009, 22:56
Grasp Winter

Perfecto, uno más, el más peligroso y quizás el más necesario llegado el momento de volar cabezas, porque estoy seguro, de que ese momento va a llegar, y espero que Zoe esté preparada para ello. Lo malo es que yo no lo estaba, me jugaba mucho en aquel envite, porque punto uno, no me fiaba del todo de Whisman, debo admitir que se ha portado bien, pero no la veo precisamente como a una hermanita de la caridad, y algo me decía que iba a pagar bien caro el favor. Y punto dos, tenía la extraña sensación de ser un poco infantería ligera en aquel asunto, de la sacrificable vamos.

Por eso necesitaba gente competente y con los cojones en su sitio, y paradójicamente, ambos me lo parecían, quizás más que yo. Tenía que llamar a Zoe y citarla allí, tal vez ella pudiera ayudarme a convencer al mejicano en caso de que yo fracasara, pero sobre todo, el tiempo apremiaba, y no podía permitirme demasiados retrasos.

Rebusque entre los bolsillos de la cazadora el papel con su número de teléfono, sin poder evitar una sonrisa, al final no pudo resistirse a dármelo, eso es lo que debería decirle nada más descolgar. Tenía que ultimas unos detalles en la comisaría, pues ahora mismo, si me pasaba algo, nadie podía hacerse cargo de Clay, maldita sea, y lo malo es que no me fiaba de nadie tras la muerte del capitán. Luego lo haría, activo el teléfono, y voy nombrado los números, luego memorizo con Ojos Verdes como nombre en la agenda.

Los tonos se suceden, pero finalmente su voz se escucha al otro lado de la línea, ¿Zoe? Soy Winter digo alegremente, Me gustaría que vinieras conmigo esta noche, el mejicano ha aceptado a verme, he quedado con él en “The Cage” un lugar interesante ese, cualquiera que tuviera algo de conocimiento de las calles de Night City lo conocía, peleas clandestinas, grupos de moda, ambiente de lo más variado, desde bandas de macarras hasta altos ejecutivos buscando un poco de emoción para sus monótonas vidas. Situado en Wide Bridge, frontera de la zona de combate, y fuertemente custodiado por mercenarios que su dueño, Tom Kypes, se encargaba de mantener muy contentos. Kypes era un tipo que empezó desde abajo, un arreglador de poca monta que fue subiendo en el escalafón, un tipo peligroso con muchos contactos. El sitio era un conocido lugar “neutral”.

Cargando editor
29/08/2009, 10:42
Zoe

Viernes por fin

En esas ando, pese a ser consciente de la cantidad de trabajo que tengo acumulado para el finde y de los sucesos de ayer que CASI consiguen que me desconcentre. Pero me he prometido a mi misma que eso no iba a pasar, y con un poquito de fuerza de voluntad consigues lo que te propones. A veces.

El móvil empieza a sonar a mi izquierda, apago la luz de las gafas y el soldador, éste con mucho cuidado, cogiéndo el teléfono para ver el número. Puede ser cualquiera, Keith desde otro número, algún familiar pirateando un móvil, un nuevo trabajo o, me descubro temiéndolo, el buenorro de los huevos, claro.

¿Qué pasa?- La coletilla práctica no se ha soltado todavía, de aquella época en que las llamadas sólo podían ser de mi gente y para algún chanchullo normalmente. Todavía es pronto, o simplemente no va a desaparecer nunca.

Las dudas duran poco, es él. Frunzo el ceño, joder, que poca suerte tengo algunos días. Escucho lo que dice, en silencio y concentrada en los pocos datos que da (es el poli al fin y al cabo) y en lo que dice sobre el bareto…

Ni zorra del sitio, pero da igual, dame la dirección y la hora a la que tengo que estar, que voy.- Miento, algo he oído, creo que fue Taylor el que me dijo que estaba bien, algo peligroso quizá ¿Qué sitio no lo es hoy en día?, pero que creía que me podía gustar.

Esta noche lo vamos a averiguar, tanto eso como cosas bastante más importantes y jodidas. Habrá que ver si en la compañía de Keith, que sigue sin dar señales de vida, muy digo él… y muy cabreante.

Cargando editor
31/08/2009, 11:24
Grasp Winter

Ya está con su tono de eterno desafío, por lo menos no me ha mandado a la mierda, y como siempre directa y práctica, Eh, bueno, el lugar está en Wide Bridge, pero no es demasiado recomendable, tal vez, si no has estado nunca, sería preferible que fuéramos juntos joder, debería estar bromeando con alguna chorrada, y sin embargo estoy verdaderamente preocupado. Otra más.

Allí hay gente de todo tipo, es un punto de encuentro, seguramente estará a reventar, le daba excusas, aunque el sitio era realmente peligroso, no puedo negar que también me apetecía verla a solas.

Hemos quedado a las doce en punto allí, pero si quieres paso a recogerte antes me siento algo incómodo, joder, que raro, debe ser el teléfono.

Cargando editor
31/08/2009, 12:13
Zoe

Frunzo el ceño, no me gusta esta sensación, esa zona no la conozco, ni de ir de fiesta ni de ir a trabajar. Pero vamos, que tampoco sería la primera vez que explorase un lugar nuevo, eso ni de coña. Pero sola sí.

