Partida Rol por web

Al ver a los bebés negros muertos en la cocina, el Rey Ezekiel supo que la maldad de Trump no tenía límites. Allá donde miraba, el afroamericano solo veía hermanos cuyos sueños y aspiraciones habían sido truncadas. Cualquiera de esos niños podía haber sido el nuevo Morgan Freeman, Idris Elba, Barack Obama o Bill Cosby... bueno, ese último mejor no...

-¡Aaaaargh! -dejó escapar el Rey Ezekiel un alarido de dolor y frustración-. ¿Por qué? Tantos hermanos inocentes asesinados... Pagarás por esto, Trump -En el rostro del afroamericano se notaba la expresión propia de quien había perdido por completo la fe en el ser humano.

Ezekiel no lo dudó y, lleno de rabia, empujó una mesa contra la columna de oscuridad, sin importarle lo más mínimo qué o quién fuera.

Greta miró a los bebés, a Ezequiel y a la columna de oscuridad en rápida sucesión.

-Mire donde mire, el panorama es de lo más negro -sentenció contundente. 

Vio a su compañero lanzar la mesa contra aquella sombra que se alzaba amenazante y decidió ayudarle en la empresa. Dos golpes siempre eran mejor que uno y estaban en una cocina y en una cocina habían cuchillos y los cuchillos podían hacer pupa, mucha pupa.

-Pupaaaaaa -se le oyó decir con voz lasciva y gorgoteante. Sus trenzas parecieron elevarse por voluntad propia, haciendo que se pareciera a su vecina, la pelirroja y senil señorita Langstrum y su mirada se detuvo en los afilados cuchillos que reposaban tranquilos e inocentes en sus soportes. 

Peter, desilusionado por el triste final del porro, sigue a Nadya con aire abatido, taciturno y triste, casi melancólico, como una canción de Pablo Alborán pero sin sangre en las venas.

-Ains...no se...a ver...- empieza a mirar alrededor con aire desganado y al hacerlo, Nadya puede ver que en la nuca de Peter Pank hay un tatuaje que dice "PLANOS DE LA CASA BLANCA" y una flecha que apuntaba hacia abajo. ¿Cómo no habían visto eso antes?- bua tia no se...- se rasca la nuca-  estoy más perdido que un pulpo en una fábrica de sillas...- alza los brazos para ponerlos en su cabeza por detrás. En sus antebrazos se descubrieron nuevos tatuajes por encima del codo, se ve que había estado tapados por el chaleco vaquero ¿no era una chupa de cuero? ¿cuándo se había cambiado? Daba igual; estos tatuajes rezaban mensajes confusos e inexplicables como "EN SU ESPALDA, NADYA" "OFICINA DE TURISMO".

La vista era tremenda, aquellos bebés allí asesinados nadie quiere ver y siento una especial empatía por Ezequiel ya que lo está padeciendo. No obstante estoy en una gran disyuntiva, la misión o el agente K, así que bajo un influjo muy sorpresivo de adrenalina tras ver que Ezequiel lanza aquella mesa, tironeo de su mano tras sujetarla para indicarle que nos vamos de allí. 

—¡Al helicóptero! ¡Muevan muevan! —grito con fuerza—. Lo siento agente, serás recordado como un héroe pero al racista de cuarta, necesito hacerlo trizas. 

Sin más que hacer, salgo corriendo hacia el jardín intentando llevar al Afroamericano conmigo. Sé que Greta puede ir sola con sus taras detrás de mi. 

Después de que se hartara de buscar, se levantó. Que rayos dice Peter.... Voltea y ve de donde la ropa no lo cubre. Oye, ¿jamás se te ocurrió revisar tu cuerpo mientras te bañas?. Entonces se acercó y revisó de cerca el mapa, por detrás del hombro de Peter. Escuchame, ya se a donde ir, sígueme. Le apuntó a Peter, al frente de una puerta de madera que conducía a unos pasillos, pero antes de avanzar se detuvo.

Vio una mesa, donde había una de esas típicas cabezas de Washington, y aunque Peter parecía un poco confundido, ella lo arrojo contra el suelo y obtuvo un spray. Un cualquiera sabría que pasa cuando juntas una flama, con un líquido inflamable. Y así surge un lanzallamas improvisado. Que suerte. Dijo con una sonrisa maliciosa.

El cuchillo voló y atravesó la columna de oscuridad sin hacerle nada, pasando de largo.

No podéis dañarme...-entonces el Rey Ezekiel empujó la mesa y atrapó a la criatura contra la pared-. ¡Ouch, eso duele!-y después otra docena de cuchillos volaron clavándose en la columna oscura-. Ouch, ouch, ouch...