Me quedo en silencio unos segundos, deliberando, lo de perder la autonomía de mi moto no me mola ni un cojón (por no hablar de estar con el rubiales en el coche, que capaces somos de salir a leches), pero arriesgarme a salir del sitio y encontrármela en piezas menos todavía. Suspiro en silencio, suerte que estoy al teléfono y no me ve dudar, eso no es bueno con éste.

Vale, ven a menos diez o algo así. Abajo. Se puntual. Te dejo que tengo curro.- Corto la llamada. Mierda, joder.

Exactamente a la hora que he dicho bajo a la puerta, sin el perro ni ningún arma a la vista. Pantalones negros, chaleco vaquero abierto y lo que parece la parte de arriba de un bikini, o un sujetador sin relleno, viéndose por la zona no cerrada del chaleco. De calzado, las botas, por supuesto.

Toda una novedad, sin rastros de grasa, por ahora claro. Obviamente recién duchada por la humedad del pelo y a paso firme, me acerco a la furgoneta, maldiciendo por haber sido tan gilipollas de ponerme lo que me ha obligado a colocarme Keith alguna que otra vez para una de sus actuaciones estelares que tanta ilusión le hacían, pintura incluida. Me palmeo los pantalones por delante y en el culo, bien, móvil, dinero, llaves y navaja en donde corresponde, lo otro sé que está donde debe.

Abro la puerta del copiloto y me siento rápidamente sobre la pierna izquierda -Buenas.- Girada completamente al buenorro, apoyada de lado en el respaldo con el brazo izquierdo le charlo, seamos sincera, un poco incómoda -¿Sigue aguantando bien este trasto?- le sonrio, vale que con algo de cautela, pero que conste que he intentado ser amable.

Cargando editor
31/08/2009, 17:46
Grasp Winter

A toda leche, después de pasar por el hospital y por la comisaría, delegando un poco de responsabilidad en Freys, el mamón se ha portado, y mira que siempre he pensado que ha era un capullo, a veces la gente te sorprende de forma positiva, pocas, pero algunas sucede.

Compruebo la pistola, escopeta en el maletero y chaleco allí también, mi chupa ligeramente reforzada con kevlar en el interior, que cariño le tengo, sonrío mientras me miro de refilón en el cristal del coche, si, roja y cantarina, pero me sienta de puta madre. Debería haberme peinado, pero ya es tarde para eso, ni que fuera a ir a una cita, o si.

Paro justo delante, planteándome si subir o no, cuando la veo aparecer por la puerta, vaya, hoy parece que si se ha puesto sexy, aunque, su otro look, tenía un no se qué difícil de explicar, pero desde luego no está nada mal. Le brindo una sonrisa amplia nada más entrar en el coche, mirándola, de momento y con algo de esfuerzo, a los ojos, Parece que todo lo que cae en tus manos mejora vuelvo a tocar el botón de arranque, para confirmar mis palabras, y no me deja en entredicho el cacharro.

El sitio al que vamos, es un sito de encuentro, un local muy “fashion”, allí hay de todo tipo de gente, adecuado para cualquier cosa, como un encuentro con un tío bastante peligroso como Machete, más vale tenerlo de nuestro lado, porque el angelito tiene un historial bastante apañado acelero suavemente mientras por un momento la música se impone.

De repente, freno, y me giro hacia Zoe, Por cierto, estás muy guapa la miro de arriba abajo con descaro, pero con una sonrisa divertida y, reconoce, que te encanta mi chaqueta

Cargando editor
31/08/2009, 23:59
Zoe

Entorno los ojos a la primera provocación, ¿A este le ponen los dobles sentidos o los hace sin darse cuenta? Zoe, sólo falta que seas medio gilipollas: Este tío no dice ni una puta palabra sin pensarla.

Aparto la mirada para seguir un ratito en paz, enfocándola hacia el frente, todavía de lado, cuando empieza a hablar del garito, alterno mirando al poli y la carretera, pero me harto rápido, a tomar por culo el autocontrol, ahora no me ve: Mira Que Está Bueno El Cabrón. Es idiota, pero tiene un polvo que no veas.

No, no es idiota, es Subnormal Profundo, con el frenazo, me agarro a donde pillo para no estampar el careto en ningún sitio. Lo miro incrédula, encima me desnuda, que no me he caído del guindo, le niego con la cabeza -Mira que eres capullo…- No he dicho gracioso, ni tampoco, “oh, gracias, me voy a correr de que pienses que estoy guapa” he dicho capullo, y creo que me he quedado corta. Por un segundo la idea de salir de aquí y mandarlo a donde picó el pollo cobra fuerza. Mucha.

Y la cara niega resignada, ya hace rato que tome la decisión. Que jodidamente difícil es conseguir aparentar que no me afecta, lo miro con expresión de estar demasiado cansada para el poco rato que llevamos…. ¡Pues claro que te queda de la hostia la chaquetita, joder! Como si no lo supiera. Hago el gesto universal de "más o menos" con las manos. No se lo voy a poner tan facil. Me niego.

Pshhh, no está mal, Winter, no está mal, aunque los ¿Toros? ¿o son cómo Tulipanes? bueno, los dibujos esos, pues eso, que cagan el conjunto un poco.- Niego con la cabeza sin que desaparezca la cara medio flipada, medio sonriente, que mierda, siempre tengo la sensación de estar en situaciones absurdas cuando lo tengo al lado, y de que más de una vez soy yo la que meto por mi propia voluntad. Ahora si le hablo en serio -Si querías que me pusiese el puto cinturón sólo tenías que decirlo, no era necesario abrirme la cabeza.- No como a ti, que sí que lo fue para que fueses bueno. Me giro reprimiendo una sonrisa por el chiste interno y desplazo el cinturón hasta que lo engancho donde corresponde, queda sobre el chaleco, en mi cara es evidente el fastidio. Tiro de él con brusquedad para separarlo del cuerpo y lo dejo sujeto con las manos, para que me roce lo menos posible. Odio que las cosas me aprisionen. Lo odio. Suspiro resignada.

A ver, ¿Cuánto falta para llegar?- Vuelta a mirarlo, ¿¿En que coño estaba pensando cuando acepte a no coger la moto?? Pa chillarle, el buenorro está para decirle de todo menos bonito -Cuéntame mientras lo de Machete, en que curraba y que le has contado.- Me paso la mano para apartar el pelo de la cara, con un largo bufido –Joder, que calor y que aburrimiento es ir así sentada.-

No me resisto y me inclino para darle un poquito más de voz a la canción tan guapa. Por si acaso decide pasar de mis preguntas. Sonrío internamente, y sino, que la baje, que aquí sabemos molestar todos, a ver que se cree éste -Si vas más rápido no creo que te multen.- Ya sí, le sonrío, sin pizca de inocencia en la mirada.

Cargando editor
01/09/2009, 00:41
Grasp Winter

¿Me ha llamado capullo? Joder, no es la primera vez que lo hace, ni la primera chica, debe ser su manera de defenderse, aunque también es cierto que a veces lo soy, así todo resulta mucho más sencillo. De todas formas le sonrío cuando hace referencia a mi chaqueta y a mi camisa, eh, que es la última moda, me lo dijo la chica que me la regaló, que era modelo, que era lo más aunque arrugo ligeramente la nariz, ampliando la sonrisa, dejando claro que tampoco es muy de mi agrado.

Ya me estoy riendo a pesar de todo.

Siento lo del cinturón, no era mi intención vaya, solo paré para decirle lo que me pareció, ni siquiera se me pasó por la cabeza que hubiera podido hacerse daño. Je, no se puede estar quieta, No falta demasiado, unos quince minutos la observó cuando sube la radio, de vuelta a la sonrisa, Claro, sentarse de manera normal no va contigo pulso un botón para encender el aire acondicionado.

Con su última frase, me vuelvo hacia ella, con una media sonrisa, humedezco mis labios pasando ligeramente la lengua sobre ellos, afilo la mirada, no está mal, un poco de acción. Me vuelvo hacia la carretera, y piso el acelerador a fondo, haciendo chirriar las ruedas del viejo vehículo sobre el desgastado asfalto.

Un par de curvas a toda hostia, con seguridad, antes de enfilar la autopista hacia Wide Bridge, en silencio hasta llegar a la calle más ancha, pero en cuanto el terreno se vuelve más recto, empiezo a hablar, Es un asesino, trabajó como matón para un capo de la droga en la frontera, luego siguió con su carrera en el Saturday Night Gore Party, ¿te acuerdas de aquel programa? un par de adelantamientos bastante justos, y hablando alto por encima de la música once veces galardonado con la mejor ejecución, un artista vamos curva más cerrada, giro el volante con habilidad para equilibrar la trayectoria, y cuando dejó el programa vuelta a las andadas, algún pez gordo hizo que saliera de la cárcel, y pasó por rehabilitación, ahora teóricamente está “curado” de su afición a rebanar pescuezos un angelito el mejicano.

Tres palabras me bastaron para atraerlo, Whisman, Mcmord y pasta parecen mágicas para la gente con la que voy últimamente, un acelerón más, un brusco frenazo y unos diez minutos más tarde, estamos apenas a una manzana del local, pues es imposible avanzar más, debido a una buena cantidad de gente en la calle.

¿Suficientemente rápido? le pregunto sonriéndole, y alzando ligeramente las cejas, ¿O aún quieres más emociones durante la noche? acaricio mi barbilla, socarrón Te aseguro que a mi lado, no te vas a aburrir pero cuando digo esto último, mi voz se tensa, y mi rostro se oscurece, aunque sólo son unos instantes, regresando a un tono más habitual, sólo espero que todo vaya bien.

Debe haber un buen concierto hoy, está aquí al lado el sitio una multitud camina en dirección sur, alcohol y drogas, lo habitual, malditos gilipollas. Hay mucho idiota por aquí, debemos ser cuidadosos, ¿vale? le pregunto con calma, mientras miro a sus verdes ojos, antes de salir del coche, intentando ocultar mi preocupación.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d10(+13)
Motivo: Conducir rapido por picado
Resultado: 8(+13)=21

Cargando editor
01/09/2009, 20:05
Keith

El teléfono sonó con una melodía conocida y que hacía dos días que no se dignaba a surgir del móvil de Zoe.
La última vez había traído consigo la alegría de saber que su amigo aún continuaba con vida, pero quizá ahora no era más que un prólogo de lo contrario. Seguramente esa melodía despertaría el instinto asesino de la mujer y querría matarlo, sobre todo cuando escuchó la voz de Keith al otro lado de la línea, tan tranquilo y como si no hubiesen pasado dos días sin saber nada absolutamente de él.

Hola Chispita, - casi podía adivinarse la sonrisa que ahora mismo debía adornar el rostro del músico, anticipando la explosión de Zoe y el brillante vocabulario que le regalaría - ¿cómo te van las cosas?