En el jardín escucharon el ruido del rotor en funcionamiento. Carola había preparado un modo de fuga, así que las personas de la cocina tenían que decidir si ir con Carola o internarse en el interior del edificio atravesando la cocina.

Yo no elegí nacer así... La tristeza, la soledad... Si buscáis el punto débil de Trump, podéis encontrarlo en el despacho oval: derecha, izquierda y luego la tercera puerta a la derecha... Pero a mí dejadme con mis lamentaciones...

Lukanikos II lo tenía claro, corrió cruzando la puerta y se perdió de vista al torcer a la derecha. No es que hubiese entendido las instrucciones del elemental de oscuridad, o puede que sí, lo más probable es que solo siguiera su olfato para ir en dirección a Nadya y Peter.

Nadya y Peter siguieron las instrucciones para llegar al punto marcado por el mapa, abrieron la puerta y... Llegaron al despacho oval. Literalmente oval. Por televisión usan un efecto óptico para hacer creer que el suelo y el techo es plano, pero no es así, solo es perspectiva. La realidad es que el suelo se abombaba hacia abajo como una pista de skate. Cayeron por la superficie curva, rodaron hasta que abajo de todo chocaron con el escritorio. Encima de la mesa había un teléfono rojo y un botón rojo, que podrían hacer cumplir a Nadya los sueños húmedos contra Putin, un ordenador y al lado también había una silla de oficina con ruedines. En un lateral de la pista de skate había un pasillo en mitad de la rampa que llevaba a una puerta. Se escuchaban terribles y siniestros arañazos del otro lado.

Scratch... scratch...

Al abrir la puerta, encontraron un gato en el armario.

¿En serio? ¿Estos son mis salvadores? Auwf...-pensó para sí el sarcástico gato.

En el armario también había un arenero, una cama para mascotas, un montón de bandejas de lasaña vacías y, colgado de un gancho en la pared, un rallador usado con restos de virutas naranjas. El gato tenía un collar con el nombre de Garfield, como el actor de Spiderman, y su espalda tenía un enorme trasquilón, como si le hubiesen pasado por el rallador para conseguir maquillaje naranja.

Miraron hacia arriba. No iba a ser fácil subir la rampa para llegar a la puerta del pasillo. Estaban prácticamente atrapados, más o menos.

Nadya intentaba construir algo que le permitiera a Peter y a ella salir del despacho oval, pero estaba por alguna razón inexplicable cansada mentalmente. Siento que hay algún ser omnipotente controlándome y la cago. Palabras fuera de lugar, para una situación absurda. Creo que iremos corriendo Peter. Me recuerda a una línea de Louis Griffin. Entonces decidió ir trotando a pequeños pasos.

-Wow...esto es como cuando me pille un mal viaje en un skate park...pero si pude salir de aquel medio tubo, puedo salir de esta.- dice autoconvenciéndose Peter, refrota sus manos enguantadas y y se prepara para la carrerilla.-¡Vamos vamos vamooooos!

Inexplicablemente, parece que alguna deidad del punk les acompaña en este día, pues Pank sube como una flecha de muchas puntas por el suelo oval del despacho hasta que logra agarrarse a una cortina para no volver a caer.

-Já...como en el medio tubo...¿verdad que sí, Campanilla?- le dice a...¿nadie?. Entonces Peter busca algo con lo que ayudar a Nadya a salir y encuentra...¿una silla? Si...bueno tendrá que servir. Agarra un extremo del asiento y la parte de las patas se la ofrece a la rusa para que se agarre y tirar de ella para arriba- ¡Venga Wendy! ¡Di que crees en las hadas!

Ezekiel estaba tentado de aporrear con su escudo a aquella masa de oscuridad que habitaba en la cocina de la Casa Blanca y que parecía sufrir mucho. Por fortuna, les había dado la ubicación del despacho oval, por lo que el afroamericano sabía que lo más prudente era dirigirse cuanto antes. ¿Quién podía asegurarle que Donald Trump no hubiese capturado al punk y a la rusa?

-Carola, puede nuestros compañeros tengan problemas en el despacho oval. Voy a ayudarles. Nos vemos en el helicóptero -le prometió, mientras echaba a correr detrás de Lukanikos II para llegar hasta el despacho del presidente.

Siguió las órdenes del elemental de oscuridad. Derecha, izquierda... y justo entonces divisó una manguera de incendios, por lo que Ezekiel destrozó el cristal con su escudo y tomó la manguera mientras corría hasta la tercera puerta a la derecha, viendo la situación en la que se encontraban Peter Pank y la rusa. Observó que Peter se las había apañado bastante bien, no así la rusa, que tenía menos movilidad que un playmobil.