Notas de juego

Corto e introductorio.

Cargando editor
01/09/2009, 20:49
Zoe

Lo miro sorprendida cuando acaban sus explicaciones. En el segundo en el que conectamos por motivo de mi reto, por supuesto la mirada se desliza a sus labios un momento, joder deberían estar prohibidos. Que suerte tengo de que es de noche y está oscuro. Asiento cuando acepta en silencio a conducir de la única forma que me gusta, la única que conozco. La mejor. Aunque el sabor de la victoria es agridulce…

Reprimo un suspiro mientras aparto la mirada para dirigirla a la venta, sería y enfadada conmigo misma. ¿Me esto convirtiendo en una histérica o qué? No quiero estar nerviosa, que él me ponga ni ponerme yo sola a lo bruto. Definitivamente me equivoque al no pillar la moto para ir al sitio ese. El riesgo hubiese merecido la pena. Para este tipo de cosas, sí.

El sonido del teléfono me saca inmediatamente de mi ensoñación, me incorporo un poco para sacarlo del bolsillo delantero, estirándome en mi reducido espacio mientras la velocidad aumenta exponencialmente, joder, intento tirar del cabrón, que se ha atascado, alargo las caderas y la piernas todo lo que puedo, el cinturón de los cojones no ayuda -Mierda de… - lo saco de un tirón - Ya, coño.- Y lo abro inmediatamente, procediendo a realizarse la más esperada de las conversaciones en mucho tiempo.

**

Me quedo en silencio cuando empieza a hablarme de Machete, concentrándome y sobre todo, calmándome. Ahora si puedo disfrutar de la alegría de que el hijo de puta está bien, y de que voy a verlo, asi que lo suyo es concentrarse en lo que está diciendo el poli, para una vez que da datos hay que aprovechar. La historieta del tipo me atrapa inmediatamente -No me jodas…. Vaya prenda lerenda. Un silbido de admiración para el mejicano y mirada al coche que casi se nos estampa, sin que el gesto mude, solo un pequeño arqueamiento de las cejas. Espero y finalmente continúo cuando compruebo que nuestra vida no ha terminado, pendiente esta vez de su careto -No conozco ese programa, pero me hago una idea de que iba por el nombre, je. Es que nunca he visto mucha tele...

Tenía tantísimas otras mejores cosas que hacer… cuidar de las pequeñas, arreglar algún trasto, explorar un sitio nuevo con Keith, irnos a festivales, jugar con Trapos, … suerte que algunas se mantienen -Míralo así: por lo menos va a estar en nuestro bando.- Me encojo de hombros y sonrío ampliamente, tapándose un poco la melancolía anterior. Si es que no hay más, el resto es complicarse innecesariamente.

Cuando se para el vehículo la cabeza mira hacia todos lados buscando dos rostros, mentiría si dijese que con las mismas ganas de encontrar ambos, vuelvo a mirar al buenorro cuando habla con la provocación todavía brillando en sus bonitos ojos azules, mezclada con algo que no soy capaz de ver con claridad. ¿Quieres hacer el puto favor de tranquilizarte? -Así va bien, con que la vuelta sea así de corta me conformo.- ¿No se cansa de que le diga estas cosas? El colega es incombustible.

Tranquilo hombre, seré buena, no le voy a decir a nadie que eres poli.- Le guiño un ojo (sorpresa para la nena), espontánea y sonriente, desenganchando el cinturón mientras, todavía cómplice con la broma lo miro otro largo segundo. Que jodidamente difícil es dejar de hacerlo algunas veces. Me giro y ya sí, salgo disparada al asfalto, el bareto, machete, el plan, bebidas… son muchas las cosas que esperan, pero sobre todo, Keith.

Cargando editor
01/09/2009, 20:51
Zoe

* Tras escuchar el breve saludito, el ceño se frunce como pocas veces, un bramido sale de lo más profundo de mi garganta:

¡ERES UN GILIPOLLAS!- Niego con la cabeza, esto es lo último vamos, lo que me quedaba a mi por ver hoy. Resoplo, con un alivio que no voy a dejar que se refleje en el tono de voz. Faltaría más -¡Me cago en la rehostia Keith! ¡Cómo te pasas!- Ahh yo es que lo mato, que impotencia no poder partirle la cara. Levanto el dedo amenazante, no lo ve, pero a mi me ayuda a mantener el mosqueo -Mueve tu culo al The Cage, en…-¿Cómo coño era? -.. en Wide Bridge.- Cabrón, yo dando palos de ciego en esta movida y él tan tranquilo, es que estoy segura. -Voy a llegar en diez minutos, más te vale estar cuando llegue. Te juro por Trapos que no vuelvo a hablarte en tu puta vida como no vayas y despídete de que arregle el microdigital. ¡Diez minutos, Subnormal!

Cuelgo cagándome en todo. Miro al rubio, furiosa todavía, lo que me faltaría, que se unieran para tocarme los cojones. Precisamente hoy que ya los tengo calentitos. Por culpa de ellos, claro.*

Notas de juego

The Cage: Un lugar interesante ese, cualquiera que tuviera algo de conocimiento de las calles de Night City lo conocía, peleas clandestinas, grupos de moda, ambiente de lo más variado, desde bandas de macarras hasta altos ejecutivos buscando un poco de emoción para sus monótonas vidas. Situado en Wide Bridge, frontera de la zona de combate, y fuertemente custodiado por mercenarios que su dueño, Tom Kypes, se encargaba de mantener muy contentos. Kypes era un tipo que empezó desde abajo, un arreglador de poca monta que fue subiendo en el escalafón, un tipo peligroso con muchos contactos. El sitio era un conocido lugar “neutral”.

Gica nos junta.

Cargando editor
02/09/2009, 01:57
Grasp Winter

Keith, uhm, ¿por qué coño lo invita?, el rubiales que estaba con ella allá abajo, ¿su novio?, no creo, me lo hubiera dicho, creo, y lo de llamarlo gilipollas me deja más tranquilo, creo también, se ve que se lo dice a todos con los que tiene confianza, o se lo dice a todos, y a todo esto, a ti que más te da. Demasiados pensamientos para el tiempo que transcurre entre parar el motor y mirarla a los ojos.

Y sorprenderme, por su guiño, por su mirada, por las veces que me hace sonreír, no le des más vueltas, compórtate como siempre, como un gilipollas si, será lo mejor, sólo faltaría que encima delante del otro tipo, en fin, sal ya de una puta vez que va a venir a buscarte. Acaricio por un momento el desgastado volante, y abro la puerta, saliendo parsimoniosamente del coche, comprobando que las armas estén en su sitio.

¿Sabes? llamo su atención mientras señalo la dirección a seguir, la suerte la tenéis vosotros de que YO esté en vuestro bando la adelanto por si acaso, con paso sobrado, ajustándome la chaqueta, no sigo vivo por puta casualidad, por lo menos no siempre. Tras asegurarme de que viene cerca, me adentro en la multitud, abriéndome paso con bastante firmeza entre la gran cantidad de capullos por metro cuadrado que hay allí. Un par de miradas de pura mala leche a un tipo que está a punto de mancharme la chupa con un puto espray.

Todavía la tengo con alguno, que desde luego no me vendría nada mal, para desahogar tensiones. Y es entonces cuando descubro al inconfundible mejicano entrando en la puerta del local, algo más limpio de gentuza debido a la línea invisible que forman los tipos armados. Me detengo entonces y me giro hacia Zoe, casi gritándole para hacerme oír.

! Ahí esta Machete, ¿has visto a tu amigo ese con el que has quedado? ¡ pregunto echando un inútil vistazo por encima de su hombro ! Lo esperamos aquí, y cuando venga, entro a charlar un momento con el mejicano mientras me esperáis los dos por aquí! mi tono se había vuelto ahora más autoritario, cualquier gilipollas puede volarte los huevos con una automática, cuanta sabiduría encierra esa frase de mi primer instructor.

Cargando editor
02/09/2009, 15:33
Max "Machete" Aguirre

No había rincón en aquel cuchitril del averno que Max pudiese aprovechar para que el bullicio no le inflase los cojones. No había tampoco un pinche taburete libre para las posaderas.

Si acaso, la esquina entre una de las columnas y aquella mampara enorme de cristal tintado ofrecía cierta intimidad..., con lo que significa entender como un punto de privacidad la pareja de pandilleros que, a un brazo de distancia, discuten a voces a cómo se paga el gramo de blanca. O el grupo de tres turistas en la mesa de al lado, poniendo cara de una semana sin obrar, sin decir palabra y disfrutando del safari que les ha preparado la agencia de viajes: los pendejos llevan la manicura hecha y el gesto ensayado.

Pero lo que más azora a Machete es lo que hay a su derecha, a dos palmos: una mesita redonda, alta de patas largas, a la que se acaba de subir un enano cuya indumentaria consiste en una pajarita. Nada más. Ni siquiera vello si exceptuamos un peinado a ralas y bocados que bien parece producto de una pelea con ocho pit-bulls.
El pequeño hijo de puta depilado se sienta en lo alto, con las piernecitas rechonchas colgando y gira la cabeza hacia donde queda Max..., y ahí se queda minuto y medio, mirando al mejicano sin abrir la boca.

Con el rabillo del ojo controlando al surrealista engrendro de su derecha, Machete se esfuerza por quedar pendiente de la puerta de entrada. Enciende un cigarro, inquieto. Entre el estruendo del escenario, la jarana del local, el vocerío y el jodido enano...las pelotas de Aguirre van a reventar la cremallera. Y se despista...

...tanto como para no percatarse de que Winter acaba de entrar en el garito. Justo en ese momento, a su derecha, una vocecilla aguda y rasposa se ha impuesto sobre la escandalera.

-¿Me das un pitillo, amigo?- pregunta el hombrecillo mientras juguetea con su entrepierna.

Cargando editor
02/09/2009, 20:10
Zoe

Con un movimiento rápido salgo del coche, prueba superada que lo llamaría alguno que otro. Miro hacia todos lados, sería ahora, escrutando la peña y el ambiente que hay los Viernes noche. Vistazo hacia el edificio y su garito, ni puta idea, definitivamente no he venido nunca, ni serena ni con una cogorza de tres pares. Pantalones negros, chaleco vaquero abierto y lo que parece la parte de arriba de un bikini, o un sujetador sin relleno, viéndose por la zona no cerrada del chaleco. De calzado, las botas, por supuesto, esto es lo único del conjunto que no me ha regalado Keith.