-¡Agárrate, camarada! -le gritó, lanzándole la manguera de incendios-. ¡Y que no se te olvide salvar a ese pobre gato! ¡All cats are beautiful!

Decido agarrar la silla de Punk, puesto que no había algo más razonable, y me dio algo de dolor de cabeza. Perfecto. Después de tocar uno de los extremos de las patas. ¡¡¡Salto!!!. Máximo esfuerzo. Con convicción y como una muestra de fuerza bruta, subió como si fuera un ninja esprintando entre la manguera que le ofreció Ezequiel y la silla de Punk. No me subestimen. Fue lo que le dijo a la única persona que se encontraba con ella, también esperando que Ezequiel no la subestimará. Espero que así aprenda a respetar a las mujeres. Después de subir y estar al lado de Punk, se quedo pensativa mirando a Carola y a Ezequiel en el helicóptero. ¿Y donde está el resto?.

Tankman mira pausada y alternativamente a Carola y a Rey Ezequiel. La primera se dirige hacia el helicóptero, lo cual implica acercarse a los agentes enemigos. El segundo se dirige hacia el interior del edificio, lo cual implica acercarse a los probables agentes enemigos.

Después de cambiar alternativamente entre uno y otro, finalmente se decide. Se pone en camino en la dirección de Carola.

¿Estál segula que sabel manejal uno de estos?

—¡Vale! Nos encontramos luego, estaré sobrevolando cerca por si debo rescatarlos en medio. 

Es lo que digo al Rey Ezequiel mientras comienzo a correr hacia el helicóptero seguida de Miyagi, así que con una sonrisa intento subir al mismo y preparar todo para el despegue. 

—Hey, bienvenido. ¡Claro! Una aprende a manejar de todo. 

Ya no hay más que decir, sólo encender motores y mi idea es sobrevolar por la zona del Despacho de trump. ¿Te imaginas salvando a mis compañeros desde ahí? ¿Lanzándose por la ventana? Sería épico, si. 

¿A dónde ir? ¿A quién seguir? Lo tenía claro. Al perro. Y allí se fue moviendo las trenzas como Lukanikos su rabo. Siguiendo la estela de Ezequiel fue testigo de su trabajo así que se limitó a mirar.

Una vez que Nadya ha saltado como un sputnik fuera del hoyo oval, Pank se acuclilla un poco y extiende la mano hacia el gato, haciendo gestos de refrotar los dedos entre ellos como si tuviera comida entre ellos.

-Tranquilos, vivi en una casa okupa durante 40 años -¿40 años? pero...¿qué edad tenía este chico?- y compartíamos los gastos de alquiler con 20 gatos -¿pero no acababa de decir que era una casa okupa?- esos mininos tenían pasta de verdad...pero había que darles mimos para que pagasen. Asi...bsbsbsbsbsbs-Peter empieza a hacer ruiditos para que Garfield llegue hasta ellos.- bsbsbsbsbsbs

Garfield miró de soslayo al punky.

¿De dónde habrán sacado a este tipo?

El gato no iba a mover un músculo. No si no había lasaña de por medio. Se limitó a atarse la manguera alrededor de la barriga y dio dos tirones para que lo subieran.

Sobre la mesa del escritorio, la pantalla del ordenador se encendió.

¿Hola? ¿Está esto encendido? Make my pennis great again, make my pennis great again... probando, probando. Uno, dos y, ehm, y lo que quiera que siga...

El soporte de la pantalla giró, la cámara sobre la pantalla rotó, todo hasta enfocar la puerta de los trotamúsicos.

Un perro, un gato, un gallito, un burro...-dijo, ignorando e invisibilizando a Nadya-¿En serio creíais que podríais robarme a mi gato como yo se lo robé a Jon? La sala oval tiene un sistema de alarma y controles remotos, por el amor de dios todopoderoso bendecidor de América. Pudríos en el infierno, con los mexicanos.

¡Click!

En cuanto pulsó el botón en el otro lugar en el que estuviese, fuera cual fuera, el techo empezó a descender. Poco a poco el grosor tapaba la puerta, de arriba a abajo. Y en el último instante, con el último tirón, los perroflautas pusieron a salvo al puto gato.

¡Guau!

El perro le dio un lametón al gato.

¡Odie, has venido a salvarme!

El gato se abrazó al perro. Multiculturalidad.

En cuanto al techo, se detuvo formando un falso suelo desde la puerta hasta el ventanal. Entonces hizo su aparición Carola, volando el helicóptero de lado y poniéndose junto al cristal (sería ridículo volar un helicóptero de forma convencional junto a una ventana cuando la longitud del aspa se estrellaría contra el edificio). Uno a uno fueron pasando por la ventana hasta el helicóptero. ¡Ya volvían a estar todos juntos!