Sigo a Winter sin molestarme en contestarle a la vacilada, las dice más para si mismo que para mí. Miro por encima, girando varias veces sobre mi misma. ¿Dónde coño está? ¡No me obligues a cumplir mi amenaza! Suspiro cuando nos paramos y me centro en el careto del buenorro, que por supuesto no había olvidado. Ni por un momento. Parpadeo mientras escucho, atenta… Y le empiezo a negar con la cabeza a la nada, claro. Lo raro hubiese sido lo contrario.

Me acerco a él, poniéndome de puntillas y le hablo igual de alto, apoyada en la chaquetita roja de las narices -¡Ni de coña!- Cojo aire para volver a gritar, señalo hacia la entrada por la que ha desaparecido el mejicano, sin dejar de mirarlo… a los ojos -¡Ve, habla con él, yo estaré con Keith, luego nos tomamos algo con vosotros!- Le sonrío arrugando la nariz y me doy media vuelta, largándome.

Sé lo que me hago. ¿Primera concentración de zumbaos? Ja. ¿Primera vez que hay gente colocada hasta las trancas, por decirlo de forma suave, y con ganas de gresca? Que no me haga reír. Con soltura voy esquivando a la peña al pasar, sin buscar bulla y sin mirar a nadie en particular, tengo claro lo que busco, no un tío rubio, no un guaperas, sino unos destellos azulados en un cuello. Cuando lo veo de lejos meto dos dedos de cada mano en la boca y pego un silbido con fuerza, característico. Ruido para todos, menos para una persona.

Al mirarme señalo para una zona menos concurrida y me dirijo hacia allí con paso rápido. Ya estoy sería otra vez. Y me cruzo de brazos, apretándolos mientras suspiro dándome ánimos y quitándome de la cabeza darle un puñetazo. Arrugo el entrecejo mientras se acerca. Joder, menos mal, el capullo está bien.

¿En que coño te has metido? ¿Cómo has podido quedar con ese hijo de puta y verlo a mis espaldas?- Lo peor de todo es que puede que esto no sea lo más jodidamente grave, sino solamente el principio.

Cargando editor
02/09/2009, 23:30
Keith

No cabía duda, esa chica sabía pasar desapercibida. Ahora sólo la miraba el resto del local, mientras que aquel a quien iba dirigida tan singular llamada no hizo siquiera intención de copiar tal movimiento.
Keith se limitó a arrugar levemente el morro antes de darle un largo trago a la jarra de cerveza que sostenía con su mano derecha. ¿Acaso se creía que trataba con Trapos?
En cierto modo la comprendía, pues seguramente él la echaría un buen rapapolvo si desaparecía un par de días sin avisar siquiera, pero claro, eso no iba a admitírselo o no habría quien la parara.

Con el suspiro de un condenado antes de comenzar a transitar por el pasillo hacia el cadalso, el músico dejó la bebida que le quedaba y se volvió para enfrentarse a las dos llamas verdes que comenzaban a chamuscarle la espalda.
Vestido con vaqueros y camisa roja, abierta hasta la mitad del pecho, se encaminó hasta el lugar donde Zoe le esperaba con una pose entre cabreada e impaciente.

A cada paso que acortaba con respecto a Zoe su sonrisa se ensanchaba. Era algo muy típico de él y Zoe lo sabía. Le encantaba cabrearla.
¿Verle a tus espaldas? - respondió a su vez haciendo caso omiso a la primera pregunta - No me digas esas cosas, Zoe. Ahora tardaré una semana en quitarme esa imagen de la cabeza. - Otra cosa más tipica de Keith...sus dobles sentidos.

Estaba convencido de que los ojos de Chispita iban a convertirse en una llama incandescente de un momento a otro, por lo que intentó evitar la explosión antes de que aquel local terminara arrasado por la incombustible furia de la joven.
Dejó que los labios volvieran a adoptar una posición menos propensa a que los partieran y, ya más serio, añadió - He estado haciendo algunas preguntas por ahí. Quería saber por qué ese cabrón había montado todo ese teatro.

Cargando editor
03/09/2009, 12:34
Grasp Winter

Miro sus manos mientras se posan en mi chaqueta, y luego la miro a ella, ya podía poner las manitas en otro sitio, puf, no sé ni para que me molesto en decirle lo que tiene que hacer, no hace ni puto caso, y que no aprendió nada de lo que intente explicar la otra noche, parece que necesita alguna que otra lección para entrar en razón.

Pero lo primero es lo primero, y ya he perdido de vista al mejicano, así que me encojo de hombros y confío en que ella se comporte de otra manera llegado el momento, por el bien de todos. Aparto a un tipo más sin demasiados miramientos y entro en el garito tras echar un último vistazo al brillante cartel con el nombre del lugar.

La música del local aún provenía de los increíblemente potentes altavoces que se encontraban instalados por todos los malditos sitios, desde luego no habían reparado en gastos a la hora de iluminación y sonido. Las luces no paraban de parpadear, cambiar, y moverse por los tres pisos con los que contaba el enorme antro.

Había venido varias veces, pero habían cambiado la decoración desde la última vez, aunque desde luego no el estatus, un gran patio central abierto hasta el techo, del cual colgaba una enorme jaula que era la que siempre sobrevivía a los cambios, pues era el emblema del local, descendía cuando la querían usar, la mayoría de las veces para hacer las funciones de un espectacular escenario central.

El piso de arriba, totalmente acristalado con ventanales tintados e insonorizados, era para los VIP, no se podía acceder a él sin un pase, y conseguir uno era prácticamente imposible si no eras un tío con pasta o influencias. El del medio era accesible para el que pagara una cantidad aceptable, gente con pasta, deseosos de lucir sus nuevos modelitos de ciberimplantes, chicas con el pelo que cambiaba de color, cromados brazos y piernas, tetas y culos perfectos, un espectáculo que no deja indiferente desde luego.

Había dos formas de llegar a los pisos superiores, por los tres ascensores que había al fondo del local, uno exclusivo para el piso tres, y por unas escaleras que estaban junto a la entrada y que subían en dos tramos unidos en ángulo recto y pegados a la plancha metálica que recubría toda la pared del edificio. Gracias a esta hacía un frío de cojones en invierno, y calor en verano, por suerte el acondicionamiento estaba a la altura y salvo que se estropeara o quisieran echar a la gente, se estaba aceptablemente bien.

Y luego estaba la parte de abajo, donde entraba el resto de escoria, el único control que efectuaban era el del aforo, pero normalmente doblaban la capacidad “estipulada”. Siete barras se distribuían alrededor de la pista de baile central, bajo los soportales que sujetaban los pisos superiores. Había colocado también unas mamparas en la parte de abajo, algo es algo, seguramente las usarían para trapicheos, y es justo al fijarme en una de ellas, cuando veo de nuevo al mejicano.

Me acerco hacia él, medio esquivando, medio a empujones, sonriendo a par de chicas con las que me habría detenido si no tuviera trabajo que hacer, hasta llegar a Machete, y mirando a su “acompañante”, joder, y mira que he visto gente rara, pero este estaría bastante arriba en el ranking.

¿Haciendo amigos? pregunto al mejicano con una sonrisa divertida alternando mi mirada entre él y el enano.

Cargando editor
03/09/2009, 14:39
Zoe

El hombre llegó con las manos alzadas en son de paz a las caravanas que se encontraban en aquel descampado, desarmado y cansado de la caminata. Una puta casualidad que se encontraran allí ahora que necesitaba ayuda. O quizá no.

Expuso lo que le ocurría cuando le rodearon tres tíos armados hasta las trancas, se miraron entre ellos cuando acabó y le indicaron que los siguiera, tranquilito y sin malos rollos. Caminaron a través de los vehículos, pasando por pequeños grupos de personas que miraban con curiosidad y por fogatas en distinto estado de actividad, en alguna incluso se estaba cocinando algo. Lo condujeron hasta un hombre de unos sesenta años, barba larga y blanca, un tiarrón de dos metros de alto vestido de cuero negro y de constitución “enorme”. Tenía una gran cruz con cadenas tatuada en el brazo derecho, brillante y de color rojo fuego. A todas luces el jefe del grupo nómada.

Saludos, me llamo Louise McMord, necesito vuestra ayuda. Se me ha parado el deslizador a siete kilómetros de aquí, creo que es el motor. Llegaremos a un buen acuerdo.- y sonrió con seguridad en si mismo cuando acabó.

El inmenso hombre lo miró escrutador, preguntándose cuanta tajada podría sacar del asunto, se acercaba otro duro invierno, necesitaban comida, medicinas, armas… puff, la verdad es que no sabía ni por dónde empezar el regateo... -¿El mejor para arreglarle el problema?- El tipo corpulento, Cykril, le devolvió una sonrisa dura, a lo mejor era el jodido día de buena suerte para ambos, se giró a los demás, pegando una buena voz que resonó con fuerza en el paraje.

¡¿DÓNDE ANDA ZOE?!- En la comunidad habían dos o tres chicas con ese nombre, pero todos sabían a cuál se refería.

Fue Keith el que contestó -Voy a buscarla.- Mientras el músico se marchó corriendo, completamente seguro de saber donde encontrarla, los dos desconocidos se metieron en la caravana a negociar.**

Las primeras palabras son las últimas que me esperaba, no porque se lo tome a coña, sino por el delicadísimo tema que toca. Uno que él conoce en su totalidad y sabe sagrado para mí.

Esa ha dolido, cabrón.

La liberadora imagen está clara, me acerco despacio, hasta podría sonreírle, y entonces le pego la descarga que lleva pidiendo desde que decidió empezar a putearme ocultándome lo que le sale de la polla. A ver si chamuscado y con los pelos de punta tiene tantas ganas de decir esas cosas que joden tanto.

Pero no estoy aquí por eso. Para bien o para mal.

Suspiro cuando se digna a responder un poco, aguanto estoicamente aunque no cuadra del todo después de lo que me contó el buenorro. Otro que bien baila. ¿Qué coño les pasa a los tíos? ¿Tanto les cuesta contestar las preguntas de una tía? Y luego dicen que era en el siglo XX cuando los hombres eran machistas…

¿Por qué estabas allí?- Lo miro seria y sin putas ganas de una broma más. Nuevo intento, el último para ser exacta -¿Qué trapicheos te traes con él? ¡Dímelo ya, joder! - Niego con la cabeza, el cabreo va a poseerme en breve. Me acerco más a él, agarrándolo para no caerme, cuando una mole de más de dos metros amenaza con aplastarme al pasar sin ni siquiera inmutarse. Otro tío. Claro.

Ahora resulta que el cacho de mierda sabe donde vivimos. Me lo podías haber dicho, para que te diese las gracias como te mereces.- Ni la más mínima gratitud en el tono, sólo una amenaza que no promete ser un vacilada. Le doy con el dedo índice un par de veces en el pecho -Y no me contestes gilipolleces porque sé que es la puta verdad.

Mierda de todo/s, coño, coger la moto y a Trapos y tirar millas, eso es justo lo que debería hacer.

Cargando editor
03/09/2009, 22:40
Keith

¿Sabía dónde vivían? No debería haberle causado sorpresa alguna despues de lo ocurrido, pero aún así era una noticia que no esperaba. Gilipollas. Algún día tendría que bajar de las nubes en las que pasaba todo el día para comenzar a vivir la realidad...pero se resistía a hacerlo, pues en ese caso debería asumir demasiadas cosas que realmente no quería aceptar.
No, su lugar estaba allá arriba y lo mantendría mientras pudiera, antes de dejar caer la máscara tan bien esculpida con el paso de los años.
Ya volvía nuevamente a las andadas. Zoe esperaba una respuesta y él se dedicaba a divagar otra vez. Céntrate Keith, céntrate.
Lo peor de todo es que ella pensaba que él tenía algo que ver.

¿Qué coño piensas? - le preguntó mostrándose algo ofendido - ¿Que me he estado viendo con él para tomar unas copas y hablar de los viejos tiempos? Joder Zoe, sabes que si pudiera le arrancaría de cuajo esa sonrisa de autosuficiencia que tiene y que parece haberse puedo de moda entre tanto imbécil.
No tengo ni puta idea de cómo ha sabido dónde vivimos, pero tampoco me extraña demasiado.

Tenía que alzar la voz para poder ser escuchado entre tanto estruendo. El ambiente del local ya le había invadido y hacía rato que no era capaz de distinguir olor alguno, por suerte.
Prácticamente se veía privado de casi todos sus sentidos. El oído se veía sometido a una continua y molesta vibración. La vista nublada tras la densa cortina de humo que inundaba el local...seguro que saldría de allí colocado. El gusto. ¿Qué era eso? Casi podía saborear el sudor de la multitud que le rodeaba.
Como mucho le quedaba el tacto para sentir que podía afianzarse a la realidad, así que alargó la mano y la colocó sobre el hombro izquierdo de Zoe.
La notaba en tensión. Quizá se estuviera planteando arrearle un buen mamporro. Uhmm, puede que fuese buena idea girar un poco el cuerpo para proteger alguna zona particularmente sensible, no fuera que Chispita se rindiera a la tentación y le soltara una buena descarga.

Un tío vino a verme al bar y me dijo que estaba interesado en que hiciera una prueba para editar un disco. - continuó su explicación - Según él era cosa hecha y únicamente tenía que pasar un trámite. No pensé ni por un momento que ese hijo de puta estuviera tras todo eso, y para cuando me enteré ya era tarde.
Está claro que ese tío nos ha buscado, o más bien debería decir que te ha buscado a tí, porque me extrañaría muchísimo que tenga el gusto suficiente como para disfrutar de mi música.
Lo que sí está claro es que tenemos que movernos o volverá a las andadas.

Odiaba sonar como un cobarde, pero si algo había aprendido a lo largo de su vida es que un hombre siempre tropieza dos veces con la misma piedra, y en este caso mucho se temía que el término hombre debería aplicarse a una mujer.
Tenía que reconocerlo. Zoe era excepcional en muchas cosas, pero tenía un gusto horrible para los tíos.

Cargando editor
04/09/2009, 05:31
Max "Machete" Aguirre

Machete giró la cabeza cuando Winter preguntó por las novedades en su círculo social...y lo que el Jefe vió fué un rostro que decía muchas cosas.

La cara de Aguirre hablaba de sus ganas de pocas hostias con él y de su mala sangre por el lugar escogido para la cita. También denota cierta incertidumbre, quedando a la expectativa por conocer si estaba o no perdiendo el tiempo, por averiguar si Grasp era un güero que vende humo...o un tipo con las ideas claras y una buena oferta.

-No es mi amigo.- contesta, con la voz cinco tonos más grave que la de un adulto medio. Max le pega una calada al cigarro y suelta dos chorros de humo por la nariz. A su espalda queda el diminuto cabrón exibicionista..., como perfecto ejemplo de la pérdida de valores, de educación y de respeto. Surrealista e incomprensible como el hoy y el ahora. En realidad, Max es un romántico,...un nostálgico capaz de enterrar las gilipolleces del nuevo mundo a machetazos. Se vuelve al enano.

-No eres mi amigo.- y el cigarro acaba hecho un burruño sobre la mejilla del caballerete. Ahí tiene su pitillo. Bien había valorado Max la pena por aquell delito..., y aunque no le faltan ganas de arrancarle la cabeza de un madrazo y con ella hacerse un llavero, Aguirre sabe que tremendo castigo no sería del todo justo. Mejor usar al zotaco como cenicero...y asegurarse de que se le quitan las ganas de pedir fumeque y tocarse la moronga al mismo tiempo.

Y ahora, al asunto. Finado el contratiempo, Maximilianno Aguirre echa un nuevo vistazo al local conteniendo la hiel, para terminar con los ojos puestos sobre Winter. Lo escruta con parsimonia.

-Si tiene forma de subir...- dice alzando ligeramente la barbilla. El ambiente en el nivel inferior del local va haciéndose insoportable.-..., le sigo. Si no, sígame usted.

Y Machete dá un paso en dirección a la salida, cerrándose el abrigo barato al que se le adivinan remiendos.